Add friend
You can add a friend by entering his or her username
You can also add friends or favorite users from their profile or their reviews.
Group name
Create new group
Create new group
Edit group information
Note
Note
Note
Note
The following users:
Group actions
- Movie recommendations
- Stats
- Ratings by category
- Contact
-
Share his/her profile
East rating:
5

East rating:
5
6.3
23,891
Drama
A striking portrait of drifters and seekers in post World War II America, Paul Thomas Anderson’s The Master unfolds the journey of Freddie Quell (Joaquin Phoenix), a Naval veteran who arrives home from war unsettled and uncertain of his future—until he is tantalized by The Cause and its charismatic leader, Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman).
January 7, 2013
January 7, 2013
5 of 5 users found this review helpful
Os enseñaré una auténtica maravilla, un pozo sin fondo. Prestad atención, mirad hacia hacía el fondo del abismo y decidme lo que veis. ¿Nada? ¿Sólo la oscuridad? Tiraré una piedra para escuchar cuando llega al fondo, para intentar averiguar hasta dónde alcanza su profundidad. ¿Nada todavía? Prestad mucha atención.
Pero pasa el tiempo y por más atención que se presta (que se presta) nada se escucha. Miramos hacia abajo con los ojos encendidos por la oscuridad y seguimos sin que algo se vislumbre. Cuando pasa un buen rato intuimos que nada de lo que esperamos ver o escuchar se concretará, que si el pozo tiene fondo en realidad tampoco lo sabremos, porque nunca oiremos el ruido que la piedra provocaría tocando fondo, que éste nunca retornará una vez transcurrido tanto tiempo.
Pues justo eso es lo que he sentido viendo esta película. Y ese quizá sea al mismo tiempo el mérito de su director, que por más que nada de lo que nos va prometiendo se concrete, por más que se intuya que nada de lo que esperamos acabará por suceder, ahí seguimos intentado calibrar su aparente profundidad, acercándonos a los personajes que van desfilando por la pantalla, tratando de conocerlos, de sentir algo por ellos o con ellos, simpatía, antipatía, rechazo, admiración, algún sentimiento, algo que traspase la pantalla y nos una. He leído que trata sobre el fundador de la cienciología. Supongo que será así. Pero vamos, que da igual que fuera sobre él o sobre cualquier otra persona, real o imaginaria, porque por más interés que he puesto, nada he entendido, nada profundo he visto, ninguna voz nueva, proviniese de donde proviniese, me ha llegado al corazón o a los sentidos.
Eso sí, no digo que haya pasado un mal rato, no digo que lo que haya visto me haya desagradado, que sí, que he seguido con interés las vicisitudes de sus protagonistas, que las distintas secuencias poseen cierto poder hipnótico, de tal forma que nunca nos abandona el propósito de tratar de desentrañar sus relaciones, sus motivaciones, de averiguar el secreto que guardan con tanto celo. Pero durante las dos horas largas, cada secuencia, antes que acercarnos nos aleja más y más de los personajes, de su naturaleza. La historia, ni en el todo ni en ninguna de sus partes, consigue despertar alguna emocion constante o coherente, por no decir que no despiertan emoción alguna. Si el propósito de la cinta es provocar el rechazo de la cienciologia, desde luego no lo consigue, a mi no me provoca ni frio ni calor.
La única información que atesoro sobre de la cienciología es que hay varios actores que siguen ese culto, esas enseñanzas o esa secta (según opinión de muchos), entre ellos el afamado Ton Cruise. Y después de asistir a un exahustivo repaso sobre la vida de su fundador, ninguna información adicional puedo añadir al respecto. Si con una metáfora tratan de decirnos que no hay nada detrás de ella, que es puro y fatuo artificio, lo han bordado, porque esa es la impresión que extraigo. Pero yo no me estoy refiriendo a la cienciología, si es que realmente trata de ella (que casi lo dudo), estoy hablando de la propia película.
Merece destacarse la interpretación de Joaquín Phoenix, sobre todo la composición corporal con la que se acerca a su personaje, que con sólo verlo nos trasmite que se trata de alguien atormentado y desquiciado, que esa es quizá la única certeza que nos acompaña durante la proyección. Y en el aspecto negativo habría que incluir a una Amy Adams totalmente desaprovechada, por no decir algo negativo de su interpretación (es difícil interpretar a una personaje tal y como lo traza el guión), que por lo demás constituiría una excepción en su flamante carrera.
Pero pasa el tiempo y por más atención que se presta (que se presta) nada se escucha. Miramos hacia abajo con los ojos encendidos por la oscuridad y seguimos sin que algo se vislumbre. Cuando pasa un buen rato intuimos que nada de lo que esperamos ver o escuchar se concretará, que si el pozo tiene fondo en realidad tampoco lo sabremos, porque nunca oiremos el ruido que la piedra provocaría tocando fondo, que éste nunca retornará una vez transcurrido tanto tiempo.
Pues justo eso es lo que he sentido viendo esta película. Y ese quizá sea al mismo tiempo el mérito de su director, que por más que nada de lo que nos va prometiendo se concrete, por más que se intuya que nada de lo que esperamos acabará por suceder, ahí seguimos intentado calibrar su aparente profundidad, acercándonos a los personajes que van desfilando por la pantalla, tratando de conocerlos, de sentir algo por ellos o con ellos, simpatía, antipatía, rechazo, admiración, algún sentimiento, algo que traspase la pantalla y nos una. He leído que trata sobre el fundador de la cienciología. Supongo que será así. Pero vamos, que da igual que fuera sobre él o sobre cualquier otra persona, real o imaginaria, porque por más interés que he puesto, nada he entendido, nada profundo he visto, ninguna voz nueva, proviniese de donde proviniese, me ha llegado al corazón o a los sentidos.
Eso sí, no digo que haya pasado un mal rato, no digo que lo que haya visto me haya desagradado, que sí, que he seguido con interés las vicisitudes de sus protagonistas, que las distintas secuencias poseen cierto poder hipnótico, de tal forma que nunca nos abandona el propósito de tratar de desentrañar sus relaciones, sus motivaciones, de averiguar el secreto que guardan con tanto celo. Pero durante las dos horas largas, cada secuencia, antes que acercarnos nos aleja más y más de los personajes, de su naturaleza. La historia, ni en el todo ni en ninguna de sus partes, consigue despertar alguna emocion constante o coherente, por no decir que no despiertan emoción alguna. Si el propósito de la cinta es provocar el rechazo de la cienciologia, desde luego no lo consigue, a mi no me provoca ni frio ni calor.
La única información que atesoro sobre de la cienciología es que hay varios actores que siguen ese culto, esas enseñanzas o esa secta (según opinión de muchos), entre ellos el afamado Ton Cruise. Y después de asistir a un exahustivo repaso sobre la vida de su fundador, ninguna información adicional puedo añadir al respecto. Si con una metáfora tratan de decirnos que no hay nada detrás de ella, que es puro y fatuo artificio, lo han bordado, porque esa es la impresión que extraigo. Pero yo no me estoy refiriendo a la cienciología, si es que realmente trata de ella (que casi lo dudo), estoy hablando de la propia película.
Merece destacarse la interpretación de Joaquín Phoenix, sobre todo la composición corporal con la que se acerca a su personaje, que con sólo verlo nos trasmite que se trata de alguien atormentado y desquiciado, que esa es quizá la única certeza que nos acompaña durante la proyección. Y en el aspecto negativo habría que incluir a una Amy Adams totalmente desaprovechada, por no decir algo negativo de su interpretación (es difícil interpretar a una personaje tal y como lo traza el guión), que por lo demás constituiría una excepción en su flamante carrera.