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La sombra del ciprés es alargada

Drama Ávila, principios de siglo. Pedro, un niño de nueve años, acompañado por su tutor, entra a vivir en casa de Don Mateo, maestro autodidacta, que a partir de ese momento será el encargado de su educación. Pedro entabla una relación casi familiar con Doña Gregoria y Martina, esposa e hija de su maestro. La aparición de Alfredo, como compañero de habitación y estudios, completará el círculo de su entorno afectivo. La vida de provincias, las ... [+]
Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
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6
13 de marzo de 2010
29 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se han llevado al cine muchas de las novelas del gran escritor Miguel Delibes, pero ninguna de las películas, a excepción de la impresionante “Los santos inocentes”, han sabido captar al cien por cien su esencia. Y, desde luego, la adaptación de “La sombra del ciprés es alargada”, tampoco lo hace.

Leí la novela muy joven y me dejó una sensación desoladora. Pocas novelas me han causado tanta impresión. Es una obra pesimista que trata principalmente sobre la muerte, pero también toca temas como la soledad y la falta de afecto. Pedro, el protagonista, a lo largo de su infancia y adolescencia, que transcurren en una austera y fría ciudad castellana, va adquiriendo una visión de la vida absolutamente pesimista de la que solo sale cuando, ya mayor, conoce a una mujer que tiene un concepto de la vida totalmente opuesto al de él. Sin embargo, los acontecimientos le vuelven a llevar a su antiguo estado de pesimismo.

La película, bastante digna, intenta plasmar todo esto, consiguiéndolo solo a medias. Tiene una buena primera parte, la que se desarrolla en Ávila, en la que aparecen muy buenos actores como Emilio Gutiérrez Caba y Fiorella Faltoyano. Sin embargo, la segunda parte, a la que se pasa mediante una gran elipsis, en la que Pedro es ya un hombre, es mucho peor, debido en parte a unas interpretaciones muy flojas.

En resumen, una interesante película que, como suele pasar en la gran mayoría de las veces que sea adaptan novelas de éxito, se queda muy, pero que muy por debajo de la obra literaria.
7
14 de abril de 2017
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece una acertada idea proyectar esta película la noche de Jueves Santo por respeto a los creyentes, en momentos de duelo y recogimiento. Se trata de una libre adaptación muy discutible, de la novela homónima de Miguel Delibes, ganadora del premio Nadal de 1947 y uno de los escritores más grandes del siglo XX en habla hispana. Dirigida por el exiliado Luis Alcoriza, co-guionista en films de la etapa mejicana de Luis Buñuel. Pospone 25 años la trama de la novela para, tocar de soslayo la Guerra Civil, que al parecer interesaba al propio director exiliado, pero que no aporta nada mejorable a lo que subyace en la novela. De cómo el ambiente educativo donde se forma el ser humano influye decididamente en su personalidad y valores. El sentido de la vida y la presencia de la muerte, la amistad, el amor, los designios del destino, la nostalgia, la melancolía, todo ello está presente en un film de reflexiones morales muy complejas y profundas.

Un guión fiel a la letra que no tanto a su espíritu que a veces es difícil trasladar a imágenes. “El secreto está en conformarse con poco y aceptar el destino”, sentencia Don Mario (un estupendo Emilio Gutiérrez Caba). Un taciturno, austero y conformista maestro que alquila su casa donde convive con su sumisa esposa (Fiorella Faltoyano) y su pequeña Martina, a un par de alumnos con los que deberá convivir. Pedro es un huérfano que sólo tiene tutor, un chico voluntarioso que aprende y se adapta con facilidad, en cambio Alfredo es un joven rebelde y soñador, aventurero que adora el mar y lo escucha desde su caracola que guarda junto a la foto de su madre que le abandonó por un hombre rico. A ambos sólo les consuela la ingenuidad de Martina y la alegría del perro familiar, Bony que es el perro de todos. Alfredo enseñará a Martina a tocar en el viejo piano, la bagatela de Beethoven “Para Elisa”, que nunca escuché más triste.

La amistad entre Pedro y Alfredo se fragua desde la soledad, la austeridad, el pesimismo existencial, el ambiente opresivo de la pequeña ciudad de provincias como Ávila, sus frías murallas que la envuelven, su frío clima invernal que la regenta, el fervor católico, el sonido de sus campanas, los relojes que marcan el tedio y la rutina. Ayuda la fotografía de Burmann plomiza y tenue de colores ocres y mortecinos, la fea iluminación de los interiores, la recreación visual de los cementerios. Donde Alfredo se sincera a Pedro: “Prefiero la sombra de un pino a la de un ciprés, porque es alargada y triste”, de esta forma se justifica y lamenta. Porque aunque Alfredo influya positivamente en Pedro, en el fondo, tienen dos formas de entender la vida.

Para el cineasta, la visión de Don Mateo es una forma malsana de entender el mundo, que sólo engendra tristeza y frustración. Por eso la película es mucha más clara en su ideología que la novela. Es por ello que en la segunda parte de la historia, El Pedro adulto que se hizo marino, siguiendo el sueño de Alfredo, descubre otro mundo al conocer a la bella Jane (Dany Prius), una joven y vitalista antropóloga, que quiere vivir una vida con la máxima intensidad, abierta a ser libre y esperar lo que le depare su existencia. Él está dispuesto a renunciar a su libertad y futuro, ella en cambio no. diferencias que Alcoriza expresa a través de los orígenes culturales, él un español educado en Ávila desde una austera moral católica, ella residiendo en México, cuyo origen se remonta a la cultura pre-colombina. Una película llena de sensibilidad y muy cuidada.
3
9 de marzo de 2019
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fruto de mis investigaciones, he conseguido ver una entrevista de TVE al vallisoletano, donde dijo que el director y guionista, Luis Alcoriza, no le hizo caso en el consejo que le dio y cayó en el mismo error que él: hacer la segunda parte. La novela es completa en su primera parte, con la muerte de Alfonso. La segunda parte, en donde Delibes se inventa una ciudad americana (que sin duda no había visitado) y un personaje que seguro no correspondía a la realidad, para acabar machacándonos a todos.

Sin embargo, en esta película se tergiversa el argumento primigenio en aras de meter con calzador el típico comentario de la Guerra Civil. Pero eso no es fundamental, si la película hubiera estado bien rodada. Alcoriza quiere contarlo todo, y nos lo cuenta aturullado, sin pausa, con apenas tiempo para reposar. Nos mete una violencia física, cuando en la novela hay austeridad y angustia, pero no violencia.

Como cosa bonita está la forma en que se ha filmado Ávila, en 1929. Fechas desconocidas y menos exploradas en la filmografía patria, que se ha cebado en demasía, y a menudo sin rigor, sobre los sucesos acaecidos entre el 36 y el 39, y todo lo que se desencadenó después. Gestionamos muy mal nuestra historia, una de las más ricas y diversas del orbe; y adaptamos pésimamente nuestras obras maestras, por desgracia. Siempre nos quedará Mario Camus, esa es la esperanza que siempre hemos tenido.
5
14 de agosto de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En general por mi experiencia como espectador la última película nunca resulta la mejor de un director, y esta no es la excepción, la última obra de Luis Alcoriza, además de no ser ni de cerca una de sus mejores películas, es también de las que menos tienen que ver con su trayectoria, no tiene ninguna de sus obsesiones, ni características que definieron su filmografía.
Esta adaptación de la novela de Delibes tiene poco y nada que ver con sus historias, empezando porque casi todas sus películas son corales, de humor negro, picarescas con mayor o menor dosis de esperpento, esta apenas tiene unos toquecitos muy pequeños en la primera mitad de humor negro, y ahí muy sutiles. En lo demás es un melodrama muy sobrio y plano sobre Pedro, su niñez en la casa de Don Mateo, su tutor, junto a su esposa, su hija, y luego con otro pupilo, Alfredo, y luego la segunda mitad donde retratan su vida adulta.
La primera parte es la mejor, triste, austera, retrato logrado de época, mostrando la vida en una ciudad de provincia de un chico obediente pero no sumiso, y todo lo que va absorbiendo tanto de Don Mateo, un hombre recto, severo peor a la vez con un férreo sentido de la justicia, como de Alfredo, un muchacho soñador, sensible, apasionado, su carácter se forja por ellos dos.
La segunda parte ya de grande es la más floja, el relato se vuelve cursi, acartonado, frío a pesar del romance. Pedro habla lanzando frases sentenciosas y acartonadas, raro en Alcoriza, que si bien a veces se le daba por meter alguna escena donde uno de los personajes se ponía a discursear, en general era una sola, acá o, todo lo que dice Pedro en la segunda parte suena así, y exceptuando Jane y su amiga, todos manejan ese tono solemne y declamatorio. Tampoco ayuda el actor, Juanjo Guerenabarrena que (a diferencia de Iván Fernández interpretando a Pedro de niño que si está más que correcto en su papel) da una interpretación muy mediocre, es cierto que el personaje no lo ayuda en nada, pero él no sé si por indicación del director, si así entendió el personaje, o simplemente era mal actor, la cuestión es que se lo ve atildado, inexpresivo, no logra destacar en ningún momento o hacer que empaticemos con su personaje, pese a ser un pobre hombre que a pesar de hacer todo de forma correcta las cosas le salen como el culo.
Lo mejor el retrato de Ávila en la primera mitad, y la interpretación de Emilio Gutiérrez Caba, e Iván Ferández.
7
1 de diciembre de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miguel Delibes, sabio maestro, retratando como nadie las miserias de las clase trabajadora humillada por la clase pudiente, y las miserias del alma humana.

Gutiérrez Caba fantástico, como siempre. Es el profesor que inculca en sus pupilos la rectitud y, sobre todo, la sobriedad. Les enseña a vivir la vida esperanzados en lo mejor pero preparados para lo peor. Las palabras de Delibes en boca de Don Mateo son duras, pero acertadas, como cuando dice al niño rico "cuando seas mayor comprenderás que no ser desgraciado es ya lograr bastante felicidad en este mundo".

La película tiene dos partes. Una narra la infancia de Pedro con Don Mateo. Las interpretaciones infantiles son malas, aunque la ambientación es buena y Gutiérrez Caba y Faltoyano realzan la historia. En la segunda parte Pedro ya es un hombre adulto que se enfrenta a las penas y alegrías del amor. Finalmente su destino es gris, como la vida misma, pero no ser desgraciado ya es lograr bastante felicidad en este mundo...
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