Las buenas compañías
2023 

6,0
1.776
Drama
Verano de 1976. Bea tiene 16 años y se suma a los aires de cambio que recorren el país; colabora con un grupo de mujeres para visibilizar la causa feminista y lograr la aprobación del derecho al aborto. La rebeldía que siente en la sangre se mezclará con un sentimiento inesperado que trastocará su mundo interior. A lo largo de estos meses, Bea entablará una amistad muy especial con Miren, una chica algo mayor que ella y de buena ... [+]
6 de mayo de 2023
6 de mayo de 2023
23 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
El contenido con el que Munt desarrolla su nueva película es potente. No hay muchos contenidos audiovisuales que traten la llegada de la democracia desde un punto de vista feminista. Sin embargo, podría haberse trabajado de una forma más loable.
Por un lado, el enclave geográfico vasco podría ayudar mucho a dar una estética tanto paisajística como industrial. Desgraciadamente, la localización está desaprovechada. Se exceptúan algunos momentos en el desenlace u otras escenas específicas. La película fue rodada en la provincia de Guipuzkoa, pero la sensación es que podría haberse escogido como set cualquier otra región de la península. La ambientación resulta indiferente al espectador y no aporta ningún elemento identitario.
Como intérprete revelación en un gran proyecto, Falcó ejecuta un trabajo digno. Poseía una segunda labor aún más difícil, que es transmitir los sentimientos de una chica en plena juventud con ganas de cambiar la opresora sociedad en la que vive.. Sin embargo, el problema con su figura proviene del propio guion. Las oportunidades que podría otorgar un correcto desarrollo de su carácter eran múltiples, pero nunca llegan a salir a flote. Hay un constante sentimiento de quiero y no puedo. Algo trascendental parece que le va a suceder que ayudará a proporcionar una nueva perspectiva a la sinopsis. Tristemente no llega a acontecer.
De cualquier forma, peor salida tiene su compañera de escena, Tarrats. No se comprende su propósito en el conflicto de la cinta. Por desgracia, aporta mucha más confusión que certeza. Tiene una situación vital muy turbia, pero no se razona el porqué de su actitud. Sin duda alguna, la interpretación más reseñable es la de Nagore Cenizo en la piel de Asun. Muestra su faceta de insumisa frente a todos de la forma más real posible.
La obra tiene un desarrollo correcto, pero peca de ser excesivamente plano. La idea inicial era buena, pero por como está planificada, da para un mediometraje. Los últimos 20 minutos, donde eclosiona el drama principal, son insulsos e, incluso, innecesarios. Para más inri, se añade un argumento pseudoamoroso que ni siente ni padece ni consigue emocionar a los que están delante de la pantalla.
Se nota que Las buenas compañías tiene unas loables intenciones. De hecho, se puede apreciar que está amasada con un cariño especial. Lamentablemente, no alcanza a poder considerarse un trabajo memorable. Todos los elementos estaban sobre la mesa y se ejecutan correctamente. Falta un potenciador para que obrasen sobresalientemente.
Por un lado, el enclave geográfico vasco podría ayudar mucho a dar una estética tanto paisajística como industrial. Desgraciadamente, la localización está desaprovechada. Se exceptúan algunos momentos en el desenlace u otras escenas específicas. La película fue rodada en la provincia de Guipuzkoa, pero la sensación es que podría haberse escogido como set cualquier otra región de la península. La ambientación resulta indiferente al espectador y no aporta ningún elemento identitario.
Como intérprete revelación en un gran proyecto, Falcó ejecuta un trabajo digno. Poseía una segunda labor aún más difícil, que es transmitir los sentimientos de una chica en plena juventud con ganas de cambiar la opresora sociedad en la que vive.. Sin embargo, el problema con su figura proviene del propio guion. Las oportunidades que podría otorgar un correcto desarrollo de su carácter eran múltiples, pero nunca llegan a salir a flote. Hay un constante sentimiento de quiero y no puedo. Algo trascendental parece que le va a suceder que ayudará a proporcionar una nueva perspectiva a la sinopsis. Tristemente no llega a acontecer.
De cualquier forma, peor salida tiene su compañera de escena, Tarrats. No se comprende su propósito en el conflicto de la cinta. Por desgracia, aporta mucha más confusión que certeza. Tiene una situación vital muy turbia, pero no se razona el porqué de su actitud. Sin duda alguna, la interpretación más reseñable es la de Nagore Cenizo en la piel de Asun. Muestra su faceta de insumisa frente a todos de la forma más real posible.
La obra tiene un desarrollo correcto, pero peca de ser excesivamente plano. La idea inicial era buena, pero por como está planificada, da para un mediometraje. Los últimos 20 minutos, donde eclosiona el drama principal, son insulsos e, incluso, innecesarios. Para más inri, se añade un argumento pseudoamoroso que ni siente ni padece ni consigue emocionar a los que están delante de la pantalla.
Se nota que Las buenas compañías tiene unas loables intenciones. De hecho, se puede apreciar que está amasada con un cariño especial. Lamentablemente, no alcanza a poder considerarse un trabajo memorable. Todos los elementos estaban sobre la mesa y se ejecutan correctamente. Falta un potenciador para que obrasen sobresalientemente.
17 de septiembre de 2023
17 de septiembre de 2023
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras en algunos países la lucha por legalizar el aborto femenino sigue estando presente, en España todas las mujeres conquistamos ese derecho el 5 de Julio de 1985. Habrá muchos que no recuerden esa fecha, ni tampoco la época convulsa que les tocó vivir a miles de mujeres antes de poder obtener los derechos más fundamentales.
‘’Las buenas compañías’’ nos recuerda todo esto de la mano de un guion escrito por la directora Silvia Munt y Jorge Gil Munárriz. La idea que motiva la película surgió de unas alumnas de este último, ya que habían realizado un corto documental sobre las 11 de Basauri. Jorge Gil Munárriz se lo presento a Silvia Munt y decidieron darle vida a esta historia a través de la gran pantalla en febrero de 2020.
Sería la historia real de estas mujeres valientes y decididas del Euskadi de los años 70 la que daría forma al argumento de esta película. Y es que justo un año después de la muerte de Franco en 1976, once mujeres del barrio de El Kalero en Basauri fueron condenadas por haberse realizado un aborto o participado en ello de alguna manera. Todas tenían mucho en común. Eran mujeres de clase muy humilde y algunas incluso tenían enfermedades hereditarias. Tenían muchos hijos y no querían ni podían traer al mundo una boca más que alimentar. Su encarcelamiento consiguió fortalecer el movimiento feminista en España. Miles de mujeres se movilizaron en las calles durante años y su caso puso sobre la mesa la lucha por los derechos femeninos como nunca antes se había expuesto en España. Hasta entonces solo las mujeres de clase alta y de un alto nivel adquisitivo podían irse a abortar a otros países como Francia cruzando la frontera (Biarritz) donde no era considerado un delito. Sin embargo, la profunda desigualdad económica (que es algo que esta película muestra de forma excelente) hacia que muchas otras tuvieran que abortar mediante métodos caseros espeluznantes que ponían gravemente en peligro su integridad física y su salud, llevándolas en algunas ocasiones hasta la muerte.
Cuenta la directora Silvia Munt que cuando todos estos hechos ocurrieron tenía solo 17 años, por eso le parecía interesante que la protagonista de la cinta fuera una adolescente que se abría paso al mundo adulto por primera vez, mostrándonos desde una mirada cargada de inocencia y a la vez de rebeldía aquellos años de lucha que cambiaron tantas cosas. A su vez, quería hablar de la situación de muchas mujeres (incluida su propia madre). Buscando elegir a la protagonista perfecta no esperaba toparse con ella en la calle, pero al ver frente a ella a Alicia Falcó no tuvo ninguna duda de que sería la elección perfecta para el papel de Bea (la protagonista de la cinta).
La trama no aborda directamente la historia de las once de Basauri. Llegamos a la historia cuando estas ya están siendo juzgadas por una sociedad que no comprende aún los derechos femeninos. ‘’Las buenas compañías’’ se centra en explicarnos la aparición de esos primeros colectivos feministas de mujeres que tejían redes de solidaridad y sororidad conectándose unas con otras y ayudando a las mujeres que deseaban abortar a cruzar la frontera u ofreciéndoles asistencia médica, con tal de no abandonarlas en esos dolorosos y solitarios momentos. Y es aquí donde la protagonista y su grupo de amigas tienen un papel fundamental ya que nos invitan a observar esos años de protestas y reivindicaciones femeninas. Sin embargo, la historia no solo gira alrededor del personaje de Bea. También tenemos otros personajes muy interesantes como su madre (que bonita es la unión aquí entre madre e hija que aunque no se lo cuenten todo, siempre se apoyan mutuamente), su tía (que es una muestra de lo que tuvieron que sufrir muchas mujeres en esa época), su padre (encarcelado y esperando la amnistía) y su primer gran amor (una chica de clase alta que conoce en la casa donde su madre está trabajando como limpiadora).
Quizás sea en esa historia de amor prematura y accidentada donde más falla la cinta ya que aunque somos conscientes de la entrega, admiración y dedicación completas de Bea hacia Miren, nunca llegamos a ver que sus sentimientos sean correspondidos sinceramente. No sé a los demás, pero a mi durante toda la historia me ha parecido que Miren nunca llegaba a querer a Bea realmente. Más bien se dejaba querer por ella para conseguir alcanzar sus particulares objetivos. Es decir, Bea lo deja todo por ella. Incluso llega a plantearse abandonar a su familia. Sin embargo, ella solo parece acercarse a Bea para entrar en contacto con la organización feminista a la que pertenece y conseguir ciertas cosas de ella. Su amor es inconstante y desconsiderado en muchas ocasiones, haciendo que te plantees si realmente siente algo por ella o si solo la utiliza y manipula sirviéndose de la admiración y el deseo que la otra chica siente por ella. Creo que se podría haber ideado una historia de amor mucho más bonita y mejor estructurada que la que se nos presenta. Otros temas también se podrían haber presentado de mejor manera. Aunque entiendo que la directora quisiera mostrarnos el mundo con la mirada de esa época y de cómo se percibían esas cosas en aquellos momentos (donde algunas verdades solo se llegaban a intuir), soy de esas personas que necesitan más profundidad en los guiones y más conexión con las protagonistas (lo que no puede ocurrir si solo llegas a intuir ciertas partes fundamentales de sus tramas).
A pesar de todo lo dicho, considero que la cinta de Silvia Munt es sumamente necesaria en los tiempos que vivimos (donde nos queda todavía tanto por avanzar en cuanto a derechos femeninos e igualdad). Por otro lado, me parece fundamental recordar que los derechos sociales solo se alcanzan tras años de lucha y reivindicaciones en las calles. Las 11 de Basauri son el ejemplo perfecto de esto.
Sigo en spoiler por falta de espacio.
‘’Las buenas compañías’’ nos recuerda todo esto de la mano de un guion escrito por la directora Silvia Munt y Jorge Gil Munárriz. La idea que motiva la película surgió de unas alumnas de este último, ya que habían realizado un corto documental sobre las 11 de Basauri. Jorge Gil Munárriz se lo presento a Silvia Munt y decidieron darle vida a esta historia a través de la gran pantalla en febrero de 2020.
Sería la historia real de estas mujeres valientes y decididas del Euskadi de los años 70 la que daría forma al argumento de esta película. Y es que justo un año después de la muerte de Franco en 1976, once mujeres del barrio de El Kalero en Basauri fueron condenadas por haberse realizado un aborto o participado en ello de alguna manera. Todas tenían mucho en común. Eran mujeres de clase muy humilde y algunas incluso tenían enfermedades hereditarias. Tenían muchos hijos y no querían ni podían traer al mundo una boca más que alimentar. Su encarcelamiento consiguió fortalecer el movimiento feminista en España. Miles de mujeres se movilizaron en las calles durante años y su caso puso sobre la mesa la lucha por los derechos femeninos como nunca antes se había expuesto en España. Hasta entonces solo las mujeres de clase alta y de un alto nivel adquisitivo podían irse a abortar a otros países como Francia cruzando la frontera (Biarritz) donde no era considerado un delito. Sin embargo, la profunda desigualdad económica (que es algo que esta película muestra de forma excelente) hacia que muchas otras tuvieran que abortar mediante métodos caseros espeluznantes que ponían gravemente en peligro su integridad física y su salud, llevándolas en algunas ocasiones hasta la muerte.
Cuenta la directora Silvia Munt que cuando todos estos hechos ocurrieron tenía solo 17 años, por eso le parecía interesante que la protagonista de la cinta fuera una adolescente que se abría paso al mundo adulto por primera vez, mostrándonos desde una mirada cargada de inocencia y a la vez de rebeldía aquellos años de lucha que cambiaron tantas cosas. A su vez, quería hablar de la situación de muchas mujeres (incluida su propia madre). Buscando elegir a la protagonista perfecta no esperaba toparse con ella en la calle, pero al ver frente a ella a Alicia Falcó no tuvo ninguna duda de que sería la elección perfecta para el papel de Bea (la protagonista de la cinta).
La trama no aborda directamente la historia de las once de Basauri. Llegamos a la historia cuando estas ya están siendo juzgadas por una sociedad que no comprende aún los derechos femeninos. ‘’Las buenas compañías’’ se centra en explicarnos la aparición de esos primeros colectivos feministas de mujeres que tejían redes de solidaridad y sororidad conectándose unas con otras y ayudando a las mujeres que deseaban abortar a cruzar la frontera u ofreciéndoles asistencia médica, con tal de no abandonarlas en esos dolorosos y solitarios momentos. Y es aquí donde la protagonista y su grupo de amigas tienen un papel fundamental ya que nos invitan a observar esos años de protestas y reivindicaciones femeninas. Sin embargo, la historia no solo gira alrededor del personaje de Bea. También tenemos otros personajes muy interesantes como su madre (que bonita es la unión aquí entre madre e hija que aunque no se lo cuenten todo, siempre se apoyan mutuamente), su tía (que es una muestra de lo que tuvieron que sufrir muchas mujeres en esa época), su padre (encarcelado y esperando la amnistía) y su primer gran amor (una chica de clase alta que conoce en la casa donde su madre está trabajando como limpiadora).
Quizás sea en esa historia de amor prematura y accidentada donde más falla la cinta ya que aunque somos conscientes de la entrega, admiración y dedicación completas de Bea hacia Miren, nunca llegamos a ver que sus sentimientos sean correspondidos sinceramente. No sé a los demás, pero a mi durante toda la historia me ha parecido que Miren nunca llegaba a querer a Bea realmente. Más bien se dejaba querer por ella para conseguir alcanzar sus particulares objetivos. Es decir, Bea lo deja todo por ella. Incluso llega a plantearse abandonar a su familia. Sin embargo, ella solo parece acercarse a Bea para entrar en contacto con la organización feminista a la que pertenece y conseguir ciertas cosas de ella. Su amor es inconstante y desconsiderado en muchas ocasiones, haciendo que te plantees si realmente siente algo por ella o si solo la utiliza y manipula sirviéndose de la admiración y el deseo que la otra chica siente por ella. Creo que se podría haber ideado una historia de amor mucho más bonita y mejor estructurada que la que se nos presenta. Otros temas también se podrían haber presentado de mejor manera. Aunque entiendo que la directora quisiera mostrarnos el mundo con la mirada de esa época y de cómo se percibían esas cosas en aquellos momentos (donde algunas verdades solo se llegaban a intuir), soy de esas personas que necesitan más profundidad en los guiones y más conexión con las protagonistas (lo que no puede ocurrir si solo llegas a intuir ciertas partes fundamentales de sus tramas).
A pesar de todo lo dicho, considero que la cinta de Silvia Munt es sumamente necesaria en los tiempos que vivimos (donde nos queda todavía tanto por avanzar en cuanto a derechos femeninos e igualdad). Por otro lado, me parece fundamental recordar que los derechos sociales solo se alcanzan tras años de lucha y reivindicaciones en las calles. Las 11 de Basauri son el ejemplo perfecto de esto.
Sigo en spoiler por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En cuanto al elenco de actores y actrices, está claro que ellas se llevan el mayor protagonismo de la cinta. Alicia Falcó nos ha dejado un debut bastante prometedor de la que espero sea una gran carrera en el mundo de la actuación. Itziar Ituño esta soberbia como siempre en un papel tierno y emotivo que nos regala algunas de las escenas más bellas de la cinta. No esperaba menos de una de mis actrices españolas favoritas y es que su larga y brillante trayectoria la respalda (´´Todas las lunas’’, ‘’La casa de papel’’, ‘’Intimidad’’, por citar algunas). A pesar de que las apariciones de Ainhoa Santamaría y de Iván Massagué son muy breves, consiguen realizar interpretaciones notables. Elena Tarrats no me ha gustado mucho, pero más que su actuación me chirriaba su personaje. Así que espero verla interpretando mejores papeles próximamente.
El apartado musical donde destaca ‘’Nadie te quiere ya’’ de Los Brincos se merece una mención especial.
El apartado musical donde destaca ‘’Nadie te quiere ya’’ de Los Brincos se merece una mención especial.
21 de septiembre de 2024
21 de septiembre de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película se parece a Silvia Munt, su directora, al igual que ella se muestra introspectiva, pausada, en este caso, en el peor sentido del término.
Su lentitud la transforma por momentos en tediosa pues lo que muestra no es un concepto artístico, sino más bien el lado indefinido sin destino consciente, con secuencias alargadas innecesariamente.
Falta espontaneidad, los personajes no interpretan, solo recitan, se ofrece con total ausencia de naturalidad. La historia se desdibuja por la falta de una concreción más precisa. Cada minuto que pasaba me alejaba más de ella.
No dejé de mirar el reloj... Una pérdida de tiempo.
Su lentitud la transforma por momentos en tediosa pues lo que muestra no es un concepto artístico, sino más bien el lado indefinido sin destino consciente, con secuencias alargadas innecesariamente.
Falta espontaneidad, los personajes no interpretan, solo recitan, se ofrece con total ausencia de naturalidad. La historia se desdibuja por la falta de una concreción más precisa. Cada minuto que pasaba me alejaba más de ella.
No dejé de mirar el reloj... Una pérdida de tiempo.
22 de marzo de 2023
22 de marzo de 2023
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
"- Los hijos son prestados. La vida te los presta pero luego hay que devolverlos".
Interesante film que narra una historia sita en el País Vasco en 1976, concretamente en la localidad guipuzcoana de Rentería, que toca diversos temas, algunos más propios de aquellos convulsos años y otros todavía de candente y dolorosa actualidad.
Silvia Munt, no convence totalmente, pero sí hacer pensar al espectador, invitándole a la reflexión sobre aspectos como el aborto, en aquellos años prohibido, con jóvenes tratando de que se aprobara su derecho, junto con temas como la amnistía de los presos vascos, el deseo de libertad sexual y la diferencia de clases.
Siempre entretenida y con buenas escenas, amén de excelentes interpretaciones, logra mantener la atención, aunque haya aspectos mejorables, algunos momentos que no aportan mucho a las tramas principales.
Pero, en definitiva, gracias a todos los elementos positivos antes apuntados junto a la excelente ambientación y banda sonora, la cinta deja un mejorable pero buen sabor de boca al ser muy digna y honesta.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Interesante film que narra una historia sita en el País Vasco en 1976, concretamente en la localidad guipuzcoana de Rentería, que toca diversos temas, algunos más propios de aquellos convulsos años y otros todavía de candente y dolorosa actualidad.
Silvia Munt, no convence totalmente, pero sí hacer pensar al espectador, invitándole a la reflexión sobre aspectos como el aborto, en aquellos años prohibido, con jóvenes tratando de que se aprobara su derecho, junto con temas como la amnistía de los presos vascos, el deseo de libertad sexual y la diferencia de clases.
Siempre entretenida y con buenas escenas, amén de excelentes interpretaciones, logra mantener la atención, aunque haya aspectos mejorables, algunos momentos que no aportan mucho a las tramas principales.
Pero, en definitiva, gracias a todos los elementos positivos antes apuntados junto a la excelente ambientación y banda sonora, la cinta deja un mejorable pero buen sabor de boca al ser muy digna y honesta.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
28 de septiembre de 2023
28 de septiembre de 2023
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película sobre los sentimientos, sobre el fin de adolescencia y el principio de la adultez, en una época y entorno donde si tu vida adulta comenzaba torcida, el margen para enderezarla era escaso o nulo. Es una película sobre la opresión (no solamente política, sino también sociológica) del post-franquismo, Es una película sobre la desesperación y sobre la esperanza.
Es todo eso y más, antes que una película militante o política (que también). Aunque ofrece una visión muy concreta (y feminista), hay espacio para mirar desde otra ópticas.
La ambientación en una localidad costera de Guipuzkoa a finales de los 70, si bien no es del todo rigurosa, está bien trabajada. Los exteriores... son opresivos y expansivos al mismo tiempo. También me han gustado las escenas interiores, de gran realismo y recogimiento. Algunas escenas son de muy bella factura, diría que hasta preciosistas.
A veces, parece que alrededor de una historia muy concreta como es la que se cuenta, están sucediendo muchas cosas. La película tiene la virtud de expandirse y transmitir más de lo que cuenta.
Las actuaciones, aunque con algún altibajo, en general son sólidas. La aparente contención del personaje principal en concreto, y de casi todos los personajes en general, encajan perfectamente con la ambientación, con la idea de que es mejor no hablar de mas, evitar pasos en falso. Se perciben grandes fuerzas subyacentes en casi todos los personajes, ya sea que hablen mucho o poco, digan cosas banales o no. Autenticidad.
Es todo eso y más, antes que una película militante o política (que también). Aunque ofrece una visión muy concreta (y feminista), hay espacio para mirar desde otra ópticas.
La ambientación en una localidad costera de Guipuzkoa a finales de los 70, si bien no es del todo rigurosa, está bien trabajada. Los exteriores... son opresivos y expansivos al mismo tiempo. También me han gustado las escenas interiores, de gran realismo y recogimiento. Algunas escenas son de muy bella factura, diría que hasta preciosistas.
A veces, parece que alrededor de una historia muy concreta como es la que se cuenta, están sucediendo muchas cosas. La película tiene la virtud de expandirse y transmitir más de lo que cuenta.
Las actuaciones, aunque con algún altibajo, en general son sólidas. La aparente contención del personaje principal en concreto, y de casi todos los personajes en general, encajan perfectamente con la ambientación, con la idea de que es mejor no hablar de mas, evitar pasos en falso. Se perciben grandes fuerzas subyacentes en casi todos los personajes, ya sea que hablen mucho o poco, digan cosas banales o no. Autenticidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El personaje de Bea transmite... peligro (gran interpretación de Elena Tarrats.. aunque no estoy seguro de si realmente interpretaba). Es un tipo de mujer muy concreto, muy de esa época. El tipo de mujer que es impredecible, que va a generar grandes desperfectos emocionales por allá donde pase. Te quedas con las ganas de ver como evolucionan todos los personajes, pero especialmente, ella.
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