María Callas
6,3
1.648
26 de diciembre de 2024
26 de diciembre de 2024
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
MARIA CALLAS nace a través de una curiosa coproducción ítalo-alemana-chilena-estadounidense que narra los últimos días de “LA DIVA”, una de las mejores voces femeninas del Siglo XX.
El director PABLO LARRAIN encabeza el relato, para con ello, cerrar su interesante y distinta TRILOGIA de mujeres destacadas del pasado Siglo.
Comenzó con JACKIE (Kennedy), continuó con SPENCER (Lady Di), para ahora relatarnos los últimos días de MARIA CALLAS. En esta ocasión, también pasa de puntillas la figura de JACKIE KENNEDY y la aparición de MARILYN, en una pequeña secuencia, lo que nos hace imaginar el gran interés del autor por determinadas figuras femeninas muy reconocidas de la cercana historia. Es innegable que el director tiene un sello personal que queda patente en todos sus FILMS, con los mismos tonos visuales y similar ritmo en sus trabajos, simplemente es una manera de mostrar como él entiende la narración y el cine. En todos los casos comentados, las películas se basan en unas potentes y excelentes actuaciones de las actrices protagonista, ante papeles muy complicados, queda claro que detrás del triunfo de estas, esta LARRAIN y su excelente trabajo de actores.
Detrás de “LA CALLAS” se encuentra ANGELINA JOLIE ante el mayor desafío de su extensa carrera. Pues bien, no es que salga airosa del trance, es que consigue un resultado excelente. Con una importante caracterización, ANGELINA se trasforma en “LA DIVA”, en todos sus movimientos, gestos, e incluso su maravillosa y complicada voz, con un significativo calco de sus posturas, de su acento y de su marcada respiración. La actriz (a través del trabajo del director) logra trasmitirnos el mundo atormentado de MARIA y expresarnos su dolor. Muy meritorio el trabajo previo de estudio que tuvo que realizar y como lo llevó a cabo. Respecto a las escenas de ópera (que son varias), se ha creado una pequeña controversia, y es que, se han mezclado artificialmente las svoce de la auténtica protagonista y de la actriz de forma artificial. En mi opinión y ante la imposibilidad de que alguien alcance los registros de LA CALLAS, me parece una solución inteligente y una forma de que ambas voces (entremezcladas) lleguen al espectador con un resultado muy agradable. Destacar un arduo trabajo de POSTPRODUCCION para conseguir lo reseñado.
A JOLIE le acompañan unos magníficos secundarios, destacando su fiel mayordomo FERRUCIO encarnado por PIERFRANCESCO FANINO y un muy bien caracterizado ONASSIS (H.BILGINER).
En otro ámbito son de destacar un muy cuidado y estudiado vestuario, y en especial, una fotografía muy significativa de la carrera del director, la cual siempre está impregnada de tonos rojizos y ocres.
MARIA CALLAS es un retrato de soledad, de huida del fracaso y búsqueda de la adulación, con unos muy interesantes e inteligentes diálogos, que describen a la perfección el dolor de la protagonista y nos muestra su triste final, en el que la música (como expresa MARÍA) nace de la melancolía. El sonido de fondo del piano en muchas escenas, consigue dolor en espectador.
La estructura del film es muy teatral, no necesita de nada más, con unas obras de ópera excelentes.
Lo que es innegable es el sello del director, por lo que, si sus trabajos anteriores no te convencieron, te volverá a ocurrir, por lo contrario, si te gustaron, volverás a estar encantado como es mi caso, si bien para mí, un escalón por debajo de las anteriores, pero quizá porque la vida de la protagonista me interesa menos.
El director PABLO LARRAIN encabeza el relato, para con ello, cerrar su interesante y distinta TRILOGIA de mujeres destacadas del pasado Siglo.
Comenzó con JACKIE (Kennedy), continuó con SPENCER (Lady Di), para ahora relatarnos los últimos días de MARIA CALLAS. En esta ocasión, también pasa de puntillas la figura de JACKIE KENNEDY y la aparición de MARILYN, en una pequeña secuencia, lo que nos hace imaginar el gran interés del autor por determinadas figuras femeninas muy reconocidas de la cercana historia. Es innegable que el director tiene un sello personal que queda patente en todos sus FILMS, con los mismos tonos visuales y similar ritmo en sus trabajos, simplemente es una manera de mostrar como él entiende la narración y el cine. En todos los casos comentados, las películas se basan en unas potentes y excelentes actuaciones de las actrices protagonista, ante papeles muy complicados, queda claro que detrás del triunfo de estas, esta LARRAIN y su excelente trabajo de actores.
Detrás de “LA CALLAS” se encuentra ANGELINA JOLIE ante el mayor desafío de su extensa carrera. Pues bien, no es que salga airosa del trance, es que consigue un resultado excelente. Con una importante caracterización, ANGELINA se trasforma en “LA DIVA”, en todos sus movimientos, gestos, e incluso su maravillosa y complicada voz, con un significativo calco de sus posturas, de su acento y de su marcada respiración. La actriz (a través del trabajo del director) logra trasmitirnos el mundo atormentado de MARIA y expresarnos su dolor. Muy meritorio el trabajo previo de estudio que tuvo que realizar y como lo llevó a cabo. Respecto a las escenas de ópera (que son varias), se ha creado una pequeña controversia, y es que, se han mezclado artificialmente las svoce de la auténtica protagonista y de la actriz de forma artificial. En mi opinión y ante la imposibilidad de que alguien alcance los registros de LA CALLAS, me parece una solución inteligente y una forma de que ambas voces (entremezcladas) lleguen al espectador con un resultado muy agradable. Destacar un arduo trabajo de POSTPRODUCCION para conseguir lo reseñado.
A JOLIE le acompañan unos magníficos secundarios, destacando su fiel mayordomo FERRUCIO encarnado por PIERFRANCESCO FANINO y un muy bien caracterizado ONASSIS (H.BILGINER).
En otro ámbito son de destacar un muy cuidado y estudiado vestuario, y en especial, una fotografía muy significativa de la carrera del director, la cual siempre está impregnada de tonos rojizos y ocres.
MARIA CALLAS es un retrato de soledad, de huida del fracaso y búsqueda de la adulación, con unos muy interesantes e inteligentes diálogos, que describen a la perfección el dolor de la protagonista y nos muestra su triste final, en el que la música (como expresa MARÍA) nace de la melancolía. El sonido de fondo del piano en muchas escenas, consigue dolor en espectador.
La estructura del film es muy teatral, no necesita de nada más, con unas obras de ópera excelentes.
Lo que es innegable es el sello del director, por lo que, si sus trabajos anteriores no te convencieron, te volverá a ocurrir, por lo contrario, si te gustaron, volverás a estar encantado como es mi caso, si bien para mí, un escalón por debajo de las anteriores, pero quizá porque la vida de la protagonista me interesa menos.
5 de febrero de 2025
5 de febrero de 2025
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"- Venecia. 1949. Estaba gorda. Hermosa, gorda.
- Nunca fuiste gorda.
- Lo era. Llegué en góndola y creí que la hundiría".
"Biopic" al uso de Pablo Larraín, que tiene, indudablemente, su sello personal, muy parecido a, por ejemplo, "Spencer", de la que parece prima hermana.
Técnicamente está muy bien, es elegante en la puesta en escena, con soberbia dirección artística, espléndido trabajo en vestuario y peluquería y, por supuesto, excelente composición de Angelina Jolie. Amén de la insigne fotografía, a cargo de Edward Lachman.
Se trata de un film triste, no desangelado pero sí melancólico, con un personaje central dolorido (aunque en los títulos de crédito finales se la ve a la verdadera Callas riéndose y, al menos aparentemente, feliz) por, sobre todo, hechos relacionados con su juventud, aunque también por la soledad y pérdida progresiva de su bellísima voz.
No es una biografía al uso, pues diversos hechos expuestos en la cinta, son reimaginadas, supuestas, aunque siempre basadas en hechos reales.
Para mi gusto, es irregular en su interés, habiéndome costado algo en entrar en la película, pero luego me he encontrado con momentos bellos, de rara intensidad dramática que, por momentos, casi me han hipnotizado.
Por ello, finalmente, me ha convencido, aunque no me haya resultado un gran entretenimiento, pero sí interesante y atractiva.
Es lo que tienen las últimas películas de Larraín, que sus materiales son de gran calidad, pero quizás le falte, por que no quiere, emoción interior.
https://filmsencajatonta2.blogspot.com/
- Nunca fuiste gorda.
- Lo era. Llegué en góndola y creí que la hundiría".
"Biopic" al uso de Pablo Larraín, que tiene, indudablemente, su sello personal, muy parecido a, por ejemplo, "Spencer", de la que parece prima hermana.
Técnicamente está muy bien, es elegante en la puesta en escena, con soberbia dirección artística, espléndido trabajo en vestuario y peluquería y, por supuesto, excelente composición de Angelina Jolie. Amén de la insigne fotografía, a cargo de Edward Lachman.
Se trata de un film triste, no desangelado pero sí melancólico, con un personaje central dolorido (aunque en los títulos de crédito finales se la ve a la verdadera Callas riéndose y, al menos aparentemente, feliz) por, sobre todo, hechos relacionados con su juventud, aunque también por la soledad y pérdida progresiva de su bellísima voz.
No es una biografía al uso, pues diversos hechos expuestos en la cinta, son reimaginadas, supuestas, aunque siempre basadas en hechos reales.
Para mi gusto, es irregular en su interés, habiéndome costado algo en entrar en la película, pero luego me he encontrado con momentos bellos, de rara intensidad dramática que, por momentos, casi me han hipnotizado.
Por ello, finalmente, me ha convencido, aunque no me haya resultado un gran entretenimiento, pero sí interesante y atractiva.
Es lo que tienen las últimas películas de Larraín, que sus materiales son de gran calidad, pero quizás le falte, por que no quiere, emoción interior.
https://filmsencajatonta2.blogspot.com/
8 de febrero de 2025
8 de febrero de 2025
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es que no me refiero sólo a este papel, es que es gélida, y así la he visto en El Intercambio y en las dos o tres que he visto de ella.
Así que no sufro con ella. Pocas risas con ella. De acero inoxidable. Angelina está de bajona continuamente. O eso percibo.
Me llama la atención que con tan poca cintura como actriz haga una película de vez en cuando y le de para alimentar al porrón de hijos que tiene y a vivir, imagino, en un casoplón. Supongo que eso será el sueño americano.
La película retrata el ocaso de María Callas, mezclado con su divismo, su arrogancia, su soberbia, sus adicciones. Comprendo que no es para hacer una comedia.
¿Saben que les digo? Que muchas veces es mejor no conocer a los personajes porque vemos sus miserias, sus defectos y ¿para qué? Que eso lo sobrelleve su familia, sus amigos… pero los espectadores nos lo podemos ahorrar y valorar exclusivamente su arte.
Por eso, mientras escribo esto estoy oyendo a Violetta interpretada por María Callas y sin lugar a dudas, ahí me quedo.
Un 5.
Así que no sufro con ella. Pocas risas con ella. De acero inoxidable. Angelina está de bajona continuamente. O eso percibo.
Me llama la atención que con tan poca cintura como actriz haga una película de vez en cuando y le de para alimentar al porrón de hijos que tiene y a vivir, imagino, en un casoplón. Supongo que eso será el sueño americano.
La película retrata el ocaso de María Callas, mezclado con su divismo, su arrogancia, su soberbia, sus adicciones. Comprendo que no es para hacer una comedia.
¿Saben que les digo? Que muchas veces es mejor no conocer a los personajes porque vemos sus miserias, sus defectos y ¿para qué? Que eso lo sobrelleve su familia, sus amigos… pero los espectadores nos lo podemos ahorrar y valorar exclusivamente su arte.
Por eso, mientras escribo esto estoy oyendo a Violetta interpretada por María Callas y sin lugar a dudas, ahí me quedo.
Un 5.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No se si es un error de la película o que lo hacía así. Pero en la primera escena se la ve durmiendo en su cama, se levanta y lleva puestos zapatos de tacón. O duerme con ellos o se les ha colado.
10 de febrero de 2025
10 de febrero de 2025
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este drama de Pablo Larraín sobre la legendaria soprano griega nacida en Estados Unidos, comienza el día de su muerte, el 16 de septiembre de 1977. Espectralmente delgada, vestida con un camisón blanco, se desploma en el suelo del salón de su grandioso apartamento de París.
Entonces la historia vuelve a una semana antes; la mayor parte de la película tiene lugar durante esa semana (aunque vemos episodios clave de la vida de Callas). Así que sabemos desde el principio hacia dónde va la trama en una historia de una espiral neurótica de muerte.
Esta cinta del chileno Pablo Larraín, quien ya hiciera biopics como los de Lady Di o Jackie Kennedy (2016), lleva su sello y su estilo visual, utilizando encuadres minuciosos y una atmósfera mayormente melancólica. La cosa es capturar el aislamiento de la protagonista en sus días finales.
Hay una perfecta recreación de los años 70, desde la moda hasta los interiores parisinos; además, las tomas suelen transmitir una sensación de opulencia atrapada en el desgaste del tiempo, con muestras de un lujo señorial.
Pero, lamentablemente, Larraín no acierta a profundizar en los problemas y conflictos internos de la Callas, ofreciendo una exploración impresionista del mundo interior de la soprano en lugar de una dramatización directa. Su soledad y su ansia de fama, no se desarrolla en la extensión que habría requerido. Más parece, pues, un retrato que una inmersión en su vida.
El apartamento, con su lujo y sus excesos ornamentales, sugiere la aristocracia francesa del siglo XVIII. Este lujo equivale a la prisión que la misma soprano ha creado. Tal vez porque toda su vida se ha convertido en una prisión.
La Callas pasa los días abusando de un cóctel de estimulantes y tranquilizantes, en particular Mandrax, un sedante hipnótico que obtiene ilegalmente. Mal alimentada, sabemos que a veces no ingiere alimento durante tres o cuatro días seguidos, trastorno alimentario relacionado con su obsesión por la delgadez, en contraste con su obesidad infantil y juvenil.
Trata como vasallos a las dos personas que la han cuidado durante años –su ama de llaves, Bruna (Alba Rohrwacher), y su mayordomo y chófer, Feruccio (Pierfrancesco Favino). Ambos no sólo complacen sus caprichos y demandas, sino que lo hacen complacientemente, con agrado. Evita la diva encontrarse con su médico y fantasea que la visita el ectoplasma de Aristóteles Onassis, su antiguo amante.
Y está el tema de su voz. En la película Maria tiene 53 años y no ha cantado en público desde hace cuatro años y medio. Pero para una mujer poseída por la ópera, su mayor anhelo es cantar con la voz sublime de otrora. Sobre todo, la música de los compositores italianos del siglo XIX (Verdi, Rossini, Puccini) a quienes Callas elevó en su repertorio.
Podemos sentir que el canto persigue a la diva que no puede escuchar sus viejos discos; estos tienen una perfección que le produce dolor. Su voz está mucho más débil, pero suele ir a ensayar con su entrenador vocal (Stephen Ashfield) a quien visita cada la semana.
El mito de la gran diva que fue, la “Divina”, ahora la tiene prisionera a María. Pues, si no puede volver a ser la gran Callas la vida no tiene sentido. Lo cual deviene historia tan trágica como una de las óperas que interpretó.
“María” tiene muchas de las características de la habilidad cinematográfica de Larraín. Sin embargo, la película, está impulsada por un fatalismo dramático que no le viene bien. Acaba convirtiendo a Maria en una figura menor que, las heroínas de “Jackie” o “Spencer” que trató en sus anteriores cintas.
La Jolie hace un buen trabajo de playback con los matices del esplendor vocal de Callas. La actuación de Jolie está bien, aunque me parece afectada. Intenta y a veces consigue crear una Maria imperiosa, misteriosa y deprimente plan “femme fatale”. Pero, en fin, la Jolie, a pesar de algún exceso, hace un trabajo serio y por momentos sutil. Pero el guionista Steven Knight no acaba de encontrar el temple de una mayor vulnerabilidad en la desesperada Callas.
El reencuentro de Larraín con el guionista Knight está carente del preciso vaivén entre la alegría y la tristeza que hace que un buen melodrama sea perfecto. Al insistir en un paralelo entre la tragedia de la ópera y la de la vida de Callas, sólo vemos a la diva a través del valor trágico de sus desgracias, negando a su talento y su oficio, que es lo que conforma su verdadera dimensión humana. No sólo penas, también la comprensión que el arte puede promover.
La fotografía de Edward Lachman tiene calidez visual, es hermosa y seductora. Los flashbacks, en blanco y negro, son el contrapunto del pasado de María, aunque suelen quedar a medias. Lo cual sucede igual en sus entrevistas con un entusiasta cineasta joven (Kodi Smit-McPhee).
Los flashbacks clave son los que giran en torno a Onassis, el magnate naviero griego del que se enamoró en 1959. Haluk Bilginer lo interpreta con el carisma de un millonario irresistible que se deleita en el poder de su riqueza que atrapa a Maria, aunque finalmente, como es sabido no se casa con ella.
Sin embargo, más de uno de estos flashbacks son particularmente torpes, sobre todo algunos de su tumultuosa relación con Onassis o una conversación estúpida con JFK que no se sabe bien a qué viene.
Hay una sensación de destino fatal cerniéndose sobre esta Callas de Larraín. Como que María observa que cantar ópera es tan agotador que atenta contra su vida. Especie de argumento elegíaco, asombroso y al final tengo la sensación de que es la misma película, la que acaba muriendo.
Entonces la historia vuelve a una semana antes; la mayor parte de la película tiene lugar durante esa semana (aunque vemos episodios clave de la vida de Callas). Así que sabemos desde el principio hacia dónde va la trama en una historia de una espiral neurótica de muerte.
Esta cinta del chileno Pablo Larraín, quien ya hiciera biopics como los de Lady Di o Jackie Kennedy (2016), lleva su sello y su estilo visual, utilizando encuadres minuciosos y una atmósfera mayormente melancólica. La cosa es capturar el aislamiento de la protagonista en sus días finales.
Hay una perfecta recreación de los años 70, desde la moda hasta los interiores parisinos; además, las tomas suelen transmitir una sensación de opulencia atrapada en el desgaste del tiempo, con muestras de un lujo señorial.
Pero, lamentablemente, Larraín no acierta a profundizar en los problemas y conflictos internos de la Callas, ofreciendo una exploración impresionista del mundo interior de la soprano en lugar de una dramatización directa. Su soledad y su ansia de fama, no se desarrolla en la extensión que habría requerido. Más parece, pues, un retrato que una inmersión en su vida.
El apartamento, con su lujo y sus excesos ornamentales, sugiere la aristocracia francesa del siglo XVIII. Este lujo equivale a la prisión que la misma soprano ha creado. Tal vez porque toda su vida se ha convertido en una prisión.
La Callas pasa los días abusando de un cóctel de estimulantes y tranquilizantes, en particular Mandrax, un sedante hipnótico que obtiene ilegalmente. Mal alimentada, sabemos que a veces no ingiere alimento durante tres o cuatro días seguidos, trastorno alimentario relacionado con su obsesión por la delgadez, en contraste con su obesidad infantil y juvenil.
Trata como vasallos a las dos personas que la han cuidado durante años –su ama de llaves, Bruna (Alba Rohrwacher), y su mayordomo y chófer, Feruccio (Pierfrancesco Favino). Ambos no sólo complacen sus caprichos y demandas, sino que lo hacen complacientemente, con agrado. Evita la diva encontrarse con su médico y fantasea que la visita el ectoplasma de Aristóteles Onassis, su antiguo amante.
Y está el tema de su voz. En la película Maria tiene 53 años y no ha cantado en público desde hace cuatro años y medio. Pero para una mujer poseída por la ópera, su mayor anhelo es cantar con la voz sublime de otrora. Sobre todo, la música de los compositores italianos del siglo XIX (Verdi, Rossini, Puccini) a quienes Callas elevó en su repertorio.
Podemos sentir que el canto persigue a la diva que no puede escuchar sus viejos discos; estos tienen una perfección que le produce dolor. Su voz está mucho más débil, pero suele ir a ensayar con su entrenador vocal (Stephen Ashfield) a quien visita cada la semana.
El mito de la gran diva que fue, la “Divina”, ahora la tiene prisionera a María. Pues, si no puede volver a ser la gran Callas la vida no tiene sentido. Lo cual deviene historia tan trágica como una de las óperas que interpretó.
“María” tiene muchas de las características de la habilidad cinematográfica de Larraín. Sin embargo, la película, está impulsada por un fatalismo dramático que no le viene bien. Acaba convirtiendo a Maria en una figura menor que, las heroínas de “Jackie” o “Spencer” que trató en sus anteriores cintas.
La Jolie hace un buen trabajo de playback con los matices del esplendor vocal de Callas. La actuación de Jolie está bien, aunque me parece afectada. Intenta y a veces consigue crear una Maria imperiosa, misteriosa y deprimente plan “femme fatale”. Pero, en fin, la Jolie, a pesar de algún exceso, hace un trabajo serio y por momentos sutil. Pero el guionista Steven Knight no acaba de encontrar el temple de una mayor vulnerabilidad en la desesperada Callas.
El reencuentro de Larraín con el guionista Knight está carente del preciso vaivén entre la alegría y la tristeza que hace que un buen melodrama sea perfecto. Al insistir en un paralelo entre la tragedia de la ópera y la de la vida de Callas, sólo vemos a la diva a través del valor trágico de sus desgracias, negando a su talento y su oficio, que es lo que conforma su verdadera dimensión humana. No sólo penas, también la comprensión que el arte puede promover.
La fotografía de Edward Lachman tiene calidez visual, es hermosa y seductora. Los flashbacks, en blanco y negro, son el contrapunto del pasado de María, aunque suelen quedar a medias. Lo cual sucede igual en sus entrevistas con un entusiasta cineasta joven (Kodi Smit-McPhee).
Los flashbacks clave son los que giran en torno a Onassis, el magnate naviero griego del que se enamoró en 1959. Haluk Bilginer lo interpreta con el carisma de un millonario irresistible que se deleita en el poder de su riqueza que atrapa a Maria, aunque finalmente, como es sabido no se casa con ella.
Sin embargo, más de uno de estos flashbacks son particularmente torpes, sobre todo algunos de su tumultuosa relación con Onassis o una conversación estúpida con JFK que no se sabe bien a qué viene.
Hay una sensación de destino fatal cerniéndose sobre esta Callas de Larraín. Como que María observa que cantar ópera es tan agotador que atenta contra su vida. Especie de argumento elegíaco, asombroso y al final tengo la sensación de que es la misma película, la que acaba muriendo.
30 de enero de 2025
30 de enero de 2025
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director chileno Pablo Larraín ya es conocido por sus curiosas biografías "Jackie" o "Spencer" retrataban íntimamente a estas mujeres, también se atrevió con Augusto Pinochet en "El conde" parodiándolo en forma de vampiro. Ahora le toca a la legendaria cantante de ópera y diva Maria Callas, reflexionando sobre su vida durante los años 70 antes de morir con 53 años.
Maria Anna Cecilia Sofia Kalogeropoulos, aunque murió en París, nació en Nueva York hija de unos inmigrantes griegos, el film profundiza en sus problemas personales viviendo en una gran casa junto a su mayordomo y su criada. Una mujer pasional y fuerte, pero a la vez muy vulnerable con muchas inseguridades. Su romance con el magnate naviero Aristóteles Onassis y su declive vocal también salen a la palestra.
Aparte de la conocida película de Franco Zeffirelli "Callas forever" de 2002, el año pasado se hizo un semidocumental con Monica Bellucci titulado "Maria Callas" que pudo verse en el Festival de San Sebastián.
Angelina Jolie captura bien la complejidad de esta magnífica soprano, una voz inigualable que hizo historia. Los actores Pierfracesco Favino y Alba Rochwacher que interpretan a las personas de su servicio, que dan la impresión de ser sus mejores amigos y los que la conocian mejor.
Larrain tiene un enfoque narrativo no lineal, utilizando el blanco y negro para referirse al pasado. También destaca mucho su caída profesional y el aislamiento que la llevo a sufrir una gran depresión.
Una película con buenos momentos reflexivos, pero que no profundizan demasiado en su obra y vida, sino que se centra más en los aspectos emocionales y psicológicos de esta gran mujer.
Destino Arrakis.com
Maria Anna Cecilia Sofia Kalogeropoulos, aunque murió en París, nació en Nueva York hija de unos inmigrantes griegos, el film profundiza en sus problemas personales viviendo en una gran casa junto a su mayordomo y su criada. Una mujer pasional y fuerte, pero a la vez muy vulnerable con muchas inseguridades. Su romance con el magnate naviero Aristóteles Onassis y su declive vocal también salen a la palestra.
Aparte de la conocida película de Franco Zeffirelli "Callas forever" de 2002, el año pasado se hizo un semidocumental con Monica Bellucci titulado "Maria Callas" que pudo verse en el Festival de San Sebastián.
Angelina Jolie captura bien la complejidad de esta magnífica soprano, una voz inigualable que hizo historia. Los actores Pierfracesco Favino y Alba Rochwacher que interpretan a las personas de su servicio, que dan la impresión de ser sus mejores amigos y los que la conocian mejor.
Larrain tiene un enfoque narrativo no lineal, utilizando el blanco y negro para referirse al pasado. También destaca mucho su caída profesional y el aislamiento que la llevo a sufrir una gran depresión.
Una película con buenos momentos reflexivos, pero que no profundizan demasiado en su obra y vida, sino que se centra más en los aspectos emocionales y psicológicos de esta gran mujer.
Destino Arrakis.com
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