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9
31 de diciembre de 2021
31 de diciembre de 2021
48 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya conocía desde hace años la historia de Martin Verfondern en Santoalla. Lo que no conocía era su desenlace. Y cuando vi que existía este documental, no me pude resistir a verla aunque no esperaba en absoluto que... (el resto en spoiler, porque es que si no conoces la historia, pues...).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
me fuera a desvelar quién fue el asesino (creía que todavía seguía siendo una desaparición misteriosa).
El infierno son los demás. Nunca una frase vino tan al pelo. Viendo el documental me quedó claro que los vecinos sólo estaban allí por dinero. No les gustaban los animales (Martin hace una grabación espeluznante de una cabra agonizando sin ser atendida por ellos), no les importaba nada el pueblo (a pesar de recibir dinero gracias a los montes comunales, no invertían ni un céntimo en mejorar el pueblo), trabajaban en el campo porque los estatutos estipulan que para recibir el dinero tienen que ejercer una actividad agrícola... En definitiva, una situación peligrosa para una pareja de soñadores acostumbrada a tratar con gente con ideales, desapegada de los bienes materiales y sin miedo a los cambios.
Da la impresión de que los Verfondern se precipitaron al decidirse a quedarse en Santoalla. Según se cuenta, llegaron una noche, montaron la tienda de campaña y durmieron viendo las estrellas... y a la mañana siguiente ya habían decidido quedarse a vivir allí. Así sin más. Sin investigar un poco cómo andaba la cosa por esos lares.
Hay un tópico en mi tierra de que los gallegos son brutos y cerrados de mente. Quizás los modernos ya no tanto, pero me da que los vecinos de Santoalla son un perfecto ejemplo de cómo eran los gallegos antiguamente. Si no, de qué la idea aquella sobre ellos.
A lo largo del visionado me sentía triste, porque veía que Margo sufría... Como no conocía el desenlace, al enterarme de que se descubrió finalmente el cadáver de Martin y se arrestó a los culpables, sentí un enorme alivio (igual que el que debió haber sentido Margo, me imagino).
Y ya eso de que todos los vecinos se acabaron marchando de Santoalla, dejando sola a Margo... ¿Qué queréis que os diga? Nunca la soledad me pareció tan deliciosa y agradable como entonces. Mejor sola que mal acompañada. Nuevamente, nunca una frase vino tan al pelo. Me alegro muchísimo por ella; pese al desgraciado final de su marido, ella por fin pudo vivir en el paraíso que tanto habían soñado ambos, sin tener el infierno a pocos pasos de la puerta de la casa.
Le habría puesto un diez si no fuera porque me pareció que faltaban detalles importantes, como las grabaciones donde Carlos le amenazaba de muerte. Creo que se profundizó poco en los conflictos entre los vecinos, supongo que para no caer en el morbo, pero es que si no conoces bien la historia puedes creer que no era para tanto. Y sí que lo era, mucho.
Por cierto, ¿cómo se les ocurre a los Verfondern sacar una foto en primer plano de un condón? Me hizo mucha gracia verlo, y denota lo originales que eran en cuanto a forma de pensar (además de la de vivir, por supuesto).
El infierno son los demás. Nunca una frase vino tan al pelo. Viendo el documental me quedó claro que los vecinos sólo estaban allí por dinero. No les gustaban los animales (Martin hace una grabación espeluznante de una cabra agonizando sin ser atendida por ellos), no les importaba nada el pueblo (a pesar de recibir dinero gracias a los montes comunales, no invertían ni un céntimo en mejorar el pueblo), trabajaban en el campo porque los estatutos estipulan que para recibir el dinero tienen que ejercer una actividad agrícola... En definitiva, una situación peligrosa para una pareja de soñadores acostumbrada a tratar con gente con ideales, desapegada de los bienes materiales y sin miedo a los cambios.
Da la impresión de que los Verfondern se precipitaron al decidirse a quedarse en Santoalla. Según se cuenta, llegaron una noche, montaron la tienda de campaña y durmieron viendo las estrellas... y a la mañana siguiente ya habían decidido quedarse a vivir allí. Así sin más. Sin investigar un poco cómo andaba la cosa por esos lares.
Hay un tópico en mi tierra de que los gallegos son brutos y cerrados de mente. Quizás los modernos ya no tanto, pero me da que los vecinos de Santoalla son un perfecto ejemplo de cómo eran los gallegos antiguamente. Si no, de qué la idea aquella sobre ellos.
A lo largo del visionado me sentía triste, porque veía que Margo sufría... Como no conocía el desenlace, al enterarme de que se descubrió finalmente el cadáver de Martin y se arrestó a los culpables, sentí un enorme alivio (igual que el que debió haber sentido Margo, me imagino).
Y ya eso de que todos los vecinos se acabaron marchando de Santoalla, dejando sola a Margo... ¿Qué queréis que os diga? Nunca la soledad me pareció tan deliciosa y agradable como entonces. Mejor sola que mal acompañada. Nuevamente, nunca una frase vino tan al pelo. Me alegro muchísimo por ella; pese al desgraciado final de su marido, ella por fin pudo vivir en el paraíso que tanto habían soñado ambos, sin tener el infierno a pocos pasos de la puerta de la casa.
Le habría puesto un diez si no fuera porque me pareció que faltaban detalles importantes, como las grabaciones donde Carlos le amenazaba de muerte. Creo que se profundizó poco en los conflictos entre los vecinos, supongo que para no caer en el morbo, pero es que si no conoces bien la historia puedes creer que no era para tanto. Y sí que lo era, mucho.
Por cierto, ¿cómo se les ocurre a los Verfondern sacar una foto en primer plano de un condón? Me hizo mucha gracia verlo, y denota lo originales que eran en cuanto a forma de pensar (además de la de vivir, por supuesto).
9
30 de noviembre de 2011
30 de noviembre de 2011
42 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo empezó con "Loving Annabelle", película que aborrecí desde el primer minuto. Buscando información sobre ella, llegué a "Mädchen in uniform", y me tentó la curiosidad de ver cómo sería una película acerca de la lesbiandad en unos años que nosotros imaginamos tan inocentes y cristianos.
No me decepcionó. Todo lo contrario: recibí más de lo que esperaba. La atmósfera sensual y la tensión amorosa están muy bien logradas. El beso de las buenas noches es el esplendoroso y dulce clímax. Ese tan inteligente recurso de sexualizar a las muchachas sin hacer que pierdan su estatus de niñas y personas.* Y, sobre todo, la forma tan natural e inocente de tratar un tema que hoy en día es tan mal visto y tratado, como es el lesbianismo... Harta estaba ya de que se banalizara tanto, de que siempre tuviese que llevar un tinte de denuncia social, de que toda película moderna acerca del lesbianismo tuviese que implicar sí o sí una escena de sexo, recibí "Mädchen in uniform" con gran algarabía y deleite.
Esa película, como lo veo yo, es un intento de recrear una sociedad de amazonas mitológicas, donde cualquiera puede enamorarse y pretender libremente a la que desee. Donde ninguna se escandaliza al saber que una está enamorada de otra, sino todo lo contrario: se lo toma como si fuera algo tan natural que puede incluso hacer bromas con ello, al más puro estilo "Ana y Pepa se besan bajo un árbol, lalalá". Donde ni siquiera la directora, tan autoritaria y prusiana como ella sola, se altera un ápice con el ambiente lésbico que se cuece en su "humilde" internado. Donde una maestra puede besar en la boca a una alumna sin que nadie ponga el grito en el cielo, a excepción de alguna que otra celosa.
¿Qué decir de las interpretaciones? Increíblemente bien hechas para ser de aquella época. Se destila naturalidad y complicidad por todos y cada uno de los fotogramas.
Me sorprendió mucho que una película así existiera en los años treinta, pero luego leí en alguna parte que en esa época, anterior al auge de la derecha en Europa, la homosexualidad estaba vista como algo natural, e incluso se habían hecho (¿o iban a hacerlas?) leyes a favor de los que presentaran dicha orientación sexual. Eso da qué pensar: ahora que estamos viviendo un nuevo auge de la derecha europea, podemos esperar que nuevamente se corten derechos a los homosexuales... ¿el eterno retorno?, ¿un nuevo ciclo histórico?
En fin, lamento profundamente que Hitler le cogiera tanta manía, puesto que con su férrea censura, la película ha llegado en trozos hasta nuestros días, y no podemos gozarla en todo su esplendor, como el Arte manda.
Por último, decir que en alguna parte, leí a alguien que decía que sólo las películas en las que salían exclusivamente varones eran perfectas. Pues a él le recomendaría, sin dudar, "Mädchen in uniform". A ver qué opina de esa pequeña gran obra maestra en la que salen únicamente mujeres, si es que se atreve a visionarla.
No me decepcionó. Todo lo contrario: recibí más de lo que esperaba. La atmósfera sensual y la tensión amorosa están muy bien logradas. El beso de las buenas noches es el esplendoroso y dulce clímax. Ese tan inteligente recurso de sexualizar a las muchachas sin hacer que pierdan su estatus de niñas y personas.* Y, sobre todo, la forma tan natural e inocente de tratar un tema que hoy en día es tan mal visto y tratado, como es el lesbianismo... Harta estaba ya de que se banalizara tanto, de que siempre tuviese que llevar un tinte de denuncia social, de que toda película moderna acerca del lesbianismo tuviese que implicar sí o sí una escena de sexo, recibí "Mädchen in uniform" con gran algarabía y deleite.
Esa película, como lo veo yo, es un intento de recrear una sociedad de amazonas mitológicas, donde cualquiera puede enamorarse y pretender libremente a la que desee. Donde ninguna se escandaliza al saber que una está enamorada de otra, sino todo lo contrario: se lo toma como si fuera algo tan natural que puede incluso hacer bromas con ello, al más puro estilo "Ana y Pepa se besan bajo un árbol, lalalá". Donde ni siquiera la directora, tan autoritaria y prusiana como ella sola, se altera un ápice con el ambiente lésbico que se cuece en su "humilde" internado. Donde una maestra puede besar en la boca a una alumna sin que nadie ponga el grito en el cielo, a excepción de alguna que otra celosa.
¿Qué decir de las interpretaciones? Increíblemente bien hechas para ser de aquella época. Se destila naturalidad y complicidad por todos y cada uno de los fotogramas.
Me sorprendió mucho que una película así existiera en los años treinta, pero luego leí en alguna parte que en esa época, anterior al auge de la derecha en Europa, la homosexualidad estaba vista como algo natural, e incluso se habían hecho (¿o iban a hacerlas?) leyes a favor de los que presentaran dicha orientación sexual. Eso da qué pensar: ahora que estamos viviendo un nuevo auge de la derecha europea, podemos esperar que nuevamente se corten derechos a los homosexuales... ¿el eterno retorno?, ¿un nuevo ciclo histórico?
En fin, lamento profundamente que Hitler le cogiera tanta manía, puesto que con su férrea censura, la película ha llegado en trozos hasta nuestros días, y no podemos gozarla en todo su esplendor, como el Arte manda.
Por último, decir que en alguna parte, leí a alguien que decía que sólo las películas en las que salían exclusivamente varones eran perfectas. Pues a él le recomendaría, sin dudar, "Mädchen in uniform". A ver qué opina de esa pequeña gran obra maestra en la que salen únicamente mujeres, si es que se atreve a visionarla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*Por ejemplo, en una escena vemos a una muchacha reventar su uniforme gracias a sus tetas hiperdesarrolladas mientras sus compañeras la observan curiosas. Pese a ese momento supuestamente tan erótico, seguimos percibiendo a las chicas como iguales en vez de como objetos sexuales, gracias a su naturalidad, inocencia y espontaneidad. Son simplemente muchachas que se descubren a sí mismas, experimentan, juegan, bromean... Y la película transmite todo eso a la perfección. Me encanta.

7,4
1.371
9
24 de septiembre de 2011
24 de septiembre de 2011
30 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ése es el título en castellano del libro escrito por Richard Adams y editado en 1979 por la editorial Emecé. El que no le pusieran ese título u otro en el mismo idioma al largometraje animado imagino que se deberá a que no ha tenido mucha repercusión en el mundo hispanohablante. Es lógico, teniendo en cuenta que por aquel entonces aún se asociaba la animación con la infancia, y "The plague dogs" contiene -al menos en la versión no censurada- escenas chocantes, que incluyen sangre (y no hablo ya de las escenas psicológicamente devastadoras*).
El estilo de la animación me ha recordado al estilo tan popularizado en los dibujos animados infantiles de aquella época (Las tortugas ninja, X-men, etc) pero mucho más refinado y agradable de ver. Lo que más me ha gustado es que tuviera un tinte realista: los perros no se ponen a cantar y bailar, no están humanizados (no gesticulan, no se ponen a dos patas, no sonríen ni alzan la ceja...), y mucho menos están caricaturizados.
Pero lo mejor de todo es el guión. Tengo que confesar que me esperaba un cagarro. El libro de Richard Adams me pareció muy malo: era la típica novela destinada a convertirse en un best-seller, sin implicaciones filosóficas, o directamente sin mojarse en nada, como no fuera en el asunto de la crueldad animal en laboratorios; y con una o más historias de humanos y sus dramas vitales de por medio. Muy simplona, vaya. Sin embargo, tras ver la película, sobre todo tras ver su final, puedo dictaminar, sin miedo a equivocarme, que es absolutamente mejor que la novela en la que se ha basado. El final es diferente, y, a mi parecer mucho mejor que el del libro, rozando incluso la perfección. Los humanos apenas intervienen, como no sea para darle un contexto a la historia de los perros.
Tenéis que verla, porque si no, no sabéis lo que os perdéis. Es una verdadera joya de la animación para todos los públicos (como diría Siruela, "de 8 a 88 años"), e incluso, si no fuera porque no he visto tantas películas animadas como para poder afirmarlo sin reservas, podría decir que es la mejor de todos los tiempos.
El estilo de la animación me ha recordado al estilo tan popularizado en los dibujos animados infantiles de aquella época (Las tortugas ninja, X-men, etc) pero mucho más refinado y agradable de ver. Lo que más me ha gustado es que tuviera un tinte realista: los perros no se ponen a cantar y bailar, no están humanizados (no gesticulan, no se ponen a dos patas, no sonríen ni alzan la ceja...), y mucho menos están caricaturizados.
Pero lo mejor de todo es el guión. Tengo que confesar que me esperaba un cagarro. El libro de Richard Adams me pareció muy malo: era la típica novela destinada a convertirse en un best-seller, sin implicaciones filosóficas, o directamente sin mojarse en nada, como no fuera en el asunto de la crueldad animal en laboratorios; y con una o más historias de humanos y sus dramas vitales de por medio. Muy simplona, vaya. Sin embargo, tras ver la película, sobre todo tras ver su final, puedo dictaminar, sin miedo a equivocarme, que es absolutamente mejor que la novela en la que se ha basado. El final es diferente, y, a mi parecer mucho mejor que el del libro, rozando incluso la perfección. Los humanos apenas intervienen, como no sea para darle un contexto a la historia de los perros.
Tenéis que verla, porque si no, no sabéis lo que os perdéis. Es una verdadera joya de la animación para todos los públicos (como diría Siruela, "de 8 a 88 años"), e incluso, si no fuera porque no he visto tantas películas animadas como para poder afirmarlo sin reservas, podría decir que es la mejor de todos los tiempos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*entre las cuales destacan la muerte del zorro (pobre zorro...) y el final (pobres perros, tan desesperados y a la vez tan esperanzados...)
Podría pensarse que es paradójico huir de los Túnica blanca y su cruel piscina de agua, para acabar muriendo de la misma forma en que se suponía que iba a morir si se quedaba a manos de los Túnica Blanca. Pero yo lo veo como una metáfora. La piscina de agua, el mar, son lo mismo: la Muerte, el sufrimiento de la vida. La diferencia entre la piscina y el mar está en la forma de morir: ¿quieres morir a manos de otros, sin poder hacer nada al respecto, o quieres morir por tu propio pie, libre, siguiendo tus creencias?
Hermosa película.
Podría pensarse que es paradójico huir de los Túnica blanca y su cruel piscina de agua, para acabar muriendo de la misma forma en que se suponía que iba a morir si se quedaba a manos de los Túnica Blanca. Pero yo lo veo como una metáfora. La piscina de agua, el mar, son lo mismo: la Muerte, el sufrimiento de la vida. La diferencia entre la piscina y el mar está en la forma de morir: ¿quieres morir a manos de otros, sin poder hacer nada al respecto, o quieres morir por tu propio pie, libre, siguiendo tus creencias?
Hermosa película.

7,9
29.954
9
22 de marzo de 2015
22 de marzo de 2015
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de (¿o debería decir "así como"?) "Oso blanco", me parece el capítulo más devastador de "Black Mirror".
La ética... qué juego da. Siempre hay posiciones a favor y en contra en cualquier asunto, y pensar que un conjunto de bits fabricado por ordenador, aunque con conciencia propia, pueda ser tomado como un ser que siente y por tanto merece derechos, a día de hoy suena descabellado... y en el futuro, quizás siga igual.
No puedo evitar relacionar ese asunto con el del aborto. Yo no tengo ninguna postura clara acerca de ese espinoso tema, pero es la postura aquella de considerar que algo es sólo un conjunto de bits/células, no merece suficiente consideración como para tener derechos... aunque tenga/pueda tener en un futuro conciencia de sí mismo.
Y también lo relaciono con la explotación animal. Los "miniyo" están encerrados en la nada, sin posibilidad de comunicarse ni de actuar so pena de nada absoluta durante enormes lapsos de tiempo, haciendo así imposible su lucha y emancipación. Son concebidos únicamente para el uso y disfrute del ser humano. Ese aislamiento forzado e imposible de eludir me recuerda a la incapacidad física y mental de los animales de salir de una situación que han creado los seres humanos, de defenderse y hacerse valer como seres sintientes y con conciencia que presumiblemente son.
En fin, me hace pensar tantas cosas ese capítulo... Y qué decir de su realización... Im-pe-ca-ble. Te deja con un mal rollo impresionante: concretamente, el contraste entre la satisfacción y despreocupación de la mujer "real" con la angustia e impotencia de la mujer "miniyo" fue lo que más me llegó de todo el capítulo. Qué grande, joder, qué inmenso... Una pena lo del spoiler, me hace quitarle un punto.
La ética... qué juego da. Siempre hay posiciones a favor y en contra en cualquier asunto, y pensar que un conjunto de bits fabricado por ordenador, aunque con conciencia propia, pueda ser tomado como un ser que siente y por tanto merece derechos, a día de hoy suena descabellado... y en el futuro, quizás siga igual.
No puedo evitar relacionar ese asunto con el del aborto. Yo no tengo ninguna postura clara acerca de ese espinoso tema, pero es la postura aquella de considerar que algo es sólo un conjunto de bits/células, no merece suficiente consideración como para tener derechos... aunque tenga/pueda tener en un futuro conciencia de sí mismo.
Y también lo relaciono con la explotación animal. Los "miniyo" están encerrados en la nada, sin posibilidad de comunicarse ni de actuar so pena de nada absoluta durante enormes lapsos de tiempo, haciendo así imposible su lucha y emancipación. Son concebidos únicamente para el uso y disfrute del ser humano. Ese aislamiento forzado e imposible de eludir me recuerda a la incapacidad física y mental de los animales de salir de una situación que han creado los seres humanos, de defenderse y hacerse valer como seres sintientes y con conciencia que presumiblemente son.
En fin, me hace pensar tantas cosas ese capítulo... Y qué decir de su realización... Im-pe-ca-ble. Te deja con un mal rollo impresionante: concretamente, el contraste entre la satisfacción y despreocupación de la mujer "real" con la angustia e impotencia de la mujer "miniyo" fue lo que más me llegó de todo el capítulo. Qué grande, joder, qué inmenso... Una pena lo del spoiler, me hace quitarle un punto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... el "cookie", ¿cómo puede saberlo todo sobre sí mismo, y no saber que su intención era duplicarse a sí mismo para tener un "miniyo"? Quizás debería volver a verlo.

8,2
177.941
10
31 de julio de 2013
31 de julio de 2013
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conozco la película desde niña. Y siempre que la recuerdo, me viene a la mente la escena donde Clarice confiesa la razón de su huida del rancho de su tío (los corderos). Recuerdo su mirada cristalina y temblorosa, su rostro tenso y su ceño fruncido, mientras cuenta su pequeño gran trauma, envuelta en penumbra opresiva. A un psicópata, nada más y nada menos. Sincerarse, contar lo que jamás te habías atrevido a contar a nadie... ¡con un psicópata a quien estás interrogando! La conexión que se establece entre ambos es tan intensa, que llegas a sufrirla, a anhelarla. Y el clímax de dicha tensión, para mí, se produce en el momento en que, al entregarle los folios, le roza delicadamente la mano con un dedo (y, por supuesto, Clarice no siente rechazo... más bien todo lo contrario). Magistral, bellísimo.
¿Qué siente Hannibal por ella? Hay muchas conjeturas, y por lo que he leído, en "Hannibal" (una de sus secuelas) se deja claro ese tema. Pero yo, sin verla, sino basándome únicamente en lo que he visto en "El silencio de los corderos", presupongo que ha visto en ella un diamante en bruto, y decidió utilizar sus elevadas capacidades para hacer el Bien (¿una vez más?); es decir, transformarla, convertirla en una mariposa hermosa, y así regalar algo bueno al mundo. Se convierte en su obsesión, en un proyecto. Por eso no la mata. No quieres matar lo que tanto quieres, lo que has creado.
Y ella metamorfosea. Se convierte en una resplandeciente mariposa. Lo consigue, y Hannibal le dio la llave para ello: le permitió enfrentarse a sus propios fantasmas y madurar, salir adelante, en definitiva, acallar los gritos de los corderos en su mente. Desde luego, seguro fue un buen psiquiatra antes de meterse a devorar gente.
Pobre Buffalo Bill. Cuando cayó fulminado por el arma de Clarise, sentí congoja. Una infancia terrible, unos imperiosos deseos de cambiar, de salir de sí mismo y ser otro... como la crisálida a la que tanto mima. Despellejar y ponerse la piel de otro para así saciar sus más viscerales impulsos. Nada más que un animal trastornado, infeliz. El Thánatos autodestructivo. Y al final lo consiguió: acabaron con él, acabaron con su miseria y sus penurias. Sentí congoja, pero al mismo tiempo alivio. Ya no tendrá que padecer más la existencia, el permanente estado de crisálida, la frustración de no poder superarlo y estar por fin a gusto consigo mismo, ser normal.
En fin, una película grandiosa, puro thriller psicológico de calidad.
¿Qué siente Hannibal por ella? Hay muchas conjeturas, y por lo que he leído, en "Hannibal" (una de sus secuelas) se deja claro ese tema. Pero yo, sin verla, sino basándome únicamente en lo que he visto en "El silencio de los corderos", presupongo que ha visto en ella un diamante en bruto, y decidió utilizar sus elevadas capacidades para hacer el Bien (¿una vez más?); es decir, transformarla, convertirla en una mariposa hermosa, y así regalar algo bueno al mundo. Se convierte en su obsesión, en un proyecto. Por eso no la mata. No quieres matar lo que tanto quieres, lo que has creado.
Y ella metamorfosea. Se convierte en una resplandeciente mariposa. Lo consigue, y Hannibal le dio la llave para ello: le permitió enfrentarse a sus propios fantasmas y madurar, salir adelante, en definitiva, acallar los gritos de los corderos en su mente. Desde luego, seguro fue un buen psiquiatra antes de meterse a devorar gente.
Pobre Buffalo Bill. Cuando cayó fulminado por el arma de Clarise, sentí congoja. Una infancia terrible, unos imperiosos deseos de cambiar, de salir de sí mismo y ser otro... como la crisálida a la que tanto mima. Despellejar y ponerse la piel de otro para así saciar sus más viscerales impulsos. Nada más que un animal trastornado, infeliz. El Thánatos autodestructivo. Y al final lo consiguió: acabaron con él, acabaron con su miseria y sus penurias. Sentí congoja, pero al mismo tiempo alivio. Ya no tendrá que padecer más la existencia, el permanente estado de crisálida, la frustración de no poder superarlo y estar por fin a gusto consigo mismo, ser normal.
En fin, una película grandiosa, puro thriller psicológico de calidad.
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