Todo el día y una noche
2020 

5,3
569
4 de mayo de 2020
4 de mayo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo el día y una noche no es nada nuevo. De hecho, todo lo que nos cuenta ya lo hemos visto antes mil veces y lo hemos visto mejor.
La historia de Jahkor es la típica historia de joven afroamericano que normalmente nos presenta el cine: un cóctel explosivo de pobreza, hip hop e infancia desgraciada que llevan al crimen y a la cárcer. Un buen chico empujado por la vida al mal camino. Nada nuevo bajo el sol, y hay un enorme olor a dejà vu en cada una de sus imágenes, diálogos y personajes. Además, es larguísima y se hace eterna. Casi dos horas no eran necesarias para contar una historia tan sencilla y tan plagada de tópicos.
Así, se salva porque la interpretación de Ashton Sanders, al igual que en la similar Moonlight (la película oscarizada de 2016, de la que hoy ya nadie se acuerda, por cierto, que se impuso por sorpresa a La La Land), está fantástico y aporta sinceridad, honestidad y una mirada deshecha al personaje, y porque el resto del reparto ayuda (por allí desfilan Regina Taylor, Jeffrey Wright o Yahya Abdul-Mateen II), acompañados por una buena banda sonora hip hop, pero sin duda tiene poco de realmente interesante y desde luego nada de original.
Lo mejor: Sus actores, especialmente Ashton Sanders.
Lo peor: Está más vista que el tebeo.
La historia de Jahkor es la típica historia de joven afroamericano que normalmente nos presenta el cine: un cóctel explosivo de pobreza, hip hop e infancia desgraciada que llevan al crimen y a la cárcer. Un buen chico empujado por la vida al mal camino. Nada nuevo bajo el sol, y hay un enorme olor a dejà vu en cada una de sus imágenes, diálogos y personajes. Además, es larguísima y se hace eterna. Casi dos horas no eran necesarias para contar una historia tan sencilla y tan plagada de tópicos.
Así, se salva porque la interpretación de Ashton Sanders, al igual que en la similar Moonlight (la película oscarizada de 2016, de la que hoy ya nadie se acuerda, por cierto, que se impuso por sorpresa a La La Land), está fantástico y aporta sinceridad, honestidad y una mirada deshecha al personaje, y porque el resto del reparto ayuda (por allí desfilan Regina Taylor, Jeffrey Wright o Yahya Abdul-Mateen II), acompañados por una buena banda sonora hip hop, pero sin duda tiene poco de realmente interesante y desde luego nada de original.
Lo mejor: Sus actores, especialmente Ashton Sanders.
Lo peor: Está más vista que el tebeo.
3 de mayo de 2020
3 de mayo de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El principal problema de ‘Todo el día y una noche’, primer largometraje de Joe Robert Cole, coguionista de ‘Blak Panther’ (2018), radica en acercarse a una temática exprimida hasta la extenuación. La situación de la comunidad afroamericana en Estados Unidos se ha mostrado con títulos que empequeñecen la obra de Cole. Al no aportar nada novedoso ni en lo social, cultural y dramático, la cinta se hunde rehén de sus premisas. Es como intentar reflotar un tractor atascado en el fango apretando a fondo el acelerador.
En la primera secuencia vemos a un joven (Ashton Sanders) tarareando estrofas de una canción rapera como método de concentración ante el doble asesinato que va a perpetrar. Ya en la cárcel, y con una cadena perpetua por delante, recuerda acontecimientos vitales que le han colocado en semejante tesitura.
‘Todo el día y una noche’ arranca y finaliza con pinceladas que rememoran sendos anhelos de su desdichado protagonista: convertirse en cantante y no seguir la estela marginal de su padre. La propuesta se desenvuelve mejor cuando nos adentra en su interior, intentando descifrar qué pasa por su cabeza, analizando una conducta zigzagueante, contradictoria. Se sustenta en un gran trabajo de Sanders, exhibiendo durante todo el metraje una actitud inescrutable. Un pozo insondable para crear una atmósfera enigmática.
Vemos a un perdedor. Un niño criado en una familia desestructurada, con un padre violento y drogadicto. Un barrio sólo para gente de color, dominado por la violencia, la exclusión, el trapicheo. Y la sombra del presidio esperando en la puerta a una juventud condenada. Ese es el subtexto con el que Cole martillea al espectador: no hay salida, el futuro está dictado para esta pobre gente.
No me lo termino de creer. Sus razones van en línea recta en una exposición de motivos uniforme, sin fisuras. Ve todo claro en cuestiones enormemente intrincadas. Reduce la iniciativa y responsabilidad personales a meros espectadores, echando la culpa de todo a eso que llamamos ”sociedad”.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es
En la primera secuencia vemos a un joven (Ashton Sanders) tarareando estrofas de una canción rapera como método de concentración ante el doble asesinato que va a perpetrar. Ya en la cárcel, y con una cadena perpetua por delante, recuerda acontecimientos vitales que le han colocado en semejante tesitura.
‘Todo el día y una noche’ arranca y finaliza con pinceladas que rememoran sendos anhelos de su desdichado protagonista: convertirse en cantante y no seguir la estela marginal de su padre. La propuesta se desenvuelve mejor cuando nos adentra en su interior, intentando descifrar qué pasa por su cabeza, analizando una conducta zigzagueante, contradictoria. Se sustenta en un gran trabajo de Sanders, exhibiendo durante todo el metraje una actitud inescrutable. Un pozo insondable para crear una atmósfera enigmática.
Vemos a un perdedor. Un niño criado en una familia desestructurada, con un padre violento y drogadicto. Un barrio sólo para gente de color, dominado por la violencia, la exclusión, el trapicheo. Y la sombra del presidio esperando en la puerta a una juventud condenada. Ese es el subtexto con el que Cole martillea al espectador: no hay salida, el futuro está dictado para esta pobre gente.
No me lo termino de creer. Sus razones van en línea recta en una exposición de motivos uniforme, sin fisuras. Ve todo claro en cuestiones enormemente intrincadas. Reduce la iniciativa y responsabilidad personales a meros espectadores, echando la culpa de todo a eso que llamamos ”sociedad”.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es
5 de mayo de 2020
5 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es verdad que ya se acumulan muchas películas de este género melodramático y de gansta estilo Harlem, la película adolece de mucho flashback para luego volver al mundo real y después de nuevo al recuerdo. Se aturrulla mucho Joe Robert Cole, en consonancia con el echo de que la historia es una más de un trozo de la historia urbana de los Estados Unidos. No es nada especial por que tampoco destaca mucho.
15 de octubre de 2020
15 de octubre de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de Netflix, en la que nos cuentan la vida de un perpetuo adolescente de barriada americana, hijo de un asesino, y asesino él mismo, que trata de hacer las paces con su presente, mediante la infantil reconstrucción de su pasado.
Durante dicha reconstrucción se ve a sí mismo como protagonista de una tragedia, en la que el Destino le empuja en dirección a la violencia, justificando así sus terribles decisiones. Me recuerda en la estructura a Slumdog Millionaire, sólo que los flash backs en lugar de dar respuestas a preguntas de un concurso, dan coartadas (algunas razonables, otras ridículas) a la falta de carácter del protagonista, que se ve a sí mismo como una víctima de las circunstancias, cuando en realidad es un verdugo para quienes le rodean, especialmente las mujeres de su vida: su madre y su pareja.
En definitiva, una glorificación de la falta de responsabilidad, y del infantilismo. Cuando, aparentemente, el protagonista madura, esto se considera como el culmen del mérito humano.
Los actores salvan la película, porque todos cumplen muy bien, y así el entorno del protagonista cobra una realidad que el guión de otra manera no permitiría. En especial el mejor amigo y la pareja son los soportes de una apariencia de realidad en la película, en la que todo lo demás tiende a la incoherencia fantasmal: lo mismo podía haberse despertado el protagonista al final de la peli, para descubrirnos que todo era un sueño.
https://todoescrisis.blogspot.com
Durante dicha reconstrucción se ve a sí mismo como protagonista de una tragedia, en la que el Destino le empuja en dirección a la violencia, justificando así sus terribles decisiones. Me recuerda en la estructura a Slumdog Millionaire, sólo que los flash backs en lugar de dar respuestas a preguntas de un concurso, dan coartadas (algunas razonables, otras ridículas) a la falta de carácter del protagonista, que se ve a sí mismo como una víctima de las circunstancias, cuando en realidad es un verdugo para quienes le rodean, especialmente las mujeres de su vida: su madre y su pareja.
En definitiva, una glorificación de la falta de responsabilidad, y del infantilismo. Cuando, aparentemente, el protagonista madura, esto se considera como el culmen del mérito humano.
Los actores salvan la película, porque todos cumplen muy bien, y así el entorno del protagonista cobra una realidad que el guión de otra manera no permitiría. En especial el mejor amigo y la pareja son los soportes de una apariencia de realidad en la película, en la que todo lo demás tiende a la incoherencia fantasmal: lo mismo podía haberse despertado el protagonista al final de la peli, para descubrirnos que todo era un sueño.
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