Cambio de reinas
2017 

5,9
708
Drama
Tras años de guerra entre Francia y España, que han dejado a los dos países debilitados, Felipe de Orleans, el regente de Francia, pone en marcha un plan para consolidar la paz entre ambas naciones. Casará a su hija de 12 años, señorita de Montpensier, con el heredero del trono español y a Luis XV, próximo Rey de Francia, con Mariana Victoria, de 4 años, Infanta de España. Una adolescente y una niña se verán atrapadas en una red de ... [+]
11 de enero de 2019
11 de enero de 2019
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Cambio de reinas" es una película ambientada en el siglo XVIII, en las cortes francesa y española. Ha sido dirigida por Marc Dugain, un realizador y escritor francés con cuatro películas, diez libros publicados y más de treinta premios literarios.
El rodaje se realizó en escenarios naturales y, particularmente, en el castillo de Beloeil en Bélgica, que es similar al palacio de Versalles; en el Palacio de Egmont en el que actualmente está el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bélgica, y en el castillo Gasbeek, que recrea la corte de Felipe V y es un ejemplo de arte flamenco con influencias españolas.
Dugain confiesa que es un entusiasta de la historia, desde que era niño, y que en esta ocasión ha adaptado una novela que no es suya, es de Chantal Thomas, por el tema que trata y por los acontecimientos históricos singulares que recoge, que en palabras del realizador muestran la decadencia de la monarquía.
Además comentaba que de alguna manera su película refleja los poderes fácticos que nos manipulan y que en muchas ocasiones nos llevan a auténticos desastres colectivos.
Y precisamente es aquí donde encontramos el mayor interés de esta película, que nos habla de hechos históricos, pero nos están hablando también de lo que ocurre en la actualidad.
La ambientación, la música, el montaje, el vestuario son impecables y también lo son las interpretaciones, con un plantel de actores en el que destacan los niños, parte imprescindible de la historia que se cuenta, y especialmente Juliane Lepoureau, que interpreta a la pequeña infanta.
http://scoremusica.blogspot.com/
El rodaje se realizó en escenarios naturales y, particularmente, en el castillo de Beloeil en Bélgica, que es similar al palacio de Versalles; en el Palacio de Egmont en el que actualmente está el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bélgica, y en el castillo Gasbeek, que recrea la corte de Felipe V y es un ejemplo de arte flamenco con influencias españolas.
Dugain confiesa que es un entusiasta de la historia, desde que era niño, y que en esta ocasión ha adaptado una novela que no es suya, es de Chantal Thomas, por el tema que trata y por los acontecimientos históricos singulares que recoge, que en palabras del realizador muestran la decadencia de la monarquía.
Además comentaba que de alguna manera su película refleja los poderes fácticos que nos manipulan y que en muchas ocasiones nos llevan a auténticos desastres colectivos.
Y precisamente es aquí donde encontramos el mayor interés de esta película, que nos habla de hechos históricos, pero nos están hablando también de lo que ocurre en la actualidad.
La ambientación, la música, el montaje, el vestuario son impecables y también lo son las interpretaciones, con un plantel de actores en el que destacan los niños, parte imprescindible de la historia que se cuenta, y especialmente Juliane Lepoureau, que interpreta a la pequeña infanta.
http://scoremusica.blogspot.com/
23 de febrero de 2019
23 de febrero de 2019
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suelo acercarme a ver el escaso cine histórico francés por lo mucho que cuida su puesta en escena y por el realismo que imprime al visualizar unos usos y costumbres que pueden dejar estupefacto al actual espectador medio.
Marc Dugain, no defrauda. Con una buena realización, ayudada por el impecable montaje de Monica Coleman, la buena fotografía de Gilles Porte, el espectacular vestuario Fabio Perrone y la acertada selección de exteriores. La correcta banda sonora neobarroca de Marc Tomasi, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Londres, es cómplice de la época [en mi ficha no aporto más datos de la música porque no los he encontrado].
Por si ello fuera poco, aborda el proyecto participando lúcidamente en el guión, como buen escritor que es, basado en la novela histórica homónima (2013) de Chantal Thomas y se centra en aspectos actualmente tan poco usuales como los que se derivaban tanto de unos compromisos matrimoniales de conveniencia que tan frecuentes eran entre las Cortes europeas del XVIII como de la decadencia de la monarquía francesa, la educación en la niñez o la constante cercanía de la muerte.
La interpretación, muy equilibrada y coral, resulta muy notable, destacando, en mi opinión, el fascinante trabajo de la niña Juliane Lepoureau, capaz de tragarse la pantalla cada vez que aparece [les dejo un Youtube de presentación de la infantil actriz, en francés, que puede dar una idea].
La secuencia del 'intercambio', en la Isla de los Faisanes [ese islote fluvial de condominio hispano-francés], es toda una delicia cinematográfica.
No comparto, en absoluto, que el film incluya una clara descalificación del 'heteropatriarcado'. El personaje rebelde de Luisa Isabel de Orleans encubría, como cuenta su biografía, el de una loca, por muy reina que fuera o fuese. Y la sociología de la época fue la que fue y es la que cuenta el director sin afán revisionista alguno, es decir, con la habitual complicidad entre ellos y ellas. Cuestión distinta es la apreciación de la novelista Chantal Thomas, en contra, más bien, de los matrimonios de conveniencia.
De modo que el satisfactorio resultado global versa sobre el singular, chocante y claustrofóbico costumbrismo de aquellas monarquias, con una factura de corte académico y teatral y de una extravagancia por momentos impactante, que resultará enormemente reflexiva y entretenida a cualquiera que ame la Historia.
De los usos y costumbres en las Cortes hispano-francesa del XVIII [7,5 sobre 10]
El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2019/02/23/cambio-de-reinas-francia-2017-de-marc-dugain
Marc Dugain, no defrauda. Con una buena realización, ayudada por el impecable montaje de Monica Coleman, la buena fotografía de Gilles Porte, el espectacular vestuario Fabio Perrone y la acertada selección de exteriores. La correcta banda sonora neobarroca de Marc Tomasi, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Londres, es cómplice de la época [en mi ficha no aporto más datos de la música porque no los he encontrado].
Por si ello fuera poco, aborda el proyecto participando lúcidamente en el guión, como buen escritor que es, basado en la novela histórica homónima (2013) de Chantal Thomas y se centra en aspectos actualmente tan poco usuales como los que se derivaban tanto de unos compromisos matrimoniales de conveniencia que tan frecuentes eran entre las Cortes europeas del XVIII como de la decadencia de la monarquía francesa, la educación en la niñez o la constante cercanía de la muerte.
La interpretación, muy equilibrada y coral, resulta muy notable, destacando, en mi opinión, el fascinante trabajo de la niña Juliane Lepoureau, capaz de tragarse la pantalla cada vez que aparece [les dejo un Youtube de presentación de la infantil actriz, en francés, que puede dar una idea].
La secuencia del 'intercambio', en la Isla de los Faisanes [ese islote fluvial de condominio hispano-francés], es toda una delicia cinematográfica.
No comparto, en absoluto, que el film incluya una clara descalificación del 'heteropatriarcado'. El personaje rebelde de Luisa Isabel de Orleans encubría, como cuenta su biografía, el de una loca, por muy reina que fuera o fuese. Y la sociología de la época fue la que fue y es la que cuenta el director sin afán revisionista alguno, es decir, con la habitual complicidad entre ellos y ellas. Cuestión distinta es la apreciación de la novelista Chantal Thomas, en contra, más bien, de los matrimonios de conveniencia.
De modo que el satisfactorio resultado global versa sobre el singular, chocante y claustrofóbico costumbrismo de aquellas monarquias, con una factura de corte académico y teatral y de una extravagancia por momentos impactante, que resultará enormemente reflexiva y entretenida a cualquiera que ame la Historia.
De los usos y costumbres en las Cortes hispano-francesa del XVIII [7,5 sobre 10]
El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2019/02/23/cambio-de-reinas-francia-2017-de-marc-dugain
3 de enero de 2019
3 de enero de 2019
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Los Hijos del Rey" es una hermosísima lección que se remonta a los tiempos posteriores de la muerte del rey absolutista francés, Luis XIV, mejor conocido como el Rey Sol.
Recordemos que el género histórico es el más dramático, el más próximo a las sensaciones humanas que parece tratarse de una ópera trágica solo que sin cantos de los artistas pues con sus actuaciones han realizado una maestría elegante que enaltece a la Historia y sus lecciones políticas relacionadas a los asuntos de la realeza.
Es elegante en todos sus aspectos, sus escenas están perfumadas por unos aromas cuyas fragancias recuerdan a las intrigas cortesanas, al miedo que experimentaban los reyes al tener noticias de poco provecho sobre sus hijas que contrajeron matrimonio con un príncipe o rey del país vecino. Incluso podría decir que es hábil al mostrar aspectos sociales en la cinta como la Gran Inquisición o los instintos afeminados de muchos involucrados en la Corte, etc. Encierra en menos de dos horas todo un universo que parecía tener una fachada de felicidad, de prosperidad política donde los reyes tanto franceses como españoles iban a tener las aguas mansas pero la cruda verdad arrasa con crueldad donde quienes terminan pagando son las figuras femeninas que eran consideradas como se mencionó en la película "carne de cañón". Esa falsa felicidad y prosperidad política acabaron por detonar uno de los capítulos más recordados por la historia: la invasión francesa en España.
Recordemos que el género histórico es el más dramático, el más próximo a las sensaciones humanas que parece tratarse de una ópera trágica solo que sin cantos de los artistas pues con sus actuaciones han realizado una maestría elegante que enaltece a la Historia y sus lecciones políticas relacionadas a los asuntos de la realeza.
Es elegante en todos sus aspectos, sus escenas están perfumadas por unos aromas cuyas fragancias recuerdan a las intrigas cortesanas, al miedo que experimentaban los reyes al tener noticias de poco provecho sobre sus hijas que contrajeron matrimonio con un príncipe o rey del país vecino. Incluso podría decir que es hábil al mostrar aspectos sociales en la cinta como la Gran Inquisición o los instintos afeminados de muchos involucrados en la Corte, etc. Encierra en menos de dos horas todo un universo que parecía tener una fachada de felicidad, de prosperidad política donde los reyes tanto franceses como españoles iban a tener las aguas mansas pero la cruda verdad arrasa con crueldad donde quienes terminan pagando son las figuras femeninas que eran consideradas como se mencionó en la película "carne de cañón". Esa falsa felicidad y prosperidad política acabaron por detonar uno de los capítulos más recordados por la historia: la invasión francesa en España.
20 de febrero de 2019
20 de febrero de 2019
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película me gustó mucho, es muy entretenida. El guión es muy bueno, la historia está bien contada y es fiel a la realidad. Lambert Wilson (Felipe V) hace un gran papel. Los actores y actrices más jóvenes también hacen un gran trabajo. La fotografía es muy impactante y la música acompaña. Por tanto, "Cambio de reinas" es una película muy recomendable.
24 de abril de 2020
24 de abril de 2020
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Episodio histórico bien ambientado, fotografiado y trasladado a lenguaje cinematográfico por Marc Dugan, que adapta una novela de Chantal Thomas (L'Échange des princesses), contando con la propia escritora como co-guionista.
Corrían los inciertos días de 1721 cuando Felipe II de Orleans (Olivier Gourmet), regente francés durante la minoría de edad de Luis XV, decide mover ficha, para establecer un período de pausa entre guerras, que le diera tiempo a preparar otras estrategias de gobierno. Y como tampoco estaban sobradas de imaginación aquellas abúlicas dinastías, decidieron probar con lo que ya habían practicado en otras ocasiones: acercar posturas a través de matrimonios concertados; entre todos, menos entre los contrayentes. Así se llegó a la operación de intercambiar a Mariana Victoria (4 primaveras) y a Luisa Isabel (12 años), para formar pareja con el galo Luis XV y el español Luis I, también adolescentes, también títeres de las confabulaciones monárquicas.
Es bastante ilustrativo lo que se nos muestra de la vida entre bambalinas de los personajes, tanto en la corte del
recién fallecido Rey Sol (Luis XIV), como en la del primer Borbón que nos cayó en suerte a los hispanos, el inestable monarca Felipe V.
Lo que se conoce de estos agusanados centros de poder y de interés; las manipulaciones y falsedades para poner a salvo los privilegios de una minoría; la incapacidad demostrada a lo largo de la historia por las jerarquías endogámicas, suele llevar a los ciudadanos, perezosos para estos menesteres, a las revoluciones populares; a veces con sangrientos resultados (Revolución Francesa), otras de manera incruenta (2ª República Española).
Coincido con quienes me preceden en que las actuaciones del elenco más joven es de un nivel poco común.
En trescientos años han cambiado lógicamente muchas cosas. Lo que sorprende son aquellas que aún se conservan, al menos en algunos sitios: corona y religión; prerrogativas reales; leyes de sucesión que además, para más inri, siguen favoreciendo a los varones; ducados, condados y otros títulos nobiliarios, llovidos del cielo.
La rancia historia continúa.
Corrían los inciertos días de 1721 cuando Felipe II de Orleans (Olivier Gourmet), regente francés durante la minoría de edad de Luis XV, decide mover ficha, para establecer un período de pausa entre guerras, que le diera tiempo a preparar otras estrategias de gobierno. Y como tampoco estaban sobradas de imaginación aquellas abúlicas dinastías, decidieron probar con lo que ya habían practicado en otras ocasiones: acercar posturas a través de matrimonios concertados; entre todos, menos entre los contrayentes. Así se llegó a la operación de intercambiar a Mariana Victoria (4 primaveras) y a Luisa Isabel (12 años), para formar pareja con el galo Luis XV y el español Luis I, también adolescentes, también títeres de las confabulaciones monárquicas.
Es bastante ilustrativo lo que se nos muestra de la vida entre bambalinas de los personajes, tanto en la corte del
recién fallecido Rey Sol (Luis XIV), como en la del primer Borbón que nos cayó en suerte a los hispanos, el inestable monarca Felipe V.
Lo que se conoce de estos agusanados centros de poder y de interés; las manipulaciones y falsedades para poner a salvo los privilegios de una minoría; la incapacidad demostrada a lo largo de la historia por las jerarquías endogámicas, suele llevar a los ciudadanos, perezosos para estos menesteres, a las revoluciones populares; a veces con sangrientos resultados (Revolución Francesa), otras de manera incruenta (2ª República Española).
Coincido con quienes me preceden en que las actuaciones del elenco más joven es de un nivel poco común.
En trescientos años han cambiado lógicamente muchas cosas. Lo que sorprende son aquellas que aún se conservan, al menos en algunos sitios: corona y religión; prerrogativas reales; leyes de sucesión que además, para más inri, siguen favoreciendo a los varones; ducados, condados y otros títulos nobiliarios, llovidos del cielo.
La rancia historia continúa.
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