La década de los setenta fue un período convulso, marcado por la Guerra de Vietnam, el movimiento hippie, la Guerra Fría y, lo que nos ocupa en esta película, la carrera espacial. Una contienda en la que, aunque Estados Unidos parecía ir rezagado, logró llegar a la meta antes que la Unión Soviética. Todos conocemos ese desenlace, pero lo que pocos recuerdan es que este ambicioso proyecto tuvo que ser financiado, y ahí es donde entra en juego nuestra protagonista, Kelly Jones, interpretada con maestría por Scarlett Johansson. Johansson logra convencernos de que Kelly podría venderte cualquier cosa, incluso un viaje a la Luna.

Decidí ver la película porque trata sobre la carrera espacial, y como mi hermano es ingeniero aeroespacial, nos pareció una excelente elección para ver juntos. Lo más gratificante es que, aunque el marketing es el hilo conductor de la historia, se ha puesto un gran esfuerzo en recrear las fases de desarrollo y construcción del Apolo 11. Quedé fascinado con los enormes y majestuosos sets, que logran sumergirte por completo en este evento histórico.

A pesar de que la película tiene un marcado enfoque estadounidense, logra generar tensión, incluso sabiendo ya el desenlace. La emisión del aterrizaje en la Luna se convierte en el clímax, logrando captar nuestra atención con gran eficacia.

En definitiva, "Fly Me to the Moon" ofrece una visión interesante de otro aspecto crucial de la carrera espacial, que gracias al streaming ha recibido la atención que merece para no caer en el olvido. Si bien es cierto que el patriotismo está presente en dosis generosas, la película resulta entretenida y nos ofrece una perspectiva distinta de esta epopeya histórica.