Tres hombres malos
1926 

7,4
553
24 de diciembre de 2009
24 de diciembre de 2009
20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran film mudo de Ford que dejó totalmente definidas sus constantes en el género que mayor prestigio le dio: el western. Pero va más allá de simple pieza para entender su cine. La descripción de personajes, la manera de unir las historias paralelas, la poesía que desprende la historia, su capacidad paisajística o la puesta en escena son ya magistrales. Autentica superproducción de su tiempo, Three Bad Men es posiblemente la mejor descripción sobre la famosa carrera para conseguir territorio en Oregón. Aunque queda ligeramente lastrada por ciertas tendencias de la época muda (en particular en las interpretaciones), se termina imponiendo el lirismo de Ford, que imprime su personal huella tanto en el aspecto visual como en el trato que da a los personajes, así como la nostalgia que desprende el conjunto. A pesar de contar con más de ochenta años, mantiene una capacidad narrativa y de sugerencia que no ha perdido fuerza con el tiempo y que la destaca dentro de la cinematografía americana de la época. Un film de Ford poco conocido pero muy recomendable, tanto por su calidad como por su interés didáctico a la hora de estudiar la obra del genial director.
16 de febrero de 2013
16 de febrero de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La cámara filma tus más íntimos pensamientos y los capta. Si te concentras, la cámara es capaz de investigar tus más íntimas emociones” John Ford
En esta película de Ford hay una mezcla de cine épico, con la colonización de Dakota, y el cine cómico, con las relaciones de los tres hombres “malos” y se alcanza la tragedia con la intervención de los tres hombres “malos” en la historia de amor de los dos protagonistas. Todo está muy bien combinado, dando en cada momento la dosis adecuada de grandiosidad, la carrera de las carretas por colonizar un espacio, con la comicidad, una bicicleta atada a la cola de un caballo, y la tragedia, el niño perdido en medio del tumulto. La fotografía está muy cuidada, especialmente con los claroscuros y con encuadres que posteriormente desarrollará con el paisaje y los personajes. La emoción visual plasma de manera realista lo que tuvo que ser aquella colonización casi como un documental. Es un western al estilo clásico, pero Ford no se centra en los personajes individuales, sino en el conjunto, haciendo a los colonizadores los auténticos protagonistas de la historia. Curiosamente en esta película no hay indios, cuando en la realidad estos territorios que van a ser colonizados, antes se les había quitado a los indios sioux tras la masacre del general Custer, hecho al que aquí no hay referencia.
En esta película de Ford hay una mezcla de cine épico, con la colonización de Dakota, y el cine cómico, con las relaciones de los tres hombres “malos” y se alcanza la tragedia con la intervención de los tres hombres “malos” en la historia de amor de los dos protagonistas. Todo está muy bien combinado, dando en cada momento la dosis adecuada de grandiosidad, la carrera de las carretas por colonizar un espacio, con la comicidad, una bicicleta atada a la cola de un caballo, y la tragedia, el niño perdido en medio del tumulto. La fotografía está muy cuidada, especialmente con los claroscuros y con encuadres que posteriormente desarrollará con el paisaje y los personajes. La emoción visual plasma de manera realista lo que tuvo que ser aquella colonización casi como un documental. Es un western al estilo clásico, pero Ford no se centra en los personajes individuales, sino en el conjunto, haciendo a los colonizadores los auténticos protagonistas de la historia. Curiosamente en esta película no hay indios, cuando en la realidad estos territorios que van a ser colonizados, antes se les había quitado a los indios sioux tras la masacre del general Custer, hecho al que aquí no hay referencia.
1 de febrero de 2022
1 de febrero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mudas suyas más célebres. Tiene todo lo necesario para ser una gran película. Y lo es. Naturalmente es más difícil de seguir que una película sonora, pero da gusto verla. Una trama muy del oeste, perfectamente organizada y secuenciada en el tiempo del que dispone.
Muy interesante es el juego singular que mantiene Ford entre comedia y drama, una mezlca un poco rara, pero que le queda estupendamente. Como también le queda muy bien, aunque sobre el papel pueda parecer lo contrario, la idea de convertir a los malos en buenos, a los pérfidos en protectores. Y al Sheriff en malo. Todo un guiño a la vida misa y a la realidad.
La música que acompaña la película, entre irlandesa tradicional y folk americana, es pegadiza y adecuada a lo que se pretende. Subraya los momentos dramáticos con un piano muy enfático o con un violín algo estridente, componiendo una banda sonora auténtica, muy propia de las películas mudas.
Es consideraba por mucho como una gran obra de Ford, de los mejor de su época silente. No he visto mucho suyo de esa época . Pero, desde luego, esta película, situada en su contexto, con sus medios y las posibilidades técnicas que brindaba la época, es una maravilla.
El actor que más conozco es George O'Brien, uno de los hombres de Ford de toda la via.
Tiene imágenes muy potentes: las carretas quemando la iglesia, o la carrera hacia la conquista de tierras. Potentísimas, de una fuerza dramática innegable.
Me ha gustado mucho.
Muy interesante es el juego singular que mantiene Ford entre comedia y drama, una mezlca un poco rara, pero que le queda estupendamente. Como también le queda muy bien, aunque sobre el papel pueda parecer lo contrario, la idea de convertir a los malos en buenos, a los pérfidos en protectores. Y al Sheriff en malo. Todo un guiño a la vida misa y a la realidad.
La música que acompaña la película, entre irlandesa tradicional y folk americana, es pegadiza y adecuada a lo que se pretende. Subraya los momentos dramáticos con un piano muy enfático o con un violín algo estridente, componiendo una banda sonora auténtica, muy propia de las películas mudas.
Es consideraba por mucho como una gran obra de Ford, de los mejor de su época silente. No he visto mucho suyo de esa época . Pero, desde luego, esta película, situada en su contexto, con sus medios y las posibilidades técnicas que brindaba la época, es una maravilla.
El actor que más conozco es George O'Brien, uno de los hombres de Ford de toda la via.
Tiene imágenes muy potentes: las carretas quemando la iglesia, o la carrera hacia la conquista de tierras. Potentísimas, de una fuerza dramática innegable.
Me ha gustado mucho.
28 de enero de 2024
28 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
22/22(25/01/24) Notable film mudo del maestro John Ford, su último western hasta que 12+1 años después realizó la obra maestra “La diligencia”. Con casi 100 años desde su estreno, una cinta que se mantiene fresca y saludable, marcando a fuego el estilo fordiano, y por ende de sus films del oeste, que no eran más que frescos de como USA creció por sus colonos, y este ensanchamiento se hico merced a la violencia que luego heredaron gentes pacíficas, algo sobre lo que volvería en varias ocasiones el cineasta de Maine, ejemplo mítico su crepuscular último occidental “El hombre que mató a Liberty Valance”. Aquí Ford muestra sus cartas en una mordaz mezcla de acción, humor, drama y romance con el trasfondo de la colonización salvaje de los estados estadounidenses. Esta es una de las tres versiones de la misma historia realizadas por Ford a lo largo de su carrera. Primero fue “Marked Men” en 1919 (la película ahora está perdida) con Harry Carey, J Farrell MacDonald y Ted Brooks en los papeles principales. Veintinueve años después, en 1948, hizo “Los 3 Padrinos”, con John Wayne, Pedro Armendáriz y el hijo de Carey, Harry Carey Jr como protagonistas, aquí cambiando a la huérfana talludita de este de 1926, por un bebe que deben llevar los malos a través del desierto. Entretanto, en 1926, realizó esta “3 Bad Men”, demostrando el director experiencia en saber desarrollar una historia con varias historias paralelas que luego convergen, dotando de hondura dramática a los personajes, con una ágil caracterización, impregnando de carisma a sus tres malos, aportando una camaradería que trasciende la pantalla, bañando la cinta de escenas recordables, en muchos casos dotadas de lirismo visual profundo, valga de prueba la el bello epílogo elegiaco.
Una película hermosa en momentos épicos, sobre todo esa carrera de carretas de colonos queriendo en modo darwinista hacerse con parcelas en Oregón, todo un prodigio (tenido en cuenta el año) de rodaje vigoroso extraordinario, aunado con la mística fordiana de como exhibe los paisajes del oeste. Todo ello con los clichés del género popularizados posteriormente en el cine, desde los asaltos a caravanas, salones del oeste con peleas, carteles de forajidos con el se busca por recompensa, persecuciones por el desierto, y un clímax con disparos a tropel adornado incluso con una explosión.
También es una historia con reminiscencias bíblicas, algo también muy fordiano, es una historia de redención, donde los tres hombres malos titulares sufren una epifanía y cambian sus vidas, teniendo un fin su existencia en algo bueno en proteger a una desvalida huérfana; también claramente la búsqueda de la tierra para vivir fértil, no es más que un sucedáneo del Éxodo para hallar la Tierra Prometida.
Tiene un arranque vigoroso muy moderno en la presentación mordaz de los tres titulares. Aunque primero nos hacen una espléndida semblanza de la colonización estadounidense, explicando el ‘desalojo’ de los nativos para dar lugar a los emigrantes europeos que vemos llegar en barcos. Tenemos en una epopéyica toma a una caravana de colonos por la pradera desértica hacia las Dakotas por la Fiebre del oro, unos Sioux observan a lo lejos cual sentimiento de impotencia de ser robados sin nada poder oponer. Tenemos un ágil montaje en que hay varios carteles con rostros de “Se Buscan”, sobre los tres forajidos, tras lo que los vemos en modo expresionista (Ford bebía mucho de este estilo visual) a los tres recortados por su silueta contra el sol (toma que será circular), en contrapicado aparecer sobre el horizonte de una ladera, muy poético. Están en carne y hueso sobre una colina observar a una carreta rezagada a la que poder robar los caballos. Pero antes que puedan salir al galope ven que un grupo de cuatreros se les adelantan y vemos comentan (a través de un divertido intertítulo), "Nuestro negocio se está saturando". Tras ello deciden asaltar a los asaltadores y se produce la catarsis. En unos pocos minutos nos ha sintetizado Ford la Colonización de USA, maravilloso todo. Hay una trémulo tramo en que Lee se entera a través del villano Layne Hunter de quienes son realmente sus tres acompañantes, primero el rostro de ella se sorprende, oye las risas de decenas de presentes, pero rápidamente se recompone y hace un chascarrillo invitando a sus Tres Malos a montar el campamento como si no hiciera caso a lo oído, a lo que los 3 reaccionan orgulloso, habiendo un delirante momento cuando uno de ellos coge a un presente por el cuello preguntándole que mira, entonces vemos con él que es bizco y lo deja.
Ford construye con mimo la personalidad d ellos protagonistas en la primera parte, tirando mucho de humor, como cuando al comienza Dan parece va a besar a Lee, inclinándose sobre ella, le agarra la cabeza y… le limpia una mancha de barro de su rostro, dejando a la joven cariacontecida por lo que esperaba, como el jocoso tramo en que dos de los Malos Mike y Spade deciden buscar un novio para Lee, cual si buscaran un traje a medida, como auscultan a varios tipos por el camino (dejando entrever el racismo de la época), la bufonesca pelea en el salón (por supuesto con sillas rotas), como uno de los 3 Malos tapa la jaula de un pájaro para que no vea desnuda a Lee cuando se va a bañar, Dan pretende camelarse a Lee tocando la armónica y cree ser cuando por ella hasta que se da la vuelta, e incluso los toques de comedia durante la carrera de colonos de carretas. Y mientras tanto Ford mostrando en los márgenes como se construía una gran nación con sus colonos llegando de todas partes, los asentamientos de ciudades que se erigían con rapidez, como el oro movía los sueños de la gente, como el crimen siempre ha estado detrás de todo rápido avance económico. Esta mezcla entre lo íntimo y lo macro es equilibrada, y se retroalimenta una de otra, el humanismo que despierta en los 3 Malos que encuentran un Noble Sentido a sus Vidas cual padrinos de esta joven en medio de la Conquista del Oeste... (sigo en spoiler)
Una película hermosa en momentos épicos, sobre todo esa carrera de carretas de colonos queriendo en modo darwinista hacerse con parcelas en Oregón, todo un prodigio (tenido en cuenta el año) de rodaje vigoroso extraordinario, aunado con la mística fordiana de como exhibe los paisajes del oeste. Todo ello con los clichés del género popularizados posteriormente en el cine, desde los asaltos a caravanas, salones del oeste con peleas, carteles de forajidos con el se busca por recompensa, persecuciones por el desierto, y un clímax con disparos a tropel adornado incluso con una explosión.
También es una historia con reminiscencias bíblicas, algo también muy fordiano, es una historia de redención, donde los tres hombres malos titulares sufren una epifanía y cambian sus vidas, teniendo un fin su existencia en algo bueno en proteger a una desvalida huérfana; también claramente la búsqueda de la tierra para vivir fértil, no es más que un sucedáneo del Éxodo para hallar la Tierra Prometida.
Tiene un arranque vigoroso muy moderno en la presentación mordaz de los tres titulares. Aunque primero nos hacen una espléndida semblanza de la colonización estadounidense, explicando el ‘desalojo’ de los nativos para dar lugar a los emigrantes europeos que vemos llegar en barcos. Tenemos en una epopéyica toma a una caravana de colonos por la pradera desértica hacia las Dakotas por la Fiebre del oro, unos Sioux observan a lo lejos cual sentimiento de impotencia de ser robados sin nada poder oponer. Tenemos un ágil montaje en que hay varios carteles con rostros de “Se Buscan”, sobre los tres forajidos, tras lo que los vemos en modo expresionista (Ford bebía mucho de este estilo visual) a los tres recortados por su silueta contra el sol (toma que será circular), en contrapicado aparecer sobre el horizonte de una ladera, muy poético. Están en carne y hueso sobre una colina observar a una carreta rezagada a la que poder robar los caballos. Pero antes que puedan salir al galope ven que un grupo de cuatreros se les adelantan y vemos comentan (a través de un divertido intertítulo), "Nuestro negocio se está saturando". Tras ello deciden asaltar a los asaltadores y se produce la catarsis. En unos pocos minutos nos ha sintetizado Ford la Colonización de USA, maravilloso todo. Hay una trémulo tramo en que Lee se entera a través del villano Layne Hunter de quienes son realmente sus tres acompañantes, primero el rostro de ella se sorprende, oye las risas de decenas de presentes, pero rápidamente se recompone y hace un chascarrillo invitando a sus Tres Malos a montar el campamento como si no hiciera caso a lo oído, a lo que los 3 reaccionan orgulloso, habiendo un delirante momento cuando uno de ellos coge a un presente por el cuello preguntándole que mira, entonces vemos con él que es bizco y lo deja.
Ford construye con mimo la personalidad d ellos protagonistas en la primera parte, tirando mucho de humor, como cuando al comienza Dan parece va a besar a Lee, inclinándose sobre ella, le agarra la cabeza y… le limpia una mancha de barro de su rostro, dejando a la joven cariacontecida por lo que esperaba, como el jocoso tramo en que dos de los Malos Mike y Spade deciden buscar un novio para Lee, cual si buscaran un traje a medida, como auscultan a varios tipos por el camino (dejando entrever el racismo de la época), la bufonesca pelea en el salón (por supuesto con sillas rotas), como uno de los 3 Malos tapa la jaula de un pájaro para que no vea desnuda a Lee cuando se va a bañar, Dan pretende camelarse a Lee tocando la armónica y cree ser cuando por ella hasta que se da la vuelta, e incluso los toques de comedia durante la carrera de colonos de carretas. Y mientras tanto Ford mostrando en los márgenes como se construía una gran nación con sus colonos llegando de todas partes, los asentamientos de ciudades que se erigían con rapidez, como el oro movía los sueños de la gente, como el crimen siempre ha estado detrás de todo rápido avance económico. Esta mezcla entre lo íntimo y lo macro es equilibrada, y se retroalimenta una de otra, el humanismo que despierta en los 3 Malos que encuentran un Noble Sentido a sus Vidas cual padrinos de esta joven en medio de la Conquista del Oeste... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
…Teniendo momentos en esta parte de acción vibrante como la mencionada del ataque al carro de los Carlton, el incendio de la iglesia con varias carretas incendiadas colina abajo para caer sobre una iglesia poblada de mujeres y niños, a la que se responde con un grupo de rebeldes contra la tiranía sádica avarienta del sheriff, cabalgan contra Hunter con antorchas en sus manos, recordándome a una imagen similar en la controvertida “El Nacimiento de una Nación” de Griffith, donde Ford fue un extra, habiendo una imagen electrizante de un sacerdote en la noche brazos en alto con una cruz ardiendo a su espalda, o la pelea del salón, culminado esto dramáticamente en el encuentro entre ‘Toro’ y su hermana. Como la encuentra provoca una secuencia espectacular de ‘Toro’ yendo tras de Hunter cual Terminator desatado destrozando puertas y arrollando al que se le pone por medio. Al final este tramo llega a un trémulo tramo, primero con ‘Bull’ llevando en brazos el cuerpo de su hermana, sexteado por tipos con antorchas en señal de respeto, hay una elipsis y saltamos al entierro (otro leit-motive fordiano son las escenas de cementerios), y mientras esto acontece en el parado de fondo vemos cientos de carretas avanzar, con sutilidad en los márgenes de lo que vemos, Ford nos dice que nada puede detener el progreso.
Tom Santschi es muy bueno como ‘Bull’, seguramente el más complejo de los personajes, el que tiene aristas, aporta carisma en su mezcla de mastodonte con sentimientos nobles; J. Farrell MacDonald & Frank Campeau muy divertidos como los socios Spade y Costigan, derrochan química, con varias escenas de humor jocoso; Olive Borden como la damisela en apuros resulta plana; George O'Brien como el galán es también algo liso en su carácter de héroe que no se despeina; Lou Tellegen como el villano es bastante caricatura, cumpliendo con su rostro huesudo y figura espigada.
En los papeles principales, George O'Brien y Olive Borden parecen más estrellas de cine que pioneros occidentales, pero aun así ofrecen actuaciones honestas. Bull Stanley es el personaje más complejo de la película, incluso si la transición de proscrito a protector no es del todo fluida, y Tom Santschi interpreta a Bull con una profundidad de carácter supera a los demás en la película.
El punto parte aguas del film es el Homérico tramo en la parte final de la carrera por las tierras del oro, filmada por Ford de modo brillante por la cinematografía de George Schneiderman (“El Juez Priest”), en miscelánea con una labor de edición Homérica, que he buscado de quien es y no parece crédito alguno (¿?). Espectacular se queda corto, con un manejo de centenares de extras con carretas a la carrera a la altura de la cuasi- coetánea “Ben Hur” (1925). Impresionante tramo de unos ocho minutos y medio que deberían estar en la Historia del Cine por su espectacularidad Impactante.
Pero en la última parte la carrera por las tierras deviene en la persecución de los verdaderos malos, liderados por Hunter, para dar con la tierra cedida (por el tipo que mataron por encargo de Hunter) del oro a Lee. Tramo muy propio de Ford, en como a estos rudos forajidos les aflora su vena romántica de sacrificarse por un bien mayor, la felicidad de su apadrinada.
El DP Schneiderman también espectacular en la secuencia de la quema de la Iglesia, transmitiendo angustia vital entre las llamas. Fotografía formidable ya en la mencionada presentación de los titulares, como es majestuosa en la mágica toma final, copiada tantas veces en el cine, de esos planos por su carga emocionan. Un rush final brillante. Para desembocar todo en un sensible epílogo de los que calan.
Fordiano film a reivindicar. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2024/01/tres-hombres-malos.html
Tom Santschi es muy bueno como ‘Bull’, seguramente el más complejo de los personajes, el que tiene aristas, aporta carisma en su mezcla de mastodonte con sentimientos nobles; J. Farrell MacDonald & Frank Campeau muy divertidos como los socios Spade y Costigan, derrochan química, con varias escenas de humor jocoso; Olive Borden como la damisela en apuros resulta plana; George O'Brien como el galán es también algo liso en su carácter de héroe que no se despeina; Lou Tellegen como el villano es bastante caricatura, cumpliendo con su rostro huesudo y figura espigada.
En los papeles principales, George O'Brien y Olive Borden parecen más estrellas de cine que pioneros occidentales, pero aun así ofrecen actuaciones honestas. Bull Stanley es el personaje más complejo de la película, incluso si la transición de proscrito a protector no es del todo fluida, y Tom Santschi interpreta a Bull con una profundidad de carácter supera a los demás en la película.
El punto parte aguas del film es el Homérico tramo en la parte final de la carrera por las tierras del oro, filmada por Ford de modo brillante por la cinematografía de George Schneiderman (“El Juez Priest”), en miscelánea con una labor de edición Homérica, que he buscado de quien es y no parece crédito alguno (¿?). Espectacular se queda corto, con un manejo de centenares de extras con carretas a la carrera a la altura de la cuasi- coetánea “Ben Hur” (1925). Impresionante tramo de unos ocho minutos y medio que deberían estar en la Historia del Cine por su espectacularidad Impactante.
Pero en la última parte la carrera por las tierras deviene en la persecución de los verdaderos malos, liderados por Hunter, para dar con la tierra cedida (por el tipo que mataron por encargo de Hunter) del oro a Lee. Tramo muy propio de Ford, en como a estos rudos forajidos les aflora su vena romántica de sacrificarse por un bien mayor, la felicidad de su apadrinada.
El DP Schneiderman también espectacular en la secuencia de la quema de la Iglesia, transmitiendo angustia vital entre las llamas. Fotografía formidable ya en la mencionada presentación de los titulares, como es majestuosa en la mágica toma final, copiada tantas veces en el cine, de esos planos por su carga emocionan. Un rush final brillante. Para desembocar todo en un sensible epílogo de los que calan.
Fordiano film a reivindicar. Gloria Ucrania!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2024/01/tres-hombres-malos.html
12 de agosto de 2024
12 de agosto de 2024
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Maravilloso western mudo de John Ford, una película donde ya se ve su genio único, sobre todo en el género western. No parece una peli muda, es toda una maravilla del cine de siempre jamás, y Ford acierta con cada encuadre y cada plano.
En la cinta, son tres forajidos los que ayudan a una jovencita cuyo padre acaba de ser asesinado por una cuadrilla de maleantes como ellos. Pero estos tres hombres (malos-muy buenos), recapacitan, ayudan a la muchacha e incluso le buscan novio.
A la cabeza del pueblo a donde llegan, un sheriff corrupto está al mando de una banda, de los auténticos y verdaderos hombres malos.
Vemos cómo Ford, sorpresivamente, sobre todo para la época, subvierte el esquema moral al uso y hace buenos a los bandidos en tanto son el Sheriff y sus ayudantes, los villanos. Sencillamente genial.
Estupendos actores y actrices (George O’Brian, Olive Borden, Lou Tellegen o Psicilla Bonner), que, junto a una sensacional fotografía (B&N) de George Schneiderman y la sugerente música de Dana Kaproff, configura una obra excelsa que recomiendo a cuantos gusten del western, de Ford y, en suma, del cine.
Una pieza del cine universal que encierra en su “mudez” candorosa, la belleza del Séptimo Arte en todo su esplendor.
Contenido en un artículo de ENCADENADOS: https://encadenados.org/monograficos/no-109-monografico-el-otro-ford/perlas-del-primer-cine-de-john-ford/
En la cinta, son tres forajidos los que ayudan a una jovencita cuyo padre acaba de ser asesinado por una cuadrilla de maleantes como ellos. Pero estos tres hombres (malos-muy buenos), recapacitan, ayudan a la muchacha e incluso le buscan novio.
A la cabeza del pueblo a donde llegan, un sheriff corrupto está al mando de una banda, de los auténticos y verdaderos hombres malos.
Vemos cómo Ford, sorpresivamente, sobre todo para la época, subvierte el esquema moral al uso y hace buenos a los bandidos en tanto son el Sheriff y sus ayudantes, los villanos. Sencillamente genial.
Estupendos actores y actrices (George O’Brian, Olive Borden, Lou Tellegen o Psicilla Bonner), que, junto a una sensacional fotografía (B&N) de George Schneiderman y la sugerente música de Dana Kaproff, configura una obra excelsa que recomiendo a cuantos gusten del western, de Ford y, en suma, del cine.
Una pieza del cine universal que encierra en su “mudez” candorosa, la belleza del Séptimo Arte en todo su esplendor.
Contenido en un artículo de ENCADENADOS: https://encadenados.org/monograficos/no-109-monografico-el-otro-ford/perlas-del-primer-cine-de-john-ford/
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