John Wick 4
6,7
16.269
Acción. Thriller
John Wick, legendario asesino retirado, vuelve de nuevo a la acción impulsado por una incontrolable búsqueda de venganza. Al tener que luchar contra asesinos sedientos de sangre que le persiguen, John tendrá que llevar sus habilidades al límite si quiere salir esta vez con vida. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2023
30 de marzo de 2023
290 de 392 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora mismo mientras escribo la película tiene una puntuación 7.5 sobre 10, lo cual me parece disparatado cuanto menos.
La película no hay por donde cogerla. Todos sabemos que hemos ido al cine a ver patadas, puñetazos, acuchillamientos, disparos y sangre. Por eso no le estoy pidiendo la trama de El Padrino, pero por dios, tampoco un espero ver un gag cómico. Literalmente la trama va de inverosimilitud a inverosimilitud y tiro porque me toca. Recuerdo en la escena de las escaleras (los que la hayan visto saben a qué me refiero) que la sala entera del cine empezó a hablar entre sí porque no daban crédito de lo que estaban viendo. En la zona con spoilers trato muchas de las cosas que no tienen sentido.
La película no hay por donde cogerla. Todos sabemos que hemos ido al cine a ver patadas, puñetazos, acuchillamientos, disparos y sangre. Por eso no le estoy pidiendo la trama de El Padrino, pero por dios, tampoco un espero ver un gag cómico. Literalmente la trama va de inverosimilitud a inverosimilitud y tiro porque me toca. Recuerdo en la escena de las escaleras (los que la hayan visto saben a qué me refiero) que la sala entera del cine empezó a hablar entre sí porque no daban crédito de lo que estaban viendo. En la zona con spoilers trato muchas de las cosas que no tienen sentido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- El malo maloso que aparece totalmente aleatoriamente. El marqués, ¿Marqués de qué? ¿Quién coño es este tío francés malo maloso? ¿Por qué la alta mesa le da al tonto el bote este algún tipo de permiso para hacer algo?
- ¿No se supone que John Wick acabó la tercera película con la espalda rota? ¿No tiene secuelas? Podrían enseñar algo acerca de qué ha estado haciendo todo este tiempo hasta que "ha vuelto".
- ¿Pretenden que me crea que el dueño del continental de Osaka pone en peligro su vida y la de su hija por ayudar a John Wick? Y si es así, que me digan por qué, lo que me parece surrealista es que llegue a un sitio y todo el mundo deje todo para salvarlo.
- El tema del chino ciego es que me ha puesto muy nervioso, ¿QUÉ NECESIDAD HABÍA DE HACERLO CIEGO? Cada vez que salían sus escenas de acción no sabía si reír o llorar, necesita ayuda para bajar unas escaleras pero no falla ni una bala el mamonazo. Por cierto, la hija del otro del continental de Osaka le dice a John Wick que o mata él a Caine o lo mata ella y John Wick da a entender que lo hará él, o no se qué da a entender porque en esta película parece autista, sin embargo esa subtrama no se cierra y no volvemos a ver a la hija del del continental de Osaka ni a Caine ni a dios.
-El deus ex machina del duelo es que es superior a mí. Resulta que si gana en duelo al Marqués este (que aún no sé quién cojones es) queda libre de toda responsabilidad para con la Alta Mesa, ¿por qué? Bueno, pues por conveniencia del guión, no les apetece tener que sacar una quinta en la que mate a todos los miembros de la Alta mesa. Encima lo de que el marqués pueda "nominar" a otro para que luche por él como si fuese esto gran hermano es una auténtica locura.
-Las coreografías son muy espectaculares pero lejos de lo que ocurría en las anteriores películas en las que John Wick y sus aliados mataban gente a mansalva y de un modo rápido y eficaz, aquí te pillo aquí te mato, en la cuarta parte para matar a 3 enemigos está fácilmente 4 minutos. Te da la sensación toda la película de que los enemigos están hechos de adamantium y por tanto se nota mucho más que los enemigos atacan por oleadas, parecen combates por turnos, al más puro estilo pokemon. Con todas las hostias que se dan y no he visto ni una nariz sangrando ni un ojo morado, ni una ceja abierta en toda la película.
-Las escena en la que John Wick rueda 10 pisos de escaleras abajo porque le empuja Cantoná y cae como un barril merece especial mención y es cuánto menos perteneciente al género "comedia involuntaria".
-Las muerte de John Wick es lo más soso e insulso que he visto en toda mi vida entera. Después de aguantar todo lo que aguanta, debido a que sus huesos deben estar recubiertos de titanio (en una escena cae de un cuarto piso encima de un coche y al suelo y se levanta tan tranquilo y aún se sigue dando de hostias con todo kiski). Muere porque él dice: "decido que me quiero morir ahora mismo en estas escaleras, hale me muero, buenas tardes" y coge y se muere cuando el guión decide que es buen momento.
Lo mismo edito la reseña añadiendo más material que me parece ridículo pero de momento así se queda. Decepción absoluta, espero que el tiempo la ponga en su lugar, que desde luego no está por encima de películas como Mad Max o simplemente las otras de la saga.
- ¿No se supone que John Wick acabó la tercera película con la espalda rota? ¿No tiene secuelas? Podrían enseñar algo acerca de qué ha estado haciendo todo este tiempo hasta que "ha vuelto".
- ¿Pretenden que me crea que el dueño del continental de Osaka pone en peligro su vida y la de su hija por ayudar a John Wick? Y si es así, que me digan por qué, lo que me parece surrealista es que llegue a un sitio y todo el mundo deje todo para salvarlo.
- El tema del chino ciego es que me ha puesto muy nervioso, ¿QUÉ NECESIDAD HABÍA DE HACERLO CIEGO? Cada vez que salían sus escenas de acción no sabía si reír o llorar, necesita ayuda para bajar unas escaleras pero no falla ni una bala el mamonazo. Por cierto, la hija del otro del continental de Osaka le dice a John Wick que o mata él a Caine o lo mata ella y John Wick da a entender que lo hará él, o no se qué da a entender porque en esta película parece autista, sin embargo esa subtrama no se cierra y no volvemos a ver a la hija del del continental de Osaka ni a Caine ni a dios.
-El deus ex machina del duelo es que es superior a mí. Resulta que si gana en duelo al Marqués este (que aún no sé quién cojones es) queda libre de toda responsabilidad para con la Alta Mesa, ¿por qué? Bueno, pues por conveniencia del guión, no les apetece tener que sacar una quinta en la que mate a todos los miembros de la Alta mesa. Encima lo de que el marqués pueda "nominar" a otro para que luche por él como si fuese esto gran hermano es una auténtica locura.
-Las coreografías son muy espectaculares pero lejos de lo que ocurría en las anteriores películas en las que John Wick y sus aliados mataban gente a mansalva y de un modo rápido y eficaz, aquí te pillo aquí te mato, en la cuarta parte para matar a 3 enemigos está fácilmente 4 minutos. Te da la sensación toda la película de que los enemigos están hechos de adamantium y por tanto se nota mucho más que los enemigos atacan por oleadas, parecen combates por turnos, al más puro estilo pokemon. Con todas las hostias que se dan y no he visto ni una nariz sangrando ni un ojo morado, ni una ceja abierta en toda la película.
-Las escena en la que John Wick rueda 10 pisos de escaleras abajo porque le empuja Cantoná y cae como un barril merece especial mención y es cuánto menos perteneciente al género "comedia involuntaria".
-Las muerte de John Wick es lo más soso e insulso que he visto en toda mi vida entera. Después de aguantar todo lo que aguanta, debido a que sus huesos deben estar recubiertos de titanio (en una escena cae de un cuarto piso encima de un coche y al suelo y se levanta tan tranquilo y aún se sigue dando de hostias con todo kiski). Muere porque él dice: "decido que me quiero morir ahora mismo en estas escaleras, hale me muero, buenas tardes" y coge y se muere cuando el guión decide que es buen momento.
Lo mismo edito la reseña añadiendo más material que me parece ridículo pero de momento así se queda. Decepción absoluta, espero que el tiempo la ponga en su lugar, que desde luego no está por encima de películas como Mad Max o simplemente las otras de la saga.
17 de abril de 2023
17 de abril de 2023
95 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que casi todos estaremos de acuerdo en que John Wick revitalizó el cine de acción entregándonos escenas bien rodadas y, algo imprescindible para mi: un protagonista mínimamente creíble, o que al menos no martiriza mi suspensión de la incredulidad como sí hacían productos de los 80/90s.
Y yo, pues qué queréis que os diga, pero acabo de llegar del cine y siento que he visto Commando del Chuache, pero con una acción fantásticamente rodada.
La cantidad de soplapolleces y exageraciones que uno ve en esta cinta para mi ya han llegado un punto que no es disfrutable. Pero esto es como todo, para gustos, colores.
Sigo en spoiler:
Y yo, pues qué queréis que os diga, pero acabo de llegar del cine y siento que he visto Commando del Chuache, pero con una acción fantásticamente rodada.
La cantidad de soplapolleces y exageraciones que uno ve en esta cinta para mi ya han llegado un punto que no es disfrutable. Pero esto es como todo, para gustos, colores.
Sigo en spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Me parece poco menos que una estafa dejar la trama donde la dejaron (alianza de Wick con el Morfeo para cargarse a la Alta Mesa) y que lejos de abordar nada de esto, sea un refrito sin sentido con un villano puesto por el ayuntamiento.
- Para mayor condena, la trama es un laberinto completamente innecesario y que llega a ser ridículo. "Mira, es que necesitas un sello y un blasón para hacer un duelo del que nadie ha oído hablar y así..." Pero de qué me estás hablando. QUE ESTA PELI IBA DE UN PAVO AL QUE LE MATABAN EL PERRO, Y ASÍ ESTABA GENIAL. NO TE LÍES.
- 12h de tiroteo EN LA VÍA PÚBLICA DE PARÍS y 42 atropellos letales en pleno ARCO DEL TRIUNFO sin que aparezca UN PUTO COCHE DE POLICÍA
- Wick se ha fulminado a algunos de los asesinos más hábiles del mundo, pero las pasa putas con un CIEGO, que tal y como la propia película se encarga de aclararte BASTA CON QUEDARTE QUIETO Y APUNTARLE A LA CABEZA.
- ¿Te parece un poco ridículo lo del ciego? Ah, tal vez es porque no sabes que LLEVA TIMBRES QUE PONE POR LAS PAREDES. JAQUE MATE, GLOBO OCULAR.
- Toda la escena en Osaka no sirve para absolutamente nada. Bueno sí: para que te dejen claro que Wick es un pedazo de subnormal que aún sabiendo que le persiguen para matarle es capaz de prácticamente condenar a muerte a su único amigo. Joder Wick, que pedazo de colega estás hecho.
- El personaje del negro es probablemente uno de los secundarios más absurdos que recuerdo. El resto de secundarios que se supone que secundan a Wick tampoco es que pongan mucho de su parte en ninguno de los sentidos.
- Para mi, el diablo está en los detalles. En la primera, Wick iba a una discoteca (mi escena favorita de la saga) a cargarse al matacachorros. Tras cepillarse a unos veinte seguratas, el tipo sale ensangrentado, cojeando y visiblemente dolorido. Porque es el puto Baba Yaga, si, pero es humano. Bueno, pues en John Wick 4 el bueno de Keanu se carga el equivalente a la población de Soria, Teruel y Badajoz juntas y apenas lleva un arañazo. Qué coño, si es que desciende en caída libre por una escalera el equivalente a la altura del jodido Everest y su cara es un lienzo en blanco.
En fin, que no.
- Para mayor condena, la trama es un laberinto completamente innecesario y que llega a ser ridículo. "Mira, es que necesitas un sello y un blasón para hacer un duelo del que nadie ha oído hablar y así..." Pero de qué me estás hablando. QUE ESTA PELI IBA DE UN PAVO AL QUE LE MATABAN EL PERRO, Y ASÍ ESTABA GENIAL. NO TE LÍES.
- 12h de tiroteo EN LA VÍA PÚBLICA DE PARÍS y 42 atropellos letales en pleno ARCO DEL TRIUNFO sin que aparezca UN PUTO COCHE DE POLICÍA
- Wick se ha fulminado a algunos de los asesinos más hábiles del mundo, pero las pasa putas con un CIEGO, que tal y como la propia película se encarga de aclararte BASTA CON QUEDARTE QUIETO Y APUNTARLE A LA CABEZA.
- ¿Te parece un poco ridículo lo del ciego? Ah, tal vez es porque no sabes que LLEVA TIMBRES QUE PONE POR LAS PAREDES. JAQUE MATE, GLOBO OCULAR.
- Toda la escena en Osaka no sirve para absolutamente nada. Bueno sí: para que te dejen claro que Wick es un pedazo de subnormal que aún sabiendo que le persiguen para matarle es capaz de prácticamente condenar a muerte a su único amigo. Joder Wick, que pedazo de colega estás hecho.
- El personaje del negro es probablemente uno de los secundarios más absurdos que recuerdo. El resto de secundarios que se supone que secundan a Wick tampoco es que pongan mucho de su parte en ninguno de los sentidos.
- Para mi, el diablo está en los detalles. En la primera, Wick iba a una discoteca (mi escena favorita de la saga) a cargarse al matacachorros. Tras cepillarse a unos veinte seguratas, el tipo sale ensangrentado, cojeando y visiblemente dolorido. Porque es el puto Baba Yaga, si, pero es humano. Bueno, pues en John Wick 4 el bueno de Keanu se carga el equivalente a la población de Soria, Teruel y Badajoz juntas y apenas lleva un arañazo. Qué coño, si es que desciende en caída libre por una escalera el equivalente a la altura del jodido Everest y su cara es un lienzo en blanco.
En fin, que no.
21 de marzo de 2023
21 de marzo de 2023
95 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es una bala. Un cohete. Una explosión. Un golpe en la (alta) mesa del cine de acción.
He de decir que estamos ante una secuela muy arriesgada. Parece que hayan querido juntar los planes para John Wick 4 y 5 en una sola película. Quizás por eso dure casi 3 horas. Lo que me lleva a preguntar... ¿Se hace pesada? Bueno, depende de lo que esperéis ver. Tiene mucha acción, por supuesto, pero también hay pausa para los diálogos. Si la tercera se os hizo pesada, puede que esta también. Aún así, recomiendo verla a los/las fans de la saga.
¿Van a hacer John Wick 5? Pues no lo sé. Ya quisiera yo estar detrás del equipo productivo de esta saga, pero no es así. Si os soy sincero, prefiero que se quede en esta entrega. Supone un buen cierre para la franquicia y deja el listón muy alto en cuanto a escenas de acción se refiere.
D.E.P. Lance Reddick.
El fallecimiento del actor nos ha dejado destrozados/as ante el estreno de esta nueva película. Se espera volver a verle en Ballerina, spin-off protagonizado por Ana de Armas.
Ballerina contaría de nuevo con Keanu Reeves, Anjelica Huston e Ian McShane en una película que situaría la acción entre la tercera y esta cuarta entrega. Se desconoce si The Bowery King, el personaje de Laurence Fishburne, hará acto de presencia.
P.D.: Esta película tiene una escena post-créditos.
He de decir que estamos ante una secuela muy arriesgada. Parece que hayan querido juntar los planes para John Wick 4 y 5 en una sola película. Quizás por eso dure casi 3 horas. Lo que me lleva a preguntar... ¿Se hace pesada? Bueno, depende de lo que esperéis ver. Tiene mucha acción, por supuesto, pero también hay pausa para los diálogos. Si la tercera se os hizo pesada, puede que esta también. Aún así, recomiendo verla a los/las fans de la saga.
¿Van a hacer John Wick 5? Pues no lo sé. Ya quisiera yo estar detrás del equipo productivo de esta saga, pero no es así. Si os soy sincero, prefiero que se quede en esta entrega. Supone un buen cierre para la franquicia y deja el listón muy alto en cuanto a escenas de acción se refiere.
D.E.P. Lance Reddick.
El fallecimiento del actor nos ha dejado destrozados/as ante el estreno de esta nueva película. Se espera volver a verle en Ballerina, spin-off protagonizado por Ana de Armas.
Ballerina contaría de nuevo con Keanu Reeves, Anjelica Huston e Ian McShane en una película que situaría la acción entre la tercera y esta cuarta entrega. Se desconoce si The Bowery King, el personaje de Laurence Fishburne, hará acto de presencia.
P.D.: Esta película tiene una escena post-créditos.
24 de marzo de 2023
24 de marzo de 2023
82 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
La extensión vital de toda franquicia cinematográfica se sostiene sobre un reforzamiento de sus cualidades identitarias que, sobre el ascendente intento de superarse, está destinada a afrontar la posibilidad de devorarse. Ante este desafío se enfrentaba la nueva entrega de serie que hoy nos ocupa, aparatosa superproducción cuyas características genéricas la hacen todo un rara avis en el mainstream que llevaba un par de años en nevera, esperando que amainasen las oleadas de COVID-19 y se perfilase un panorama más acogedor para un estreno comercial en salas. Con Keanu Reeves como principal reclamo se estrena John Wick 4 (2023), canto de cisne de la saga de acción aplaudida por público y crítica, que viene de nuevo firmada por Chad Stahelski (acompañado en la primera entrega por David Leitch).
Un festival hiperbólico de artes marciales y tiroteos deudor de múltiples tradiciones cinematográficas que revitaliza los últimos ecos de Matrix y reivindica la figura de las coreografías en tomas generales y los especialistas de acción, que entrega aquí su crepuscular despedida en forma de elevación a la máxima potencia. Una entrega vigorosa, apesadumbrada y técnicamente encomiable, que brilla en muchas de las facetas que exhibe y logra gran parte de sus objetivos, pero se muestra indeterminada calibrando sus rasgos tonales.
La tradición del cine de artes marciales asiático se da la mano con reminiscencias del spaghetti western y rasgos visuales del neo-noir, aderezado del exotismo internacional del cine de espionaje y de paletas cromáticas que pudieran mirarse en los devaneos de ciencia ficción de Villeneuve o en las abstracciones de neón de Nicolas Winding Refn (cabe incluso un guiño a David Lean). Un minimalista relato depurado hasta el arquetipo, con antihéroes en su núcleo devenidos figuras mitológicas, que se encomienda con entregado desempeño técnico a la máxima pirueta física, devenida abstracción de festiva coreografía de puños, llaves, disparos y cuchillos.
Una extensión, en suma, de lo planteado en las tres entregas anteriores, exacerbado aquí como canto de cisne solemne para mayor gloria de los aficionados. Un trabajo comprensible tan sólo como extensión de los conflictos establecidos en las entregas previas, cuya acción retoma prácticamente sin introducción alguna. Apéndice, como decía, que opta por la depuración última del hueso del conflicto pero a través del exceso de su léxico, reflejado en un metraje que se aproxima a las tres horas. Y aún con los lógicos recelos que despierten estas decisiones, es razonable indicar que la película emerge airosa, aunando sus virtudes en la carismática figura del rostro impasible de Keanu Reeves (elevado aquí por ese enigmático contrapunto que es Donnie Yen). Un estoico antihéroe resignado a avanzar hacia delante, en un ejercicio de funambulismo permanente sobre la condición de mártir. Una figura en pleno control de su fisicidad, entregado a una rutina diaria de persecuciones, escaramuzas y confrontaciones.
El argumento es mínimo, y Stahelski estructura el filme alrededor de tres apabullantes bloques de acción en una ciudad diferente, articulados de set-pieces dignas de elogio. Batallas ejemplares que aprovechan al máximo el potencial estético de sus localizaciones, sirviéndose de planos abiertos y una escasa fragmentación por montaje. Violencia demente que nunca se ve tentada a alterar la velocidad natural de las tomas, y que incluso se permite jugar con la altura de la cámara en tomas en movimiento sobre habitaciones sin corte alguno. Disparo raso y Kung-Fu acompañado de manera orgánica de músicas electrónicas, o incluso remixes de melodías clásicas. Un viaje que se sirve de objetos urbanos o elementos iconográficos de nuestra realidad, extendiendo la singular mitología de la saga. Una mitología de reciclaje de tradiciones señoriales europeas para perfilar los rígidos protocolos de un mundo de sociedades secretas que asesina sin discreción. Cuadros, libreas, trajes, hoteles y ritos centenarios. Elegancia y tejido de clanes para un mundo absolutamente ficticio, donde la violencia se torna rutina y pierde su significado.
John Wick 4 adolece de tenerse en demasiada estima, y de buscar reírse de sí misma y apelar con su congoja al mismo tiempo. Exhibe autoconsciencia, marcada por el absurdo inherente a la exageración de múltiples momentos, pero recalca cada pocos minutos la afectación trágica de la odisea de su cruzado. La trama se reduce, pero sigue estando, y sus correspondientes diálogos o perfiles interpretativos apelan por igual a la astracanada que al énfasis trascendente del cine de superhéroes. Sus escenas de acción son hipnóticas, pero la abundancia de ellas y sus similitudes en concepción conllevan una monotonía agotadora. Su humor refuerza su faceta juguetona de divertimento sin pretensiones, y su afán de anticipar y concluir conflictos con declamaciones orales pomposas arruinan cualquier ligereza. El filme bascula permanentemente entre la sublimación y el auto-sabotaje.
La estilización lúdica de la violencia es una vía cinematográfica prolífica, y tras las cátedras sentadas desde Asia en los años ochenta y noventa bien está que series populares como esta prolonguen ese anhelo plástico. El despliegue técnico de John Wick 4, así como su compromiso con una filosofía narrativa que tan fácil puede conllevar el rechazo de tantos espectadores, son noticias positivas. Pero todos aquellos que no conozcan las películas anteriores, o que no comulguen de manera acrítica con sus registros, se encontraran aquí perdidos sin posibilidad de brújula.
Un festival hiperbólico de artes marciales y tiroteos deudor de múltiples tradiciones cinematográficas que revitaliza los últimos ecos de Matrix y reivindica la figura de las coreografías en tomas generales y los especialistas de acción, que entrega aquí su crepuscular despedida en forma de elevación a la máxima potencia. Una entrega vigorosa, apesadumbrada y técnicamente encomiable, que brilla en muchas de las facetas que exhibe y logra gran parte de sus objetivos, pero se muestra indeterminada calibrando sus rasgos tonales.
La tradición del cine de artes marciales asiático se da la mano con reminiscencias del spaghetti western y rasgos visuales del neo-noir, aderezado del exotismo internacional del cine de espionaje y de paletas cromáticas que pudieran mirarse en los devaneos de ciencia ficción de Villeneuve o en las abstracciones de neón de Nicolas Winding Refn (cabe incluso un guiño a David Lean). Un minimalista relato depurado hasta el arquetipo, con antihéroes en su núcleo devenidos figuras mitológicas, que se encomienda con entregado desempeño técnico a la máxima pirueta física, devenida abstracción de festiva coreografía de puños, llaves, disparos y cuchillos.
Una extensión, en suma, de lo planteado en las tres entregas anteriores, exacerbado aquí como canto de cisne solemne para mayor gloria de los aficionados. Un trabajo comprensible tan sólo como extensión de los conflictos establecidos en las entregas previas, cuya acción retoma prácticamente sin introducción alguna. Apéndice, como decía, que opta por la depuración última del hueso del conflicto pero a través del exceso de su léxico, reflejado en un metraje que se aproxima a las tres horas. Y aún con los lógicos recelos que despierten estas decisiones, es razonable indicar que la película emerge airosa, aunando sus virtudes en la carismática figura del rostro impasible de Keanu Reeves (elevado aquí por ese enigmático contrapunto que es Donnie Yen). Un estoico antihéroe resignado a avanzar hacia delante, en un ejercicio de funambulismo permanente sobre la condición de mártir. Una figura en pleno control de su fisicidad, entregado a una rutina diaria de persecuciones, escaramuzas y confrontaciones.
El argumento es mínimo, y Stahelski estructura el filme alrededor de tres apabullantes bloques de acción en una ciudad diferente, articulados de set-pieces dignas de elogio. Batallas ejemplares que aprovechan al máximo el potencial estético de sus localizaciones, sirviéndose de planos abiertos y una escasa fragmentación por montaje. Violencia demente que nunca se ve tentada a alterar la velocidad natural de las tomas, y que incluso se permite jugar con la altura de la cámara en tomas en movimiento sobre habitaciones sin corte alguno. Disparo raso y Kung-Fu acompañado de manera orgánica de músicas electrónicas, o incluso remixes de melodías clásicas. Un viaje que se sirve de objetos urbanos o elementos iconográficos de nuestra realidad, extendiendo la singular mitología de la saga. Una mitología de reciclaje de tradiciones señoriales europeas para perfilar los rígidos protocolos de un mundo de sociedades secretas que asesina sin discreción. Cuadros, libreas, trajes, hoteles y ritos centenarios. Elegancia y tejido de clanes para un mundo absolutamente ficticio, donde la violencia se torna rutina y pierde su significado.
John Wick 4 adolece de tenerse en demasiada estima, y de buscar reírse de sí misma y apelar con su congoja al mismo tiempo. Exhibe autoconsciencia, marcada por el absurdo inherente a la exageración de múltiples momentos, pero recalca cada pocos minutos la afectación trágica de la odisea de su cruzado. La trama se reduce, pero sigue estando, y sus correspondientes diálogos o perfiles interpretativos apelan por igual a la astracanada que al énfasis trascendente del cine de superhéroes. Sus escenas de acción son hipnóticas, pero la abundancia de ellas y sus similitudes en concepción conllevan una monotonía agotadora. Su humor refuerza su faceta juguetona de divertimento sin pretensiones, y su afán de anticipar y concluir conflictos con declamaciones orales pomposas arruinan cualquier ligereza. El filme bascula permanentemente entre la sublimación y el auto-sabotaje.
La estilización lúdica de la violencia es una vía cinematográfica prolífica, y tras las cátedras sentadas desde Asia en los años ochenta y noventa bien está que series populares como esta prolonguen ese anhelo plástico. El despliegue técnico de John Wick 4, así como su compromiso con una filosofía narrativa que tan fácil puede conllevar el rechazo de tantos espectadores, son noticias positivas. Pero todos aquellos que no conozcan las películas anteriores, o que no comulguen de manera acrítica con sus registros, se encontraran aquí perdidos sin posibilidad de brújula.
24 de marzo de 2023
24 de marzo de 2023
66 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante el pase (18:00 en punto, aunque el filme en sí empezó más tarde por los típicos anuncios y tráilers) de esta John Wick 4 no pude evitar pensar en como maneja Keanu Reeves una dualidad en él mismo. Por un lado, tenemos a la persona, un hombre que derrocha sabiduría cuando se pone a reflexionar ("los que nos quieren nos echarán de menos", respondió a Stephen Colbert ante la pregunta de este de que pasa cuando morimos, algo que me gustó por la forma de expresarlo) y humilde a pesar de haber ganado millones de dólares durante su larga trayectoria; por el otro, tenemos a John Wick, un mercader de la muerte metido a antihéroe al que como lo pilles con el día torcido más vale que tengas el testamento preparado. Es esa dualidad una de las cosas que más me llaman la atención de este actor, la capacidad de llevar a la vida a tal personaje intimidando a sus enemigos y al mismo público cuando en su vida diaria es alguien totalmente distinto.
Quedaba una bala más en la recámara (en principio iban a ser dos, pero parece que decidieron unir dos tramas en una sola película) donde ver al humilde y sabio Keanu convertido en uno de los asesinos a sueldo más temibles que jamás hayan pisado este planeta, y veníamos de una entrega que, personalmente, me parecía un poco redundante, si bien permitía conocer más allá del mundillo que rodeaba a John Wick mientras este se encargaba de ir dando la baja a lo salvaje a quien se le pusiera por delante.
Aún con el recuerdo un poquito agridulce de la anterior, venía con muchas esperanzas para esta cuarta que prometía ser el final antes de empezar a presentar los spin-off que deberían venir en un futuro no demasiado lejano. Y mis esperanzas han sido colmadas, aún cuando sabía que iba a ver tiros, y peleas a muerte en su inmensa mayoría, pero las secuencias de acción de esta saga son, sin duda, una maravilla para la vista por lo excelentemente coreografiadas que están y aquí va a haber para dar y tomar casi desde el primer minuto. Sin duda, hay que verla en pantalla grande para apreciarla en todo su potencial.
Más allá de la esperada dosis de acción a diestro y siniestro en los que tenemos envueltos a gente como Hiroyuki Sanada (actor de una presencia corriente, pero imponente a su vez, cosa muy difícil de equilibrar), Donnie Yen aportando hostias y algunas ingeniosas secuencias cómicas o un irreconocible Scott Adkins con un personaje que puede ser fácilmente sobrestimado, pero una vez que explota sus cualidades desde luego que no está por estar, tenemos una historia que a pesar de su duración de casi tres horas está cuidado y no da pasos en falso. Siempre hay tramos más fuertes y otros más flojos, pero creo que sobrar no sobra apenas nada. A veces se recrea demasiado en según que secuencias, aunque es algo que para los iniciados en John Wick ya podemos contar con eso.
Sin duda, eso sí, el mejor secundario de todos es el perro de Don Nadie, ese perro merece su propia película o serie.
No quiero olvidarme de una presencia especial como es la de Lance Reddick, un actor al que mayormente conocía de estas películas y del que, no obstante, sobrecoge verle en pantalla sabiendo que ya no lo veremos más ni aquí ni en ninguna otra cosa. No he sido el mayor seguidor de su carrera, pero su presencia en esta saga ha sido tan importante y valiosa como el del mismo Keanu Reeves aportando un toque de distinción y eficiencia como el conserje Charon. Que en paz descanse.
Curradas secuencias de acción, una historia ejecutada casi sin brechas y una fotografía al nivel de entregas anteriores, aumentando más el nivel de lo que esté pasando entre los personajes, hacen de esta cuarta parte un regreso al listón que pusieron 'John Wick (otro día para matar') y 'John Wick: Pacto de sangre', un listón en el que se saca grandes cantidades de rédito con tramas centradas en la acción y en la muerte. Con sus créditos finales, y su escena post-créditos, se da el broche de oro a una saga que ha vuelto a poner el género de acción en un lugar de honor cuando ya había pasado la edad de oro de los 80 y 90 y ya se tenían pocos baluartes como Jason Statham, Dwayne Johnson o el mismo Scott Adkins.
Lo que muestren los futuros spin-off y si pueden llegar a ser tan notables como lo ha sido esta tetralogía es algo que ya se verá cuando llegue el momento.
Quedaba una bala más en la recámara (en principio iban a ser dos, pero parece que decidieron unir dos tramas en una sola película) donde ver al humilde y sabio Keanu convertido en uno de los asesinos a sueldo más temibles que jamás hayan pisado este planeta, y veníamos de una entrega que, personalmente, me parecía un poco redundante, si bien permitía conocer más allá del mundillo que rodeaba a John Wick mientras este se encargaba de ir dando la baja a lo salvaje a quien se le pusiera por delante.
Aún con el recuerdo un poquito agridulce de la anterior, venía con muchas esperanzas para esta cuarta que prometía ser el final antes de empezar a presentar los spin-off que deberían venir en un futuro no demasiado lejano. Y mis esperanzas han sido colmadas, aún cuando sabía que iba a ver tiros, y peleas a muerte en su inmensa mayoría, pero las secuencias de acción de esta saga son, sin duda, una maravilla para la vista por lo excelentemente coreografiadas que están y aquí va a haber para dar y tomar casi desde el primer minuto. Sin duda, hay que verla en pantalla grande para apreciarla en todo su potencial.
Más allá de la esperada dosis de acción a diestro y siniestro en los que tenemos envueltos a gente como Hiroyuki Sanada (actor de una presencia corriente, pero imponente a su vez, cosa muy difícil de equilibrar), Donnie Yen aportando hostias y algunas ingeniosas secuencias cómicas o un irreconocible Scott Adkins con un personaje que puede ser fácilmente sobrestimado, pero una vez que explota sus cualidades desde luego que no está por estar, tenemos una historia que a pesar de su duración de casi tres horas está cuidado y no da pasos en falso. Siempre hay tramos más fuertes y otros más flojos, pero creo que sobrar no sobra apenas nada. A veces se recrea demasiado en según que secuencias, aunque es algo que para los iniciados en John Wick ya podemos contar con eso.
Sin duda, eso sí, el mejor secundario de todos es el perro de Don Nadie, ese perro merece su propia película o serie.
No quiero olvidarme de una presencia especial como es la de Lance Reddick, un actor al que mayormente conocía de estas películas y del que, no obstante, sobrecoge verle en pantalla sabiendo que ya no lo veremos más ni aquí ni en ninguna otra cosa. No he sido el mayor seguidor de su carrera, pero su presencia en esta saga ha sido tan importante y valiosa como el del mismo Keanu Reeves aportando un toque de distinción y eficiencia como el conserje Charon. Que en paz descanse.
Curradas secuencias de acción, una historia ejecutada casi sin brechas y una fotografía al nivel de entregas anteriores, aumentando más el nivel de lo que esté pasando entre los personajes, hacen de esta cuarta parte un regreso al listón que pusieron 'John Wick (otro día para matar') y 'John Wick: Pacto de sangre', un listón en el que se saca grandes cantidades de rédito con tramas centradas en la acción y en la muerte. Con sus créditos finales, y su escena post-créditos, se da el broche de oro a una saga que ha vuelto a poner el género de acción en un lugar de honor cuando ya había pasado la edad de oro de los 80 y 90 y ya se tenían pocos baluartes como Jason Statham, Dwayne Johnson o el mismo Scott Adkins.
Lo que muestren los futuros spin-off y si pueden llegar a ser tan notables como lo ha sido esta tetralogía es algo que ya se verá cuando llegue el momento.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here