Aunque ambientada en las Vegas 1973, la película de Scorsese refleja en buena parte hechos reales ocurridos en 1985. Es la historia del director del Casino Tanger, propiedad de un grupo de mafiosos, y su misión es controlar el funcionamiento del negocio con los procedimientos que sean necesarios para garantizar que la corriente de dinero fluya. Pero en un lugar donde confluyen mafiosos de todos los pelajes bien pronto el director del Casino Tánger se va encontrar que, además de los trileros y tramposos habituales, va tener que enfrentarse a su mujer, una furcia drogata que le roba a manos llena, y los amiguetes mafiosos incontrolados, la policía corrupta y los políticos de poca monta. La situación se va a complicar desmedidamente porque todo el que puede trinca dinero del Casino y la gerontomafia empieza a ponerse nerviosa, así es que, más allá de los asesinatos cometidos por el amiguite Nick, de una manera cruenta y tremenda los viejos mafias va a ir eliminando a todos los obstaculizan su negocio, operación limpieza de la que se escapa por los pelo el director De Niro porque el que pone la bomba bajo su coche era un chapuzas.

La película está narrada por el protagonista Ace tal vez para que el espectador pueda entender el tremendo lío entre mafias, rateros, trileros y asesinos a sueldo. Una vez que ya se tiene un cierta idea de dónde se está, la peli sigue normalmente con sus diálogos. Es la segunda parte de “uno de los nuestros”. Buena dirección, excelente interpretación de Niro, Sharon Stone y Joe Pesci. La pelí narra el paso entre la mafia a la antigua y las multinacionales que finalmente se hacen con el Casino Tánger. Es un relato en un mundo de malvados y pistoleros de todo pelaje que no le importar apalear a sus adversarios y enterrarlos vivos en un hoyo del desierto Mohave. Buen guión y fotografía, y, lo más interesante: un fantástico montaje.