Venga JuanMiniserie
2021 

Diego San José (Creador), Víctor García León ...
7,0
3.003
Serie de TV. Comedia
Continuación de 'Vota Juan' (2019) y 'Vamos Juan' (2020) que sigue al político Juan Carrasco. En esta tercera entrega, Juan ha llegado al pico más alto de su carrera. Gracias a las puertas giratorias, tiene un despacho espectacular, ha adelgazado diez kilos y, sobre todo, tiene pelo. En la nueva vida de Juan hay espacio para muchas cosas, pero no para su mujer Paula, su hija Eva y su antigua jefa de prensa, Macarena. Todo se viene abajo ... [+]
12 de enero de 2022
12 de enero de 2022
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que decir que esta tercera temporada me parece una auténtica genialidad. Como el personaje de Juan (Javier Cámara) ha ido pasando en cada temporada por una fase diferente de la política española. Primero la fase de escalada política y salto a la fama (Vamos Juan), luego la crisis política y la fundación de un nuevo partido (Vota Juan) y en esta ocasión, como parece que ocurre cada vez con más políticos españoles, la corrupción.
En este marco nos sitúa esta temporada, con la tríada política inicial separada; cada uno por su lado viviendo una vida tranquila. Justo en ese momento de paz, como debe ocurrir en la política real, todo estalla: una llamada, unos papeles, un nombre aparece, etc. Y es ahí cuando el humor de la serie se vuelve genial. Es imposible no ver las similitudes entre Juan y numerosos políticos corruptos de nuestro país. Evidentemente hay crítica, pero es todo principalmente comedia. Este personaje tragicómico que es Juan queda a veces tan ridículo que, por momentos, casi empatizas con él.
Javier Cámara está brillante, al igual que los secundarios, con una María Pujalte también soberbia. De las mejores comedias nacionales que puedes encontrar, con un buen cierre. Una sátira de la política española muy acertada y que sin duda, te hará reír.
En este marco nos sitúa esta temporada, con la tríada política inicial separada; cada uno por su lado viviendo una vida tranquila. Justo en ese momento de paz, como debe ocurrir en la política real, todo estalla: una llamada, unos papeles, un nombre aparece, etc. Y es ahí cuando el humor de la serie se vuelve genial. Es imposible no ver las similitudes entre Juan y numerosos políticos corruptos de nuestro país. Evidentemente hay crítica, pero es todo principalmente comedia. Este personaje tragicómico que es Juan queda a veces tan ridículo que, por momentos, casi empatizas con él.
Javier Cámara está brillante, al igual que los secundarios, con una María Pujalte también soberbia. De las mejores comedias nacionales que puedes encontrar, con un buen cierre. Una sátira de la política española muy acertada y que sin duda, te hará reír.
5 de febrero de 2022
5 de febrero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Vota Juan" era el comienzo de lo que parecía ser una serie de comedia, donde las situaciones se enrevesaban de una manera que el espectador no podía más que reír o llorar. Porque cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. En esta tercera temporada "Venga Juan", la comedia se aparta a un lado como ya lo fue haciendo en su segunda temporada "Vamos Juan". Aunque conserva en los personajes de Javier Cámara y Esty Quesada esas sonrisas cómplices, porque en ellos la vis cómica es muy potente. Esta serie tiene tres puntos a su favor : el reparto, el guion y el ritmo.
El reparto es colosal, la química existente entre Javier Cámara y María Pujalte traspasa la pantalla, sus frases, sus silencios, sus miradas, ese quiero pero no puedo. Pero hay que destacar por encima de todo a Javier Cámara que rezuma ingenuidad, torpeza e ignorancia a raudales. Es un personaje que aún siendo mezquino, no puedes llegar a odiarlo.
El guion entremezcla la comedia, con la ironía con momentos dramáticos a la perfección. El último capítulo de esta temporada más que una serie, podría ser una película en sí mismo. Es fantástico.
"Venga Juan" lleva un ritmo constante, no se hace aburrida de ninguna de las maneras y aunque no se pueden comparar, pero es inevitable que "Venga Juan" quizás beba de la película "El Reino" de Rodrigo Sorogoyen, aunque aquí no hace falta ningún Antonio de la Torre, porque ya está Javier Cámara para dar demostrar que su talento es inconmensurable aunque proceda del mismo Logroño.
Para quien guste de entresijos políticos, a veces podría decir que es una mezcla de "House of cards" sumado a "Paquita Salas". Muy recomendable.
El reparto es colosal, la química existente entre Javier Cámara y María Pujalte traspasa la pantalla, sus frases, sus silencios, sus miradas, ese quiero pero no puedo. Pero hay que destacar por encima de todo a Javier Cámara que rezuma ingenuidad, torpeza e ignorancia a raudales. Es un personaje que aún siendo mezquino, no puedes llegar a odiarlo.
El guion entremezcla la comedia, con la ironía con momentos dramáticos a la perfección. El último capítulo de esta temporada más que una serie, podría ser una película en sí mismo. Es fantástico.
"Venga Juan" lleva un ritmo constante, no se hace aburrida de ninguna de las maneras y aunque no se pueden comparar, pero es inevitable que "Venga Juan" quizás beba de la película "El Reino" de Rodrigo Sorogoyen, aunque aquí no hace falta ningún Antonio de la Torre, porque ya está Javier Cámara para dar demostrar que su talento es inconmensurable aunque proceda del mismo Logroño.
Para quien guste de entresijos políticos, a veces podría decir que es una mezcla de "House of cards" sumado a "Paquita Salas". Muy recomendable.
8 de febrero de 2022
8 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
38/38(31/01/22) Gran soplo de aire fresco esta serie española creada por Diego San José poseedor de un sentido del humor ingenioso, sabiendo dotar de gran mordacidad a sus trabajos, ya desde el programa sketches “Vaya semanita”, y que ha continuado con los films “Pagafantas” o “Fe de etarras”. Esta es la tercera y al parecer última temporada de las andanzas de este peculiar político arribista José Carrasco (Ahora sin calva), al que da vida de forma sensacional un Javier Cámara, un gañán ambicioso, hedonista, mujeriego, rata, que no se sabe de sus ideas políticas, pero sí de sus ansias de medrar, espectacular como es capaz de proyectar ternura con un rol de truhan superviviente, ahora más nostálgico, más introspectivo, más frágil, Homérico. Siguiendo en cada temporada una fase clásica, en la primera el ascenso, en la segunda la llegada a la cima, y en esta cual tragedia griega, la caída en desgracia, como buen perdedor. Serie que tiene su germen en un piloto “Aupa Josu” que se quedó en eso, protagonizado por Carlos Areces, pero que sirvió como esbozo para esta trilogía, “Vamos Juan” (2019), “Vota Juan” (2020) y este canto del cisne “Venga Juan” (2021), surtida de unos guiones brillantes (Diego San José, Víctor García León, Daniel Castro, Pablo Remón, Diego Soto y Pilar Palomero) en los que se hace una punzante sátira de la política patria, de su mezquindad, patetismo, manipulación, egoísmo, demagogia, y por supuesto la corrupción en que se centra esta última temporada, añadiéndose como los tentáculos del poder fáctico mueve no solo a la política, sino también a los manipulables medios de comunicación (algo que no por consabido es menos cierto). Ello con gags divertidísimos que juegan con un formidable repertorio de estilos caricaturizando las hediondas puertas giratorias en que se montan los politicuchos, ello como epítome a este mindundi de aspirante a ser alguien en la política, deconstruyendo las miserias humanas en un desarrollo en que nos embarcan en una especie de carrera contrarreloj de Juan carrasco por escapar a la cárcel, donde cada episodio es un día de la semana. Los momentos delirantes son infinidad, con tramos de auténtica maestría en la comedia, haciendo brotar desde muecas de sonrisas, hasta carcajadas, ello con un ritmo trepidante, sobre todo en esta temporada, donde se hacen chanzas de la eterna corrupción política, pero siempre desde el filtro bizarro del creador, sabiendo dotar de humanidad (en esta temporada aún más) a este amoral tipo que ahora solo busca poder escapar de entrar en prisión.
En esta tercera entrega, Juan ha llegado al pico más alto de su carrera. Gracias a las puertas giratorias, tiene un despacho espectacular en una empresa energética (suena a algún político real?), ha adelgazado diez kilos, tiene un bronceado exagerado, pero sobre todo (para su ego), tiene pelo. En la nueva vida de Juan hay espacio para muchas cosas, tiene una espléndida casa de diseño, se acuesta con mujeres que no son la suya, tiene de vecino a Chayanne (en realidad Carlos Baute). Ha dado de lado a su mujer Paula (ya solo espera firme los papeles de divorcio Juan), su hija Eva (ahora sexualmente fluida ¿?) y a su antigua jefa de prensa, Macarena. Todo se viene abajo cuando reaparece en su vida lo único de lo que nadie se puede librar nunca: Logroño. Unos papeles que involucran a Juan en una trama de corrupción municipal marcan el pistoletazo de salida para evitar su ingreso en prisión. Una huida frenética para borrar su pasado en Logroño.
Sumándose un reguero de secundarios fabuloso, en este caso desde un descacharrante genial Manolo Solo (como corruptor arrollador en su carácter), un carismático Ramón Barea (como el suegro que se regodea en la inquina que tiene a su yerno , ello durante una tensa y cortante cena), o el argentino Eduardo Blanco dando vida al embajador argentino en un episodio descacharrante (esa alegoría del puma); y por supuesto los clásicos de la serie (en esta temporada con menos peso que en las anteriores), empezando por la excelente María Pujalte como la voz de la cordura, manteniendo una química chispeante con Cámara, dedicándole la serie el último capítulo al pasado de cómo se conocieron Juan y ella; Adam Jezierski como el fiel secretario de Juan, y sufridor de sus desmanes; Yaël Belicha como la mujer de Juan, padeciendo sus infidelidades en este caso mientras espera firme el divorcio; Esty Quesada como la oronda y flemática hija de Juan, muy jocosa; Joaquín Climent como especie de Mago de Oz que mueve los hilos entre bambalinas, que es aterrador en cada una de sus siniestras apariciones, tremendo; y Cristóbal Suárez como el galán de la política Recalde, un bastardo hipócrita siempre con una sonrisa, me recuerda a cierto presidente que tenemos en la Moncloa (¿?).
El argumento sabe combinar con equilibrio el humor con los momentos tristes, siendo en esta temporada más profunda que las anteriores al adentrarse en los miedos y traumas del protagonista. Sobre los elementos de la corrupción que aparecen remiten indefectiblemente al PP, desde unos papeles de contabilidad B (los papeles de Bárcenas) con un nombre ‘J. Carrasco’ (genial como Juan da nombres posibles para la J), nos cuelan el ya manido ‘se fuerte’ (del sms de Rajoy a Bárcenas)siendo acertado y grácil como se rien de esto, no hubiera estado mal que también hubieran hecho coña con los múltiples casos de otros partidos, pues es muy reduccionista y partidista solo reírse de un lado, cual dando la impresión de que el otro es puro y sagrado, y esto resta.
En esta tercera entrega, Juan ha llegado al pico más alto de su carrera. Gracias a las puertas giratorias, tiene un despacho espectacular en una empresa energética (suena a algún político real?), ha adelgazado diez kilos, tiene un bronceado exagerado, pero sobre todo (para su ego), tiene pelo. En la nueva vida de Juan hay espacio para muchas cosas, tiene una espléndida casa de diseño, se acuesta con mujeres que no son la suya, tiene de vecino a Chayanne (en realidad Carlos Baute). Ha dado de lado a su mujer Paula (ya solo espera firme los papeles de divorcio Juan), su hija Eva (ahora sexualmente fluida ¿?) y a su antigua jefa de prensa, Macarena. Todo se viene abajo cuando reaparece en su vida lo único de lo que nadie se puede librar nunca: Logroño. Unos papeles que involucran a Juan en una trama de corrupción municipal marcan el pistoletazo de salida para evitar su ingreso en prisión. Una huida frenética para borrar su pasado en Logroño.
Sumándose un reguero de secundarios fabuloso, en este caso desde un descacharrante genial Manolo Solo (como corruptor arrollador en su carácter), un carismático Ramón Barea (como el suegro que se regodea en la inquina que tiene a su yerno , ello durante una tensa y cortante cena), o el argentino Eduardo Blanco dando vida al embajador argentino en un episodio descacharrante (esa alegoría del puma); y por supuesto los clásicos de la serie (en esta temporada con menos peso que en las anteriores), empezando por la excelente María Pujalte como la voz de la cordura, manteniendo una química chispeante con Cámara, dedicándole la serie el último capítulo al pasado de cómo se conocieron Juan y ella; Adam Jezierski como el fiel secretario de Juan, y sufridor de sus desmanes; Yaël Belicha como la mujer de Juan, padeciendo sus infidelidades en este caso mientras espera firme el divorcio; Esty Quesada como la oronda y flemática hija de Juan, muy jocosa; Joaquín Climent como especie de Mago de Oz que mueve los hilos entre bambalinas, que es aterrador en cada una de sus siniestras apariciones, tremendo; y Cristóbal Suárez como el galán de la política Recalde, un bastardo hipócrita siempre con una sonrisa, me recuerda a cierto presidente que tenemos en la Moncloa (¿?).
El argumento sabe combinar con equilibrio el humor con los momentos tristes, siendo en esta temporada más profunda que las anteriores al adentrarse en los miedos y traumas del protagonista. Sobre los elementos de la corrupción que aparecen remiten indefectiblemente al PP, desde unos papeles de contabilidad B (los papeles de Bárcenas) con un nombre ‘J. Carrasco’ (genial como Juan da nombres posibles para la J), nos cuelan el ya manido ‘se fuerte’ (del sms de Rajoy a Bárcenas)siendo acertado y grácil como se rien de esto, no hubiera estado mal que también hubieran hecho coña con los múltiples casos de otros partidos, pues es muy reduccionista y partidista solo reírse de un lado, cual dando la impresión de que el otro es puro y sagrado, y esto resta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por cierto, varios de los capítulos han sido dirigidos por el propio Javier Cámara, ya lo hizo en la temporada anterior, con el gran episodio del viaje capilar a Estambul. En esta temporada dirige un buenísimo capítulo cuando va Juan a pedir asilo político a la embajada argentina, encontrándose allí con un singular embajador embatado en la figura de un sobresaliente Eduardo Blanco, manteniendo entre los dos un tour de forcé extraordinario, donde el vencedor es el espectador que disfruta con ese choque de trenes, transpirando una fascinante melancolía entre ambos; También me viene a la memoria otro abracadabrante duelo actoral cuando Juan visita a Caminero, encarnado por un desbordante Manolo Solo, otro enfrentamiento de Titanes donde los diálogos entre ambos son maravillosos.
Serie para el recuerdo, a la que le puedo echar en falta que nunca quiere entrar en temas de ideas políticas concretas, en este aspecto es aséptica. Fuerza y honor!!!
Serie para el recuerdo, a la que le puedo echar en falta que nunca quiere entrar en temas de ideas políticas concretas, en este aspecto es aséptica. Fuerza y honor!!!
7 de enero de 2022
7 de enero de 2022
3 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie que bien podría calificarse de Reality al mas puro estilo Gran Hermano, pero con políticos reales y actuales. Lo mejor: la actuación de la vasca gorda maketa, (Esty Quesada), que dijo que "había que matar españoles de vox", así se premian entre elles...
Lo peor: que todo lo que sale, es verdad...
Mala como para ver zarzuela en su lugar.
Lo peor: que todo lo que sale, es verdad...
Mala como para ver zarzuela en su lugar.
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