La segunda parte de Infinity War y la conclusión de una década de historias y personajes entrelazados inspiran cierta melancolía al aficionado fiel, imprescindible para el seguidor habitual que ya en muchas ocasiones sabe detectar la rutina y la posible saturación de este subgénero, algo que debe superarse siempre con un buen guion.
Directores y guionista en búsqueda del perfecto balance entre sentimiento, comedia y épica.
Es tan adecuada y satisfactoria que rebuscamos en nuestra opinión qué defectos y qué detalles podrían eliminarse o añadirse para que resultara perfecta.

Tristemente sorpresiva la aversión militante hacía esta película, y no, no es tan mala. Un producto que no podemos situar en el top de Marvel Studios pero que ni de lejos merece algunas de las críticas vertidas en las redes sociales, opiniones a veces que hacen dudar incluso de su veracidad.
Véase sin prejuicios y disfrute con un resultado mediano en el cine de superhéroes.
Aciertos y detalles a mejorar en el ritmo del film no deben hacer renunciar a su visionado. El arranque titubeante del film va mejorando conforme pasan los minutos y se construye la relación (con una gran química) entre la protagonista y Nick Furia.
Apunte: El doblaje no hace justicia, sobre todo a Brie Larson.

Cuando escribes algo forzando y despreciando el contexto se crean subproductos como este. No se trata de ser purista, se trata de intentar crear nuevos caminos en un universo que aunque tiene elementos conocidos en nada deberían coartar la originalidad. El encaje soberbio olvidándose de lo que tienes entre manos da como resultado un desastre.
Ridículas las criticas profesionales asalariadas.
Quédate con las criticas de los aficionados que apenas puntúan con un 3 como mucho.

Un lienzo violento con brochazos de cine fantástico, acción y terror. La película destila sinceridad en sus objetivos y se agradece, no hay ni remilgos ni superfluos planteamientos eruditos para una trama simple e hilarante donde el recorrido argumental es brioso en fondo y forma.
Más que decente perfil en cada uno de los personajes donde la agilidad de los diálogos juega a favor de nuestro entretenimiento, y es que al final todo tiene su lógica incluso cuando tanta sangre nos salpica la cara mientras estamos sonriendo…
Efectivamente, no me arrepiento del dinero gastado por este sanguinario relato y estoy seguro de que a Robert Rodríguez también le ha gustado.
(madre mía la traducción del título al mercado español…)

Paso a paso nos introducimos en la bucólica rutina escandinava para ir descubriendo el origen y los porqués de una protagonista que se aferra a su profesión para tapar las carencias en el conocimiento de su naturaleza.
En esta incomoda fantasía no vamos a encontrar el azúcar de Disney. Lo fantástico no es cosa de niños y la incomodidad en cada descubrimiento no nos va a detener, más bien al contrario, nos empujará a acompañar a la protagonista cada vez que encuentre una respuesta más inquietante que la anterior.
Visionado obligado al aficionado de lo fantástico que no se contenta con los blockbuster programados.