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Críticas ordenadas por utilidad
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4,4
1.742
6
29 de septiembre de 2011
29 de septiembre de 2011
21 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los Ozores en estado puro .... gracias a Dios.
Sin pretender otras cosa que entretener, hacer reir y relajar al público. Nada más ..... y nada menos.
Frente a esos "pseudointelectualesyartistas" tan "de la pomada", se alza esta gran familia de cómicos (qué bella denominación, llena de grandeza y carente de ambición) que al autor de estas pequeñas letras le han hecho pasar más ratos deliciosos que toda "la ceja" junta, multiplicada por cien.
Gracias D. Mariano ... usted no tiene la Concha de Platino del Festival del Compadreo pero sí a millones de espectadores anónimos y fieles, además de un montón de películas rentables económicamente.
Porque, señoras y señores, el cine, antes que un arte es una industria y su fin primordial es ganar dinero en la taquilla, no en el despacho de las Sinde de turno. Y Mariano Ozores, de eso .... sabe.
Sin pretender otras cosa que entretener, hacer reir y relajar al público. Nada más ..... y nada menos.
Frente a esos "pseudointelectualesyartistas" tan "de la pomada", se alza esta gran familia de cómicos (qué bella denominación, llena de grandeza y carente de ambición) que al autor de estas pequeñas letras le han hecho pasar más ratos deliciosos que toda "la ceja" junta, multiplicada por cien.
Gracias D. Mariano ... usted no tiene la Concha de Platino del Festival del Compadreo pero sí a millones de espectadores anónimos y fieles, además de un montón de películas rentables económicamente.
Porque, señoras y señores, el cine, antes que un arte es una industria y su fin primordial es ganar dinero en la taquilla, no en el despacho de las Sinde de turno. Y Mariano Ozores, de eso .... sabe.
Miniserie

6,2
948
9
16 de abril de 2011
16 de abril de 2011
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravillosa miniserie con aquella enjundia a la que, en unos días ya lejanos, nos tuvo bienacostumbrados TVE. Tal vez la mejor de todas ellas.
Sin embargo, en el mismo contexto, no puedo dejar de recordar además aquel Ramón y Cajal con Marsillac y Fernán Gómez así como La barraca, Llanto por Granada, La forja de un rebelde, Juncal, Los Jinetes del Alba, La Regenta y Fortunata y Jacinta, entre otras.
En fin, una época de esplendor que se engrandece si la comparamos con la actual, dominada por una ristra de macroseries vomitivas, sobreabundantes y, sobre todo, monotemáticas.
Quién sabe si, con el tiempo, volvemos a disfrutar de ese tipo de maravillosas series. Tal vez sí aunque me temo que, previamente, los amantes de las buenas historias deberemos jurar que, por supuestísimo, el bando republicano era arcangélico y el bando nacional (perdón, quise decir facha) era la encarnación del mal en estado puro.
Bueno, dejando de lado la sátira política, la interpretación de Concha Velasco es inconmensurable, la mejor de su carrera a mi juicio. De lo cual se deduce que un buen actor sabe ponerse -de forma convincente- en la piel de alguien cuya doctrina y ejemplo odia visceralmente.
Sin embargo, en el mismo contexto, no puedo dejar de recordar además aquel Ramón y Cajal con Marsillac y Fernán Gómez así como La barraca, Llanto por Granada, La forja de un rebelde, Juncal, Los Jinetes del Alba, La Regenta y Fortunata y Jacinta, entre otras.
En fin, una época de esplendor que se engrandece si la comparamos con la actual, dominada por una ristra de macroseries vomitivas, sobreabundantes y, sobre todo, monotemáticas.
Quién sabe si, con el tiempo, volvemos a disfrutar de ese tipo de maravillosas series. Tal vez sí aunque me temo que, previamente, los amantes de las buenas historias deberemos jurar que, por supuestísimo, el bando republicano era arcangélico y el bando nacional (perdón, quise decir facha) era la encarnación del mal en estado puro.
Bueno, dejando de lado la sátira política, la interpretación de Concha Velasco es inconmensurable, la mejor de su carrera a mi juicio. De lo cual se deduce que un buen actor sabe ponerse -de forma convincente- en la piel de alguien cuya doctrina y ejemplo odia visceralmente.

6,6
1.073
6
25 de enero de 2011
25 de enero de 2011
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se realiza una crítica a una película bélica, a un western o, incluso, a "una de romanos" los autores suelen limitarse a tratar sobre la bondad o maldad de la película, su argumento, actores, etc. No suelen, sin embargo, disertar sobre la "colonización" del far west, el imperio en tiempos de Trajano o la casuística que llevó al auge de los fascismos en Europa.
Pero, héteme aquí que, si la película versa (aunque sea circunstancialmente .... que no es éste el caso) con alguna historia en la que la Iglesia Católica pueda tener un mínimo protagonismo (protagonismo positivo, claro) .... siempre aparece el "Club de los Resentidos" cuyos componentes - aunque evidentemente fuera de la Iglesia- se sienten con todo el derecho y la autoridad del mundo para pontificar sobre ella (pontificar a degüello y con toda la mala baba y planteamientos soeces que se pueda, claro está).
Por mi parte, como soy católico, pero de los malos ...... entro al trapo y que los vayan dando .
Haré ahora mi pequeño comentario a la película para que el moderador -con toda la razón- no me regañe.
Hacen muchos años que la vi. La misma es fruto de una época y así hay que apreciarla. En su visualización tener fe, o carecer de ella influyen de modo fundamental (vamos, como si tratase sobre los Gulags de Stalin, más o menos). Muy recomendable para católicos y neutrales (si es que en la actual situación del país queda alguno de estos últimos).
Abstenerse lectores perteneces al "Club" antes mencionado ... ¡Ahórrense el trance, su úlcera se lo agradecerá!.
El papel de Jennifer Jones, en su debut cinematográfico es, a mi juicio, inolvidable. El Oscar con que fue premiada es -también a mi juicio y visto desde la perspectiva que proporcionan los casi 70 años de antigüedad de la película- plenamente merecido, y sólo por ello -el resto es totalmente previsible- y desde el respeto ideológico, hace que la película merezca la pena de ser visualizada, eso si: sin caer en fáciles alharacas.
Pero, héteme aquí que, si la película versa (aunque sea circunstancialmente .... que no es éste el caso) con alguna historia en la que la Iglesia Católica pueda tener un mínimo protagonismo (protagonismo positivo, claro) .... siempre aparece el "Club de los Resentidos" cuyos componentes - aunque evidentemente fuera de la Iglesia- se sienten con todo el derecho y la autoridad del mundo para pontificar sobre ella (pontificar a degüello y con toda la mala baba y planteamientos soeces que se pueda, claro está).
Por mi parte, como soy católico, pero de los malos ...... entro al trapo y que los vayan dando .
Haré ahora mi pequeño comentario a la película para que el moderador -con toda la razón- no me regañe.
Hacen muchos años que la vi. La misma es fruto de una época y así hay que apreciarla. En su visualización tener fe, o carecer de ella influyen de modo fundamental (vamos, como si tratase sobre los Gulags de Stalin, más o menos). Muy recomendable para católicos y neutrales (si es que en la actual situación del país queda alguno de estos últimos).
Abstenerse lectores perteneces al "Club" antes mencionado ... ¡Ahórrense el trance, su úlcera se lo agradecerá!.
El papel de Jennifer Jones, en su debut cinematográfico es, a mi juicio, inolvidable. El Oscar con que fue premiada es -también a mi juicio y visto desde la perspectiva que proporcionan los casi 70 años de antigüedad de la película- plenamente merecido, y sólo por ello -el resto es totalmente previsible- y desde el respeto ideológico, hace que la película merezca la pena de ser visualizada, eso si: sin caer en fáciles alharacas.

8,1
20.432
9
2 de mayo de 2012
2 de mayo de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En toda mi ya larga vida, nunca me he dejado adoctrinar por un club de sectarios con el placer con que lo hago cada vez que veo esta película (y van tropecientas visualizaciones).
Viceépica, grandiosamente simplona, un videoclip de adoctinamiento político elemental y burdo ....... pero BELLA, muy BELLA ...... la obra de un maestro de la armonía.
NOTA FINAL: Qué gran Burt Lancaster el de su etapa italiana (esta película, el Gatopardo, La piel ...)
Viceépica, grandiosamente simplona, un videoclip de adoctinamiento político elemental y burdo ....... pero BELLA, muy BELLA ...... la obra de un maestro de la armonía.
NOTA FINAL: Qué gran Burt Lancaster el de su etapa italiana (esta película, el Gatopardo, La piel ...)

6,2
1.586
8
13 de mayo de 2012
13 de mayo de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy he visto en TV la película Prueba de Vida que, por razones de orden íntimo, me interesaba profundamente, aunque sea un film mediocre.
Ésta que comento (El doctor) tiene mucho mayor empaque como obra cinematográfica. La considero una buena película.
Sin embargo ambos filmes tienen un nexo de unión, siendo entre sí totalmente diferentes. En ambos se recrea la figura del médico con el que desgraciadamente nos topamos los que tenemos la desgracia de tratarlos a menudo. Prepotentes, iniciáticos, insensibles, distantes ... quizá como una vacuna ante la tragedia diaria con la que conviven, un modo de autodefensa de quien tiene ya una simple profesión y no, como antaño, una vocación de servicio al prójimo, una suerte de sacerdocio laico.
En fin, son buenos fontaneros y razonables chapistas del cuerpo, pero nada más (salvando honrosas excepciones).
Las facultades ya han olvidado inclulcar a las nuevas generaciones el calor humano, el afecto, el consuelo y todos los intangibles que hacían de una profesión que ostenta nada menos que el 100% de fracaso garantizado, la más noble y admirada de todas.
Ésta que comento (El doctor) tiene mucho mayor empaque como obra cinematográfica. La considero una buena película.
Sin embargo ambos filmes tienen un nexo de unión, siendo entre sí totalmente diferentes. En ambos se recrea la figura del médico con el que desgraciadamente nos topamos los que tenemos la desgracia de tratarlos a menudo. Prepotentes, iniciáticos, insensibles, distantes ... quizá como una vacuna ante la tragedia diaria con la que conviven, un modo de autodefensa de quien tiene ya una simple profesión y no, como antaño, una vocación de servicio al prójimo, una suerte de sacerdocio laico.
En fin, son buenos fontaneros y razonables chapistas del cuerpo, pero nada más (salvando honrosas excepciones).
Las facultades ya han olvidado inclulcar a las nuevas generaciones el calor humano, el afecto, el consuelo y todos los intangibles que hacían de una profesión que ostenta nada menos que el 100% de fracaso garantizado, la más noble y admirada de todas.
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