Los Fabelman
7,0
16.976
Drama
Film semiautobiográfico de la propia infancia y juventud de Spielberg. Ambientada a finales de la década de 1950 y principios de los años 60, un niño de Arizona llamado Sammy Fabelman, influido por su excéntrica madre, artista (Michelle Williams), y su pragmático padre, ingeniero informático (Paul Dano), descubre un secreto familiar devastador y explora cómo el poder de las películas puede ayudarlo a contar historias y a forjar su propia identidad. [+]
10 de febrero de 2023
10 de febrero de 2023
185 de 212 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película sobre conservar la ilusión dentro del drama. No será quizás el trabajo más valorado de Spielberg, pero sí es uno de muy madura realización, con un interesante y personal guion basado en la propia historia de la infancia, adolescencia y primeros años de juventud del director, narrado con buen pulso y ritmo, con ese estilo clásico de agradecer para hacer avanzar la trama y planificar cada toma con cámara fija y encuadres medidos, y una dirección de fotografía excelente a cargo del polaco Janusz Kaminski que tantas veces ha colaborado con eficacia, satisfactorios resultados y algunos premios junto a Spielberg, además de la siempre bienvenida banda sonora de otro colaborador habitual para las partituras de los filmes del director, John Williams, dando su punto emotivo cada vez que es requerido.
Todo ello es acompañado por un elenco de actores donde ninguno defrauda, construyendo los principales unas interpretaciones reflexivas y sentidas, y sobresaliendo especialmente el trabajo como actriz protagonista de Michelle Williams, quien ya hiciera interesantes actuaciones en películas como "Manchester frente al mar", "Brokeback Mountain" o su papel en "Blue Valentine", haciendo ahora de Mitzi, la madre de la familia, cuya importancia nos da una idea fiel de cuan trascendental fue para la vida de Spielberg la figura de su madre.
La familia Fabelman es así en gran parte un seudónimo en la ficción para la familia Spielberg. Cuentan que durante el rodaje el director lloró en no pocas ocasiones debido a la emoción de revivir intensos momentos de su propio pasado, lo cual da una idea de lo verdaderamente biográfico de esta producción. La historia es una mezcla de las ilusiones del autor, su amor por el cine, y el contexto esencial en todo ello de una relación familiar donde poco a poco va ahondando el drama, aunque manteniendo un punto de vista de algunas cosas con buen humor y sobre todo siempre con una brizna de esperanza.
El resultado de esa esperanza nacida como si del choque de un tren en celuloide se tratase, nos ha dado a nosotros, los espectadores, desde títulos como "La lista de Schlinder", varios de "Indiana Jones", "El color púrpura", "El diablo sobre ruedas", "Munich", "El puente de los espías", "Salvar al soldado Ryan", "El imperio del sol", "Lincoln"..., hasta otros que hicieron huella en su género como "Tiburón", "E.T. el extraterrestre", "Encuentros en la tercera fase", "Parque Jurásico"..., entre muchos.
Bendito choque de tren.
Todo ello es acompañado por un elenco de actores donde ninguno defrauda, construyendo los principales unas interpretaciones reflexivas y sentidas, y sobresaliendo especialmente el trabajo como actriz protagonista de Michelle Williams, quien ya hiciera interesantes actuaciones en películas como "Manchester frente al mar", "Brokeback Mountain" o su papel en "Blue Valentine", haciendo ahora de Mitzi, la madre de la familia, cuya importancia nos da una idea fiel de cuan trascendental fue para la vida de Spielberg la figura de su madre.
La familia Fabelman es así en gran parte un seudónimo en la ficción para la familia Spielberg. Cuentan que durante el rodaje el director lloró en no pocas ocasiones debido a la emoción de revivir intensos momentos de su propio pasado, lo cual da una idea de lo verdaderamente biográfico de esta producción. La historia es una mezcla de las ilusiones del autor, su amor por el cine, y el contexto esencial en todo ello de una relación familiar donde poco a poco va ahondando el drama, aunque manteniendo un punto de vista de algunas cosas con buen humor y sobre todo siempre con una brizna de esperanza.
El resultado de esa esperanza nacida como si del choque de un tren en celuloide se tratase, nos ha dado a nosotros, los espectadores, desde títulos como "La lista de Schlinder", varios de "Indiana Jones", "El color púrpura", "El diablo sobre ruedas", "Munich", "El puente de los espías", "Salvar al soldado Ryan", "El imperio del sol", "Lincoln"..., hasta otros que hicieron huella en su género como "Tiburón", "E.T. el extraterrestre", "Encuentros en la tercera fase", "Parque Jurásico"..., entre muchos.
Bendito choque de tren.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En la película encontramos varias secuencias meticulosamente planificadas y rodadas, mezclando incluso diversos formatos de fotograma, pero la escena de Michelle Williams bailando en la noche iluminada por los faros del coche es de una belleza visual y de un sentimiento en el que se aprecia tal fascinación con la que es tratado su personaje Mitzi, que sólo por eso ya bien merece ser vista toda la cinta.
Incluso alguna trama, como los problemas en la escuela del protagonista, es mucho más que lo que se ve o algunos pueden interpretar como de una película de adolescentes, pues es todo un alegato a cómo una lente de una cámara según dónde y cómo la coloques puede subrayar lo que son las personas o convertirlas en lo que no son, héroes o villanos, dando con ello al cineasta el poder de transmitir o transformar la realidad con su imaginación.
Al final, donde se narra con ironía el encuentro con John Ford, se describe un hecho que también existió en la realidad y del cual en una entrevista hablando de esta película Spielberg comentaba que muchas cosas ha intentado verlas en el presente con cierta nostalgia y algo divertido, pero que en su encuentro con Ford, aunque ahora le resultase gracioso al recordarlo, entonces estuvo realmente aterrado. Tras el director consagrado dar la lección al principiante sobre cómo una imagen es interesante según sitúes la línea del horizonte y dejándole claro que un horizonte en el centro es aburrido, el plano final en la calle solitaria de los estudios de cine mientras el protagonista se aleja caminando, moviendo bruscamente la cámara y pasando el horizonte de estar en mitad de la imagen a estar abajo, es un desenlace ocurrente que nos deja con el buen sabor de haber visto una estupenda película.
Si no te ha gustado esta crítica, siempre puedes también releerla empezando por el último párrafo y hacia arriba párrafo a párrafo, a ver qué tal. ;)
Incluso alguna trama, como los problemas en la escuela del protagonista, es mucho más que lo que se ve o algunos pueden interpretar como de una película de adolescentes, pues es todo un alegato a cómo una lente de una cámara según dónde y cómo la coloques puede subrayar lo que son las personas o convertirlas en lo que no son, héroes o villanos, dando con ello al cineasta el poder de transmitir o transformar la realidad con su imaginación.
Al final, donde se narra con ironía el encuentro con John Ford, se describe un hecho que también existió en la realidad y del cual en una entrevista hablando de esta película Spielberg comentaba que muchas cosas ha intentado verlas en el presente con cierta nostalgia y algo divertido, pero que en su encuentro con Ford, aunque ahora le resultase gracioso al recordarlo, entonces estuvo realmente aterrado. Tras el director consagrado dar la lección al principiante sobre cómo una imagen es interesante según sitúes la línea del horizonte y dejándole claro que un horizonte en el centro es aburrido, el plano final en la calle solitaria de los estudios de cine mientras el protagonista se aleja caminando, moviendo bruscamente la cámara y pasando el horizonte de estar en mitad de la imagen a estar abajo, es un desenlace ocurrente que nos deja con el buen sabor de haber visto una estupenda película.
Si no te ha gustado esta crítica, siempre puedes también releerla empezando por el último párrafo y hacia arriba párrafo a párrafo, a ver qué tal. ;)
11 de febrero de 2023
11 de febrero de 2023
100 de 127 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Steven Spielberg no lo vamos a descubrir ahora. Su historia de cómo se hizo director de cine y el significado del cine para él son cuestiones importantes. Pero su enfoque de esta película es precisamente el contrario que defiende en la película. Antes de seguir, me preocupan los repetidos intentos de promoción del cine 1) Tarantino y su homenaje en la genial "Érase una vez en Hollywood" 2) Babylon de Chazelle y en esta película 3) Spielberg haciéndose un Cruise - al modo de Maverick - presentando la película. Demasiada insistencia para que vayamos al cine. Algo no va bien. ¿Una crisis cada vez más profunda?. Sólo hay que ver la lista de tostones para los Oscars de este año. Sigo.
Spielberg ha escogido en esta cinta narrar lo que le pasó a él y a su familia. Muy importante para él sin duda. Agradecidos por su sinceridad. Pero, desde un punto de vista narrativo es un drama familiar corriente. Lo importante - y esto es lo sorprendente de la película - es la falta de ambición en plantear su mirada. Su horizonte, por así decirlo. Una obra como Súper8 de JJ Abrahams hace un homenaje al cine de Spielberg con una bellísima metáfora y elevando la mirada. Sólo en dos destellos, esta cinta es capaz de comunicar la diferencia entre la creación artística y la realidad. Sólo en dos momentos muy específicos cuando Spielberg debe narrar lo doloroso de su relación con dos personas y como trata a esos personajes en su cine. El resto de la cinta, innecesariamente largo, no aporta nada más que una película sencilla y en algún momento vulgar.
Creo que Spielberg ha intentado hacer terapia con su película. Pero no ha salido en el sentido que nosotros esperamos de un director que ha rodado obras maestras e iconos del cine de todos los tiempos. Dicho de otra manera, la vida de Spielberg es vulgar, como la de la mayoría. Pero su obra no. Y era en ella en la que debería haberse centrado. Esto se refleja en la existencia de personajes totalmente innecesarios o situaciones sin ningún tipo de interés (el instituto en California es casi donde la película se estrella) Esta película firmada por mi no pasa de un estreno de tercera en Netflix.
Como estoy eternamente agradecido al genio por haberme dado tanto con Munich, Encuentros ..., ET, En busca del arca perdida (momento en que dejé el "arte y ensayo" para siempre, rindiéndome a lo que es el cine), la impresionante Salvad al Soldado Ryan o la Lista de Schindler o la emotiva El Imperio del Sol o la terrorífica Tiburón. En fin, para qué seguir. Este película en mi opinion es pasable, tiene dos o tres destellos además de un final sentido y por ello pongo un seis. Pero que no quepa duda, la obra de Spielberg es de lo mejor de la historia. Y lo seguiremos adorando.
Spielberg ha escogido en esta cinta narrar lo que le pasó a él y a su familia. Muy importante para él sin duda. Agradecidos por su sinceridad. Pero, desde un punto de vista narrativo es un drama familiar corriente. Lo importante - y esto es lo sorprendente de la película - es la falta de ambición en plantear su mirada. Su horizonte, por así decirlo. Una obra como Súper8 de JJ Abrahams hace un homenaje al cine de Spielberg con una bellísima metáfora y elevando la mirada. Sólo en dos destellos, esta cinta es capaz de comunicar la diferencia entre la creación artística y la realidad. Sólo en dos momentos muy específicos cuando Spielberg debe narrar lo doloroso de su relación con dos personas y como trata a esos personajes en su cine. El resto de la cinta, innecesariamente largo, no aporta nada más que una película sencilla y en algún momento vulgar.
Creo que Spielberg ha intentado hacer terapia con su película. Pero no ha salido en el sentido que nosotros esperamos de un director que ha rodado obras maestras e iconos del cine de todos los tiempos. Dicho de otra manera, la vida de Spielberg es vulgar, como la de la mayoría. Pero su obra no. Y era en ella en la que debería haberse centrado. Esto se refleja en la existencia de personajes totalmente innecesarios o situaciones sin ningún tipo de interés (el instituto en California es casi donde la película se estrella) Esta película firmada por mi no pasa de un estreno de tercera en Netflix.
Como estoy eternamente agradecido al genio por haberme dado tanto con Munich, Encuentros ..., ET, En busca del arca perdida (momento en que dejé el "arte y ensayo" para siempre, rindiéndome a lo que es el cine), la impresionante Salvad al Soldado Ryan o la Lista de Schindler o la emotiva El Imperio del Sol o la terrorífica Tiburón. En fin, para qué seguir. Este película en mi opinion es pasable, tiene dos o tres destellos además de un final sentido y por ello pongo un seis. Pero que no quepa duda, la obra de Spielberg es de lo mejor de la historia. Y lo seguiremos adorando.
20 de febrero de 2023
20 de febrero de 2023
42 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
"The Fabelmans" es una autobiografía del prolífico director Steven Spierlberg y creada adaptativamente, con su firma inconfundible, para los seguidores más celebérrimos de su obra.
Es también un gran homenaje al amor por el cine; a cómo hacerlo y porqué hacerlo, un homenaje casi psicoanalítico y auto constitutivo respecto a la figura de sus padres, y finalmente, una forma de reivindicación y expiación de su pasado, en donde a través de la distancia que otorga el tiempo, se permite la licencia de cobrar algunas facturas.
Solo por eso, y por la interpretación soberbia de sus actores principales, es una obra respetable e interesante de poder ser analizada.
Hay tantos frentes abiertos para comentar, que me centraré solo en los momentos que me parecen interesantes para introducir la crítica. La película es para mí, la auto-reivindicación (léase, merecida o soberbia) de la forma en que entiende el cine Steven Spierlberg. Y eso es, principalmente entretenimiento.
Es también un gran homenaje al amor por el cine; a cómo hacerlo y porqué hacerlo, un homenaje casi psicoanalítico y auto constitutivo respecto a la figura de sus padres, y finalmente, una forma de reivindicación y expiación de su pasado, en donde a través de la distancia que otorga el tiempo, se permite la licencia de cobrar algunas facturas.
Solo por eso, y por la interpretación soberbia de sus actores principales, es una obra respetable e interesante de poder ser analizada.
Hay tantos frentes abiertos para comentar, que me centraré solo en los momentos que me parecen interesantes para introducir la crítica. La película es para mí, la auto-reivindicación (léase, merecida o soberbia) de la forma en que entiende el cine Steven Spierlberg. Y eso es, principalmente entretenimiento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Desde mi experiencia, el director es una figura clave, porque uno de los primeros recuerdos que atesoro en las salas de cine es viendo sus películas. Viendo Indiana Jones o Jurassic Park, por ejemplo. Él en cambio, con seis años ve "El espectáculo más grande del mundo", hecho que nos cuenta que le marca irrefrenablemente su vida, convirtiendo además de un homenaje a este momento y a esta película, una sinécdoque de la reclamación global que supone su obra. Una declaración de intenciones, que mira sin miedo a los ojos del espectador y le dice claramente que se siente orgulloso de haber hecho cine como si de puro espectáculo se tratase.
A lo largo del desarrollo de la narración hay un fetichismo hacia el cine analógico, manufacturado, hacia el descubrimiento personal y hacia la actitud para recordar imágenes, que baña de una nostalgia comedida pero brillante el relato y que me gustó especialmente.
A partir de aquí se plantea un debate muy interesante al respecto. Que es la idea de arte contra la idea de mercadotécnica. Esta figura está contrastada con la personalidad de su familia, su padre es ingeniero, meticuloso, comedido y analítico; y su madre es artista, pasional, desenfrenada y contradictoria.
En esa batalla, claramente gana la actitud del padre y la culpa intachable que siente hacia su madre. Es por eso, que en parte es un autor distinguido por no penetrar en la esencia de las cosas. Por intentar hacer unos guiones cuadriculados siempre al servicio del entretenimiento que a la postre le acaban quedando irregulares por no tener suficiente perspectiva emocional. El trauma por la separación de sus padres (que está presente en su filmografía) así como la incapacidad para no encajar en los grupos y el intento de adaptación constante, crean su gran esencia. Que radica básicamente en querer gustar a todo el mundo, este es el criterio propio, el signo de autor, del hijo de padres ausentes.
La película está repleta de estos gazapos, de pequeñas escenas brillantes, como cuándo ruedan la película bélica con sus amigos o cuando celebran el día de hacer pellas, como de escenas inconcebibles que carecen de toda credibilidad, como el trozo del final en las taquillas del colegio con Logan el "popular" de la clase o la acampada veraniega por Arizona, en dónde los actores actúan más que viven.
Las escenas con su madre, son sintomáticas de este hecho. El enojo que siente hacia la figura de esta, es notorio, tras descubrir su aventura con el amigo de su padre, y llega hasta el día de hoy. Tras el abandono se convierte en una mancha desapegante incomprensible para él. En ese sentido su última frase es lapidaria: -"tienes que ser tu mismo, aunque sea lejos de mí".
Otra escena sintomática es la del despido a Logan, el mencionado alumno de la clase de California. El mensaje que nos queda es que el autor es capaz de manipular a la gente y engañarla a través de la cámara para corresponder a sus designios con la realidad. Qué a los chulos se los pasó por la piedra. Aquí surgen dos bromas del final feliz, ya que se queda con la chica como en las películas y gracias a ellas y de que nunca contará como se derrumbó emocionalmente. Un plan maestro si no fuese porque la escena lo que realmente nos cuenta es como el autor siempre se a ganado el favor de los más poderosos, lo cuál lo señala como el lameculos, quién siempre fue para sus detractores.
La broma del final, con el puto David Lynch haciendo de John Ford y bajando el plano para que el horizonte quede más arriba siguiendo su consejo, me encantó, lo reconozco.
La conclusión final es que Spielberg usa la cámara como un artificio para esconder sus traumas. Como en la esencial escena en que se imagina rodando mientras su madre se despide de su familia al anunciar que no puede vivir sin el amigo de su padre. Un escudo para poder evadirse de una realidad tan incomoda que no puede ser entendida de forma emocional solo contada y meramente observada narrativamente a través de una lente.
A lo largo del desarrollo de la narración hay un fetichismo hacia el cine analógico, manufacturado, hacia el descubrimiento personal y hacia la actitud para recordar imágenes, que baña de una nostalgia comedida pero brillante el relato y que me gustó especialmente.
A partir de aquí se plantea un debate muy interesante al respecto. Que es la idea de arte contra la idea de mercadotécnica. Esta figura está contrastada con la personalidad de su familia, su padre es ingeniero, meticuloso, comedido y analítico; y su madre es artista, pasional, desenfrenada y contradictoria.
En esa batalla, claramente gana la actitud del padre y la culpa intachable que siente hacia su madre. Es por eso, que en parte es un autor distinguido por no penetrar en la esencia de las cosas. Por intentar hacer unos guiones cuadriculados siempre al servicio del entretenimiento que a la postre le acaban quedando irregulares por no tener suficiente perspectiva emocional. El trauma por la separación de sus padres (que está presente en su filmografía) así como la incapacidad para no encajar en los grupos y el intento de adaptación constante, crean su gran esencia. Que radica básicamente en querer gustar a todo el mundo, este es el criterio propio, el signo de autor, del hijo de padres ausentes.
La película está repleta de estos gazapos, de pequeñas escenas brillantes, como cuándo ruedan la película bélica con sus amigos o cuando celebran el día de hacer pellas, como de escenas inconcebibles que carecen de toda credibilidad, como el trozo del final en las taquillas del colegio con Logan el "popular" de la clase o la acampada veraniega por Arizona, en dónde los actores actúan más que viven.
Las escenas con su madre, son sintomáticas de este hecho. El enojo que siente hacia la figura de esta, es notorio, tras descubrir su aventura con el amigo de su padre, y llega hasta el día de hoy. Tras el abandono se convierte en una mancha desapegante incomprensible para él. En ese sentido su última frase es lapidaria: -"tienes que ser tu mismo, aunque sea lejos de mí".
Otra escena sintomática es la del despido a Logan, el mencionado alumno de la clase de California. El mensaje que nos queda es que el autor es capaz de manipular a la gente y engañarla a través de la cámara para corresponder a sus designios con la realidad. Qué a los chulos se los pasó por la piedra. Aquí surgen dos bromas del final feliz, ya que se queda con la chica como en las películas y gracias a ellas y de que nunca contará como se derrumbó emocionalmente. Un plan maestro si no fuese porque la escena lo que realmente nos cuenta es como el autor siempre se a ganado el favor de los más poderosos, lo cuál lo señala como el lameculos, quién siempre fue para sus detractores.
La broma del final, con el puto David Lynch haciendo de John Ford y bajando el plano para que el horizonte quede más arriba siguiendo su consejo, me encantó, lo reconozco.
La conclusión final es que Spielberg usa la cámara como un artificio para esconder sus traumas. Como en la esencial escena en que se imagina rodando mientras su madre se despide de su familia al anunciar que no puede vivir sin el amigo de su padre. Un escudo para poder evadirse de una realidad tan incomoda que no puede ser entendida de forma emocional solo contada y meramente observada narrativamente a través de una lente.
10 de febrero de 2023
10 de febrero de 2023
65 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Fabelmans no solo es la cinta más personal del gran Steven Spielberg, sino que también es una de las más grandes de su filmografía, llegando al nivel de sus trabajos más increíbles como La Lista de Schindler, Jurassic Park, Tiburon o E.T. “Fabelmans” es tan asombrosa como maravillosa, hasta diría majestuosa, no solo por su historia y su exquisito guion, más bien por el tipo de película que se presenta en la pantalla.
Pareciera que muchos directores de cine están plasmando de manera ficticias su biografías, y como dije antes, no hay nada más honesto y puro que contar su historia a través de una película, o un libro; a lo largo de la filmografía de Spielberg, vimos algunas pequeñas pistas de lo que fue su vida. Si, de terror a ciencia ficción y a drama, por momentos veíamos un trasfondo que mostraba como estaban construidos los personajes que tenían mucha relación con lo que le toco vivir, de seguro es por eso que sus películas, por más que fueran éxitos de taquilla, se sintieran y vieran más humanas.
“Las películas son sueños que nunca vas a olvidar”, esta frase la dice Mitzi Fabelman (Michelle Williams) cuando lleva junto a su esposo Burt (Paul Dano) a su pequeño hijo Sammy, por primera vez al cine a ver El Espectáculo Mas Grande del Mundo, en 1952. Una vez finalizada la función, el pequeño Sammy queda tan fascinado que no puede dormir, y en su cabeza sigue un imagen particular de la película que presencio por primera vez. A medida que transcurren los años, vemos como las hermanas más pequeñas de la familia van creciendo, como Sammy (Gabriel LaBelle), al igual que su amor por el cine, que hasta incluso toma la cámara de su padre o renta algunas para filmar proyectos propios junto amigos o para captar y grabar momentos junto a su familia. Pero a medida que todo pasa, la vida se interpone en la familia, y como hay momentos de alegría, hay momentos de cambio. Esta lleva a tomar decisiones que generan discusiones, pero Sammy sigue aferrándose a ver la vida detrás de la cámara y no puede dejar de captar momentos y situaciones sin ella, por más que su padre le diga que es un “hobby”, para él es algo más.
Spielberg toma las riendas tan audazmente, que hace que una vez que inicie la película, hace desear más y llega un punto que no querés que termine. Es una historia tan compenetrante que es imposible que llegue a aburrir o a ser densa, son 151 minutos de humor, drama, momentos únicos y frases que se convertirán icónicas a lo largo de la historia del cine. Es un trabajo armonioso donde el guion sabe lo que quiere contar y nada está de sobra. La música de John Williams tiene ese toque de decorar cada escena, haciendo que la banda sonora pareciera real. Las actuaciones son tan convincentes que uno empatiza y comprende la naturaleza de cada personaje. Esta película es un verdadero ejemplo de cómo hacer una cinta de nivel. No solo es una ventana a ver la vida de un grande, sino que también es un homenaje y una carta de amor al cine.
Es bueno seguir apostando por este tipo de películas, y es una experiencia que vale la pena vivirla en cine, siento que quede tan conforme cuando pague la entrada y pude disfrutar de manera tan placentera. Esta cinta, sigue afirmando que Steven Spielberg es uno los cineastas más grande del cine moderno, trayendo historias y proyectos que superaron en expectativas.
Algunos dirán que la industria cinematográfica está en crisis, pues en parte concuerdo, pero sé que hay gente todavía, los verdaderos cinéfilos, que saben que existen este tipo de películas y van a verlas, no solo por verlas porque si, más bien porque saben que tienen algo para contar y contactar con la audiencia. La era de Spielberg no paso, sigue estando, manteniéndose en pie, y con la misma esencia de hace casi 50 años atrás, y dejando huella en cada década y eso no lo hace cualquiera.
Y una cosa más: no pienses que el cine es solo una industria de cortes comerciales, o de productos de superhéroes, no todo concierne a ello, es algo más. Hay grandes películas dando vueltas, solo es cuestión de encontrarlas.
Pareciera que muchos directores de cine están plasmando de manera ficticias su biografías, y como dije antes, no hay nada más honesto y puro que contar su historia a través de una película, o un libro; a lo largo de la filmografía de Spielberg, vimos algunas pequeñas pistas de lo que fue su vida. Si, de terror a ciencia ficción y a drama, por momentos veíamos un trasfondo que mostraba como estaban construidos los personajes que tenían mucha relación con lo que le toco vivir, de seguro es por eso que sus películas, por más que fueran éxitos de taquilla, se sintieran y vieran más humanas.
“Las películas son sueños que nunca vas a olvidar”, esta frase la dice Mitzi Fabelman (Michelle Williams) cuando lleva junto a su esposo Burt (Paul Dano) a su pequeño hijo Sammy, por primera vez al cine a ver El Espectáculo Mas Grande del Mundo, en 1952. Una vez finalizada la función, el pequeño Sammy queda tan fascinado que no puede dormir, y en su cabeza sigue un imagen particular de la película que presencio por primera vez. A medida que transcurren los años, vemos como las hermanas más pequeñas de la familia van creciendo, como Sammy (Gabriel LaBelle), al igual que su amor por el cine, que hasta incluso toma la cámara de su padre o renta algunas para filmar proyectos propios junto amigos o para captar y grabar momentos junto a su familia. Pero a medida que todo pasa, la vida se interpone en la familia, y como hay momentos de alegría, hay momentos de cambio. Esta lleva a tomar decisiones que generan discusiones, pero Sammy sigue aferrándose a ver la vida detrás de la cámara y no puede dejar de captar momentos y situaciones sin ella, por más que su padre le diga que es un “hobby”, para él es algo más.
Spielberg toma las riendas tan audazmente, que hace que una vez que inicie la película, hace desear más y llega un punto que no querés que termine. Es una historia tan compenetrante que es imposible que llegue a aburrir o a ser densa, son 151 minutos de humor, drama, momentos únicos y frases que se convertirán icónicas a lo largo de la historia del cine. Es un trabajo armonioso donde el guion sabe lo que quiere contar y nada está de sobra. La música de John Williams tiene ese toque de decorar cada escena, haciendo que la banda sonora pareciera real. Las actuaciones son tan convincentes que uno empatiza y comprende la naturaleza de cada personaje. Esta película es un verdadero ejemplo de cómo hacer una cinta de nivel. No solo es una ventana a ver la vida de un grande, sino que también es un homenaje y una carta de amor al cine.
Es bueno seguir apostando por este tipo de películas, y es una experiencia que vale la pena vivirla en cine, siento que quede tan conforme cuando pague la entrada y pude disfrutar de manera tan placentera. Esta cinta, sigue afirmando que Steven Spielberg es uno los cineastas más grande del cine moderno, trayendo historias y proyectos que superaron en expectativas.
Algunos dirán que la industria cinematográfica está en crisis, pues en parte concuerdo, pero sé que hay gente todavía, los verdaderos cinéfilos, que saben que existen este tipo de películas y van a verlas, no solo por verlas porque si, más bien porque saben que tienen algo para contar y contactar con la audiencia. La era de Spielberg no paso, sigue estando, manteniéndose en pie, y con la misma esencia de hace casi 50 años atrás, y dejando huella en cada década y eso no lo hace cualquiera.
Y una cosa más: no pienses que el cine es solo una industria de cortes comerciales, o de productos de superhéroes, no todo concierne a ello, es algo más. Hay grandes películas dando vueltas, solo es cuestión de encontrarlas.
13 de febrero de 2023
13 de febrero de 2023
40 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steven Spielberg es un director irregular (imagino que como la mayoría), pero cuando acierta, alcanza un nivel cinematográfico extraordinario. Afortunadamente, la historia lo juzgará por sus grandes obras (que no son pocas) y olvidará las malas.
The Fabelmans entra de lleno en la categoría de sus buenas películas. Pero ¡ojo! que nadie se lleve a engaño: esto no es Indiana Jones ni Minority Report ni Parque Jurásico. No es una peli de aventuras. No es una fantasía de ciencia ficción. No es de acción.
La película es especialmente interesante para los aficionados al cine como arte, porque muestra cómo un niño descubre la magia del cine, aprende su lenguaje y se apoya en el arte cinematográfico para entender la vida y sus dramas, sus contradicciones y sus retos. Su descripción del cine, de su fuerza y de su potencial resulta entrañable.
Nos cuenta también las pequeñas y grandes historietas de su familia: sus tensiones, sus relaciones e influencias, sus dramas... Sinceramente... aunque hay partes interesantes, me parece una parte excesivamente alargada, especialmente al final. Pero es verdad que por momentos resulta fascinante asistir a la vida familiar de alguien tan conocido. Uno se siente casi como un voyeur, observando furtivamente el proceso de maduración personal y artística del joven Spielberg.
La película brilla especialmente en el aspecto formal y estilístico. La composición de los planos, los movimientos de actores y su coreografía con la cámara, los propios movimientos de cámara, la iluminación... es Spielberg en estado puro. Su elegancia formal -cuando está inspirado- es insuperable. Y no es poco decir.
A los actores se les aprecia especialmente inspirados, con Michelle Williams a la cabeza. Todo el metraje destila autenticidad, y -como diría Hemingway- Verdad.
Sin embargo, no es perfecta. Hay varios bajones de ritmo, especialmente en la segunda mitad, y ciertas tramas y situaciones no aportan demasiado o están excesivamente alargadas (así como aún personaje, bastante desdibujado).
Pero "The Fabelmens" nos regala 5 ó 6 secuencias brillantísimas, ya sea por su encanto, por su hondura, por su estilo o por una mezcla de todo ello.
En conjunto resulta una película muy convincente, entrañable y que se nota tremendamente trabajada. Gustará más a los aficionados al cine o a los dramas familiares, y seguramente decepcione a quien busque una película dinámica o con una trama compleja.
The Fabelmans entra de lleno en la categoría de sus buenas películas. Pero ¡ojo! que nadie se lleve a engaño: esto no es Indiana Jones ni Minority Report ni Parque Jurásico. No es una peli de aventuras. No es una fantasía de ciencia ficción. No es de acción.
La película es especialmente interesante para los aficionados al cine como arte, porque muestra cómo un niño descubre la magia del cine, aprende su lenguaje y se apoya en el arte cinematográfico para entender la vida y sus dramas, sus contradicciones y sus retos. Su descripción del cine, de su fuerza y de su potencial resulta entrañable.
Nos cuenta también las pequeñas y grandes historietas de su familia: sus tensiones, sus relaciones e influencias, sus dramas... Sinceramente... aunque hay partes interesantes, me parece una parte excesivamente alargada, especialmente al final. Pero es verdad que por momentos resulta fascinante asistir a la vida familiar de alguien tan conocido. Uno se siente casi como un voyeur, observando furtivamente el proceso de maduración personal y artística del joven Spielberg.
La película brilla especialmente en el aspecto formal y estilístico. La composición de los planos, los movimientos de actores y su coreografía con la cámara, los propios movimientos de cámara, la iluminación... es Spielberg en estado puro. Su elegancia formal -cuando está inspirado- es insuperable. Y no es poco decir.
A los actores se les aprecia especialmente inspirados, con Michelle Williams a la cabeza. Todo el metraje destila autenticidad, y -como diría Hemingway- Verdad.
Sin embargo, no es perfecta. Hay varios bajones de ritmo, especialmente en la segunda mitad, y ciertas tramas y situaciones no aportan demasiado o están excesivamente alargadas (así como aún personaje, bastante desdibujado).
Pero "The Fabelmens" nos regala 5 ó 6 secuencias brillantísimas, ya sea por su encanto, por su hondura, por su estilo o por una mezcla de todo ello.
En conjunto resulta una película muy convincente, entrañable y que se nota tremendamente trabajada. Gustará más a los aficionados al cine o a los dramas familiares, y seguramente decepcione a quien busque una película dinámica o con una trama compleja.
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