Sagrada familiaSerie
2022 

Manolo Caro (Creador), Manolo Caro
5,6
2.536
Serie de TV. Intriga. Drama
Serie de TV (2022-2023). 2 temporadas.16 episodios. La mudanza de una nueva familia a Fuente del Berro romperá la estabilidad de un barrio donde vive Gloria junto a su bebé y Aitana, su au-pair, escondiéndose de un misterioso y oscuro pasado. En un barrio en el que nada es lo que parece, cuatro vecinas forjarán una fuerte amistad con un denominador común: son madres. Su relación parece perfecta, hasta que el pasado de Gloria lo cambia ... [+]
17 de octubre de 2022
17 de octubre de 2022
58 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiero empezar con una disculpa, no es mi intención despreciar el trabajo de nadie, especialmente cuando se trata de una producción española y los implicados son asalariados que cotizan a la seguridad social y deducen el IRPF de sus nóminas, hay que mantener el estado de bienestar ante todo, viva España.
Tampoco tengo nada en contra del ilustre plantel de actoras y ‘actoros’, ni siquiera los he visto en pantalla, salvo a Miri de Masterchef 5, que hace un cameo y supongo que también se encarga del catering healthy. Qué risa Masterchef y qué complicadas las esferificaciones.
Aclaro que no soy amigo de Putin, no voto a Vox ni pertenezco al club del heteropatriarcado, de hecho soy marica de izquierdas, como se define uno de los protagonistas de la serie, que cumple con todos los colectivos como es lógico. Pero si se quedan más ‘tranquiles’, a veces no reciclo. Ya lo he dicho.
Me declaro honesto ante todo.
Primero, al César lo que es del César. El apartado visual, la fotografía o como quiera que lo llamen, es lo más llamativo y destacable. La exquisita selección de localizaciones (el brutalismo de las Torres Blancas de Madrid) y una ambientación vanguardista nos dejan encuadres para deleite del espectador. Bravo.
El recurso de las vidrieras me parece acertado porque quiero pensar que no es gratuito. Pero sinceramente, la única relación que yo encuentro con la obra de Gaudí, la basílica de la Sagrada Familia, es el título de la serie. Es obvio que las vidrieras no son únicas de la Sagrada Familia ni las diseñó el propio Antoni Gaudí, sino Joan Vila Grau (pero esa es otra historia).
Esta técnica de unir pedazos de cristal para crear un todo es la particular profesión que desempeña la protagonista y supongo también hace referencia a su empeño por mantener unida la familia, como madre. No es solo un recurso gráfico que el director creativo se ha sacado de la manga para llamar la atención.
En cuanto al argumento, esta historia resultaría original vista allá en los años noventa, misma época en la que se desarrolla la trama, pero a día de hoy sorprende menos que una riñonera colgando del hombro. ’Cuéntame cómo pasó’ tiene guiones infinitamente más impredecibles y ya tiene 1.453 temporadas. Pues con la tontería nos han colado una tesis de ocho episodios sobre las maternidades y la importancia de las madres en la sociedad moderna. Hubiese preferido un documental de hora y media sin intrigas ni pseudo-thrillers.
El guión es de telefilm de las tardes de Antena 3 pero con una inyección de billetes cortesía de Netflix. En el tramo final entra en barrena y cae en lo telenovelesco sin remedio.
Manolo Caro nos deja bien claro que ha cursado la carrera de cinematografía y que maneja referentes, pero no hace falta que nos golpee con ellos en la cara como si fueran ‘pollazos’. Que sí, que ya hemos visto el póster de ‘Tesis’. Sutil para este señor significa colocar un pavo real a modo de simbolismo random y una grieta en el techo que inevitablemente se va agravando metáfora de la situación familiar. Surrealismo mágico lo llamarán algunos.
No pocos diálogos son de vergüenza ajena pero admito que el reparto logra mantener la compostura. De apellido Flores, la señora que pone acento indescifrable y hace lo que puede con el papelón que tiene. No sé si reír o llorar. Enhorabuena a la actriz protagonista, de nombre complicado, y a Iván Pellicer, un descubrimiento.
Resumen de toda la serie en spoiler.
Tampoco tengo nada en contra del ilustre plantel de actoras y ‘actoros’, ni siquiera los he visto en pantalla, salvo a Miri de Masterchef 5, que hace un cameo y supongo que también se encarga del catering healthy. Qué risa Masterchef y qué complicadas las esferificaciones.
Aclaro que no soy amigo de Putin, no voto a Vox ni pertenezco al club del heteropatriarcado, de hecho soy marica de izquierdas, como se define uno de los protagonistas de la serie, que cumple con todos los colectivos como es lógico. Pero si se quedan más ‘tranquiles’, a veces no reciclo. Ya lo he dicho.
Me declaro honesto ante todo.
Primero, al César lo que es del César. El apartado visual, la fotografía o como quiera que lo llamen, es lo más llamativo y destacable. La exquisita selección de localizaciones (el brutalismo de las Torres Blancas de Madrid) y una ambientación vanguardista nos dejan encuadres para deleite del espectador. Bravo.
El recurso de las vidrieras me parece acertado porque quiero pensar que no es gratuito. Pero sinceramente, la única relación que yo encuentro con la obra de Gaudí, la basílica de la Sagrada Familia, es el título de la serie. Es obvio que las vidrieras no son únicas de la Sagrada Familia ni las diseñó el propio Antoni Gaudí, sino Joan Vila Grau (pero esa es otra historia).
Esta técnica de unir pedazos de cristal para crear un todo es la particular profesión que desempeña la protagonista y supongo también hace referencia a su empeño por mantener unida la familia, como madre. No es solo un recurso gráfico que el director creativo se ha sacado de la manga para llamar la atención.
En cuanto al argumento, esta historia resultaría original vista allá en los años noventa, misma época en la que se desarrolla la trama, pero a día de hoy sorprende menos que una riñonera colgando del hombro. ’Cuéntame cómo pasó’ tiene guiones infinitamente más impredecibles y ya tiene 1.453 temporadas. Pues con la tontería nos han colado una tesis de ocho episodios sobre las maternidades y la importancia de las madres en la sociedad moderna. Hubiese preferido un documental de hora y media sin intrigas ni pseudo-thrillers.
El guión es de telefilm de las tardes de Antena 3 pero con una inyección de billetes cortesía de Netflix. En el tramo final entra en barrena y cae en lo telenovelesco sin remedio.
Manolo Caro nos deja bien claro que ha cursado la carrera de cinematografía y que maneja referentes, pero no hace falta que nos golpee con ellos en la cara como si fueran ‘pollazos’. Que sí, que ya hemos visto el póster de ‘Tesis’. Sutil para este señor significa colocar un pavo real a modo de simbolismo random y una grieta en el techo que inevitablemente se va agravando metáfora de la situación familiar. Surrealismo mágico lo llamarán algunos.
No pocos diálogos son de vergüenza ajena pero admito que el reparto logra mantener la compostura. De apellido Flores, la señora que pone acento indescifrable y hace lo que puede con el papelón que tiene. No sé si reír o llorar. Enhorabuena a la actriz protagonista, de nombre complicado, y a Iván Pellicer, un descubrimiento.
Resumen de toda la serie en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
“Parir no te convierte en madre”, lo que viene a ser una gestación subrogada de toda la vida. Procuren que la gestante no sea la madre, es decir la futura abuela del niño, ósea… Luego pasa lo que pasa.
28 de octubre de 2022
28 de octubre de 2022
28 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo el placer de conocer de nada a los críticos de los medios que aparecen junto a la reseña de esta serie, pero me juego el pescuezo a que tienen menos cine a sus espaldas que yo (perdonen las "modestias"). Porque otra explicación no encuentro ante los elogiosos, inauditos comentarios de una serie más mala que pegar a un padre.
Porque, ya está bien, señores y señoras, ya está bien... Ya basta de trampas, ya basta de alargar una trama vacía hasta rellenar horas de metraje insufrible, ya basta de esconder detrás de una fotografía de claroscuros (¿alguien puede, por favor, encender la luz?) la absoluta carencia de una mirada limpia sobre lo que se quiere contar, basta ya de encadenar hasta la nausea escenas enriquecidas (¿por qué?) con una música o canción con "tirón" como si fueran spots publicitarios, basta ya de lugares comunes, de ruido, de personajes afectados, de diálogos tan pedantes como huecos, de impostada solemnidad, basta ya de mediocridad.
Detrás de todo ese artificio, de toda esa mentira, no hay cine. El cine, y las series, son, o deben ser, mentira, sí, pero otra mentira: la que nos transmita emociones, pasión, reflexión, o lo que cojones quieran ustedes, menos un manojo de trampas más vistas que el tebeo.
Por último, una petición, un ruego casi, a los responsables de todo esto (quienes quiera que sean). Por lo que más quieran, no sigan, no hagan nuevas temporadas.
Y al resto, avisados quedáis...
Porque, ya está bien, señores y señoras, ya está bien... Ya basta de trampas, ya basta de alargar una trama vacía hasta rellenar horas de metraje insufrible, ya basta de esconder detrás de una fotografía de claroscuros (¿alguien puede, por favor, encender la luz?) la absoluta carencia de una mirada limpia sobre lo que se quiere contar, basta ya de encadenar hasta la nausea escenas enriquecidas (¿por qué?) con una música o canción con "tirón" como si fueran spots publicitarios, basta ya de lugares comunes, de ruido, de personajes afectados, de diálogos tan pedantes como huecos, de impostada solemnidad, basta ya de mediocridad.
Detrás de todo ese artificio, de toda esa mentira, no hay cine. El cine, y las series, son, o deben ser, mentira, sí, pero otra mentira: la que nos transmita emociones, pasión, reflexión, o lo que cojones quieran ustedes, menos un manojo de trampas más vistas que el tebeo.
Por último, una petición, un ruego casi, a los responsables de todo esto (quienes quiera que sean). Por lo que más quieran, no sigan, no hagan nuevas temporadas.
Y al resto, avisados quedáis...
18 de octubre de 2022
18 de octubre de 2022
23 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los primeros cuatro capítulos consisten en elucubraciones mezcladas con recuerdos y paranoias varias. A partir del quinto, parece que se barrunta un argumento coherente. El sexto y séptimo te ordenan la historia que en los cuatro primeros aparecía a trocitos, como los vitrales que fabrica la protagonista. Y ya el último te deja sumido en el más sincero arrepentimiento, preguntándote qué misteriosa razón te llevó a ver esta serie pretendidamente oscura, absolutamente irreal y, sobre todo, profundamente aburrida. Lo único que compensa la pérdida de tiempo es esa Alba Flores, siempre inmensa y esas apariciones esporádicas de un Miguel Ángel Solá, que merecería mucho más protagonismo para enmendar, aunque fuera en parte, este desaguisado.
6 de noviembre de 2022
6 de noviembre de 2022
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo peor que puede decirse de una serie es que lo que cuente carezca de interés y más de la mitad de sus personajes estén de sobra. “Sagrada familia” demuestra que la época dorada de las series ha pasado y que se ha acabado convirtiendo aquella rendija a la creatividad fuera de Hollywood como comenzó siendo en otro festival palomitero más, donde todo está trillado y se entrega mascado al adormecido espectador. Ahora sólo importa hacer caja, sin tapujos como en este caso.
Es el sino de todo producto Netflix, prometer para desencantar finalmente. El creador de este engendro Frankenstein formado por trozos inconexos cogidos de aquí y de allí, demuestra que quienes han accedido al mundo de la creación de series parecen no tener una formación cinéfila clásica y sólida sino un batiburrillo de ideas cogidas de aquí y de allí que pretenden mezclar sin la coherencia necesaria para ello. Pidiendo perdón `por el chiste fácil, Manolo Caro nos ha legado un producto televisivo bien barato, con una dirección demasiado convencional que trata de parecerse a tantos thrillers terriblemente idénticos que le precedieron y seguro que muchos que se sucederán.
“Sagrada familia” pretende ser “Big Little Lies”, pero todo falla a su alrededor y la deja a años luz de su referencia primigenia. Porque, a diferencia de la obra maestra de HBO, aquí las mujeres pijas que se reúnen en el parque a hablar de sus familias y sus problemas burgueses no nos importan en absoluto, nos sentimos lejanos e indiferentes a sus dramas y sus opiniones y, lo que es mucho más grave, crean un microcosmos de personajes secundarios totalmente prescindibles, metidos con calzador, inocuos y a ratos molestos, cuyas breves y mal perfiladas historias no nos preocupan lo más mínimo. Todos los secundarios de esta serie son prescindibles y aburren soberanamente.
Pero es que la familia protagonista, además, resulta aún más estereotipada, con diálogos más y más absurdos, con penas impostadas, tragedias familiares absurdas e inexplicables, ahogamientos imposibles y estulticia generalizada por doquier.
Como drama es inútil y como thriller un fracaso absoluto, cuyo misterio se resuelve mucho antes de lo previsto y que provoca tanta indiferencia como bostezo. Dicho sea de paso, su final resulta deslavazado y previsible, culminando un fracaso absoluto que no merecía la promoción publicitaria regalada a una serie totalmente frustrada y previsible.
Las interpretaciones resultan todas llevadas a cabo con el piloto automático puesto y no soy capaz de destacar ninguna entre las mismas. Pero lo peor son los diálogos, a ratos de vergüenza ajena por impostados e increíbles. En alguna ocasión, directamente esperpénticos.
Quizás lo único que valga la pena sea su escenografía, localizaciones y diseño de decorados, realmente acorde a su época y perturbador en algunas ocasiones. Sin duda magistral y algo en lo que entretenerse ante el vacío absoluto de lo que se cuenta a su alrededor.
Es el sino de todo producto Netflix, prometer para desencantar finalmente. El creador de este engendro Frankenstein formado por trozos inconexos cogidos de aquí y de allí, demuestra que quienes han accedido al mundo de la creación de series parecen no tener una formación cinéfila clásica y sólida sino un batiburrillo de ideas cogidas de aquí y de allí que pretenden mezclar sin la coherencia necesaria para ello. Pidiendo perdón `por el chiste fácil, Manolo Caro nos ha legado un producto televisivo bien barato, con una dirección demasiado convencional que trata de parecerse a tantos thrillers terriblemente idénticos que le precedieron y seguro que muchos que se sucederán.
“Sagrada familia” pretende ser “Big Little Lies”, pero todo falla a su alrededor y la deja a años luz de su referencia primigenia. Porque, a diferencia de la obra maestra de HBO, aquí las mujeres pijas que se reúnen en el parque a hablar de sus familias y sus problemas burgueses no nos importan en absoluto, nos sentimos lejanos e indiferentes a sus dramas y sus opiniones y, lo que es mucho más grave, crean un microcosmos de personajes secundarios totalmente prescindibles, metidos con calzador, inocuos y a ratos molestos, cuyas breves y mal perfiladas historias no nos preocupan lo más mínimo. Todos los secundarios de esta serie son prescindibles y aburren soberanamente.
Pero es que la familia protagonista, además, resulta aún más estereotipada, con diálogos más y más absurdos, con penas impostadas, tragedias familiares absurdas e inexplicables, ahogamientos imposibles y estulticia generalizada por doquier.
Como drama es inútil y como thriller un fracaso absoluto, cuyo misterio se resuelve mucho antes de lo previsto y que provoca tanta indiferencia como bostezo. Dicho sea de paso, su final resulta deslavazado y previsible, culminando un fracaso absoluto que no merecía la promoción publicitaria regalada a una serie totalmente frustrada y previsible.
Las interpretaciones resultan todas llevadas a cabo con el piloto automático puesto y no soy capaz de destacar ninguna entre las mismas. Pero lo peor son los diálogos, a ratos de vergüenza ajena por impostados e increíbles. En alguna ocasión, directamente esperpénticos.
Quizás lo único que valga la pena sea su escenografía, localizaciones y diseño de decorados, realmente acorde a su época y perturbador en algunas ocasiones. Sin duda magistral y algo en lo que entretenerse ante el vacío absoluto de lo que se cuenta a su alrededor.
27 de octubre de 2022
27 de octubre de 2022
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablemos claro, esta vez escribiré más del creador que dé la serie al fin y acabo el drama no tiene ninguna trascendencia y posiblemente ya habrás leído otras críticas que te la describe tal como es, aunque no hay que dejar de darle un acierto interesante en la selección de algunos exteriores e interiores de los escenarios que cuadran y no los suelta con el estilo de la Arquitectura Brutalista. Por otro lado, una vez más tengo la sensación que nuestro querido Manolo Caro ha deseado ser o parecerse a... que no puede ni llega a lograrlo y menos hablemos de obtener y construirse una personalidad propia que pueda destacarse, ya sea por creativo o por director. Al final sus trabajos me dejan una y otra vez un mal sabor de boca que insisten para mí, en convertirse de forma perdurable en su sello "único".
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