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Un completo desconocido

Drama Ambientada en la influyente escena musical de Nueva York de principios de los años 60, 'A Complete Unknown' cuenta la historia del meteórico ascenso del músico de Minnesota Bob Dylan, un cantante de folk de 19 años, hasta las salas de conciertos y lo más alto de las listas de éxitos. Las canciones y la mística de Dylan, de nombre Robert Allen Zimmerman, se convirtieron en un fenómeno mundial que culminó en 1965 con su transgresora ... [+]
Críticas 94
Críticas ordenadas por utilidad
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6
22 de enero de 2025
105 de 130 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que reconozco la enorme figura que es Bob Dylan. Musical, cultural y literariamente, el tío es un gigante. Dicho esto, no soy lo que se dice un gran fan. Conozco sus canciones más icónicas y sé quién es, pero no he profundizado mucho más allá. Quizá por eso, y porque no logré conectar con el personaje, la película no terminó de convencerme.

Timothée Chalamet hace un trabajazo, eso no se lo quito. Se mete en la piel de Dylan de manera tan fiel que se pasa casi toda la película con cara de cabreado o inexpresivo, como si el mundo entero le estuviera molestando. Entiendo que ese es Dylan, un tipo que se comunicaba a través de su música, pero no explorar más sus motivaciones o su lado más humano me sacó un poco de la película. Al no ser un gran fan ni hablar inglés nativo, no conecto con sus letras como probablemente lo haría alguien más inmerso en su obra, y eso hace que me cueste emocionarme con su historia.

Por el contrario, los secundarios me resultaron mucho más interesantes. Monica Barbaro como Joan Baez está espectacular, especialmente en la escena de la crisis de los misiles de Cuba, donde su inicial reacción de pánico la hace echarse a la calle desesperada, esa escena es un ejemplo de un cierto esfuerzo por transmitir la realidad sociopolítica de la época, y este personaje lo consigue. Elle Fanning también aporta el coñazo que es lidiar con un personaje tan reservado como Bob, incluso pecando de exposición al decirle a la cara en un momento dado que es un completo desconocido y que no tiene ni idea del pasado de Bob y qué le mueve a hacer lo que hace. Edward Norton, vaya lo que ha envejecido este actor! Pero está perfecto para este papel de tío bonachón de folk clásico con su banjo.

En cuanto a la parte técnica, poco que reprochar. La fotografía y el diseño de producción logran recrear la época de forma que casi puedes sentir el ambiente de los años 60 en esas tabernas de música folk. En ese sentido, esta peli es más que correcta.

A nivel musical, de nuevo, reconozco que mi falta de afinidad con Dylan juega en mi contra. Sin embargo, el curro de Chalamet para cantar (entiendo que con su propia voz) es digno de aplaudir. No es fácil imitar al maestro, y aquí lo hace bien, a mi entender.

En resumen, me parece una película bien hecha, con un reparto entregado y un gran trabajo técnico, pero que no termina de conectar conmigo. Quizá los fans más acérrimos de Dylan puedan disfrutarla mucho más, pero para los que no lo somos, se queda un poco fría.
7
31 de enero de 2025
69 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bastante interesante trabajo de James Mangold, dirigiendo y adaptando un libro sobre el salto a la fama de Bob Dylan y los años iniciales en que comienza su leyenda, publicado en 2015 por el guitarrista y periodista musical Elijah Wald: "¡Dylan se vuelve eléctrico! Newport, Seeger, Dylan y la noche que dividió los años sesenta".

Como en el libro, la película se centra sobre todo en contar las vivencias artísticas, la evolución musical, la lucha por cambiar lo establecido por el "mainstream" de la época, mientras nos sumerge en un contexto de relaciones entre músicos que se entienden y disfrutan juntos hablando el lenguaje de la música e intentando, aunque unos más que otros, influenciar el mundo con su arte y sus letras. Pero sin estar eso exento de algunas discusiones y conflictos. Todo ello aderezado con un par de las turbulentas relaciones sentimentales de Dylan en aquella época, por un lado con una joven de vida normal para la que supone un abismo adaptarse al tipo de vida del músico, y por otro lado una relación que mezcla profesionalidad, admiración mutua, camaradería y romance con Joan Baez, quien ya era cantante y compositora muy famosa antes que él y le ayudó a él en su lanzamiento.

Película ideal para melómanos, que de hecho no deja también de ser un musical de excelente banda sonora, para amantes del folk estadounidense, de los acordes acústicos de los años 60, de canciones con letras profundas, temas de protesta, de figuras como Joan Baez, Johnny Cash, Pete Seeger, Woody Guthrie..., y por supuesto claro de Bob Dylan. Del cual se nos va mostrando su carácter reservado y menos comprometido como activista con las cuestiones sociales y políticas que lo que hacen algunos de sus compañeros de profesión, a la par que se centra en perfeccionarse como artista buscando cambiar y revolucionar los conceptos, y va causando admiración entre los que le rodean por su capacidad sobresaliente como narrador con sus canciones. Algo que muchos años después le convertiría en el hasta ahora único músico en haber ganado el premio Nobel de Literatura, a pesar de que él, para hacer honor a su reputación no asistió a la ceremonia y dio las gracias casi a regañadientes.

En el apartado interpretativo, el protagonista absoluto Timothée Chalamet realiza uno de los mejores trabajos en su ya meritoria carrera aun siendo todavía bastante joven (29 años), hasta el punto que vuelve a mostrar sus dotes para musicales en los que ya brillara con su buen trabajo en "Wonka", y aquí él mismo canta, toca la guitarra y la armónica, con tal introspección en el papel que sus propios compañeros de reparto ya dudaban si era él o el propio Dylan quien cantaba, hablaba o se movía.

Igualmente hay que destacar que no hay dobles, sino que los actores Edward Norton y Boyd Holbrook y la actriz Monica Barbaro, sin ser músicos profesionales también interpretan ellos las canciones en que aparecen, respectivamente dando vida a Seager, Cash y Baez. Y lo hacen de un modo tan realista que hay que aplaudirles. Mención especial precisamente merece en general el trabajo de reparto sobre todo de Norton y Barbaro, así como también el de Elle Fanning recreando con el nombre supuesto Sylvie Russo a quien fuera la novia y musa en aquellos primeros años de Dylan (Suze Rotolo). Nombre supuesto a petición del propio Dylan, al ser la persona real alguien fuera del foco de la fama a quien él prefería no someter ahora a la exposición pública.

En definitiva, un largometraje que aunque en ocasiones se dispersa un poco con la aparición de numerosos secundarios, intenta y consigue un retrato fiel de la época y sus protagonistas. Así que si me preguntasen si merece o no la pena ver esta película, sólo podría decir que la respuesta, amigo mío, "is blowin' in the wind".
10
28 de febrero de 2025
37 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién es Robert Allen Zimmerman, más conocido mundialmente como Bob Dylan? El tío es un enigma, una leyenda, un mito completamente indescifrable e intentar responder a esa pregunta de la manera que sea es difícil de cojones.
Ya lo intentaron antes Todd Haynes con su ecléctica e interesantísima "I'm Not There" (2007) o los hermanos Coen con su "Inside Llewyn Davis" (2013), y ahora le ha llegado la hora a James Mangold, que ya había probado suerte con lo del biopic musical con "Walk the Line" (2005) y la figura de Johnny Cash, que también aparece en esta cinta, esta vez no con el rostro de Joaquin Phoenix sino con el de Boyd Holbrook, quien entrega una estupenda interpretación del Man In Black. Mangold es un cineasta realmente interesante, a mí me gusta mucho su cine, y encima firma el guion de esta "A Complete Unknown", que ha redactado junto a Jay Cocks, quien ha trabajado en tres ocasiones junto a Scorsese. Entregan ambos una especie de palimpsesto sobre los primeros pasos de Dylan en la escena musical, a principios y mediados de los 60's, y encima, aunque muy de pasada, también aprovechan para hacer referencias a lo convulsa que fue la década de los 60 en los Estados Unidos.
Lo confieso y reconozco: yo me hice adicto a la música del GRAN Bob Dylan hace 16 años, gracias a una cinta de Zack Snyder: "Watchmen" (2009). La novela gráfica en que se inspira contiene numerosas referencias al misterioso artista además de que en la adaptación cinematográfica suena durante los créditos iniciales esa MARAVILLA que es "The Times They Are A-Changin'" y también incluye en su banda sonora el "All Along The Watchtower", que el mismo Dylan dijo que ya siempre sería de Jimi Hendrix. Desde entonces me he escuchado varios de sus discos y puedo citar varios temas buenísimos del célebre cantautor como por ejemplo "Changing of the Guards", "Oh, Sister", "Queen Jane Approximately" u "One of Us Must Know (Sooner or Later)", que son algunos de mis favoritos.
Me voy un poquito por los cerros de Úbeda, perdón: alucinante resulta lo de Timothée Chalamet, ¡Joder!, empieza la película y ya ES Bob Dylan, es la hostia lo que ha hecho Chalamet, de verdad os lo digo. Además, le echa cojones y es él el que canta, nada de playback, eso habría sido una cagada, y no contento con cantar el mismo, va Chalamet y aprende a tocar la guitarra y la armónica, con un par. Pero es que digo más: no solo Chalamet, Edward Norton, Monica Barbaro y Boyd Holbrook son los que cantan en la cinta, ninguno ha usado el sucio truquito del playback. Chapó por ellos, de verdad.
Pero es que no solo Chalamet entrega una excelente actuación, todos y cada uno de los actores que participan en la cinta están entregados al 100%: Monica Barbaro (que por fin brilla después de dejarme con la miel en los labios en "Top Gun: Maverick" (2022)), Elle Fanning (MARAVILLOSA), Edward Norton, Boyd Holbrook, Scoot McNairy, todos muy afinados y entregados.
Para la fotografía Mangold ha vuelto a confiar una vez más en Phedon Papamichael, después de haber colaborado con el griego en siete ocasiones (contando con esta), y la verdad es que han logrado compenetrarse ambos de tal manera que la cinta es, visualmente hablando, una gozada.
Bueno, no solo visualmente hablando, para mí la cinta es buenísima al completo, se mire como se mire.
Y la música no hace falta que diga de quien es, ¿No?, JAJAJAJAJAJA.
Por cierto: os recomiendo encarecidamente el cómic publicado por Norma editorial "Bob Dylan Revisited", una auténtica pasada, imprescindible para los seguidores de Dylan.
Me he acordado que está pendiente de producirse una cinta basada de uno de los mejores álbumes de Dylan, "Blood on the tracks", que, en principio, va a dirigir Luca Guadagnino, a ver si fuese verdad, aunque el proyecto se anunció en 2018 y desde entonces no ha habido ninguna novedad o actualización.
Resumiendo:
La cinta es como la propia música de Dylan: es ecléctica y o la amas o la detestas, más allá de sus enigmáticas y misteriosas vida y personalidad, lo importante es disfrutar de su música, que a mí me ENCANTA, y yo he disfrutado de cada unos de los 141 minutos que dura esta película sobre el enigmático Bob Dylan, la recomiendo al 100%, es una GRAN película, un PELICULÓN, vaya.
Parafraseando a Dylan y su "Gotta Serve Somebody":
"Puedes llamarme Terry, puedes llamarme Timmy
Puedes llamarme Bobby, puedes llamarme Zimmy
Puedes llamarme RJ, puedes llamarme Ray
Puedes llamarme lo que quieras, no importa lo que digas."
Y una frase que me ha encantado de la cinta:
"Doscientas personas y cada una de ellas quiere que sea alguien diferente. Que les jodan a todos y me dejen ser."
8
15 de febrero de 2025
26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director James Mangold ha demostrado a lo largo de su carrera que es un cineasta versátil, capaz de entender y hacer funcionar los mecanismos de varios géneros. Aquí vuelve a elaborar una biografía (parcial) sobre una estrella de la música, como hizo hace veinte años con "En la cuerda floja" ("Walk The Line", 2005). Entonces prestó atención a Johnny (y June) Cash, y ahora aborda la, muchas veces enigmática, figura de Bob Dylan, atendiendo solo a sus inicios como músico.
El acercamiento que propone la película al bardo de Duluth encaja con lo que he leído en varias biografías sobre él: una persona creativa, ansiosa de éxito, pero, a la vez, muy inclinada a ocultar sus verdaderos (y a veces contradictorios) sentimientos.
Así, lo que Mangold obtiene, a mi entender, es un resultado muy digno: tanto los fieles seguidores del cantautor norteamericano como los que no tienen especial interés por él verán un film fluido (no entiendo cómo su montaje no está nominado al Óscar), coherente y bien medido, apoyado en unos actores sobresalientes. Los admiradores de Dylan podrán incluso emocionarse, y los que no saben casi nada de él podrán ver estimulada su curiosidad. En mi opinión, prueba más que superada, señor Mangold.
9
1 de marzo de 2025
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por contexto, aunque se notará en seguida, quiero que el lector sepa que soy un seguidor de Dylan desde hace 40 años, y compulsivo desde que le vi en un festival en La Coruña en 1993 que se llamaba "los 1000 años de Rock & Roll", en el que tocó el segundo día, tras The Kinks, y antes de Robert Plant y de John Mayall. En esa época, veinteañero, me gustaba Dylan pero no me entusiasmaba (saqué las entradas de ese concierto porque el primer día iba a tocar una reunificación de The Velvet Underground de Lou Reed, aunque posteriormente se cayeron del cartel). Me flipó lo bien que sonaba en directo, la riqueza instrumental, la potencia que emanaba de sus canciones incluso en las partes en las que tocaba sin el resguardo de su banda, pertrechado sólo con su guitarra, su armónica, y su única e intransferible voz.

Desde entonces he devorado sus discos (los 39 oficiales, y las decenas de discos "no oficiales" y bootlegs, actuaciones en TV, etc), sus programas de radio ("Bob Dylan's Theme Time Radio Hour"), sus libros (incluyendo su autobiografía "Chronicles: Volume One"), me gustan sus cuadros, sus esculturas y probablemente su marca de Whisky (Heaven’s Door Spirits). Por supuesto, le he visto 9 veces más en directo, incluyendo 2 en EEUU (Reno y Bakersfield), en el campo en mitad de la Sierra de Gredos, en una discoteca en Madrid capital, en un pueblo de la Sierra de Madrid o en el Auditorio Nacional, entre otros lugares.

Dylan tampoco es ajeno al cine, ha participado en diferentes películas (la más famosa "Pat Garrett y Billy el Niño" de Peckinpah) e incluso dirigido o escrito alguna ("Renaldo y Clara", o "Masked and Anonymous").

Por no hablar de los acercamientos que ha hecho Martin Scorsese en modo musical ("The Last Waltz", sobre la despedida de The Band, el grupo detrás de Dylan en sus primeros años eléctricos y en The Basement Tapes), documental/entrevista ("No Direction Home" título extraído también como la que nos ocupa de su icónica "Like a Rolling Stone"), o el falso documental ("Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story by Martin Scorsese").

Además su música aparece en decenas de grandes obras, incluyendo la mayoría de todo lo que ruedan los Hermanos Coen (inolvidable su tema central en "El gran Lebowski", "The Man in Me" compuesta por Dylan en 1970), o la impresionante introducción que usa Zack Snyder en 2009 en "Watchmen" ("The Times They Are A Changin", Bob Dylan, 1963).

Ah, y también tiene un Oscar por la mejor Canción Original por "Things Have Changed" en Wonder Boys (Curtis Hanson, 2000), una película muy recomendable e íntimamente relacionada con la Literatura, campo en el que Bob Dylan tiene el más alto honor como premio Nobel de Literatura 2016 de la Academia Sueca "por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense".

Con estos antecedentes no es extraño que el propio Dylan colaborara con James Mangold no tanto en la escritura del guión, como en alguna corrección menor (me barrunto que el "infantil" pitido en "Highway 61 Revisited" tiene todo el aroma), y que de hecho otorgara su "bendición" a la obra (inaudito para el artista más huraño del Pop moderno).

Y de nuevo, con estos antecedentes, tampoco es extraño que un chaval que no sabía nada de Bob Dylan, Timothée Chalamet, muy lejos generacionalmente, se convirtiera en un admirador más (y en coproductor de la película, por cierto), hasta el punto de aprovechar la pandemia y la huelga de guionistas (como 5 años de producción de la peli) para aprender a tocar la guitarra, la armónica e incluso a cantar de manera digna como Dylan ("Nadie canta a Dylan como Dylan" decía alguien de la CBS). Solo por eso no sé si se merece el Óscar, pero sí el reconocimiento del espectador... El mio lo tiene.

Lo mismo se puede decir de Edward Norton (como Pete Seeger), Mónica Barbaro (como Joan Báez), y en general del resto de los secundarios, toquen o no toquen.

En fin, dado mi sesgo, asumo que poca gente irá a ver la película por esta crítica, a no ser que le lluevan algunos de los Óscar a los que está merecidamente nominada.

Tampoco vayas si piensas que esta película "descubre" el misterio de Dylan, como no deberías ir a ver "Amadeus" de Miloš Forman para conocer la vida de Wolfgang Amadeus Mozart, o "El último acto" de Kenneth Branagh para "descubrir" quién fue William Shakespeare. Son autores intemporales, influyentes para muchas generaciones, y lo importante es su obra, porque al fin y al cabo, el contexto siempre es interpretable.

Para los que seguimos al artista: tened en cuenta que la película se toma licencias, que eso es inevitable, pero que lo cierto es que es un buen acercamiento a cómo un chaval (un gañán, de la américa profunda de Minnesota) se convierte en unos pocos años en Bob Dylan, hipnotizando con sus canciones a medio mundo.

Conclusión: excelente película, para los que conozcan al artista, y para los que no lo conozcan pero quieran tener alguna pista de dónde demonios sale. Muy disfrutable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo pongo como spoiler para no destripar cuál es el fondo de la película a los que no conozcan los inicios de Bob Dylan (en la película son sólo los últimos 20 minutos)

NB.- La película está basada libremente en el libro de Elijah Wald "Dylan Goes Electric!: Newport, Seeger, Dylan, and the Night That Split the Sixties".

NB2.- La película no se llevó ningún Óscar, de acuerdo. Pero toca fibras que nadie había tocado nunca. Espero que haya una segunda parte (y tercera, etc...), porque lo cierto es que esta peli es sólo un sorbito de Bob Dylan (cuando era un chavalín). De hecho en esta noche en la que estoy editando esta crítica, 28 Mar 2025, toca en Springfield, Missouri - Juanita K. Hammons Hall for the Performing Arts. ¿Por qué? Porque nadie canta Dylan como Bob Dylan, y lo sabe.
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