La furia de los justos
6,0
168
26 de enero de 2016
26 de enero de 2016
14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante realización, perteneciente al drama social, racial y judicial, con magníficos actores, dirigida por el competente –a veces– artesano Mark Robson, con una estimable puesta en escena y una historia correctamente narrada, hasta la escena final, la cual es de –nunca mejor dicho– juzgado de guardia, dada su incoherencia, inverosimilitud y ridiculez. No obstante, hasta aquí todo normal.
Pero surge un problema: el film es de una simpleza ideológica y de un maniqueísmo tan lamentable que la producción parece auspiciada por el vergonzoso y antidemocrático “Comité de Actividades Antiamericanas” para autopromocionarse y justificarse de manera delirante.
Según se nos insinúa en esta obra, solo los ciudadanos de sano espíritu conservador son los portadores de la integridad, de la caballerosidad, de la bondad y del auténtico espíritu americano. Todo lo demás son manipulaciones comunistas (o simplemente progresistas, según los acontecimientos históricos) para destrozar la justicia, condenar a los inocentes y desmembrar las creencias saludables del pueblo con el fin de enriquecerse.
Para suavizarlo, y dar una especie de contrapunto, se introduce una leve –muy leve– crítica a los linchamientos (nada que ver, por supuesto, con la magistral “Furia”, de Fritz Lang) que intentan –ya que al poco cada uno de los "muchachos" marcha pacíficamente hacia su casa– los miembros de la ultraderecha y del “Ku-Klux-Klan”.
Una cinta, pues, que en el terreno puramente cinematográfico resulta atrayente, hasta esa mencionada secuencia final, pero que en relación a su mensaje ideológico alcanza el estrepitoso disparate.
Aunque la película fuese realizada a mediados de los años cincuenta del S. XX, en plena vorágine del enloquecido macarthismo, lo podían haber disimulado un poco mejor.
Pero surge un problema: el film es de una simpleza ideológica y de un maniqueísmo tan lamentable que la producción parece auspiciada por el vergonzoso y antidemocrático “Comité de Actividades Antiamericanas” para autopromocionarse y justificarse de manera delirante.
Según se nos insinúa en esta obra, solo los ciudadanos de sano espíritu conservador son los portadores de la integridad, de la caballerosidad, de la bondad y del auténtico espíritu americano. Todo lo demás son manipulaciones comunistas (o simplemente progresistas, según los acontecimientos históricos) para destrozar la justicia, condenar a los inocentes y desmembrar las creencias saludables del pueblo con el fin de enriquecerse.
Para suavizarlo, y dar una especie de contrapunto, se introduce una leve –muy leve– crítica a los linchamientos (nada que ver, por supuesto, con la magistral “Furia”, de Fritz Lang) que intentan –ya que al poco cada uno de los "muchachos" marcha pacíficamente hacia su casa– los miembros de la ultraderecha y del “Ku-Klux-Klan”.
Una cinta, pues, que en el terreno puramente cinematográfico resulta atrayente, hasta esa mencionada secuencia final, pero que en relación a su mensaje ideológico alcanza el estrepitoso disparate.
Aunque la película fuese realizada a mediados de los años cincuenta del S. XX, en plena vorágine del enloquecido macarthismo, lo podían haber disimulado un poco mejor.
12 de diciembre de 2022
12 de diciembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Melodrama judicial que se basa en la novela homónima de Don Mankiewicz. El filme demuestra cómo la justicia puede verse afectada por ciertos intereses, en este caso, de tipo racial.
Uno de los puntos fuertes de la película son las interpretaciones de sus protagonistas. Entre ellos encontramos a Glenn Ford (“Gilda”) dando vida al abogado defensor del joven mexicano, y a Arthur Kennedy, un secundario habitual y muy versátil (“Como un torrente”, “Vidas borrascosas”), que recibió un Globo de Oro por su trabajo y una nominación al Oscar. Todos ellos se pusieron a las órdenes del director Mark Robson (“El ídolo de barro”, “El premio”).
Fan de las películas que terminan en juicios, el de esta película me perece, simplemente, sublime, y destaco principalmente al juez del mismo. Un 7,5.
Uno de los puntos fuertes de la película son las interpretaciones de sus protagonistas. Entre ellos encontramos a Glenn Ford (“Gilda”) dando vida al abogado defensor del joven mexicano, y a Arthur Kennedy, un secundario habitual y muy versátil (“Como un torrente”, “Vidas borrascosas”), que recibió un Globo de Oro por su trabajo y una nominación al Oscar. Todos ellos se pusieron a las órdenes del director Mark Robson (“El ídolo de barro”, “El premio”).
Fan de las películas que terminan en juicios, el de esta película me perece, simplemente, sublime, y destaco principalmente al juez del mismo. Un 7,5.
28 de marzo de 2023
28 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es similar a Matar a un Ruiseñor, la película de Mulligan sobre la novela de Harper Lee, tan de moda ahora porque se acaba de publicar otra obra suya.
No es que el director deje de atender a la trama principal, que es la del juicio y sus consecuencias, sino que hace que nos fijemos en otras cosas. Y la verdad, uno se hace una composición más completa de la realidad. Y no es especialmente agradable.
No es que el director deje de atender a la trama principal, que es la del juicio y sus consecuencias, sino que hace que nos fijemos en otras cosas. Y la verdad, uno se hace una composición más completa de la realidad. Y no es especialmente agradable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La trama es parecida a Matar a un Ruiseñor, aunque esta novela y película es mucho más oscura. Sí se centra en el juicio, de un pobre chicano que se ve envuelto en la muerte accidental de una niña blanca que estaba enferma del corazón y que probablemente muere por el esfuerzo de subir unas escaleras en una noche en una fiesta en la playa.
Aquí sobre todo está en juego algo más que el propio juicio. La cinta se centra en los aspectos oscuros que rodean la captación de dinero para el juicio por el partido comunista, algo que no gusta al abogado que defiende el chaval, que aunque trabaja con el 'recaudador' no es propiamente un miembro del partido, sino un profesor de leyes que necesita ejercer en algún caso para tener experiencia profesional.
Aquí sobre todo está en juego algo más que el propio juicio. La cinta se centra en los aspectos oscuros que rodean la captación de dinero para el juicio por el partido comunista, algo que no gusta al abogado que defiende el chaval, que aunque trabaja con el 'recaudador' no es propiamente un miembro del partido, sino un profesor de leyes que necesita ejercer en algún caso para tener experiencia profesional.
2 de junio de 2024
2 de junio de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas sobre juicios no fallan, siempre se hacen interesantes y tiene cierto nivel de intriga y tensión, pese a que sólo sea gente hablando en una sala, ahí radica el interés. En esta ocasión, pese a la buena interpretación de Glenn Ford, y la dificultad del caso, tengo que decir que, ni de lejos, me ha parecido de las mejores películas del estilo, y es que el mezclar el tema político estadounidense, en este caso, a los comunistas, me echa mucho para atrás.
Y es que no entiendo la política estadounidense, por más que leo sobre el tema y veo en películas y cosas así, escapa de mi conocimiento. Se nos muestra al “partido comunista“ y se les tacha de racistas... ¿cómo un partido va a ser de izquierda y racista? No me entra en la cabeza. igual que pasa con los “demócratas“ y “republicanos“, que no tienen ningún tipo de sentido, ya que en Europa “republicano“ significa “sin monarquía“, y en Estados Unidos es algo muy distinto.
Y lo peor es que, dicho tema político, repercute directamente en el juicio, por lo que me pierdo totalmente. Digamos que, como película, es más que decente, pero a mí personalmente, no ha terminado de entrarme.
Y es que no entiendo la política estadounidense, por más que leo sobre el tema y veo en películas y cosas así, escapa de mi conocimiento. Se nos muestra al “partido comunista“ y se les tacha de racistas... ¿cómo un partido va a ser de izquierda y racista? No me entra en la cabeza. igual que pasa con los “demócratas“ y “republicanos“, que no tienen ningún tipo de sentido, ya que en Europa “republicano“ significa “sin monarquía“, y en Estados Unidos es algo muy distinto.
Y lo peor es que, dicho tema político, repercute directamente en el juicio, por lo que me pierdo totalmente. Digamos que, como película, es más que decente, pero a mí personalmente, no ha terminado de entrarme.
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