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Ferrari

Drama Verano de 1957. El expiloto de carreras Enzo Ferrari está en crisis. La bancarrota acecha a la empresa que él y su esposa, Laura, construyeron de la nada diez años atrás. Su tormentoso matrimonio se encuentra en medio de una gran crisis, mientras lidian con la muerte de su hijo. En esta crucial etapa, Ferrari tomará decisiones arriesgadas apostándolo todo en una única carrera que atraviesa 1.000 millas a lo largo de toda Italia: la Mille Miglia. [+]
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Críticas 50
Críticas ordenadas por utilidad
1 de febrero de 2024
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La carretera con menos curvas

La historia de Enzo Ferrari, el creador de la marca italiana de coches de lujo está llena de hechos cuestionables. El retrato de Mann lo presenta como un hombre torturado que debe dirigir su empresa y su vida familiar con su mujer y su amante. Más allá de cualquier consideración, Ferrari presenta un biopic convencional, sin nada de particular.

La decisión de construir la película alrededor de la vida familiar de Enzo Ferrari podría pecar de amarillismo pero Mann consigue dotarla de cierto dramatismo. A pesar de que nos presenta una imagen falseada del empresario italiano, es un acierto tratar de hablar de la marca Ferrari desde el aspecto familiar. Sin embargo, eso hace que el drama automovilístico sea mínimo.

Ferrari no es una película arriesgada. Coge los elementos característicos del género y construye una base sólida para presentarnos al personaje y su mundo dentro de una atmósfera correcta. Aunque, reconozcámoslo, Michael Mann no será recordado por su Ferrari.

*Seguridad, sí, velocidad, no tanta

Ferrari es una película que cuenta con un gran director detrás. A pesar de no tener nada único, la película funciona perfectamente. Quizá no ofrece tanta emoción como debería, pues los únicos momentos con un poco de adrenalina son las carreras (y no hay tantas) pero el ritmo del film es bueno y no baja en ningún momento.

La mano de Michael Mann se ve en la elección de planos muy cerrados cuando la cámara se centra en Enzo Ferrari (Adam Driver) y sus tribulaciones. Precisamente el reparto es uno de los puntos claves para que merezca la pena ver Ferrari.

Adam Driver como protagonista vuelve a demostrar por enésima vez que es un gran actor. Cumple su papel y, para mí, supera a actuaciones de Oscar como la de Bradley Cooper como Leonard Bernstein en la reciente Maestro (2023). Pero destaca especialmente Penélope Cruz en su rol de Laura Ferrari, la esposa y fundadora junto con su marido, de Ferrari. Por último, Shailene Woodley que, como Lina Lardi tiene un papel que no le permite brillar pero que consigue tratar con solvencia.

*Pero... ¿y las carreras?

Lo mejor de Ferrari quizá sean sus escenas de acción. La carrera final y los momentos en que se intentan batir los récords de velocidad dan la adrenalina y emoción necesarias a una película que, sin eso, seria demasiado plana.

El montaje de las carreras es perfecto, con una estética que retrotrae a los años cincuenta y con unos coches espectaculares. Michael Mann demuestra que sabe colocar la cámara y trabajar la atmósfera de las carreras. Sin embargo, a Ferrari le podría haber venido bien un poco más de tensión con sus rivales, puesto que la otra marca italiana de lujo aparece como un ente que nos deben ir recordando que existe porque sino, como espectadores, nos olvidamos porque no tienen ninguna importancia.

*Conclusión

Ferrari es un biopic sobre el empresario italiano que fundo una de las sagas automovilísticas más importantes del mundo. La película transita por carreteras planas y rectas, sin mucha emoción, pero las actuaciones y la buena dirección de Michael Mann, sobretodo a la hora de grabar las carreras hacen subir una película convencional pero con un buen ritmo. A Ferrari le hace falta una puesta a punto en el taller.

Escrito por Guillem Uceda i Oliver
Cinemagavia
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9 de febrero de 2024
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por el veterano Michael Mann, escrita por Troy Kennedy-Martin y protagonizada por Adam Driver, Penélope Cruz y Shailene Woodley.

Verano de 1957. El expiloto de carreras Enzo Ferrari está en crisis. La bancarrota acecha a la empresa que él y su esposa, Laura, construyeron de la nada diez años atrás. Su tormentoso matrimonio se encuentra en medio de una gran crisis, mientras lidian con la muerte de su hijo. En esta crucial etapa, Ferrari tomará decisiones arriesgadas, apostándolo todo en una única carrera que atraviesa 1.000 millas a lo largo de toda Italia: la Mille Miglia.

¿Es una mala película?, la respuesta es no. ¿Es una buena película?, la respuesta es sí. ¿Es lo mejor de Michael Mann?, la respuesta es no.

Con esas tres respuestas uno puedo comenzar a descifrar el resultado de lo nuevo del gran director tras Heat o The Last of the Mohicans. En su versión de Ferrari vemos a un director con un cambio más abajo de lo que nos tiene acostumbrado, en especial en el momento de introducirnos todo el drama de la vida de Enzo Ferrari. La verdad es que el director logra darle algo más de sustancia al guion, el cual no favorece en demasía a que tengamos un resultado mucho más contundente, no es que sea un mal guion, es un guion al cual le falta un poco más de sustancia para adentrarnos con todo en la magia que significa Ferrari.

En donde si podemos ver al director como nos gusta es en su manejo de las carreras que francamente son un deleite sensacional de como el director nos hace sentir todo ese placer que conlleva el automovilismo. Michael Mann nos sumerge en la carrera histórica de Mille Miglia de manera fascinante con secuencias de cámara y planos bellísimos de adrenalina pura que te trasladan a la sensación más absoluta de estar en frente de carreras de autos.

Un trabajo técnico deslumbrante tanto de fotografía, sonido y dirección que hace que sea lo más contundente de la película y lo que realmente te deja satisfecho de lo que vemos de Ferrari. Al realizar el mayor legado del automovilismo, se empantana en un aburrido drama sentimental, pero las secuencias de carreras son muy emocionantes con las cuales terminas compensando todo ese fallo que puedas encontrar.

Por otro lado, nos encontramos con el drama personal y como mencionaba anteriormente, no termina de ser todo lo bueno que uno podría querer. Si bien uno se encuentra con grandes interpretaciones de parte de Adam Driver y sobre todo Penélope Cruz, no son suficientes para llegar a igualar lo que nos trasmite todo el desarrollo de la competición y los coches en la pista.

No funciona como una historia de principio a fin, pero como película sobre la persistente presencia de la muerte y la adrenalina hacen que terminemos llegando al recorrido final, algo más entusiasmado que en su inicio; por su segunda mitad es que nos quedamos con la sensación de gusto a poco y que tal vez nos pudieron dar una dosis mucho más satisfactoria de ese Michael Mann que tanto extrañábamos.

Es una correcta y lograda película que nos vuelve a traer a uno de los grandes directores de la industria, seguramente no es el regreso que todos esperábamos, pero si nos quedamos con un biopic de Enzo Ferrari que logra transmitir toda esa pasión por las carreras y sus autos. Entretiene y pese a los momentos de adrenalina de las carreras y las pruebas contrarreloj, no va más allá de ser un filme correcto con momentos de maestría.
Yoamoalcine
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29 de febrero de 2024
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realmente, y aunque Enzo Ferrari/Adam Driver sale permanentemente en pantalla, la memoria a quien no pierde de vista es a Penélope Cruz/Laura Ferrari.
La retina fija esa imagen desolada, crispada permanentemente, de su personaje.
Es cierto que te da la sensación de disfraz, parece que le han puesto pelucón y algún cojín bajo la faja; sin embargo, esos primeros planos, la forma en que se mueve. Que mira, te atrapa para siempre. Gran mérito, si no el principal, es suyo.
Las interpretaciones de ambos están compensadas. También Driver hace un buen trabajo; el resto, simplemente cumple.
Los biopics  tienen el dudoso honor de ser reproducciones de seres más o menos legendarios. En este, Ferrari es mítico por la marca, la exigencia que imprime a sus pilotos. Poco más. Un tipo oscuro del que no se cuenta casi nada. Detrás del constructor vemos al hombre, sí, pero opacado por esas gafas negras que ocultan lo que mira y a quien. No transmite pasión, sino una fría y férrea determinación ante el triunfo.
Luego hay esbozos de compasión, en ella se delatan mucho más con esas transacciones bancarias. Tampoco parece que el amor le nuble la ya triste visión de lo que ocurre a su alrededor.
La madre está magnífica. Sus pocos diálogos son la pincelada exacta de cómo que esa buena señora debía de ser.
Las carreras. Creo que están bien rodadas, pero a estas alturas hay borrones que no se pueden pasar por alto:  los accidentes. Estos se perciben sobre todo en la figura del que va, ya cadáver, dentro del bólido siniestrado. No solo se distingue que es un muñeco, sino que la cámara se recrea en él. Supongo que hoy en día hay técnicas mejores o, al menos, se pueden disimular esos fallos groseros. Michael Mann es un experto en cine de acción y sus anteriores películas así lo demuestran.
Es una película entretenida, amena, con ganas de ver más, pero la historia, como todas, tiene un final y aquí se sintetiza en unos cuantos párrafos de los muchos que, seguramente, contiene la biografía de los Ferrari.
Lis
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9 de febrero de 2024
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión es una película con un guión muy plano. No existe profundidad en ningún tema. Parece que todo se dirige hacia ese final que impacte a la retina del espectador. Adam Driver es un actor camaleonico, capaz de lo mejor y de lo peor. Penelope Cruz me sigue recordando a esa actriz enojada y exagerada que no sabe doblarse al castellano, no entiendo que ve la critica en esta señora. No hay tensión entre los ingenieros que resultaría de interés sus proezas técnicas para alcanzar el liderazgo. Ni tan siquiera la carrera resulta atractiva y espectacular. Una amalgama de volantes, pedales y perfiles. No. No es una buena película que dibuje la imagen de una marca de tanta referencia en el mundo del automovilismo.
Jnavarr
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31 de enero de 2024
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escrita por Troy Kennedy Martin (que murió en 2009) la película está basada en la biografía de Enzo Ferrari escrita por Brock Yates, un biopic que se centra en el año 1957, un momento crucial en la vida de este piloto y fabricante de automóviles.

La figura de este hombre frío, distante, mujeriego, hundido por la muerte de su pequeño hijo queda reflejada en esta parte de la historia de su vida, donde se profundiza bastante en su vida particular más que en su vida profesional, con los logros en el mundo de las carreras y la velocidad de sus espectaculares automóviles.

Enzo Ferrari está interpretado irreconociblemente por Adam Driver, un camaleónico actor que con mucho aplomo y seriedad intenta ganar la famosa carrera "Mille Miglia" con su negocio al borde de la ruina. Mientras que Penélope Cruz es su esposa y socia, quizá la más creíble con el acento latino al ser española, ya que se hace algo raro que todos hablen en inglés. Ella es una mujer fuerte, con mucho carácter, que claramente nos recuerda a Ana Magnani, casada con “el segundo hombre más famoso de Italia después del Papa” y que está demasiado ocupada, manteniendo a flote el negocio, la casa, el recuerdo de su hijo que la atormenta y las infidelidades de su marido.

También tiene un papel importante, la sumisa amante, Lina interpretada por Shailene Woodley, cuya existencia, como el hijo de los dos Piero es un secreto cuidadosamente guardado. Enzo los ha mantenido desde el final de la segunda guerra mundial en una casa señorial comprada a las afueras.

También descubriremos en aquella época que el índice de mortalidad de los pilotos era muy alta por la falta de seguridad en los vehículos, sin cinturones, trajes poco adecuados, etc, era algo asumible y eran reemplazados automáticamente.

A pesar del carisma de este emblemático personaje, nunca llegas a empatizar con él, el director Michael Mann nos refleja un ambicioso hombre rico de negocios que intenta por cualquier medio preservar la vida que lleva a pesar de que su imperio parece desmoronarse. Un interesante punto de vista personal, pero se tiende a olvidar sus logros en el mundo del motor, algo que posiblemente los apasionados a los automóviles echen en falta.
Destino Arrakis.com
videorecord
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