¿Tiene sentido menospreciar a Origen? ¿Acaso alguna película del moderno cine ultracomercial ha mostrado tal nivel de complejidad en su historia y tal espectáculo visual como esta? Es cierto, en Matrix se hablaba sobre en qué se convertirían los humanos si estos estuviesen “dormidos”, soñando una realidad alternativa, creada para ellos. También Lynch ha tratado de plasmar la ciencia del sueño, mezclándolo con la realidad, con el inconsciente, con obsesiones humanas de lo profundo de nuestra psique.

Puede que Origen comparta entonces género y temática con películas como esas, pero la manera de contarlo, desde el guión hasta sus imágenes, es tan fascinante que se convierte en algo nunca explorado en el mundo del cine. Hay en ella momentos de una belleza abrumadora, de una elegancia que ni se percibía que se pudiera conseguir, sus escenas de acción, todas ellas en un crescendo constante, están planificadas, rodadas, y ejecutadas de forma que dan sentido no sólo al avance de los efectos especiales, sino al género en si mismo.

Es cierto que Origen no es una película fácil de seguir. Para empezar, su temática es una gran desconocida para todos nosotros -la mente-. Y además, es una película en absoluto explicativa, que da a entender un mundo avanzado donde las acciones que hacen los protagonistas son constantes y hasta habituales. Y además, está planteado desde una óptica muy propia de Nolan, la de contar grandes historias pero no sólo desde las palabras, sino en una conjunción de todos los elementos cinematográficos.

Por eso Origen es distinta. Porque cada cosa que se nos muestra, cada acción que contemplamos, cada línea de guión que escuchamos, cada personaje que conocemos, nos lleva a la creación de una historia sobre la mente y sobre el dolor que en ella se encuentra, que supone el encuentro de un grupo de excepcionales personajes, interpretados por un reparto en el que la palabra carisma adquiere un nuevo sentido.

Por eso cada intérprete parece irresistible, pese a ser en apariencia tan fríos. Cada uno dibuja un personaje con un carácter especial, repleto de pequeños detalles. De manera tan milimétrica que su trabajo, el humano, nunca es ensombrecido por la desmesurada ambición visual de la cinta, realmente arrebatadora por otra parte.

Y finalmente, en Origen vamos encontrando, como descubriendo las capas de un sueño, una historia de amor y redención absoluta, en la que los errores del pasado pesan en la definición del futuro. Una historia (la de dos extraordinarios DiCaprio y Cotillard), en la que el amor va de la mano con la eternidad, juega con el inconsciente y la creación de un mundo propio, pero envueltos en el manto de una muerte en vida, del peso de una existencia que rota y rota como la equívoca peonza final, alrededor de las dudas sobre nuestra propia realidad, sobre como al sumergirse tan hondo en nuestra mente, podemos perdernos en ella, sin atisbar, puede que jamás, lo que era real.

(Sigue sin Spoiler)