La última reina (Firebrand)
6,1
435
16 de julio de 2024
16 de julio de 2024
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Particular versión "histórica" de los guionistas del film, sobre el final de la relación matrimonial entre el Rey Enrique VIII y su esposa Catalina Parr. Y es que, al modo en que lo han hecho anteriormente cineastas como Quentin Tarantino, se lleva al particular terreno de los creadores de la película una historia que bien podría haber sido así o, lo más seguro es que no.
En cualquier caso, cinematográficamente esto no tiene la menor importancia para degustar una cinta estimable técnicamente, con impresionante dirección artística y buenas interpretaciones. Asimismo, aspectos como fotografía y banda sonora son de recibo.
A mí, lo reconozco, me ha costado un poco entrar en materia, pero me ha ido ganando poco a poco, considerando su segunda mitad, por así llamarla, excelente en cuanto a fuerza dramática.
Hay varios momentos de gran tensión dramática, con intriga y algunos gramos de terror considerables, que azoran al espectador, situándolo en una época y lugar determinados, regidos por el miedo hacia un hombre poderoso al que la empatía hacia sus semejantes y familiares la tenía olvidada, siempre receloso y desconfiado.
Ya digo que el primer tercio quizás es un tanto hermético y cuesta un poquillo reconocer a todos los principales personajes, pero una vez conseguido creo que gusta e interesa a partes iguales.
https://filmsencajatonta2.blogspot.com/
En cualquier caso, cinematográficamente esto no tiene la menor importancia para degustar una cinta estimable técnicamente, con impresionante dirección artística y buenas interpretaciones. Asimismo, aspectos como fotografía y banda sonora son de recibo.
A mí, lo reconozco, me ha costado un poco entrar en materia, pero me ha ido ganando poco a poco, considerando su segunda mitad, por así llamarla, excelente en cuanto a fuerza dramática.
Hay varios momentos de gran tensión dramática, con intriga y algunos gramos de terror considerables, que azoran al espectador, situándolo en una época y lugar determinados, regidos por el miedo hacia un hombre poderoso al que la empatía hacia sus semejantes y familiares la tenía olvidada, siempre receloso y desconfiado.
Ya digo que el primer tercio quizás es un tanto hermético y cuesta un poquillo reconocer a todos los principales personajes, pero una vez conseguido creo que gusta e interesa a partes iguales.
https://filmsencajatonta2.blogspot.com/
8 de febrero de 2025
8 de febrero de 2025
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última Reina (2023) es una producción británica de género histórico, ambientada en los últimos años de la monarquía de Enrique VIII, dirigida por el brasileño Karim Ainouz, que cuenta en el reparto con estrellas como Jude Law y Alicia Vikander en los papeles protagonistas, interpretando al monarca y a su sexta esposa Catalina Parr, respectivamente.
Historia de un maltrato
La película no es fácil de ver. Esto no quiere decir que sea mala o aburrida, sino que la manera en como se plantea esta cinta de corte histórico es muy diferente a la que estamos acostumbrados. No hay luces ni colores, ni tampoco excesivas escenas de galantería caballeresca. La película se centra prácticamente en exclusiva en mostrarnos la historia de un matrimonio, el último del monarca Enrique VIII. Es una película intimista, que pretende utilizar a unos personajes históricos para encarnar la figura del maltratador doméstico, el abusador que emplea su poder (no solo como figura masculina, sino además en este caso como autoridad suprema) de manera totalmente despótica. En ellas, la protagonista femenina nos muestra los vanos intentos de la mujer maltratada que intenta "cambiar" a su marido, una tarea obviamente imposible.
Estéticamente la película rehúye de la pompa de las películas históricas a las que estamos acostumbrados y que salen como churros en Netflix y plataformas similares, sin ningún criterio de forma. Valga como ejemplo en este sentido las obvias influencias de la pintura de Holbein, retratista de Enrique VIII, que se han tomado como referencias visuales para numerosos planos de la obra. La película por el contrario busca esa Inglaterra brumosa y oscura, que va en sintonía con las descarnadas escenas de maltrato que protagoniza el monarca, interpretado magníficamente por Jude Law, quien demuestra un registro totalmente inusual. Las dinámicas de poder están plasmadas de manera inteligente en un guion que muestra los juegos manipuladores a los que son sometidas las víctimas y que en este caso cuentan con el respaldo de toda la corte.
Pequeños apuntes históricos e ideológicos
Como ya sabemos, el cine es una herramienta política más, y la última reina no se libra de ser analizada bajo el prisma ideológico. En este sentido la película es claramente pro-británica, cimentando una de las bases en las que se ha fundado la historia de Inglaterra en esta época, como es la magnificación de Isabel I (interpretada en la película por Erin Doherty). El papel de la futura reina en la película es fundamental, no solo es la voz en off que nos narra el principio y el final de la obra, sino que además sirve de espejo de como la historia oficialista la quiere presentar siempre: Una monarca inteligente, letrada, tolerante y la auténtica afianzadora del anglicanismo, en contraposición con la hija de Catalina de Aragón, la futura María Tudor, que coquetea con la estricta vigilancia del catolicismo. En este sentido la película también es clara y meridiana, poniendo el catolicismo como un atraso en la historia de Inglaterra, al contrario que la religión anglicana, mucho más moderada y abierta al debate. El mensaje no llega a enturbiar la película porque no es exagerado y además está introducido de manera orgánica, pero como españoles no podemos dejar de remarcarlo.
Conclusión
La última reina es una película histórica que se aleja de los estereotipos de las películas del género para mostrarnos una historia intimista, oscura y descorazonadora en la que brilla por sus interpretaciones y su inteligente guion.
Cinemagavia.es
Historia de un maltrato
La película no es fácil de ver. Esto no quiere decir que sea mala o aburrida, sino que la manera en como se plantea esta cinta de corte histórico es muy diferente a la que estamos acostumbrados. No hay luces ni colores, ni tampoco excesivas escenas de galantería caballeresca. La película se centra prácticamente en exclusiva en mostrarnos la historia de un matrimonio, el último del monarca Enrique VIII. Es una película intimista, que pretende utilizar a unos personajes históricos para encarnar la figura del maltratador doméstico, el abusador que emplea su poder (no solo como figura masculina, sino además en este caso como autoridad suprema) de manera totalmente despótica. En ellas, la protagonista femenina nos muestra los vanos intentos de la mujer maltratada que intenta "cambiar" a su marido, una tarea obviamente imposible.
Estéticamente la película rehúye de la pompa de las películas históricas a las que estamos acostumbrados y que salen como churros en Netflix y plataformas similares, sin ningún criterio de forma. Valga como ejemplo en este sentido las obvias influencias de la pintura de Holbein, retratista de Enrique VIII, que se han tomado como referencias visuales para numerosos planos de la obra. La película por el contrario busca esa Inglaterra brumosa y oscura, que va en sintonía con las descarnadas escenas de maltrato que protagoniza el monarca, interpretado magníficamente por Jude Law, quien demuestra un registro totalmente inusual. Las dinámicas de poder están plasmadas de manera inteligente en un guion que muestra los juegos manipuladores a los que son sometidas las víctimas y que en este caso cuentan con el respaldo de toda la corte.
Pequeños apuntes históricos e ideológicos
Como ya sabemos, el cine es una herramienta política más, y la última reina no se libra de ser analizada bajo el prisma ideológico. En este sentido la película es claramente pro-británica, cimentando una de las bases en las que se ha fundado la historia de Inglaterra en esta época, como es la magnificación de Isabel I (interpretada en la película por Erin Doherty). El papel de la futura reina en la película es fundamental, no solo es la voz en off que nos narra el principio y el final de la obra, sino que además sirve de espejo de como la historia oficialista la quiere presentar siempre: Una monarca inteligente, letrada, tolerante y la auténtica afianzadora del anglicanismo, en contraposición con la hija de Catalina de Aragón, la futura María Tudor, que coquetea con la estricta vigilancia del catolicismo. En este sentido la película también es clara y meridiana, poniendo el catolicismo como un atraso en la historia de Inglaterra, al contrario que la religión anglicana, mucho más moderada y abierta al debate. El mensaje no llega a enturbiar la película porque no es exagerado y además está introducido de manera orgánica, pero como españoles no podemos dejar de remarcarlo.
Conclusión
La última reina es una película histórica que se aleja de los estereotipos de las películas del género para mostrarnos una historia intimista, oscura y descorazonadora en la que brilla por sus interpretaciones y su inteligente guion.
Cinemagavia.es
22 de febrero de 2025
22 de febrero de 2025
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como buen cinéfilo que me considero puedo pasar de ver algo ligero y muy entretenido como “Paddington in Peru” a algo más serio y contundente como esta “Firebrand” (“La última reina”). La cinta es de 2023 pero ha llegado a nuestras salas dos años después.
¿Por qué he ido a verla al cine? Básicamente porque el cine histórico me gusta mucho, me resulta muy interesante y además porque la protagonizan Alicia Vikander (que me ENCANTA y a la que hacía mucho que no disfrutaba en ninguna película) y Jude Law. Son dos de mis actores preferidos y había oído hablar que el rodaje fue bien jodido, sobre todo porque Jude Law usó un perfume que olía a "sangre, materia fecal y sudor" mientras interpretaba su papel de Enrique VIII. "Pensé que tendría un gran impacto si olía mal", confesó Law en una conferencia de prensa en el Festival de Cine de Cannes. Además, Law tuvo complicado engordar para interpretar a Enrique VIII, así que tuvieron que tirar de prostéticos y vestuario especial para hacerlo parecer un obeso.
Abordar la Historia es MUY complejo, ya nos lo advierten al comienzo de la cinta: “La historia nos cuenta algunas cosas, en gran medida sobre los hombres y la guerra. En cuanto al resto de la humanidad, debemos sacar nuestras propias conclusiones, a menudo descabelladas”. Es obvio que para trasladar al Séptimo Arte momentos históricos concretos o claves se toman no pocas licencias. Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero, por si acaso, lo repetiré: la Verdad de lo que ocurrió en el pasado solo lo saben realmente quienes lo vivieron, y esos ya están muertos y no nos lo pueden contar y todavía no han inventado las máquinas del tiempo, así que nos tenemos que conformar con lo que los cineastas nos quieren presentar como lo que creen que ocurrió. Digo más: esta película adapta una novela de Elizabeth Fremantle, que en España lleva el título “El Juego de la Reina”, lo mismo me lo leo.
Aquí el enfoque es contarnos lo chungo y cabrón que era Enrique VIII en clave de thriller, creando un ambiente en la corte del rey Tudor malrollero, malsano, asfixiante, en apariencia todo va “bien”, pero, como de costumbre, eso suele ser de cara a la galería. A mí SÍ me ha gustado, quizá no es perfecta ni redonda, es cierto que hay momentos un poco lentos, tarda un poquillo en arrancar, pero Alicia Vikander nos regala una actuación estupenda, realmente buena, demuestra la gran actriz que es, lástima que no se prodigue más. Y aunque la protagonista es Vikander y su Catalina Parr, también hay que reconocer que Jude Law está alucinante como el pérfido Enrique VIII, porque Law es un actor que, cuando se lo propone, es capaz de entregar grandísimas actuaciones como en esta “Firebrand”. En el reparto también tenemos a Eddie Marsan y Sam Riley, pero yo quiero destacar a Junia Rees como la futurible Isabel I de Inglaterra, me ha sorprendido la chavala, espero verla en más producciones.
Dirige el brasileño Karim Aïnouz, siendo esta la cinta con la que se da a conocer a nivel internacional, trabajando con un guion escrito por Henrietta y Jessica Ashworth y con la colaboración de Rosanne Flynn. Aïnouz entrega un trabajo que, si bien no llega a ser perfecto, es bastante bueno.
Me ha gustado y mucho la banda sonora compuesta por Dickon Hinchliffe, además de la música y canciones de la época que suenan a lo largo de la cinta.
Resumiendo: Puede que no sea perfecta, pero ya solo por lo bien que trabajan tanto Alicia Vikander como Jude Law creo que merece la pena darle una oportunidad, yo la recomiendo al 100%.
¿Por qué he ido a verla al cine? Básicamente porque el cine histórico me gusta mucho, me resulta muy interesante y además porque la protagonizan Alicia Vikander (que me ENCANTA y a la que hacía mucho que no disfrutaba en ninguna película) y Jude Law. Son dos de mis actores preferidos y había oído hablar que el rodaje fue bien jodido, sobre todo porque Jude Law usó un perfume que olía a "sangre, materia fecal y sudor" mientras interpretaba su papel de Enrique VIII. "Pensé que tendría un gran impacto si olía mal", confesó Law en una conferencia de prensa en el Festival de Cine de Cannes. Además, Law tuvo complicado engordar para interpretar a Enrique VIII, así que tuvieron que tirar de prostéticos y vestuario especial para hacerlo parecer un obeso.
Abordar la Historia es MUY complejo, ya nos lo advierten al comienzo de la cinta: “La historia nos cuenta algunas cosas, en gran medida sobre los hombres y la guerra. En cuanto al resto de la humanidad, debemos sacar nuestras propias conclusiones, a menudo descabelladas”. Es obvio que para trasladar al Séptimo Arte momentos históricos concretos o claves se toman no pocas licencias. Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero, por si acaso, lo repetiré: la Verdad de lo que ocurrió en el pasado solo lo saben realmente quienes lo vivieron, y esos ya están muertos y no nos lo pueden contar y todavía no han inventado las máquinas del tiempo, así que nos tenemos que conformar con lo que los cineastas nos quieren presentar como lo que creen que ocurrió. Digo más: esta película adapta una novela de Elizabeth Fremantle, que en España lleva el título “El Juego de la Reina”, lo mismo me lo leo.
Aquí el enfoque es contarnos lo chungo y cabrón que era Enrique VIII en clave de thriller, creando un ambiente en la corte del rey Tudor malrollero, malsano, asfixiante, en apariencia todo va “bien”, pero, como de costumbre, eso suele ser de cara a la galería. A mí SÍ me ha gustado, quizá no es perfecta ni redonda, es cierto que hay momentos un poco lentos, tarda un poquillo en arrancar, pero Alicia Vikander nos regala una actuación estupenda, realmente buena, demuestra la gran actriz que es, lástima que no se prodigue más. Y aunque la protagonista es Vikander y su Catalina Parr, también hay que reconocer que Jude Law está alucinante como el pérfido Enrique VIII, porque Law es un actor que, cuando se lo propone, es capaz de entregar grandísimas actuaciones como en esta “Firebrand”. En el reparto también tenemos a Eddie Marsan y Sam Riley, pero yo quiero destacar a Junia Rees como la futurible Isabel I de Inglaterra, me ha sorprendido la chavala, espero verla en más producciones.
Dirige el brasileño Karim Aïnouz, siendo esta la cinta con la que se da a conocer a nivel internacional, trabajando con un guion escrito por Henrietta y Jessica Ashworth y con la colaboración de Rosanne Flynn. Aïnouz entrega un trabajo que, si bien no llega a ser perfecto, es bastante bueno.
Me ha gustado y mucho la banda sonora compuesta por Dickon Hinchliffe, además de la música y canciones de la época que suenan a lo largo de la cinta.
Resumiendo: Puede que no sea perfecta, pero ya solo por lo bien que trabajan tanto Alicia Vikander como Jude Law creo que merece la pena darle una oportunidad, yo la recomiendo al 100%.
14 de enero de 2025
14 de enero de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Retrata la vida de Katherine Parr, la sexta esposa del tirano rey Enrique VIII de Inglaterra, una mujer culta que sobrevivió a ser ejecutada o al exilio por su esposo en un periodo oscuro de la historia inglesa.
Casada obligada con el monarca, fue reina consorte desde 1543 hasta 1547, cuando ya estaba el rey muy enfermo de una herida infectada en una pierna o sífilis, nunca se llegó a saber a ciencia cierta. Durante la película veremos las traiciones en la corte inglesa, así como las disputas religiosas que había en aquellos momentos tan revueltos, ya que promulgo la separación con la iglesia de Roma.
Para llevar al cine esta historia de los Tudor, la historia se ha basado en la novela de Elizabeth Fremantle con guion de Henrietta Ashworth y Jessica Aslhworth y el director encargado de llevar este drama histórico a imágenes es el brasileño Karim Ainouz,del que solo conozco su película "La vida invisible de Euridice Gusmau", siendo esta su primera película hablada en inglés.
Alicia Vikander está espectacular como esta reina consorte que intenta manejar a este psicópata monarca para no perder la cabeza o acabar en la hoguera, Jude Law como el rey destrozado por la enfermedad que sufre dando sus últimos coletazos. Un tour de force muy interesante. En papeles secundarios están los siempre correctos Eddie Marsan y Sam Riley.
Explora muy bien la complejidad psicológica de vivir bajo una constante amenaza de un rey caprichoso, tiránico y déspota que no tiene ningún reparo de matar a quien se le ponga por delante tachándolo de traidor. Esta mujer consigue con inteligencia y serenidad sobrellevar como puede las locuras de su marido, algo que le da a la película ese suspense requerido.
La historia de este cretino se ha llevado al cine en numerosas ocasiones como "Ana de los 1000 días", "Las hermanas Bolena", "Lady Jane" o la escarizada "Un hombre para la eternidad"por poner algunos ejemplos.
Una buena lectura de forma feminista narrada con nervio que me ha dejado buen poso.
Destino Arrakis.com
Casada obligada con el monarca, fue reina consorte desde 1543 hasta 1547, cuando ya estaba el rey muy enfermo de una herida infectada en una pierna o sífilis, nunca se llegó a saber a ciencia cierta. Durante la película veremos las traiciones en la corte inglesa, así como las disputas religiosas que había en aquellos momentos tan revueltos, ya que promulgo la separación con la iglesia de Roma.
Para llevar al cine esta historia de los Tudor, la historia se ha basado en la novela de Elizabeth Fremantle con guion de Henrietta Ashworth y Jessica Aslhworth y el director encargado de llevar este drama histórico a imágenes es el brasileño Karim Ainouz,del que solo conozco su película "La vida invisible de Euridice Gusmau", siendo esta su primera película hablada en inglés.
Alicia Vikander está espectacular como esta reina consorte que intenta manejar a este psicópata monarca para no perder la cabeza o acabar en la hoguera, Jude Law como el rey destrozado por la enfermedad que sufre dando sus últimos coletazos. Un tour de force muy interesante. En papeles secundarios están los siempre correctos Eddie Marsan y Sam Riley.
Explora muy bien la complejidad psicológica de vivir bajo una constante amenaza de un rey caprichoso, tiránico y déspota que no tiene ningún reparo de matar a quien se le ponga por delante tachándolo de traidor. Esta mujer consigue con inteligencia y serenidad sobrellevar como puede las locuras de su marido, algo que le da a la película ese suspense requerido.
La historia de este cretino se ha llevado al cine en numerosas ocasiones como "Ana de los 1000 días", "Las hermanas Bolena", "Lady Jane" o la escarizada "Un hombre para la eternidad"por poner algunos ejemplos.
Una buena lectura de forma feminista narrada con nervio que me ha dejado buen poso.
Destino Arrakis.com
21 de febrero de 2025
21 de febrero de 2025
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Ambientado en la corte del vil Enrique VIII, el largometraje de Karim Aïnouz entremezcla realidad y ficción, ya que cuenta con personalidades y situaciones que existieron. Además, el cineasta decide abordar los hechos desde el punto de vista de la esposa del monarca.
La dicotomía entre protagonista y antagonista es un arma de doble filo: si bien es cierto que es lo más interesante de la cinta, también es culpable de que se siembre la duda de qué era lo que Aïnouz pretendía realmente. Si la intención era que, al ser contada la historia desde el punto de vista de Catalina, la connotación feminista rigiese la película, no se ha logrado, pues esa pasa a un segundo plano en reiteradas ocasiones.
Por el contrario, si su voluntad era que la dinámica entre ambos personajes sostenga la intriga durante todo el metraje, este se puede considerar un gran éxito. El tira y afloja entre Catalina y Enrique VIII dota a la propuesta de escenas maravillosas, no por el gozo de estas, sino por todo lo contrario. El director consigue que el espectador se estremezca, que sufra por el provenir de Catalina y que odie a Enrique, al cual no puede evitar mirar dada la hipnótica interpretación de Jude Law.
El protagonismo que se le confiere al rey opaca parcialmente el mérito de las heroicidades que alcanzó Catalina. Sin embargo, esto no exime al film de abarcar traición, conspiración e intrigas palaciegas que atraparán a todo aquel que las contemple.
www.contraste.info
La dicotomía entre protagonista y antagonista es un arma de doble filo: si bien es cierto que es lo más interesante de la cinta, también es culpable de que se siembre la duda de qué era lo que Aïnouz pretendía realmente. Si la intención era que, al ser contada la historia desde el punto de vista de Catalina, la connotación feminista rigiese la película, no se ha logrado, pues esa pasa a un segundo plano en reiteradas ocasiones.
Por el contrario, si su voluntad era que la dinámica entre ambos personajes sostenga la intriga durante todo el metraje, este se puede considerar un gran éxito. El tira y afloja entre Catalina y Enrique VIII dota a la propuesta de escenas maravillosas, no por el gozo de estas, sino por todo lo contrario. El director consigue que el espectador se estremezca, que sufra por el provenir de Catalina y que odie a Enrique, al cual no puede evitar mirar dada la hipnótica interpretación de Jude Law.
El protagonismo que se le confiere al rey opaca parcialmente el mérito de las heroicidades que alcanzó Catalina. Sin embargo, esto no exime al film de abarcar traición, conspiración e intrigas palaciegas que atraparán a todo aquel que las contemple.
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