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7,4
9.575
9 de diciembre de 2022
9 de diciembre de 2022
230 de 245 usuarios han encontrado esta crítica útil
Querido lector, si todavía no has tenido la oportunidad de ver la película, te recomiendo que dejes de leer este comentario, continúes bajando y leas las demás opiniones de los compañeros porque lo que yo aquí, humildemente, propongo es una reflexión sobre el lirismo del color y de las imágenes, para lo que encuentro imprescindible tener en la cabeza las secuencias a las que me voy a referir. Por supuesto, una vez la hayas visto, estas invitadísimo a volver para adentrarte en esta reflexión.
Comenzamos, pues. Diré que me ha fascinado el trabajo de este cineasta que, lejos de contar una historia emotiva como cualquier otra, lleva a cabo un ejercicio cinematográfico que es merecedor de estudio. Concretamente me gustaría hacer una reflexión sobre el uso del color y su importancia en la historia. Me ha seducido como Lukas Dhont utiliza el color, no como recurso estético (aunque también), sino como recurso narrativo, resultando un film eminentemente poético. Para ello, hace uso de una triada de colores del círculo cromático que resultan ser los colores primarios, a saber, el rojo, el amarillo y el azul, que a grandes rasgos simbolizan, respectivamente, el amor o la ira, la alegría y la tristeza; los sentimientos primarios de todo ser humano y los tres pilares de esta película. Aunque ya te adelanto que es el rojo el que impera durante todo el filme. Fuera del círculo cromático encontramos también un importante uso del blanco como contraposición al anterior, que analizamos a continuación.
Por un lado, mediante el color del vestuario de nuestros protagonistas, el director nos describe sus personalidades y la relación entre ambos. En un primer momento, nos presenta a dos buenos amigos disfrutando del verano, felices y sin preocupaciones, en el cual los personajes están vestidos con varios y diferentes colores, ninguno en especial, lo que representaría la libertad de expresarse tal y como son. Sin embargo, hay un acontecimiento que cambia esto. La vuelta a clase. El director, de ahora en adelante, separa a sus personajes por colores. Nos presenta a Léo siempre de blanco mientras que a Rémi siempre de rojo. Vosotros mismos lo podéis comprobar en la portada de la película. Durante esta primera parte, estos colores se mantendrán en todo momento. Leo es blanco, tiene la necesidad de ser aceptado en su sociedad siendo este color muy asociado a lo neutro (sin personalidad que destaque), a la pureza, a esa necesidad de aparentar para tener la aprobación ajena. En definitiva, lo que lo mueve es lo que piensen los demás sobre él, lo que lo lleva a dejar de lado a su amigo. Cosa que condiciona a Rémi, que ahora lo vemos de rojo, lo que muestra que es totalmente pasional, el amor es lo que le mueve, la rabia, el disgusto, la ira. Es una persona de sensaciones intensas e incontrolables. A su vez este color representa peligro.
Además, no solo es importante el color de los personajes sino también el color que los envuelve y une. En este aspecto impera el amarillo. La casa de Rémi, donde Léo se queda muchas veces a dormir, es el refugio de estos dos amigos. Todas las paredes de la casa son amarillas, luminosas, transmiten alegría, juventud, inocencia, familiaridad, amistad, incluso podemos relacionarlo con los sueños y lo idílico. Toda la casa es amarilla, toda, menos la habitación de Rémi, que es completamente roja, como su personaje, donde ambos se resguardan. Ambos duermen en la misma cama. Es su asilo, su intimidad, la cual se tiñe de rojo. De nuevo, el color del amor, de la pasión (y del peligro) que une y rodea a ambos personajes.
Estos también se ven representados a través de las flores; en el campo hay flores blancas y flores rojas. Igual que nuestros personajes. A diferencia de lo que pueda parecer, este elemento de similitud no es baladí. Hay un momento en la película en el que se arrancan o desarraigan las flores de color rojo, momento que supone un punto de inflexión, pues desencadenará la tragedia que el propio color rojo (peligro) nos ha estado advirtiendo. Así pues, frente al hecho de que su mejor amigo le esté dando la espalda, los sentimientos pasionales de Rémi (rojo) se exteriorizan, dando como resultado una pelea entre los protagonistas. (Continua en spoiler)
Comenzamos, pues. Diré que me ha fascinado el trabajo de este cineasta que, lejos de contar una historia emotiva como cualquier otra, lleva a cabo un ejercicio cinematográfico que es merecedor de estudio. Concretamente me gustaría hacer una reflexión sobre el uso del color y su importancia en la historia. Me ha seducido como Lukas Dhont utiliza el color, no como recurso estético (aunque también), sino como recurso narrativo, resultando un film eminentemente poético. Para ello, hace uso de una triada de colores del círculo cromático que resultan ser los colores primarios, a saber, el rojo, el amarillo y el azul, que a grandes rasgos simbolizan, respectivamente, el amor o la ira, la alegría y la tristeza; los sentimientos primarios de todo ser humano y los tres pilares de esta película. Aunque ya te adelanto que es el rojo el que impera durante todo el filme. Fuera del círculo cromático encontramos también un importante uso del blanco como contraposición al anterior, que analizamos a continuación.
Por un lado, mediante el color del vestuario de nuestros protagonistas, el director nos describe sus personalidades y la relación entre ambos. En un primer momento, nos presenta a dos buenos amigos disfrutando del verano, felices y sin preocupaciones, en el cual los personajes están vestidos con varios y diferentes colores, ninguno en especial, lo que representaría la libertad de expresarse tal y como son. Sin embargo, hay un acontecimiento que cambia esto. La vuelta a clase. El director, de ahora en adelante, separa a sus personajes por colores. Nos presenta a Léo siempre de blanco mientras que a Rémi siempre de rojo. Vosotros mismos lo podéis comprobar en la portada de la película. Durante esta primera parte, estos colores se mantendrán en todo momento. Leo es blanco, tiene la necesidad de ser aceptado en su sociedad siendo este color muy asociado a lo neutro (sin personalidad que destaque), a la pureza, a esa necesidad de aparentar para tener la aprobación ajena. En definitiva, lo que lo mueve es lo que piensen los demás sobre él, lo que lo lleva a dejar de lado a su amigo. Cosa que condiciona a Rémi, que ahora lo vemos de rojo, lo que muestra que es totalmente pasional, el amor es lo que le mueve, la rabia, el disgusto, la ira. Es una persona de sensaciones intensas e incontrolables. A su vez este color representa peligro.
Además, no solo es importante el color de los personajes sino también el color que los envuelve y une. En este aspecto impera el amarillo. La casa de Rémi, donde Léo se queda muchas veces a dormir, es el refugio de estos dos amigos. Todas las paredes de la casa son amarillas, luminosas, transmiten alegría, juventud, inocencia, familiaridad, amistad, incluso podemos relacionarlo con los sueños y lo idílico. Toda la casa es amarilla, toda, menos la habitación de Rémi, que es completamente roja, como su personaje, donde ambos se resguardan. Ambos duermen en la misma cama. Es su asilo, su intimidad, la cual se tiñe de rojo. De nuevo, el color del amor, de la pasión (y del peligro) que une y rodea a ambos personajes.
Estos también se ven representados a través de las flores; en el campo hay flores blancas y flores rojas. Igual que nuestros personajes. A diferencia de lo que pueda parecer, este elemento de similitud no es baladí. Hay un momento en la película en el que se arrancan o desarraigan las flores de color rojo, momento que supone un punto de inflexión, pues desencadenará la tragedia que el propio color rojo (peligro) nos ha estado advirtiendo. Así pues, frente al hecho de que su mejor amigo le esté dando la espalda, los sentimientos pasionales de Rémi (rojo) se exteriorizan, dando como resultado una pelea entre los protagonistas. (Continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esta pelea supone la última vez que se hablan y se miran a los ojos. A partir de este momento, el refugio de Léo, antes la casa de Rémi, amarilla, luminosa, que simbolizaba la amistad y la alegría será sustituida por su propia casa, en la que impera el azul, los colores oscuros, fríos, simbolizando la tristeza y la soledad que, ahora, envuelve al personaje. A su vez, no veremos nunca más a Léo vestido de blanco, sino que lo veremos con distintos colores acorde con el resto de los compañeros simbolizando la finalmente lograda integración de Léo en el grupo, lo que este tanto deseaba. Esta integración ocurre concretamente en la playa, donde Léo está jugando con el resto de los compañeros como un integrante más del grupo, vestido con los mismos colores.
Tristemente hay que volver al autobús, poner rumbo a casa, y hacer frente a la pérdida de su amigo Rémi. De aquí en adelante el color rojo, propio de Rémi, desaparece (con él) del filme salvo en el caso de un personaje, que adopta dicho color como propio, esto es, su madre en su estado más pasional y vulnerable (en el funeral, en el concierto, cuando visita a Léo en el hockey).
Sin embargo, vuelve el color rojo de nuevo materializado en las flores, cuando es Léo el que replanta las flores rojas (aquellas que fueron desarraigadas anteriormente y que desencadenaron la tragedia) simbolizando el resurgir de la esperanza y del amor y siendo el hermano quien adopta, por último, el color rojo como propio, actuando como parche o sustituto de aquel amigo tan querido, con el que juega y duerme.
Llegando al tramo final de la cinta, una de las últimas escenas, de las más simples, creo que tiene un valor especial. Hablo de la última vez que Léo vuelve a casa de su mejor amigo y mira por la ventana, a través del cristal, para descubrir que la casa amarilla, ahora está vacía, inhabitada, donde ni siquiera siguen los muebles que una vez estuvieron. Esta vez relacionando el amarillo con los recuerdos que evoca la propia casa. Encontramos a Léo como mero observador desde el exterior, quien antes estaba rodeado de esas mismas paredes amarillas, alegres, pero ya no. Ahora, las mira desde fuera, desde la tristeza y la soledad, y recuerda la alegría y la amistad, desde la distancia, con nostalgia y melancolía. Esta escena no es solo un niño mirando una casa a través de una ventana, señoras y señores, esto es pura poesía visual.
Cabe mencionar también que la poesía no solo la encontramos protagonizada por el color. El director crea rimas visuales mediante la repetición de planos y secuencias, en las que en un primer momento estaban los dos amigos, mientras que cuando son repetidas, Rémi ya no está, acentuando así la ausencia del personaje en la vida de Léo. También, encontramos una confrontación muy poética entre el daño físico, derivado de una rotura de brazo, el cual cura rápido y sin problema, y el daño sentimental, causado por la pérdida de un buen amigo, que no termina de sanar jamás.
Pero, volviendo al color y para terminar, es la última secuencia la que debe de ser analizada en especial; Léo corre por el campo, entre las flores, como solía hacer con Rémi. De repente se detiene y mira hacia atrás, buscando a su mejor amigo con la mirada, pero este ya no está, ya no lo sigue corriendo como en los viejos tiempos. Al no encontrarlo, vemos como Léo vuelve la mirada hacia el frente y continúa corriendo. Créditos. En mi opinión, no es tanto el gesto de dejar atrás la figura de Rémi, como el de seguir adelante con su recuerdo. Así, finalmente, en el campo hay flores rojas, tal y como solía haberlas, sin embargo, no las hay blancas y, en su lugar, ahora aparecen de color rosa (blanco + rojo), alegorizando que la pureza y la neutralidad han sido manchadas por la pasión, y simbolizando de esta forma el cambio del personaje de Léo, que deja de ser blanco, frente al recuerdo de Rémi, que nunca dejará de ser rojo.
Tristemente hay que volver al autobús, poner rumbo a casa, y hacer frente a la pérdida de su amigo Rémi. De aquí en adelante el color rojo, propio de Rémi, desaparece (con él) del filme salvo en el caso de un personaje, que adopta dicho color como propio, esto es, su madre en su estado más pasional y vulnerable (en el funeral, en el concierto, cuando visita a Léo en el hockey).
Sin embargo, vuelve el color rojo de nuevo materializado en las flores, cuando es Léo el que replanta las flores rojas (aquellas que fueron desarraigadas anteriormente y que desencadenaron la tragedia) simbolizando el resurgir de la esperanza y del amor y siendo el hermano quien adopta, por último, el color rojo como propio, actuando como parche o sustituto de aquel amigo tan querido, con el que juega y duerme.
Llegando al tramo final de la cinta, una de las últimas escenas, de las más simples, creo que tiene un valor especial. Hablo de la última vez que Léo vuelve a casa de su mejor amigo y mira por la ventana, a través del cristal, para descubrir que la casa amarilla, ahora está vacía, inhabitada, donde ni siquiera siguen los muebles que una vez estuvieron. Esta vez relacionando el amarillo con los recuerdos que evoca la propia casa. Encontramos a Léo como mero observador desde el exterior, quien antes estaba rodeado de esas mismas paredes amarillas, alegres, pero ya no. Ahora, las mira desde fuera, desde la tristeza y la soledad, y recuerda la alegría y la amistad, desde la distancia, con nostalgia y melancolía. Esta escena no es solo un niño mirando una casa a través de una ventana, señoras y señores, esto es pura poesía visual.
Cabe mencionar también que la poesía no solo la encontramos protagonizada por el color. El director crea rimas visuales mediante la repetición de planos y secuencias, en las que en un primer momento estaban los dos amigos, mientras que cuando son repetidas, Rémi ya no está, acentuando así la ausencia del personaje en la vida de Léo. También, encontramos una confrontación muy poética entre el daño físico, derivado de una rotura de brazo, el cual cura rápido y sin problema, y el daño sentimental, causado por la pérdida de un buen amigo, que no termina de sanar jamás.
Pero, volviendo al color y para terminar, es la última secuencia la que debe de ser analizada en especial; Léo corre por el campo, entre las flores, como solía hacer con Rémi. De repente se detiene y mira hacia atrás, buscando a su mejor amigo con la mirada, pero este ya no está, ya no lo sigue corriendo como en los viejos tiempos. Al no encontrarlo, vemos como Léo vuelve la mirada hacia el frente y continúa corriendo. Créditos. En mi opinión, no es tanto el gesto de dejar atrás la figura de Rémi, como el de seguir adelante con su recuerdo. Así, finalmente, en el campo hay flores rojas, tal y como solía haberlas, sin embargo, no las hay blancas y, en su lugar, ahora aparecen de color rosa (blanco + rojo), alegorizando que la pureza y la neutralidad han sido manchadas por la pasión, y simbolizando de esta forma el cambio del personaje de Léo, que deja de ser blanco, frente al recuerdo de Rémi, que nunca dejará de ser rojo.
9 de octubre de 2022
9 de octubre de 2022
229 de 258 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay decenas de buenas películas de amor y sobre amor. Cientos. Sobre amistad, muchas menos. Basta con hacer clic en la etiqueta de “Amistad” de FA para ver que la mayoría de producciones en esa categoría no son películas sobre amigos, sino protagonizadas por amigos, lo que a mi juicio, no es lo mismo. “Sin novedad en el frente” es una película bélica y “Cadena perpetua” un drama carcelario. La amistad es un perfecto telón de fondo para ambas, pero no en sí el hilo conductor de la historia.
Hay excepciones, claro. Ahí tenemos “Cuenta conmigo”, que es excelente, como también lo es “Thelma y Louis”. Seguro que a ti te vienen otros ejemplos a la mente… pero no muchos, y desde luego, muy pocos como la producción a la que está dedicada esta crítica.
Léo y Rémi son mejores amigos. Los mejores amigos.
En los 20 primeros minutos de metraje, se dedican a hacer lo que cualquier chico de 12 o 13 años debería hacer en verano, que es básicamente a pasar tiempo juntos y no dar palo al agua. Por lo que vemos en pantalla, es obvio cuánto se quieren, pero no hay nada en esos primeros minutos, y repito, nada, que nos lleve a pensar que están enamorados. No creo que eso es lo que fuese a pasarles en el futuro y si les pasase no sería nada malo, por supuesto, pero en ese caso, estaríamos hablando de una película muy distinta.
Un buen día, toca volver a clase.
Y ese día, todo cambia.
Hay excepciones, claro. Ahí tenemos “Cuenta conmigo”, que es excelente, como también lo es “Thelma y Louis”. Seguro que a ti te vienen otros ejemplos a la mente… pero no muchos, y desde luego, muy pocos como la producción a la que está dedicada esta crítica.
Léo y Rémi son mejores amigos. Los mejores amigos.
En los 20 primeros minutos de metraje, se dedican a hacer lo que cualquier chico de 12 o 13 años debería hacer en verano, que es básicamente a pasar tiempo juntos y no dar palo al agua. Por lo que vemos en pantalla, es obvio cuánto se quieren, pero no hay nada en esos primeros minutos, y repito, nada, que nos lleve a pensar que están enamorados. No creo que eso es lo que fuese a pasarles en el futuro y si les pasase no sería nada malo, por supuesto, pero en ese caso, estaríamos hablando de una película muy distinta.
Un buen día, toca volver a clase.
Y ese día, todo cambia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
«Vosotros dos estáis juntos, ¿no?»
La pregunta les pesca por sorpresa, a uno y a otro. La explicación de «sólo somos amigos» no parece convencer a nadie.
Léo vuelve a casa angustiado. Tumbado en la cama, no es difícil adivinar lo que piensa:
«¿Pero por qué piensan que somos maricones?» Y sí, muy probablemente esa es la palabra que utiliza en su cabeza.
Otro día, otro comentario y Léo decide poner tierra de por medio entre ambos.
Sin prisa, pero sin pausa, comienza a relacionarse con otra gente, se apunta a un deporte de equipo y hasta cambia su forma de hablar. Cada vez está menos tiempo con Rémi, quien pasa de preguntarse «¿a éste qué cojones le pasa?» a «¿a éste qué cojones le he hecho?». Cualquier intento por acercarse a su mejor amigo fracasa y como consecuencia, acaban peleándose.
Un día, Rémi no aparece en una excursión, todo se precipita y así, llegamos a la mitad de la película.
Esta segunda parte, creo, toca temas más trillados. La pérdida y la culpa son sentimientos que hemos visto más a menudo en el cine. A mí, por ejemplo, ciertos momentos me recordaron a «La habitación del hijo», de Nani Moretti. Para Léo, hay días buenos y malos: en unos, ríe con ganas y disfruta de la vida; en otros, la tristeza se hace casi insoportable.
No hay redención, pero sí una confesión y cuando la historia llega a su fin, el campo de flores sigue siendo el mismo que vimos al principio, pero no el joven que aparece de pie en él.
Siendo sinceros, nadie se suicida porque su mejor amigo deje de hablarle. Habrá casos extremos, no digo que no, pero desde luego, no es ni mucho menos lo habitual. Por eso, tal vez me habría gustado una segunda mitad diferente, una más real, donde Rémi siguiera vivo y el director explorase, con el mismo todo pausado, la posibilidad (o no) de una reconciliación.
A pesar de eso, me han gustado muchas cosas: que la acción se sitúe en un instituto europeo (donde no hay descapotables y animadoras, sino bicicletas y chicos jugando al fútbol en chándal) ayuda a empatizar; la manera en que se retrata al hermano mayor, alejada del clásico papel de joven tirano, redondea este cuento; y sobre todo, y volviendo al principio de esta crítica, la temática.
Hay muy pocas películas que traten sobre la amistad masculina y sobre todo, sobre esa amistad vista desde el afecto y la necesidad de pasar tiempo juntos.
Todos somos muy fuertes, pero probablemente, también hemos vivido momentos en que hemos necesitado de las palabras de consejo de un padre y del calor reconfortante de una chica tanto como del abrazo de un amigo.
Aunque, tal vez, nos hayamos sentido culpables por necesitar esto último.
Y por eso es necesario que se hagan más películas como ésta.
La pregunta les pesca por sorpresa, a uno y a otro. La explicación de «sólo somos amigos» no parece convencer a nadie.
Léo vuelve a casa angustiado. Tumbado en la cama, no es difícil adivinar lo que piensa:
«¿Pero por qué piensan que somos maricones?» Y sí, muy probablemente esa es la palabra que utiliza en su cabeza.
Otro día, otro comentario y Léo decide poner tierra de por medio entre ambos.
Sin prisa, pero sin pausa, comienza a relacionarse con otra gente, se apunta a un deporte de equipo y hasta cambia su forma de hablar. Cada vez está menos tiempo con Rémi, quien pasa de preguntarse «¿a éste qué cojones le pasa?» a «¿a éste qué cojones le he hecho?». Cualquier intento por acercarse a su mejor amigo fracasa y como consecuencia, acaban peleándose.
Un día, Rémi no aparece en una excursión, todo se precipita y así, llegamos a la mitad de la película.
Esta segunda parte, creo, toca temas más trillados. La pérdida y la culpa son sentimientos que hemos visto más a menudo en el cine. A mí, por ejemplo, ciertos momentos me recordaron a «La habitación del hijo», de Nani Moretti. Para Léo, hay días buenos y malos: en unos, ríe con ganas y disfruta de la vida; en otros, la tristeza se hace casi insoportable.
No hay redención, pero sí una confesión y cuando la historia llega a su fin, el campo de flores sigue siendo el mismo que vimos al principio, pero no el joven que aparece de pie en él.
Siendo sinceros, nadie se suicida porque su mejor amigo deje de hablarle. Habrá casos extremos, no digo que no, pero desde luego, no es ni mucho menos lo habitual. Por eso, tal vez me habría gustado una segunda mitad diferente, una más real, donde Rémi siguiera vivo y el director explorase, con el mismo todo pausado, la posibilidad (o no) de una reconciliación.
A pesar de eso, me han gustado muchas cosas: que la acción se sitúe en un instituto europeo (donde no hay descapotables y animadoras, sino bicicletas y chicos jugando al fútbol en chándal) ayuda a empatizar; la manera en que se retrata al hermano mayor, alejada del clásico papel de joven tirano, redondea este cuento; y sobre todo, y volviendo al principio de esta crítica, la temática.
Hay muy pocas películas que traten sobre la amistad masculina y sobre todo, sobre esa amistad vista desde el afecto y la necesidad de pasar tiempo juntos.
Todos somos muy fuertes, pero probablemente, también hemos vivido momentos en que hemos necesitado de las palabras de consejo de un padre y del calor reconfortante de una chica tanto como del abrazo de un amigo.
Aunque, tal vez, nos hayamos sentido culpables por necesitar esto último.
Y por eso es necesario que se hagan más películas como ésta.
1 de diciembre de 2022
1 de diciembre de 2022
117 de 156 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo cierto es que al finalizar la película he tenido una sensación extraña e incoherente, que se podría resumir en : “He sentido tristeza pero no me la he creído del todo “.
Y hablo de incoherencia porque cuando hablamos de una reacción triste en una película que nos golpea, va implícito la credibilidad en la historia.
Analizándome del porque de esta sensación he dividido en 2 argumentaciones esta sensación.
A favor, la interpretación de los chicos, sobretodo la de un protagonista bloqueado emocionalmente, que solo con su expresión no verbal ya merece más de un premio, también una atmosfera de luz y color; contrastada con una música dolorosa y sentida ( que nos empuja también, un poco tramposamente, a veces al sentimiento).
Una parte inicial de la historia totalmente creíble, donde aparece tintes de bullyng, de querer hacer-se mayor y separar-se del amigo, de la frustración del otro de no saber que ocurre…. Hasta ahí todo bien…. Hasta que…. ( y aquí viene donde cae un poco el conjunto….) Sigo en spoiler !
Y hablo de incoherencia porque cuando hablamos de una reacción triste en una película que nos golpea, va implícito la credibilidad en la historia.
Analizándome del porque de esta sensación he dividido en 2 argumentaciones esta sensación.
A favor, la interpretación de los chicos, sobretodo la de un protagonista bloqueado emocionalmente, que solo con su expresión no verbal ya merece más de un premio, también una atmosfera de luz y color; contrastada con una música dolorosa y sentida ( que nos empuja también, un poco tramposamente, a veces al sentimiento).
Una parte inicial de la historia totalmente creíble, donde aparece tintes de bullyng, de querer hacer-se mayor y separar-se del amigo, de la frustración del otro de no saber que ocurre…. Hasta ahí todo bien…. Hasta que…. ( y aquí viene donde cae un poco el conjunto….) Sigo en spoiler !
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un brusco de giro en el suicidio, donde uno se pregunta dudas inevitablemte ( nos han mostrado una familia feliz, sana , en el campo , con color, con una madre atenta y sensible… ) y de repente la sensación de que por un conlicto y “ berrinche “ el joven decide quitar-se la vida…. Da la sensación que algo no cuadra …. Parece como si todo ese envoltorio inicial y aparentemente normal… se quiebra por una hipersensibilización o hiperfragilidad del chico.
Quizás deberían haber añadido algunos elementos más traumáticos previos ( alguna escalada en sucesos ) para hacer creible el hecho tan trágico.
Luego en las familias no se detecta nada, tanta unión entre todos y luego no se hablan las cosas.. ¿? ( se hace terapia de grupo en clase pero en las familias lo pasan por alto )
Una cosa no quita la otra, la interpretación del protagonista es de Oro, y del otro chico también. La pelea que tiene en el colegio o en la cama de los 2 son sensacionales…. Que momento tan delicado la adolescencia, que no comprendes las cosas y no sabes exteriorizar-lo… el duelo del chico y la madre….
En fin no me enrollo. Para mi hay un envoltorio (interpretaciones y atmosfera sobre todo ) geniales pero el hilo argumental a lo que se refiere en credibilidad y realismo es básico para que el pack sea de nota alta…
Quizás deberían haber añadido algunos elementos más traumáticos previos ( alguna escalada en sucesos ) para hacer creible el hecho tan trágico.
Luego en las familias no se detecta nada, tanta unión entre todos y luego no se hablan las cosas.. ¿? ( se hace terapia de grupo en clase pero en las familias lo pasan por alto )
Una cosa no quita la otra, la interpretación del protagonista es de Oro, y del otro chico también. La pelea que tiene en el colegio o en la cama de los 2 son sensacionales…. Que momento tan delicado la adolescencia, que no comprendes las cosas y no sabes exteriorizar-lo… el duelo del chico y la madre….
En fin no me enrollo. Para mi hay un envoltorio (interpretaciones y atmosfera sobre todo ) geniales pero el hilo argumental a lo que se refiere en credibilidad y realismo es básico para que el pack sea de nota alta…
28 de noviembre de 2022
28 de noviembre de 2022
66 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo cierto es que cuando este director tuvo su debut con la grandiosa pero no muy reconocida en su año GIRL (2018), ya suponía que este hombre tenía el talento y me anotaría en sea cual sea su próxima película, en una entrevista leí que tardó mucho tiempo en desarrollarla porque tenía sobre sus hombros una gran responsabilidad y no quería defraudar, pero realmente en esta película sale airoso y se consagra como un gran director, Lukas Dhont no solo dirige a estos actores, sino que los dota de gestos, diálogos y situaciones en la que uno logra empatizar.
Al inicio se nos muestra la rutina de estos 2 amigos y como tienen una amistad que todos hemos tenido en algún momento en la cual nos hemos quedado a dormir en casa de un amigo, tenemos confianza con sus padres, comemos, nos sentamos a la mesa y nos contamos todo tipo de situaciones hasta por triviales que parezcan.
Todo esto transcurre en el período de vacaciones escolares, pero una vez regresan a la escuela ese ambiente que puede llegar a ser una zona hostil y como bien se nos muestra, los niños no suelen tener filtro, surge una pregunta puede que sin mala intención pero que una vez hecha ya no habrá vuelta atrás, llegados a este punto sabes que uno de los 2 amigos (Leo) empieza a cuestionarse su amistad con el que hasta ese momento era su mejor amigo mientras que el otro (Remi) no comprende porque su amigo empieza a tomar distancia.
Llegados a la mitad de la película ocurre un acto que no revelaré porque dañaría la experiencia de quienes aún no la han visto y considero que cada quien debe de experimentar, pero quisiera comentar que se retrata de manera muy sutil como todo en la cinta, el director es más de sugerir que de mostrar, y es ahí donde me atrapó, hace un uso increíble de los colores, las referencias, los primeros planos, sabe el talento y las expresiones de sus actores (mención especial para las madres de los niños) las escenas posteriores al hecho de la mitad de la película son un tour de force las cuales te costará olvidar.
Recomiendo que si quieres conmoverte con estos jóvenes, vivir por casi 2 horas sus emociones, angustias y momentos en los que la mayoría de adolescentes pasan alguna vez deberías de verla y recomendarla, la califico con un 9, espero esté entre las nominadas al Oscar, aún me quedan algunas de las posibles candidatas pero esta se ubica en mi top de mejores películas del 2022.
Al inicio se nos muestra la rutina de estos 2 amigos y como tienen una amistad que todos hemos tenido en algún momento en la cual nos hemos quedado a dormir en casa de un amigo, tenemos confianza con sus padres, comemos, nos sentamos a la mesa y nos contamos todo tipo de situaciones hasta por triviales que parezcan.
Todo esto transcurre en el período de vacaciones escolares, pero una vez regresan a la escuela ese ambiente que puede llegar a ser una zona hostil y como bien se nos muestra, los niños no suelen tener filtro, surge una pregunta puede que sin mala intención pero que una vez hecha ya no habrá vuelta atrás, llegados a este punto sabes que uno de los 2 amigos (Leo) empieza a cuestionarse su amistad con el que hasta ese momento era su mejor amigo mientras que el otro (Remi) no comprende porque su amigo empieza a tomar distancia.
Llegados a la mitad de la película ocurre un acto que no revelaré porque dañaría la experiencia de quienes aún no la han visto y considero que cada quien debe de experimentar, pero quisiera comentar que se retrata de manera muy sutil como todo en la cinta, el director es más de sugerir que de mostrar, y es ahí donde me atrapó, hace un uso increíble de los colores, las referencias, los primeros planos, sabe el talento y las expresiones de sus actores (mención especial para las madres de los niños) las escenas posteriores al hecho de la mitad de la película son un tour de force las cuales te costará olvidar.
Recomiendo que si quieres conmoverte con estos jóvenes, vivir por casi 2 horas sus emociones, angustias y momentos en los que la mayoría de adolescentes pasan alguna vez deberías de verla y recomendarla, la califico con un 9, espero esté entre las nominadas al Oscar, aún me quedan algunas de las posibles candidatas pero esta se ubica en mi top de mejores películas del 2022.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena del Bus, cuando Leo ya empieza a sospechar que algo había ocurrido con Remi demuestra la conexión que estos tenían, ya se venía intuyendo que el chico no estaba muy bien mentalmente, (preste atención a las escenas en las que se encierra en el baño, sus inseguridades a la hora de presentarse en público, la dependencia hacia Leo) por ahí leí que ningún chico se suicida porque un amigo te deja de hablar a lo que quisiera decir que nadie sabe lo que esta pasando por la mente del otro ni que tanto le afectan ciertas actitudes que tu entorno tenga contigo, es horrible ocurra pero es real, este tipo de situaciones se dan y me parece que en esta película es tratado con mucho tacto.
Cuando Leo va a la casa de su otro compañero y duermen en la misma cama es el claro ejemplo de que ve que con Remi era diferente, había algo más, lo extraña pero ya es muy tarde, no puede volver a atrás desearía hacerlo, por eso va con la mamá de este y le cuenta a modo de desahogo que lo alejó, que le importaba mucho el que dirán, tenía miedo, no entendía esos sentimientos pero ahora si.
Le pongo un 9 porque la escena del bosque no lo sé algo innecesaria, no me convenció, siento que no aporta nada, y por momento me resultó algo bizarra, pero es ami interpretación. Al final te quedas con el hecho de que tienen que pasar desgracias en tu vida para que te hagan entender no tiene que importarte el que dirán, tienes que estar seguro de ti mismo y simplemente ser feliz.
Cuando Leo va a la casa de su otro compañero y duermen en la misma cama es el claro ejemplo de que ve que con Remi era diferente, había algo más, lo extraña pero ya es muy tarde, no puede volver a atrás desearía hacerlo, por eso va con la mamá de este y le cuenta a modo de desahogo que lo alejó, que le importaba mucho el que dirán, tenía miedo, no entendía esos sentimientos pero ahora si.
Le pongo un 9 porque la escena del bosque no lo sé algo innecesaria, no me convenció, siento que no aporta nada, y por momento me resultó algo bizarra, pero es ami interpretación. Al final te quedas con el hecho de que tienen que pasar desgracias en tu vida para que te hagan entender no tiene que importarte el que dirán, tienes que estar seguro de ti mismo y simplemente ser feliz.
30 de noviembre de 2022
30 de noviembre de 2022
45 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leo y Remi; dos amigos; el sustantivo de la amistad hecho de carne y hueso. Remi, un alma sensible; le cuesta dormir, su cabeza va por libre haciendo caso omiso a Morfeo. Leo; siempre preocupado por Remi le canta nanas con la sintonía de las estrellas. Todo fluye en perfecta compenetración, hasta que un comentario destruye, lo que tan escasas veces se consigue.
Lukas Dhont hace alarde, sin querer, de una sensibilidad que debería ser la arquitectura del corazón. Un combo de fotografía y música, se entrelaza con un guión espléndido, que con unos jovencísimos y carismáticos actores lleva el concepto de la contención directo a tu garganta.
Una joya.
Lukas Dhont hace alarde, sin querer, de una sensibilidad que debería ser la arquitectura del corazón. Un combo de fotografía y música, se entrelaza con un guión espléndido, que con unos jovencísimos y carismáticos actores lleva el concepto de la contención directo a tu garganta.
Una joya.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Remi, ese niño, al cual la vida le da más miedo que morir, encontraba su antídoto en el amor, esa reciprocidad con Leo, era su ancla en el planeta Tierra. Una vez ésto se destruye, sin ser responsable, su vulnerabilidad coge el timón y navega hacia océanos de lágrimas de los cuales es muy difícil hacer la digestión cuando cuentas 13 años.
Ahora es Leo, quien porta en su mochila, los sentimientos que machacan su día a día.. Los escasos momentos en los que una sonrisa se asoma, son boicoteados por un vuelco al corazón recordándole la ausencia de su amigo.
Se acerca a la madre de Remi; quiere confesar y a vez teme, la culpabilidad que teje cada una de sus nuevas células.. Siendo el perdón el único capaz de vencer a la parca que ya rondaba sueños e insomnios de otro niño.
El suicidio adolescente, un tabú en la época de la comunicación.. y por mucho que se obvie el sufrimiento, él no entiende de mirar hacia otro lado; él coloniza las horas de quien lo padece e invade su visión del mundo y futuro. En muchos casos se puede salir de todo ésto, pero es necesario su visualización como problema. Una película muy necesaria para que, en la realidad, se pudiese cambiar parte del guión.
Ahora es Leo, quien porta en su mochila, los sentimientos que machacan su día a día.. Los escasos momentos en los que una sonrisa se asoma, son boicoteados por un vuelco al corazón recordándole la ausencia de su amigo.
Se acerca a la madre de Remi; quiere confesar y a vez teme, la culpabilidad que teje cada una de sus nuevas células.. Siendo el perdón el único capaz de vencer a la parca que ya rondaba sueños e insomnios de otro niño.
El suicidio adolescente, un tabú en la época de la comunicación.. y por mucho que se obvie el sufrimiento, él no entiende de mirar hacia otro lado; él coloniza las horas de quien lo padece e invade su visión del mundo y futuro. En muchos casos se puede salir de todo ésto, pero es necesario su visualización como problema. Una película muy necesaria para que, en la realidad, se pudiese cambiar parte del guión.
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