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KlingonCome rating:
5
Thriller A pair of kids try to trick a neighbor into thinking a house is haunted. Ethan (Miller) and Sean (Gilchrist) are tech-savvy high-school teens who decide to prank their neighbor, Harold Grainey (Caan), by convincing him that his house is haunted. When Grainey leaves home one afternoon, the two set up equipment to simulate the haunting, as well as hidden cameras with which to broadcast Grainey's reactions. They soon realize that Grainey ... [+]
Language of the review:
  • es
February 24, 2023
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Discreto thriller donde de nuevo nos advierten del peligro del ansia de relevancia a que nos llevan las nuevas tecnologías. Un par de jóvenes deciden poner en marcha un experimento que, básicamente, consiste en acosar sutilmente a un anciano, al que presentan como una persona deplorable, para volverle loco. Aunque parecen tener motivos, estos se revelan bastante espurios.

Hay algo que me sacó de la película desde los primeros compases, y es la facilidad con que dos chavales que acaban de terminar el instituto montan todo un dispositivo de vigilancia audiovisual en una casa que no es la suya, sin levantar la más mínima sospecha. Estamos acostumbrados a que en las pelis usamericanas la gente se cuele sin problemas en los hogares ajenos, pero esto ya se acerca demasiado a lo risible. Los dos chicos juegan con el estereotipo del malote con iniciativa y el responsable sin carácter que se deja llevar por el otro. Son cargantes, más allá de sus acciones, porque son clichés y, por eso, son aburridos. Lo que debería ser el principal gancho de la película es su mayor lastre.

Tenemos unos flashbacks que están penosamente implementados, no sabiendo distinguirse con frecuencia cuando saltamos del pasado al presente. Esto hace que al final nos tengan que contar todo de sopetón, lo cual queda como el orto. Pero claro, si no no hay quien entienda nada. Al final todo cuadra, pero expuesto así dio la impresión de guión redactado a trozos que luego fueron mal pegados. Tiene lecturas de calado social, como el abandono en brazos de la tecnología de los hijos por parte de los padres. Hoy día, tenerlos metidos en casa ya no es garantía de que no vayan a perpetrar o sufrir fechorías. Y el afán de popularidad, tan del siglo XXI, traducido en ese plano final que fue luego imitado en Mainstream (2020). Porque no hay límites morales para conseguir visibilidad y seguidores. Se deja ver pero no pasa de discreta.
KlingonCome
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