Refresco, nachos con quesos, cacahuetes con chocolates, las gafas perfectamente limpias y el móvil apagado. Todo tiene que estar perfecto para ver una película con la firma de M. Night Shyamalan. Esta no puede fallar pero… un chasco.
La película es entretenida, empieza muy bien (la emoción me inunda), y como desgraciadamente muchas veces en el cine ocurre, va a peor. La película no aburre (se nota la marca de Shyamalan en esos personajes sacados como de un comic), pero le falta algo, ese algo que solo los genios del cine saben darle, y es que esta película no está dirigida por un genio. Shyamalan habrá tenido sus altibajos y quizás se le dé mejor inventar esplendidas historias que montar una película, pero en este caso, sea como fuere, lo hubiera hecho muchísimo mejor, dejando de VERDAD esa firma que el deja en las películas que da una sensación que… que no se explicar.
MI RECOMENDACIÓN: Es la típica película que me gusta ver tranquilo en mi casa, es entretenida, y la historia es buena (no original), el pero, es que no han sabido sacarle partido a dicha historia.