Fanny y AlexanderMiniserie
1983 

8,3
1.335
Serie de TV. Drama
Miniserie de TV. 4 episodios. La historia está ambientada en 1907, en Uppsala, Suecia, y se centra en los Ekdahls, la familia del joven Alexander y su hermana Fanny. Los padres se dedican al teatro y son felices, hasta que el padre muere de forma repentina. Al poco tiempo, la madre decide casarse con un líder religioso conservador, una decisión que cambiará sus vidas. (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2023
16 de febrero de 2023
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente “Fanny y Alexander” sea la obra definitiva y absoluta de Ingmar Bergman, el cineasta europeo definitivo y absoluto. Bergman, en el ocaso de su filmografía, decide legarnos su testamento cinematográfico rodando una serie para la televisión sueca (simultáneamente convertida en película para su exhibición en cines, con la que ganó 4 Oscars cuando dichos galardones aún tenían sentido y criterio) donde compendia toda su carrera y sus temas fundamentales en torno a los que su cine magistral y preclaro había girado desde siempre, desde la oscura realidad, a la filosofía o la teología más allá de lo tangible.
El resultado es excelso, una obra cumbre imprescindible para poder entender la historia del cine donde, a través del niño protagonista, Alexander, el genio sueco bucea a pulmón por su propia biografía y por toda la sabiduría atesorada a lo largo de décadas como cineasta de referencia en Europa. Y lo hace, y esto es lo más notable de todo, atravesando para ello varios géneros que conforman una cinta transversal como la vida misma: desde la comedia al drama más desgarrador, pasando por momentos de cine de terror psicológico o de escenas filosóficas y teológicas de primera magnitud, y resultando ganador “cum laude” en todos ellos. Ese hito sólo podía estar al alcance de Ingmar Bergman.
La historia, ambientada en la Suecia de comienzos del siglo XX, de la amplia familia burguesa Ekdahls, dedicada al teatro y a las artes, liberal en las costumbres y en los usos privados, vive en una especie de limbo libertario (sublime la primera parte de la cinta en torno a la Nochebuena), cuando todo se rompe al perder a uno de sus miembros, Oskar. Su viuda, Emilie, y sus dos hijos, Alexander y Fanny, tienen que salir de ese entorno hedonista cuando Emilie se casa con el Obispo, un terrible dictador sádico y fundamentalista religioso que los someterá al yugo de una vida insoportable, máxime para quienes han conocido otras formas y maneras.
Pero destaca sobre todo, además de los impagables diálogos propios de Bergman, la estética del film, especialmente en los tramos en los que roza el género de terror de forma excelsa y que marcan de manera indeleble a todo espectador que los atraviese cuando el film toma aliento precursor del realismo mágico y traspasa la frontera de la muerte para filosofar sabiamente sobre la vida.
Resulta pasmosa su actualidad cuatro décadas después de su estreno, resultando una obra magna tanto en formato serie como en película gracias a un guión del propio Bergman sencillamente insuperable y un elenco actoral para este film coral a una altura inconmensurable.
La música de Daniel Bell resulta siempre acertada y justa para subrayar las emociones necesarias y de la dirección de fotografía ni hablamos, dado que estamos ante otra obra magna del fotógrafo de cabecera de Bergman, Sven Nykvist, un absoluto mito.
El resultado es excelso, una obra cumbre imprescindible para poder entender la historia del cine donde, a través del niño protagonista, Alexander, el genio sueco bucea a pulmón por su propia biografía y por toda la sabiduría atesorada a lo largo de décadas como cineasta de referencia en Europa. Y lo hace, y esto es lo más notable de todo, atravesando para ello varios géneros que conforman una cinta transversal como la vida misma: desde la comedia al drama más desgarrador, pasando por momentos de cine de terror psicológico o de escenas filosóficas y teológicas de primera magnitud, y resultando ganador “cum laude” en todos ellos. Ese hito sólo podía estar al alcance de Ingmar Bergman.
La historia, ambientada en la Suecia de comienzos del siglo XX, de la amplia familia burguesa Ekdahls, dedicada al teatro y a las artes, liberal en las costumbres y en los usos privados, vive en una especie de limbo libertario (sublime la primera parte de la cinta en torno a la Nochebuena), cuando todo se rompe al perder a uno de sus miembros, Oskar. Su viuda, Emilie, y sus dos hijos, Alexander y Fanny, tienen que salir de ese entorno hedonista cuando Emilie se casa con el Obispo, un terrible dictador sádico y fundamentalista religioso que los someterá al yugo de una vida insoportable, máxime para quienes han conocido otras formas y maneras.
Pero destaca sobre todo, además de los impagables diálogos propios de Bergman, la estética del film, especialmente en los tramos en los que roza el género de terror de forma excelsa y que marcan de manera indeleble a todo espectador que los atraviese cuando el film toma aliento precursor del realismo mágico y traspasa la frontera de la muerte para filosofar sabiamente sobre la vida.
Resulta pasmosa su actualidad cuatro décadas después de su estreno, resultando una obra magna tanto en formato serie como en película gracias a un guión del propio Bergman sencillamente insuperable y un elenco actoral para este film coral a una altura inconmensurable.
La música de Daniel Bell resulta siempre acertada y justa para subrayar las emociones necesarias y de la dirección de fotografía ni hablamos, dado que estamos ante otra obra magna del fotógrafo de cabecera de Bergman, Sven Nykvist, un absoluto mito.
20 de agosto de 2022
20 de agosto de 2022
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta miniserie es igual de buena que la película, pero como la vi muy poco después, me resultó redundante.
No sentí que hubiese muchas aportaciones nuevas, así que con ver la película creo que es suficiente.
Insisto, es una muy buena miniserie, pero si viste la película recientemente, mi opinión es que no te aportará demasiado.
Al igual que la película está exquisitamente ambientada y consigue provocar emociones, aunque quizá para algunas personas sea larga y aburrida.
En el primer tramo nos sumergimos en la ambientación de la casa, en fechas navideñas. En ese momento todo parece felicidad y buenas sensaciones. Es importante empaparse de ello, para luego sentir el contraste con lo que viene después.
Más adelante es cuando llega la muerte del padre y todo cambia.
No sentí que hubiese muchas aportaciones nuevas, así que con ver la película creo que es suficiente.
Insisto, es una muy buena miniserie, pero si viste la película recientemente, mi opinión es que no te aportará demasiado.
Al igual que la película está exquisitamente ambientada y consigue provocar emociones, aunque quizá para algunas personas sea larga y aburrida.
En el primer tramo nos sumergimos en la ambientación de la casa, en fechas navideñas. En ese momento todo parece felicidad y buenas sensaciones. Es importante empaparse de ello, para luego sentir el contraste con lo que viene después.
Más adelante es cuando llega la muerte del padre y todo cambia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La madre de los niños (Ewa Fröling) queda sola, es una mujer joven y preciosa, tiene 30 añitos. Vamos que es un manjar para quien la cace ahora que está sola, recordemos que es 1907 y la mujer tenía mucho menos poder entonces.
En este tramo todo se tiñe de luto y es muy triste, da mal rollo y contrasta mucho con la parte anterior.
Entonces es cuando entra en juego el líder religioso que menciona la sinopsis (Jan Malmsjö). Es un hombre de 50 años (le mete 20 años a la madre de los niños), recto, duro y muy conservador, es obispo. En esa época los líderes religiosos tenían bastante poder y contactos. Eran muy respetados.
Este hombre se da cuenta de la posición vulnerable de la mujer y también de lo preciosa que es, ve la posibilidad de hacerla suya y aprovecha la ocasión ahora que está en un estado vulnerable.
Así que le ofrece su apoyo, la consuela y se encarga de oficiar en el entierro del marido. Cómo además tiene 20 años más que ella, puede ir imponiendo su autoridad sobre su mundo, hasta así ir consiguiendo que ella se vuelva dependiente de él.
Eso le da margen para seguir poco a poco camelándola y llevándola a su terreno.
Este hombre es severo y dominante, tiene matices de ello y a su manera consigue dominar la relación con ella. Logra que asuma ante él un rol de sumisión y respeto máximo, hasta que finalmente consigue que ella decida casarse con él, así logra ocupar el lugar del marido muerto.
Una vez que ya están casados, él ya no tiene que esforzarse más, ya tiene el control total, de la mujer y de los niños que ya son suyos, así que lo primero que hace es obligar a todos a irse a vivir a la casa del obispo, lejos del resto de familiares de ella y en un entorno donde él se siente cómodo y tiene el control, pués está gente de su confianza (su madre y alguien más).
Eso refuerza su dominio sobre sobre ella, que tiene a tres personas opinando sobre su vida y marcándole las pautas a seguir. La convence de no llevar sus antiguas pertenencias para cortar definitivamente con su pasado.
El mundo de esa preciosa mujer se verá reducido a lo que el hombre decida y al entorno que él ha preparado para ella. Obviamente allí ningún hombre ni persona podrá acercarse si a él no le conviene.
Además, en esa época la mujer no podía divorciarse a su antojo, estaba sometida al marido.
Es en esos días cuando el obispo consigue dejar preñada a la mujer para que le dé descendencia propia. Con la excusa de estar embarazada, le prohíbe también cualquier tipo de contacto con el exterior.
La niña Fanny no es un problema para el hombre, pero el niño Alexander sí. Es obvio que no se van a llevar bien (esto recuerda a Barry Lyndon) así que le someterá a grandes castigos cada vez que haga algo que le moleste. Todo lo negativo que el hombre perciba, lo pagará con el niño con la excusa de "educarle", y no dudará en hacerlo sangrar o encerrarlo si no se porta como él quiere.
Es una miniserie interesante y que te provoca sensaciones. Me ha gustado.
En este tramo todo se tiñe de luto y es muy triste, da mal rollo y contrasta mucho con la parte anterior.
Entonces es cuando entra en juego el líder religioso que menciona la sinopsis (Jan Malmsjö). Es un hombre de 50 años (le mete 20 años a la madre de los niños), recto, duro y muy conservador, es obispo. En esa época los líderes religiosos tenían bastante poder y contactos. Eran muy respetados.
Este hombre se da cuenta de la posición vulnerable de la mujer y también de lo preciosa que es, ve la posibilidad de hacerla suya y aprovecha la ocasión ahora que está en un estado vulnerable.
Así que le ofrece su apoyo, la consuela y se encarga de oficiar en el entierro del marido. Cómo además tiene 20 años más que ella, puede ir imponiendo su autoridad sobre su mundo, hasta así ir consiguiendo que ella se vuelva dependiente de él.
Eso le da margen para seguir poco a poco camelándola y llevándola a su terreno.
Este hombre es severo y dominante, tiene matices de ello y a su manera consigue dominar la relación con ella. Logra que asuma ante él un rol de sumisión y respeto máximo, hasta que finalmente consigue que ella decida casarse con él, así logra ocupar el lugar del marido muerto.
Una vez que ya están casados, él ya no tiene que esforzarse más, ya tiene el control total, de la mujer y de los niños que ya son suyos, así que lo primero que hace es obligar a todos a irse a vivir a la casa del obispo, lejos del resto de familiares de ella y en un entorno donde él se siente cómodo y tiene el control, pués está gente de su confianza (su madre y alguien más).
Eso refuerza su dominio sobre sobre ella, que tiene a tres personas opinando sobre su vida y marcándole las pautas a seguir. La convence de no llevar sus antiguas pertenencias para cortar definitivamente con su pasado.
El mundo de esa preciosa mujer se verá reducido a lo que el hombre decida y al entorno que él ha preparado para ella. Obviamente allí ningún hombre ni persona podrá acercarse si a él no le conviene.
Además, en esa época la mujer no podía divorciarse a su antojo, estaba sometida al marido.
Es en esos días cuando el obispo consigue dejar preñada a la mujer para que le dé descendencia propia. Con la excusa de estar embarazada, le prohíbe también cualquier tipo de contacto con el exterior.
La niña Fanny no es un problema para el hombre, pero el niño Alexander sí. Es obvio que no se van a llevar bien (esto recuerda a Barry Lyndon) así que le someterá a grandes castigos cada vez que haga algo que le moleste. Todo lo negativo que el hombre perciba, lo pagará con el niño con la excusa de "educarle", y no dudará en hacerlo sangrar o encerrarlo si no se porta como él quiere.
Es una miniserie interesante y que te provoca sensaciones. Me ha gustado.
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