La película de Pablo Giorgelli nos cuenta una historia mas que trillada sobre el aborto pero quiere dotar a su narración y a su protagonista de un aire singular que en ciertos momentos consigue plasmarse con verdadera maestría. Acompañamos a Eli en sus momentos mas devastadores. Observando cada pequeño detalle de su vida.
Esta es otra historia mas. La historia de muchas chicas de clase media que deben hacer frente a un embarazo no deseado en un país donde el aborto no esta legalizado. Esta es la vida de muchas mujeres que saben que cualquier iniciativa que tomen tendrá unas consecuencias nefastas que no pueden hacer frente.
Eli es una adolescente con una vida difícil. Debe cuidar a su madre que padece depresión y ser el sustento de la familia con un precario trabajo como auxiliar en una clínica veterinaria. Allí conoce al que sera el padre de su hijo. Uno de los veterinarios que regenta el lugar. Un hombre maduro que esta casado y tiene un niño.
Hay una tempestad oculta que arrasa la paz que intenta buscar Eli en pastillas, remedios de internet y clínicas dudosas a las que les interesa mas el dinero que la salud de las chicas a las que les realizan los abortos.
Deberíamos poder decidir sobre nosotras mismas sin sentir constantemente el miedo, la verguenza, la ansiedad o la presión ajena.
Pero por desgracia la historia de Eli solo es otra historia mas. Una de tantas. Ni es la primera ni sera la ultima.





Debería ser de visionado obligatorio. No juzga, no señala. Pero muestra con total claridad y nitidez lo difícil que lo tenemos las mujeres para poder decidir sobre nuestro futuro con una reivindicación tan ardua como la de creernos soberanas absolutas de nuestro propio reino.


Ese reino que es nuestro cuerpo y sobre el que siempre tendríamos que poseer el único derecho a decidir.