The Monkey
5,3
2.951
Terror. Comedia
Cuando los gemelos Hal y Bill descubren el antiguo mono de juguete de su padre en el ático, una serie de truculentas muertes comienzan a ocurrir a su alrededor. Los hermanos deciden tirar el mono y continuar con sus vidas, distanciándose con el paso de los años. Pero cuando las misteriosas muertes vuelven a sucederse, los hermanos deberán reunirse para destruir el mono antes de que acabe con las vidas de todos a su alrededor. (FILMAFFINITY) [+]
15 de febrero de 2025
15 de febrero de 2025
74 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stephen King.
James Wan.
El director de 'Longlegs'... coletilla que probablemente acabe definiendo y resumiendo la carrera de Oz Perkins, tanto para bien como es posible que sobre todo para mal, dado que no se trata ni de su mejor película... ni de tan siquiera una buena película. 'The Monkey' por contra sí se puede considerar buena, y además, también, su mejor película; cuanto menos, la más disfrutable. Y en este caso se trata de eso, precisamente: De disfrutar. Y de que salpique.
De una película gamberreta con ganas de marcha, disfrutona y revestida de ese espíritu de serie B lúdico, juguetón y sangriento de las primeras de 'Destino final', referencia no del todo exacta aunque tampoco desencaminada, antes de que la industria del entretenimiento hiciera que ahora este tipo de producciones se parezcan demasiado a menudo a un mal Big Mac con patatas fritas.
Según Stephen King, el equivalente literario a un Big Mac con patatas fritas sería él mismo, por más que cueste de aceptar cuando King, al igual que Perkins o ya puestos también Wan, tienen vocación de chef. Es cierto que 'The Monkey' puede saber a poco, máxime cuando se muestra tan alejada de lo franquiciable; no deja de ser un relato corto, de una vulgar gracieta de medianoche.
De una gracieta, o más bien una travesura (detrás de otra) que exige poco más que la complicidad del espectador. Como si eso fuera poca cosa. O como si una buena hamburguesa con patatas fritas no pudiera ser una delicatessen. O no pudiera dejar huella como sin ir más lejos, lo hicieran las películas de 'Destino final' antes del 3D nada que no alejó a la saga del perro del hortelano.
'The Monkey' recuerda a las adaptaciones de King que se hacían en los 80 y 90; a las malas, por su sencillez y pragmatismo carente de ambición; a las buenas, por el cariño y respeto hacia la obra del autor. King se equivocó al compararse con algo tan concreto, inamovible e impersonal como un Big Mac cuando lo tenía que haber hecho con una simple (pero deliciosa) hamburguesa.
Una hamburgesa sabrosa, de esas "caseras" -por no llamarlas "de autor"- que rara vez no entran bien, y con las que aún más rara vez no apetece repetir. 'The Monkey' es, gilipolleces al margen, una película tan sencilla como efectiva, tan juguetona como divertida. Me gusta imaginarme a este tipo de pelis como ese amigo con el que sales de copas y a comerte el mundo abrazado.
De una peli que yo suelo tildar "de compadre", que se te arrejunta tan sólo para salir de fiesta y echarse unas risas. Sí, todo el mundo muere y es una putada. Por eso mismo, hay que disfrutar mientras se pueda. Y 'The Monkey' es ese "mientras se pueda" que tan bien entienden King, Wan y por lo visto, también un Perkins que ahora sí, se pliega al espectador antes que a sí mismo.
Es, junto a su indudable personalidad, su deliciosa mala leche, su brutalidad genérica y un puñado de alegres animadoras lo que sin duda marca claramente el territorio y hacen de 'The Monkey' un gozoso referente automático "a lo 'Destino final'" de mucho más provecho, calado e interés que el hueco y estéril postureo de 'Longlegs': Esta es para vosotros, sanguinarios jugadores.
James Wan.
El director de 'Longlegs'... coletilla que probablemente acabe definiendo y resumiendo la carrera de Oz Perkins, tanto para bien como es posible que sobre todo para mal, dado que no se trata ni de su mejor película... ni de tan siquiera una buena película. 'The Monkey' por contra sí se puede considerar buena, y además, también, su mejor película; cuanto menos, la más disfrutable. Y en este caso se trata de eso, precisamente: De disfrutar. Y de que salpique.
De una película gamberreta con ganas de marcha, disfrutona y revestida de ese espíritu de serie B lúdico, juguetón y sangriento de las primeras de 'Destino final', referencia no del todo exacta aunque tampoco desencaminada, antes de que la industria del entretenimiento hiciera que ahora este tipo de producciones se parezcan demasiado a menudo a un mal Big Mac con patatas fritas.
Según Stephen King, el equivalente literario a un Big Mac con patatas fritas sería él mismo, por más que cueste de aceptar cuando King, al igual que Perkins o ya puestos también Wan, tienen vocación de chef. Es cierto que 'The Monkey' puede saber a poco, máxime cuando se muestra tan alejada de lo franquiciable; no deja de ser un relato corto, de una vulgar gracieta de medianoche.
De una gracieta, o más bien una travesura (detrás de otra) que exige poco más que la complicidad del espectador. Como si eso fuera poca cosa. O como si una buena hamburguesa con patatas fritas no pudiera ser una delicatessen. O no pudiera dejar huella como sin ir más lejos, lo hicieran las películas de 'Destino final' antes del 3D nada que no alejó a la saga del perro del hortelano.
'The Monkey' recuerda a las adaptaciones de King que se hacían en los 80 y 90; a las malas, por su sencillez y pragmatismo carente de ambición; a las buenas, por el cariño y respeto hacia la obra del autor. King se equivocó al compararse con algo tan concreto, inamovible e impersonal como un Big Mac cuando lo tenía que haber hecho con una simple (pero deliciosa) hamburguesa.
Una hamburgesa sabrosa, de esas "caseras" -por no llamarlas "de autor"- que rara vez no entran bien, y con las que aún más rara vez no apetece repetir. 'The Monkey' es, gilipolleces al margen, una película tan sencilla como efectiva, tan juguetona como divertida. Me gusta imaginarme a este tipo de pelis como ese amigo con el que sales de copas y a comerte el mundo abrazado.
De una peli que yo suelo tildar "de compadre", que se te arrejunta tan sólo para salir de fiesta y echarse unas risas. Sí, todo el mundo muere y es una putada. Por eso mismo, hay que disfrutar mientras se pueda. Y 'The Monkey' es ese "mientras se pueda" que tan bien entienden King, Wan y por lo visto, también un Perkins que ahora sí, se pliega al espectador antes que a sí mismo.
Es, junto a su indudable personalidad, su deliciosa mala leche, su brutalidad genérica y un puñado de alegres animadoras lo que sin duda marca claramente el territorio y hacen de 'The Monkey' un gozoso referente automático "a lo 'Destino final'" de mucho más provecho, calado e interés que el hueco y estéril postureo de 'Longlegs': Esta es para vosotros, sanguinarios jugadores.
15 de febrero de 2025
15 de febrero de 2025
44 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los seguidores del humor macabro se van a echar unas risas con la rocambolesca comedia negra que Oz Perkins ha sacado de un relato de Stephen King, al cual adapta libremente.
La cinta es una serie b cutre repleta de gore, una fiesta del espagueti, una ensalada de vísceras. La historia va de un mono de juguete maldito que mata gente indistintamente cada vez que se pone a tocar su tambor, como si fuese la mismísima muerte con la guadaña. Theo James interpreta a unos gemelos cuyas vidas han estado ligada a dicho mono, por lo que han crecido observando la indiscriminada matanza, tan absurda y aleatoria. Por tanto, la historia es una sucesión de muertes extravagantes y frívolos comentarios que buscan desternillarse junto al público del infinito sinsentido de la muerte, que a todos llega y a todos se lleva, sin marginar a nadie.
La travesura está bien para un rato con los colegas, pero su simpleza le pasa factura, en todos los aspectos. Se echan en falta efectos realizados a mano, pues los digitales cantan más de lo que toca el mono. Los gags están bien pero su cohesión es prácticamente nula, de hecho la película tiene problemas de ritmo. La historia es tan simple como suena, no busques nada más. Malas actuaciones, aunque puede que esa sea parte de la gracia. No destaca ningún aspecto en concreto más que en la sucesión de muertes a lo ‘Destino final’. Al menos es corta, punto a favor.
Si sabes a lo que vas, puede divertir un rato nocturno.
La cinta es una serie b cutre repleta de gore, una fiesta del espagueti, una ensalada de vísceras. La historia va de un mono de juguete maldito que mata gente indistintamente cada vez que se pone a tocar su tambor, como si fuese la mismísima muerte con la guadaña. Theo James interpreta a unos gemelos cuyas vidas han estado ligada a dicho mono, por lo que han crecido observando la indiscriminada matanza, tan absurda y aleatoria. Por tanto, la historia es una sucesión de muertes extravagantes y frívolos comentarios que buscan desternillarse junto al público del infinito sinsentido de la muerte, que a todos llega y a todos se lleva, sin marginar a nadie.
La travesura está bien para un rato con los colegas, pero su simpleza le pasa factura, en todos los aspectos. Se echan en falta efectos realizados a mano, pues los digitales cantan más de lo que toca el mono. Los gags están bien pero su cohesión es prácticamente nula, de hecho la película tiene problemas de ritmo. La historia es tan simple como suena, no busques nada más. Malas actuaciones, aunque puede que esa sea parte de la gracia. No destaca ningún aspecto en concreto más que en la sucesión de muertes a lo ‘Destino final’. Al menos es corta, punto a favor.
Si sabes a lo que vas, puede divertir un rato nocturno.
27 de febrero de 2025
27 de febrero de 2025
26 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es muy mala, ni siquiera como comedia se puede salvar, y eso que arranca bien. Pero los últimos 20 minutos son TAN malos, pero TAN, TAN malos, que estuve a punto de levantarme y abandonar la sala de cine. Ni siquiera funciona como parodia, película absurda, comedia negra o como una historia que no se toma en serio a sí misma. Falla en todo. Desde el momento en que los niños crecen, deja de ser entretenida. Las actuaciones son horribles, no hay el más mínimo esfuerzo en construir bien los personajes, los diálogos son pésimos y la historia no tiene un solo punto interesante. Nada. Es la nada absoluta. Solo hay ejemplos de cosas mal hechas y mucha, pero muchísima, vergüenza ajena.
23 de febrero de 2025
23 de febrero de 2025
24 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Monkey, El Mono, la nueva película de Osgood Perkins, hijo del mítico Anthony Perkins, y director responsable de una de las peores películas de 2024. Y sí, me refiero a Longlegs…
Pero eh, estamos aquí para jugar, y no soy un tipo prejuicioso, así que me he apuntado a su nueva película de terror, en esta ocasión, una adaptación de un relato corto del maestro Stephen King, con el espeluznante mono de los platillos.
Bueno, aquí tiene un tambor, porque dicho personaje apareció en la maravillosa Toy Story 3, y los de Pixar patentaron al mono con los platillos, así que tuvieron que cambiar el susodicho instrumento, pero eh, también funciona el efecto de ver al cabroncete del macaco con sus baquetitas sembrando el caos…
En esta ocasión, la crítica no se ha entusiasmado tanto como con Longlegs, hasta el punto de que nadie ha dicho nada de clásico de culto, y lo más importante, nuevo hito del terror (¡Aleluya!). Una vez vista, se entiende, porque estamos ante un producto que reniega de la lentitud y pretenciosidad de Longlegs, apostando por un tono comercial, gamberro y que solo busca hacer un mal rato (o buen rato, según se mire) al espectador.
Y la pregunta es: ¿lo consigue? Pues estamos ante una comedia de terror sin miedo al ridículo, que abraza la locura sin mirar atrás, y que en ese aspecto se le puede aplaudir el riesgo, porque está claro que tienes que aceptar las reglas del juego, porque como vayas a ver una película de terror, ya te digo yo que vas a salir decepcionado, porque aquí lo único que hay es gore, mucho gore.
Y es que las muertes son explosivas, nunca mejor dicho, poniendo toda la carne en el asador para el deleite del público amante de los glóbulos rojos, pero eso es algo que ya hemos visto en otras producciones del género, sin ir más lejos, la de Destino Final, donde se jugaba al mismo juego, pero con mejores resultados, porque llegó antes, y porque las historias que nos contaban sí importaban. Bueno, al menos en las primeras entregas.
Y claro, eso hiere de muerte a esta The Monkey, porque no hay frescura, es un mono de juguete que toca el tambor y alguien muere de la forma más bestia posible, sin que la historia ni sus personajes nos interesen lo más mínimo, porque estamos aquí por la casquería, y el resto no vale un duro. Es por eso que sorprende que un sector de la crítica la haya aplaudido como un divertido festival gore, y luego las películas de Destino Final no sean dignas de tanto elogio, cuando fueron pioneras, y encima son mejores que una cinta que habremos olvidado mañana.
Porque esa es otra, esto se ha estrenado en cines, siendo otro éxito de terror gracias a su reducido presupuesto de 10 millones de dólares, cuando su destino final debería haber sido el estreno directo en plataforma, porque para un viernes noche con amigos te sirve, pero para pagar la entrada y estar en una sala de cine, no. Creo que ya es hora de hacer una criba y saber diferenciar que productos merecen ser vistos en los cines, y cuáles deberían irse directos a los hogares, y The Monkey, aunque traviesa, debería haber tenido ese destino.
Y es que ni la dirección de Perkins, ni el reparto, ni desde luego el guion, te confirman que estemos ante una buena película de terror, más bien ante un pasatiempo de usar y tirar, con unas muertes hilarantes, pero cuyo resto de elementos no se sustentan.
Sí, la película jamás se toma en serio a sí misma, y eso es algo que siempre defenderé y aplaudiré, pero aquí no les sale bien, porque te importa todo un pimiento, ningún personaje te atrapa, y cuando ves a tantos secundarios desubicados y de cachondeo, sabes que la idea de Perkins ha sido la de hacer una gran broma, solo que el resultado no ha tenido demasiada gracia. Y es que me quitas las muertes, y no hay quien se trague esto, siendo un episodio malo de Historias de la Cripta.
Me temo que si la crítica ha vuelto a aplaudir es porque es el mismo tipo de Longlegs, y se la debían por deleitarles con un somnífero que ya coqueteaba con el ridículo (hola, Nicolas Cage), pero está claro que esta vez Perkins ha querido hacer un producto mainstream, para contentar a las grandes audiencias, y que los adolescentes pasen un rato divertido. No me cabe duda que algunos lo harán, pero yo no he podido entrar. Y es que The Money es una entrega de Destino Final con mucha mala baba, pero también poco inspirada.
En fin, Perkins, la próxima será… o no.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
Pero eh, estamos aquí para jugar, y no soy un tipo prejuicioso, así que me he apuntado a su nueva película de terror, en esta ocasión, una adaptación de un relato corto del maestro Stephen King, con el espeluznante mono de los platillos.
Bueno, aquí tiene un tambor, porque dicho personaje apareció en la maravillosa Toy Story 3, y los de Pixar patentaron al mono con los platillos, así que tuvieron que cambiar el susodicho instrumento, pero eh, también funciona el efecto de ver al cabroncete del macaco con sus baquetitas sembrando el caos…
En esta ocasión, la crítica no se ha entusiasmado tanto como con Longlegs, hasta el punto de que nadie ha dicho nada de clásico de culto, y lo más importante, nuevo hito del terror (¡Aleluya!). Una vez vista, se entiende, porque estamos ante un producto que reniega de la lentitud y pretenciosidad de Longlegs, apostando por un tono comercial, gamberro y que solo busca hacer un mal rato (o buen rato, según se mire) al espectador.
Y la pregunta es: ¿lo consigue? Pues estamos ante una comedia de terror sin miedo al ridículo, que abraza la locura sin mirar atrás, y que en ese aspecto se le puede aplaudir el riesgo, porque está claro que tienes que aceptar las reglas del juego, porque como vayas a ver una película de terror, ya te digo yo que vas a salir decepcionado, porque aquí lo único que hay es gore, mucho gore.
Y es que las muertes son explosivas, nunca mejor dicho, poniendo toda la carne en el asador para el deleite del público amante de los glóbulos rojos, pero eso es algo que ya hemos visto en otras producciones del género, sin ir más lejos, la de Destino Final, donde se jugaba al mismo juego, pero con mejores resultados, porque llegó antes, y porque las historias que nos contaban sí importaban. Bueno, al menos en las primeras entregas.
Y claro, eso hiere de muerte a esta The Monkey, porque no hay frescura, es un mono de juguete que toca el tambor y alguien muere de la forma más bestia posible, sin que la historia ni sus personajes nos interesen lo más mínimo, porque estamos aquí por la casquería, y el resto no vale un duro. Es por eso que sorprende que un sector de la crítica la haya aplaudido como un divertido festival gore, y luego las películas de Destino Final no sean dignas de tanto elogio, cuando fueron pioneras, y encima son mejores que una cinta que habremos olvidado mañana.
Porque esa es otra, esto se ha estrenado en cines, siendo otro éxito de terror gracias a su reducido presupuesto de 10 millones de dólares, cuando su destino final debería haber sido el estreno directo en plataforma, porque para un viernes noche con amigos te sirve, pero para pagar la entrada y estar en una sala de cine, no. Creo que ya es hora de hacer una criba y saber diferenciar que productos merecen ser vistos en los cines, y cuáles deberían irse directos a los hogares, y The Monkey, aunque traviesa, debería haber tenido ese destino.
Y es que ni la dirección de Perkins, ni el reparto, ni desde luego el guion, te confirman que estemos ante una buena película de terror, más bien ante un pasatiempo de usar y tirar, con unas muertes hilarantes, pero cuyo resto de elementos no se sustentan.
Sí, la película jamás se toma en serio a sí misma, y eso es algo que siempre defenderé y aplaudiré, pero aquí no les sale bien, porque te importa todo un pimiento, ningún personaje te atrapa, y cuando ves a tantos secundarios desubicados y de cachondeo, sabes que la idea de Perkins ha sido la de hacer una gran broma, solo que el resultado no ha tenido demasiada gracia. Y es que me quitas las muertes, y no hay quien se trague esto, siendo un episodio malo de Historias de la Cripta.
Me temo que si la crítica ha vuelto a aplaudir es porque es el mismo tipo de Longlegs, y se la debían por deleitarles con un somnífero que ya coqueteaba con el ridículo (hola, Nicolas Cage), pero está claro que esta vez Perkins ha querido hacer un producto mainstream, para contentar a las grandes audiencias, y que los adolescentes pasen un rato divertido. No me cabe duda que algunos lo harán, pero yo no he podido entrar. Y es que The Money es una entrega de Destino Final con mucha mala baba, pero también poco inspirada.
En fin, Perkins, la próxima será… o no.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
24 de febrero de 2025
24 de febrero de 2025
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, que partía con una premisa interesante, termina siendo una gran decepción. Imagina que dos gemelos encuentran un mono de juguete diabólico que, al tocar su tambor, provoca la muerte de alguien. Con una idea tan inquietante, uno pensaría que podríamos estar ante un auténtico thriller de terror… pero lo que nos encontramos es algo completamente diferente. La cinta se siente más como una comedia bizarra con dosis de gore que como una película de terror seria.
La trama, ridícula a más no poder, no deja de dar tumbos sin sentido, con personajes que toman decisiones tan absurdas que solo invitan al desconcierto. Aunque en algunos momentos puede resultar entretenida (por su descarado caos, quizás), el guion es un desastre absoluto y las actuaciones apenas logran salvar la propuesta. Al final, lo que podría haber sido una gran historia de terror se convierte en un refrito vacío, cuya única lección es que no todas las ideas peculiares logran aterrizar bien en la pantalla. Una lástima, pues el potencial estaba ahí, pero se quedó en una película olvidable del montón.
La trama, ridícula a más no poder, no deja de dar tumbos sin sentido, con personajes que toman decisiones tan absurdas que solo invitan al desconcierto. Aunque en algunos momentos puede resultar entretenida (por su descarado caos, quizás), el guion es un desastre absoluto y las actuaciones apenas logran salvar la propuesta. Al final, lo que podría haber sido una gran historia de terror se convierte en un refrito vacío, cuya única lección es que no todas las ideas peculiares logran aterrizar bien en la pantalla. Una lástima, pues el potencial estaba ahí, pero se quedó en una película olvidable del montón.
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