Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with El Mariscal
0
Listas
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de El Mariscal:
8
6,8
7.201
Comedia. Drama
La película narra un conflicto entre vecinos que parece no tener fin. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de coches usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí ... [+]
23 de julio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La acción se centra y se desata, en su casi totalidad, dentro de la única creación del franco-suizo Le Corbusier en América: la Casa Curutchet.
No en vano se eligió dicha propiedad, ya que su soso minimalismo y la frialdad azul grisácea de los ambientes representa a la perfección a los moradores y sus relaciones familiares.
La dirección demuestra una gran capacidad para crear atmósferas incómodas y opresivas.
Aráoz y Spregelburd logran situaciones embarazosas gracias al enfrentamiento entre el egoísmo más agudo y la testarudez más bonachona.
Cámara en mano, Cohn y Duprat enfocan y enmarcan perfectas pinturas con una obsesión milimétrica preocupada no solo por la estructura y la composición de la fotografía sino además por la tensión que generan cada uno de esos planos.
Lo mejor: apatía versus empatía, intelecto versus pasión, cobardía versus confianza... toda la incomodidad y la vergüenza ajena que esos conceptos generan al enfrentarse, manejados magistralmente.
Lo peor: la fallida intentona por "conectar con el conflicto" representada por las escenas de las mini-obras de teatro se me hicieron un tanto boludas y desvinculadas de la trama, aunque no carecen de originalidad.
No en vano se eligió dicha propiedad, ya que su soso minimalismo y la frialdad azul grisácea de los ambientes representa a la perfección a los moradores y sus relaciones familiares.
La dirección demuestra una gran capacidad para crear atmósferas incómodas y opresivas.
Aráoz y Spregelburd logran situaciones embarazosas gracias al enfrentamiento entre el egoísmo más agudo y la testarudez más bonachona.
Cámara en mano, Cohn y Duprat enfocan y enmarcan perfectas pinturas con una obsesión milimétrica preocupada no solo por la estructura y la composición de la fotografía sino además por la tensión que generan cada uno de esos planos.
Lo mejor: apatía versus empatía, intelecto versus pasión, cobardía versus confianza... toda la incomodidad y la vergüenza ajena que esos conceptos generan al enfrentarse, manejados magistralmente.
Lo peor: la fallida intentona por "conectar con el conflicto" representada por las escenas de las mini-obras de teatro se me hicieron un tanto boludas y desvinculadas de la trama, aunque no carecen de originalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Su final, claro ejemplo de cómo sorprender y ser más terrorífico que el de cualquier thriller que se jacte de tal con sus vueltas de tuerca y sus inesperados giros de guión incluidos. Duro, áspero e imprevisible.
Y como si de Don Julio Cortázar acariciando el relato con sus palabras se tratase, lo familiar y lo cotidiano se vuelve extraño y la intrusión de lo extraño en lo familiar y lo cotidiano se hace presente.
En pocas palabras, la historia es una fuerte y ácida crítica al esnobismo que adorna a las clases altas dedicadas al pseudo-arte contemporáneo tan mierdoso y vacío, a quienes secundan las clases medias y bajas que creen ser moralmente superiores porque así lo pregona el histeriqueo y el maniqueísmo más petulante y pelotudo.
En conclusión: 'El hombre de al lado' nos enseña a cómo no reaccionar ante un "cambio de rutina", a cómo no deshacernos de un problema que se nos impone con desconveniencia... a cómo buscar un punto de equilibrio...
Y como si de Don Julio Cortázar acariciando el relato con sus palabras se tratase, lo familiar y lo cotidiano se vuelve extraño y la intrusión de lo extraño en lo familiar y lo cotidiano se hace presente.
En pocas palabras, la historia es una fuerte y ácida crítica al esnobismo que adorna a las clases altas dedicadas al pseudo-arte contemporáneo tan mierdoso y vacío, a quienes secundan las clases medias y bajas que creen ser moralmente superiores porque así lo pregona el histeriqueo y el maniqueísmo más petulante y pelotudo.
En conclusión: 'El hombre de al lado' nos enseña a cómo no reaccionar ante un "cambio de rutina", a cómo no deshacernos de un problema que se nos impone con desconveniencia... a cómo buscar un punto de equilibrio...