Kingsman: El servicio secreto
42.085
Thriller. Acción. Comedia
Un veterano agente secreto inglés (Colin Firth) debe entrenar a un joven sin refinar (Taron Egerton), pero que promete convertirse en un competitivo agente gracias a un ultra-programa de entrenamiento, al mismo tiempo que una amenaza global emerge procedente de un genio retorcido. Adaptación del cómic de Mark Millar y Dave Gibbons. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2015
125 de 163 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras sorprender con su debut en la infravalorada y ritchieniana Layer Cake donde quizás haya sido el aliciente para que Craig fuera Bond, continuó con un maravilloso cuento llamado Stardust rescatando la emoción que este tipo de aventuras había perdido, supuso una revelación en Kick-Ass, para mí sigue siendo su mejor película, rompiendo los tópicos del género y haciendo reír a rabiar de forma ingeniosa, divertida y original, y no fue hasta 2011 cuando Vaughn creó su obra más comercial y conocida para el público en general, que fue la mejor entrega de los X-Men hasta la fecha, una Primera generación realmente fascinante.
Cuatro años después y tras abandonos de películas como Días del futuro pasado y Kick-Ass 2, por fin volvió como sus fans más acérrimos queríamos y lo ha hecho de una manera paródica mezclando lo mejor de Kick-Ass con todo lo referente al cine de espías, rompiendo estereotipos, riéndose de situaciones que no todos se reirían, mucho humor negro y ante todo acción bien rodada, véase la escena de la iglesia sin apenas cortes si mal no recuerdo. Colin Firth realiza su primer papel de acción rocambolesco y radical que a modo de Gentleman con estilo serio logra sacar las carcajadas que no me provocó en la sobrevalorada El diario de Bridget Jones.
Vaughn aprovecha bien los personajes y manteniendo un tono fresco que no original logra ser solvente al solapar la acción y el humor, aunque esto le pase factura en la primera hora con un tono más serio que se va volviendo más divertido con el paso de los minutos y es cuando descubrimos a la nueva joven promesa Taron Egerton que simula el carisma de Firth y logra hacer un personaje que espero que herede una franquicia. Samuel L.Jackson con un acento más a lo Django desencadenado logra ser un villano memorable y gracioso junto a una seria Sofia Boutella. Se agradece ver a veteranos como Michael Caine y Mark Hamill en la producción, y que haya sorpresas y giros realmente valientes e inesperados que no todas las cintas del género logran bordar. Henry Jackman también borda una banda sonora con aroma del soundtrack de Alan Silvestri para Los Vengadores.
En definitiva, una cinta poderosa, gamberra y realmente impactante por momentos que no pararás de reír en su macabro y descabellado acto final, intensa en cuanto a acción y graciosa en cuanto a humor, una mezcla impensable, loca y casi redonda que no debería perderse nadie sobretodo los que se divirtieron con Kick-Ass. Vaughn, a tus pies.
Cuatro años después y tras abandonos de películas como Días del futuro pasado y Kick-Ass 2, por fin volvió como sus fans más acérrimos queríamos y lo ha hecho de una manera paródica mezclando lo mejor de Kick-Ass con todo lo referente al cine de espías, rompiendo estereotipos, riéndose de situaciones que no todos se reirían, mucho humor negro y ante todo acción bien rodada, véase la escena de la iglesia sin apenas cortes si mal no recuerdo. Colin Firth realiza su primer papel de acción rocambolesco y radical que a modo de Gentleman con estilo serio logra sacar las carcajadas que no me provocó en la sobrevalorada El diario de Bridget Jones.
Vaughn aprovecha bien los personajes y manteniendo un tono fresco que no original logra ser solvente al solapar la acción y el humor, aunque esto le pase factura en la primera hora con un tono más serio que se va volviendo más divertido con el paso de los minutos y es cuando descubrimos a la nueva joven promesa Taron Egerton que simula el carisma de Firth y logra hacer un personaje que espero que herede una franquicia. Samuel L.Jackson con un acento más a lo Django desencadenado logra ser un villano memorable y gracioso junto a una seria Sofia Boutella. Se agradece ver a veteranos como Michael Caine y Mark Hamill en la producción, y que haya sorpresas y giros realmente valientes e inesperados que no todas las cintas del género logran bordar. Henry Jackman también borda una banda sonora con aroma del soundtrack de Alan Silvestri para Los Vengadores.
En definitiva, una cinta poderosa, gamberra y realmente impactante por momentos que no pararás de reír en su macabro y descabellado acto final, intensa en cuanto a acción y graciosa en cuanto a humor, una mezcla impensable, loca y casi redonda que no debería perderse nadie sobretodo los que se divirtieron con Kick-Ass. Vaughn, a tus pies.
23 de febrero de 2015
80 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kingsman es una película de espías muy completa: tiene buena acción, emoción, momentos felices, momentos tristes, pero sobretodo mucho humor.
Cuando fui a ver la película ya sabía que la dirigía Matthew Vaughn (director de kick ass) y tras ver el trailer, me hice una idea de lo que iba a ver. Pues para nada salí defraudado, más bien al contrario. Nada le tiene que envidiar a kick ass, nada. Se diferencian en que kingsman es menos gamberra, para todos los públicos, una película con la que cualquiera puede disfrutar y pasar un muy buen rato.
El reparto es de alto nivel. Colin Firth, Michael Caine,...Pero el que sin duda lo borda en esta película es Samuel L. Jackson, metido en el papel de villano a la vez loco e inteligente, asesino y con miedo a la sangre... Y para colmo, tiene mil veces más sentido su argumento para hacer el mal, que los villanos de otras películas de carácter serio.
Quizás el actor que menos destaca es el protagonista, Taron Egerton, pero tampoco hace un mal papel. Cumple.
En cuanto a la acción y las peleas molan. Se hacen un poco largas algunas, pero molan y la película las necesita. Además al igual que pasa con el villano, son bastante mejores que las de otras películas de carácter más serio.
El humor es malo y a la vez bueno. Tonto, pero inteligente. Destacaría la escena de la cena de la comida del McDonalds, y la de los fuegos artificiales.
En fin, una película 100% recomendable si te apetece pasar un buen rato. Nada le tiene que envidiar a las películas "serias" de espías y además caen unas risas fijo. Para todo tipo de público.
Cuando fui a ver la película ya sabía que la dirigía Matthew Vaughn (director de kick ass) y tras ver el trailer, me hice una idea de lo que iba a ver. Pues para nada salí defraudado, más bien al contrario. Nada le tiene que envidiar a kick ass, nada. Se diferencian en que kingsman es menos gamberra, para todos los públicos, una película con la que cualquiera puede disfrutar y pasar un muy buen rato.
El reparto es de alto nivel. Colin Firth, Michael Caine,...Pero el que sin duda lo borda en esta película es Samuel L. Jackson, metido en el papel de villano a la vez loco e inteligente, asesino y con miedo a la sangre... Y para colmo, tiene mil veces más sentido su argumento para hacer el mal, que los villanos de otras películas de carácter serio.
Quizás el actor que menos destaca es el protagonista, Taron Egerton, pero tampoco hace un mal papel. Cumple.
En cuanto a la acción y las peleas molan. Se hacen un poco largas algunas, pero molan y la película las necesita. Además al igual que pasa con el villano, son bastante mejores que las de otras películas de carácter más serio.
El humor es malo y a la vez bueno. Tonto, pero inteligente. Destacaría la escena de la cena de la comida del McDonalds, y la de los fuegos artificiales.
En fin, una película 100% recomendable si te apetece pasar un buen rato. Nada le tiene que envidiar a las películas "serias" de espías y además caen unas risas fijo. Para todo tipo de público.
4 de marzo de 2015
52 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una secuencia clave en "Kingsman. Servicio secreto". Sucede en una iglesia, y no diré que ocurre dentro -ni fuera-, pero para cuando termina, Matthew Vaughn ha cambiado el chip 180º. Lo que hasta entonces había sido una simpática, pero prototípica película de maestro-alumno, de pasar la batuta, como hemos visto en doscientas obras similares en las que un joven es elegido por un adulto para pasarle el testigo (de "Star Wars" a "Harry Potter", pasando por subproductos como "Percy Jackson", etc.) se convierte en un film adulto. Lo que parecía un cine de espionaje sin cargar mucho las tintas, se transforma en un canto salvaje. Sabemos que a partir de ese momento, todo puede pasar. Absolutamente todo. Takashi Miike es un experto en este tipo de cosas, sólo hay que recordar su salvaje "Gozu" y la secuencia del perro anti-yakuza. Vaughn espera más tiempo, como buen británico, de la misma forma que su paisano Hitchcock. El responsable de "Kick-Ass" o "X-Men: Primera generación" se juega toda la película a una sola carta. Y gana: en dimensión en capacidad de reírse de sí mismo y demostrando que puede tener estilo e inteligencia sin sacrificar legitimidad. No, no os voy a decir lo que sucede en esa secuencia.
"Kingsman" funciona porque sabe a lo que juega y mientras que en la primera parte del partido apenas presenta personajes, en la segunda decide poner conflictos sobre la mesa. Un villano megalómano completamente ridículo, con una guardaespaldas tan over-the-top que dejaría en ridículo a los personajes de Kill Bill; un protagonista adulto con estilo y uno joven con desparpajo; y todo puesto al servicio del buen lenguaje -cinematográfico- para dar forma a un blockbuster con estilo e inteligencia. Que no se corta cuando debe ser libre, que no cae en el error de "Kick-Ass" de meterse de lleno en el territorio que estaba criticando, sin ninguna distancia irónica. En "Kingsman" no está sólo el ADN del James Bond clásico, también hay mucho de Austin Powers, de Kill Bill, del anime alocado y claro, del cómic de Mark Millar, con todo lo que eso conyeva. ¿Qué más se le puede pedir a una película que combina humor, espectacularidad y salvajismo, en el mismo pack? Además, con un reparto de calidad y uno tercer acto que hace palidecer a prácticamente todas las películas basadas en cómics estrenadas en los últimos años, mezclando el espionaje de Bond con el garrulismo de Mars Attack. No sé cómo convenceros de que veáis la película pero si lo hacéis, seguro que no os decepciona. Y ojo a la secuencia de la iglesia, que es para recuperar la fe; la fe en el blockbuster.
"Kingsman" funciona porque sabe a lo que juega y mientras que en la primera parte del partido apenas presenta personajes, en la segunda decide poner conflictos sobre la mesa. Un villano megalómano completamente ridículo, con una guardaespaldas tan over-the-top que dejaría en ridículo a los personajes de Kill Bill; un protagonista adulto con estilo y uno joven con desparpajo; y todo puesto al servicio del buen lenguaje -cinematográfico- para dar forma a un blockbuster con estilo e inteligencia. Que no se corta cuando debe ser libre, que no cae en el error de "Kick-Ass" de meterse de lleno en el territorio que estaba criticando, sin ninguna distancia irónica. En "Kingsman" no está sólo el ADN del James Bond clásico, también hay mucho de Austin Powers, de Kill Bill, del anime alocado y claro, del cómic de Mark Millar, con todo lo que eso conyeva. ¿Qué más se le puede pedir a una película que combina humor, espectacularidad y salvajismo, en el mismo pack? Además, con un reparto de calidad y uno tercer acto que hace palidecer a prácticamente todas las películas basadas en cómics estrenadas en los últimos años, mezclando el espionaje de Bond con el garrulismo de Mars Attack. No sé cómo convenceros de que veáis la película pero si lo hacéis, seguro que no os decepciona. Y ojo a la secuencia de la iglesia, que es para recuperar la fe; la fe en el blockbuster.
13 de marzo de 2015
52 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que uno puede llegar a preguntarse si, en algún momento antes de ponerse a ver esto, nos hemos cruzado con un agente Kingsman que nos haya inoculado disimuladamente algún crack altamente alucinógeno.
Pero no hay peligro. Aunque alucinarás. Ahora bien, se recomienda liberarse de prejuicios y de rebuscar críticas a la acción. Esa no es la manera de plantarse ante un Kingsman, hay que tener modales. Incluso con Sofía, aunque sea una tía muy cortante. Al principio puede temerse marginalidad a tope por ver a un chaval en un entorno macarrilla, y por otro lado, viendo a un snob tan estirado pues que tendremos que aguantar las chulerías de rigor, pero tampoco hay cuidado. Colin Firth sabe ganarse nuestro respeto.
También puede tenerse la impresión que te suene todo lo que sucede. Es verdad. Los planes de Samu, el señor Valentine, para entendernos, se me ocurre que son del tipo de aquel jefe de Spectra cuando se ponía tierno y empezaba a preocuparse por el ecosistema y a declarar la guerra al mundo, que no hacía más que contaminar. Qué tiempos. Así surgen las organizaciones secretas, para hacerles la competencia. Aquí pasa lo mismo, pero sin problemas porque la película va con la actualidad, sí señor, aire fresco, tiempos modernos: los políticos han desbancado a Spectra, jeje. Puede haber cosas vistas, por tanto, pero con un trato completamente diferente. O a otro ritmo.
Y es que alucinas con la disco y desde luego, con el ritmo. ¡Y qué bien se conecta con la perspectiva pop de los setenta! Desde Dire Straits a nuestros días con el tío ese que batió todos los records de salto desde la estratosfera con un equipo de astronauta, desde la estratosfera o desde por ahí arriba más o menos. ¡Cuántos satélites habrá en órbita ahora mismo! Los satélites no pueden faltar... ¿Los han recuperado para los nuevos guiones de espías o sencillamente es que ya forman parte de nuestro entorno natural como lo forma una tarjeta SIM? ¿Y el zapato con puñal? Señal que marcó estilo en su día.
También encontraremos en otros tramos de la acción semejanzas con el desenfreno de las películas de zombis, porque donde cuentan los modales, es cuando estalla la violencia. Y redescubre el imperecedero género vanguardista de Los Vengadores (Los Vengadores serie televisiva -inglesa- 70´ por favor, no confundir con los superhéroes). Y por fin, llega al final…
Pero no hay peligro. Aunque alucinarás. Ahora bien, se recomienda liberarse de prejuicios y de rebuscar críticas a la acción. Esa no es la manera de plantarse ante un Kingsman, hay que tener modales. Incluso con Sofía, aunque sea una tía muy cortante. Al principio puede temerse marginalidad a tope por ver a un chaval en un entorno macarrilla, y por otro lado, viendo a un snob tan estirado pues que tendremos que aguantar las chulerías de rigor, pero tampoco hay cuidado. Colin Firth sabe ganarse nuestro respeto.
También puede tenerse la impresión que te suene todo lo que sucede. Es verdad. Los planes de Samu, el señor Valentine, para entendernos, se me ocurre que son del tipo de aquel jefe de Spectra cuando se ponía tierno y empezaba a preocuparse por el ecosistema y a declarar la guerra al mundo, que no hacía más que contaminar. Qué tiempos. Así surgen las organizaciones secretas, para hacerles la competencia. Aquí pasa lo mismo, pero sin problemas porque la película va con la actualidad, sí señor, aire fresco, tiempos modernos: los políticos han desbancado a Spectra, jeje. Puede haber cosas vistas, por tanto, pero con un trato completamente diferente. O a otro ritmo.
Y es que alucinas con la disco y desde luego, con el ritmo. ¡Y qué bien se conecta con la perspectiva pop de los setenta! Desde Dire Straits a nuestros días con el tío ese que batió todos los records de salto desde la estratosfera con un equipo de astronauta, desde la estratosfera o desde por ahí arriba más o menos. ¡Cuántos satélites habrá en órbita ahora mismo! Los satélites no pueden faltar... ¿Los han recuperado para los nuevos guiones de espías o sencillamente es que ya forman parte de nuestro entorno natural como lo forma una tarjeta SIM? ¿Y el zapato con puñal? Señal que marcó estilo en su día.
También encontraremos en otros tramos de la acción semejanzas con el desenfreno de las películas de zombis, porque donde cuentan los modales, es cuando estalla la violencia. Y redescubre el imperecedero género vanguardista de Los Vengadores (Los Vengadores serie televisiva -inglesa- 70´ por favor, no confundir con los superhéroes). Y por fin, llega al final…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
4 de febrero de 2015
47 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Las películas de espías de hoy en día son demasiado serias”, le dice un ceceante Samuel L. Jackson a Colin Firth en uno de los diálogos que comparten. En un mundo de modas tan cambiantes como el del cine, el Bond de Pierce Brosnan acabó agotando la imagen del refinado superagente que no se despeina ni se arruga el traje durante una pelea para dar paso a Jason Bourne, imponiendo una renovadora tendencia realista en el género que seguirían franquicias tan asentadas como la del propio Bond o “Misión: Imposible”.
Como las mencionadas tendencias son cíclicas, el tándem formado por Mark Millar y Matthew Vaughn eligen el mejor momento para reivindicar de nuevo la figura del superagente clásico y demostrar que se puede adaptar a las mil maravillas a los esquemas del blockbuster de acción de esta época.
“Kingsman: Servicio Secreto” utiliza las bases creadas por el director y el guionista de comics en “Kick Ass”, desarrollando y evolucionando un estilo propio para fusionar los lenguajes de comic y cine, ya reconocible a pesar de ser solamente su segundo proyecto juntos. Vaughn consigue su película más redonda, corrigiendo y aumentando de manera inteligente todos los aciertos narrativos y – sobre todo – visuales mostrados en la mencionada “Kick Ass” y la magnífica “X-Men: Primera Generación”. Un estilo de acción especialmente descarado y salvaje a la hora de mostrar altas dosis de violencia, atenuada en esta ocasión por la acertada decisión de no mostrar una gota de sangre en pantalla (de no haber sido así “Kingsman” hubiese entrado directamente en la categoría del cine gore).
Entrar en el terreno del homenaje tiene sus inconvenientes, más aun si hablamos de un género con reglas y estereotipos tan marcados. Durante su primera hora “Kingsman” puede parecer que peca de falta de originalidad ya que todo el proceso de reclutamiento, el periodo de adiestramiento, los gadgets o el letal sicario suenan a vistos mil y una veces. Lo único que realmente descoloca por su novedad es el villano encarnado por Samuel L. Jackson.
Vaughn y Millar utilizan el recurso de dar la vuelta como un calcetín al típico villano de la saga Bond, despojándolo de cualquier atisbo de glamour y sofisticación. Un recurso novedoso que convierte al malo de la función en una exagerada antítesis de los héroes: un nerd norteamericano que viste al estilo hip-hop,come hamburguesas, cecea al hablar y se marea si ve sangre frente al más alto grado de sofisticación, estilo, flema y elegancia puramente británicos de una organización cuya tapadera es una sastrería y en la que para ingresar, es tan necesario dominar armas y técnicas de combate como saber llevar un traje a medida, comportarse como un gentleman y saber apreciar un buen licor.
Aunque en dicho tramo no ocurra realmente nada que no hayamos visto antes, la película no aburre en ningún momento y avanza con dinamismo gracias a sus magníficas escenas de acción, una buena dosificación del humor que nunca cae en la parodia y una muy buena química entre sus dos protagonistas.
Colin Firth debuta por todo lo alto en el blockbuster de acción puro luciendo su porte de gentleman inglés sobradamente conocido y empleándose sorprendente bien en las escenas físicas, mientras que el joven Taron Egerton, cuando consigues dejar de fijarte en lo mucho que se parece a Cristiano Ronaldo (clavadito, parece un mini-clon) llena la pantalla derrochando simpatía, carisma y encanto chulesco. Ambos alcanzan una compenetración perfecta en su relación tutor-pupilo.
Todo podría haber quedado ahí. Una versión de “My Fair Lady” actualizada y aplicada al cine clásico de espías entretenida, agradable y simpática. Entonces llegamos a LA IGLESIA.
Cuando se cierran las puertas de la iglesia ya no hay vuelta atrás. En ese momento Matthew Vaughn nos coje por los mismísimos y nos deja boquiabiertos metiéndonos literalmente de lleno en la escena de acción más brutal y salvaje rodada en años. Un exhuberante plano secuencia que vale el precio de la entrada a un cine por si solo, lección absoluta de planificación y dirección que deja a la fantásticas secuencias del pub y el salto en paracaidas en meros aperitivos. En este punto la película pisa a fondo el acelerador y no lo suelta hasta llegar a un desenlace absolutamente salvaje y pasadísimo de rosca.
Salvaje y elegante a partes iguales y extremadamente divertida, “Kingsman” es un auténtico misil que confirma a Matthew Vaughn como uno de los directores de acción del momento. El primer blockbuster que nos llega este año ha dejado el listón realmente alto para los que llegarán.
http://losreyesdelmando.com/2015/02/05/critica-kingsman-servicio-secreto/
Como las mencionadas tendencias son cíclicas, el tándem formado por Mark Millar y Matthew Vaughn eligen el mejor momento para reivindicar de nuevo la figura del superagente clásico y demostrar que se puede adaptar a las mil maravillas a los esquemas del blockbuster de acción de esta época.
“Kingsman: Servicio Secreto” utiliza las bases creadas por el director y el guionista de comics en “Kick Ass”, desarrollando y evolucionando un estilo propio para fusionar los lenguajes de comic y cine, ya reconocible a pesar de ser solamente su segundo proyecto juntos. Vaughn consigue su película más redonda, corrigiendo y aumentando de manera inteligente todos los aciertos narrativos y – sobre todo – visuales mostrados en la mencionada “Kick Ass” y la magnífica “X-Men: Primera Generación”. Un estilo de acción especialmente descarado y salvaje a la hora de mostrar altas dosis de violencia, atenuada en esta ocasión por la acertada decisión de no mostrar una gota de sangre en pantalla (de no haber sido así “Kingsman” hubiese entrado directamente en la categoría del cine gore).
Entrar en el terreno del homenaje tiene sus inconvenientes, más aun si hablamos de un género con reglas y estereotipos tan marcados. Durante su primera hora “Kingsman” puede parecer que peca de falta de originalidad ya que todo el proceso de reclutamiento, el periodo de adiestramiento, los gadgets o el letal sicario suenan a vistos mil y una veces. Lo único que realmente descoloca por su novedad es el villano encarnado por Samuel L. Jackson.
Vaughn y Millar utilizan el recurso de dar la vuelta como un calcetín al típico villano de la saga Bond, despojándolo de cualquier atisbo de glamour y sofisticación. Un recurso novedoso que convierte al malo de la función en una exagerada antítesis de los héroes: un nerd norteamericano que viste al estilo hip-hop,come hamburguesas, cecea al hablar y se marea si ve sangre frente al más alto grado de sofisticación, estilo, flema y elegancia puramente británicos de una organización cuya tapadera es una sastrería y en la que para ingresar, es tan necesario dominar armas y técnicas de combate como saber llevar un traje a medida, comportarse como un gentleman y saber apreciar un buen licor.
Aunque en dicho tramo no ocurra realmente nada que no hayamos visto antes, la película no aburre en ningún momento y avanza con dinamismo gracias a sus magníficas escenas de acción, una buena dosificación del humor que nunca cae en la parodia y una muy buena química entre sus dos protagonistas.
Colin Firth debuta por todo lo alto en el blockbuster de acción puro luciendo su porte de gentleman inglés sobradamente conocido y empleándose sorprendente bien en las escenas físicas, mientras que el joven Taron Egerton, cuando consigues dejar de fijarte en lo mucho que se parece a Cristiano Ronaldo (clavadito, parece un mini-clon) llena la pantalla derrochando simpatía, carisma y encanto chulesco. Ambos alcanzan una compenetración perfecta en su relación tutor-pupilo.
Todo podría haber quedado ahí. Una versión de “My Fair Lady” actualizada y aplicada al cine clásico de espías entretenida, agradable y simpática. Entonces llegamos a LA IGLESIA.
Cuando se cierran las puertas de la iglesia ya no hay vuelta atrás. En ese momento Matthew Vaughn nos coje por los mismísimos y nos deja boquiabiertos metiéndonos literalmente de lleno en la escena de acción más brutal y salvaje rodada en años. Un exhuberante plano secuencia que vale el precio de la entrada a un cine por si solo, lección absoluta de planificación y dirección que deja a la fantásticas secuencias del pub y el salto en paracaidas en meros aperitivos. En este punto la película pisa a fondo el acelerador y no lo suelta hasta llegar a un desenlace absolutamente salvaje y pasadísimo de rosca.
Salvaje y elegante a partes iguales y extremadamente divertida, “Kingsman” es un auténtico misil que confirma a Matthew Vaughn como uno de los directores de acción del momento. El primer blockbuster que nos llega este año ha dejado el listón realmente alto para los que llegarán.
http://losreyesdelmando.com/2015/02/05/critica-kingsman-servicio-secreto/
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