Casa en llamas
2024 

7,0
17.094
Comedia. Drama
Montse está emocionadísima porque está a punto de pasar un fin de semana con toda la familia en su casa de Cadaqués, en la Costa Brava. Divorciada desde hace años, su ex tiene una nueva pareja, sus hijos han crecido y hace tiempo que hacen su vida sin hacerle ningún caso. Pero a Montse nada ni nadie conseguirá fastidiarle los ánimos; hace demasiado tiempo que espera este momento. Este fin de semana será sí o sí un fin de semana ... [+]
29 de junio de 2024
29 de junio de 2024
147 de 189 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para empezar diré que habiendo puntuado con un ocho a esta buena película, el número de asistentes en la sesión de viernes por la noche a la que asistí era menor, siete en total. Teniendo en cuenta el día de la semana y que escribo desde una ciudad de tipo medio, ya podemos imaginarnos como está el cine en general y, en particular, el cine que no se basa en efectos especiales, en universos paralelos, en distopías pasadas o futuras, o en el terror explícito; y eso es que estamos ante un film que tiene mucho de comedia o, más bien, tragicomedia.
La escena inicial es terrible. En el centro de Barcelona, una mujer, que ya es abuela, va a visitar a su anciana madre antes de un viaje a Cadaqués con sus hijos, sus parejas, y sus nietos, con los que hace tiempo que no se reencuentra. Al llegar al piso, encuentra a su madre muerta y decide no decirlo y proseguir el viaje a la Costa Brava, dejando allí el cadáver. No lo entendemos, son los primeros minutos iniciales de la película, pero acabaremos por entenderlo.
Todo lo que se desarrolla posteriormente es la convivencia de fin de semana de una familia de la alta burguesía catalana en su chalet de Cadaqués, un señor chalet, por cierto. A ellos se unirá su exmarido y padre de sus hijos con su nueva pareja. Poco a poco, se irá desentrañando las razones de esta mujer y las intrahistorias que acechan a cada familia, que pudiendo estar latentes por mucho tiempo, puede llegar el momento propicio para se surjan de las profundidades.
El resultado no te deja indiferente porque está muy logrado, con gran trabajo de los actores. Somos contradictorios; la soledad es dura, pero a veces pedimos a los demás lo que nosotros les negamos, y somos capaces de todo por un momento de cariño. Somos como esa casa en llamas, cuyo fuego nos quema, pero también nos alienta.
Para acabar, una referencia al tema lingüístico, que me es particularmente querido por hablar varios idiomas y ser mi afición principal. Ha dicho Dani de la Orden, el director, que es una falta de respeto doblar al castellano desde su original en catalán esta película, que no estamos hablando del inglés o francés.
Yo diría que esta película está en un ochenta por ciento en catalán. Sobre esto diré que yo soy de Zaragoza, y que llevo viviendo en Tarragona la mitad de mi vida. Ahora hablo catalán casi como un catalán nativo, pero cuando vivía en Zaragoza y oía hablar catalán no entendía casi nada, por eso no comprendo esta afirmación del director, no se puede pedir al público que se pierda más de la mitad de las palabras, no es una falta de respeto a los actores, sería más bien lo contrario. Quizás, en este caso, estrenarla en su versión original con subtítulos en castellano para cuando no se hable en castellano habría sido la mejor solución, pero no la única.
La escena inicial es terrible. En el centro de Barcelona, una mujer, que ya es abuela, va a visitar a su anciana madre antes de un viaje a Cadaqués con sus hijos, sus parejas, y sus nietos, con los que hace tiempo que no se reencuentra. Al llegar al piso, encuentra a su madre muerta y decide no decirlo y proseguir el viaje a la Costa Brava, dejando allí el cadáver. No lo entendemos, son los primeros minutos iniciales de la película, pero acabaremos por entenderlo.
Todo lo que se desarrolla posteriormente es la convivencia de fin de semana de una familia de la alta burguesía catalana en su chalet de Cadaqués, un señor chalet, por cierto. A ellos se unirá su exmarido y padre de sus hijos con su nueva pareja. Poco a poco, se irá desentrañando las razones de esta mujer y las intrahistorias que acechan a cada familia, que pudiendo estar latentes por mucho tiempo, puede llegar el momento propicio para se surjan de las profundidades.
El resultado no te deja indiferente porque está muy logrado, con gran trabajo de los actores. Somos contradictorios; la soledad es dura, pero a veces pedimos a los demás lo que nosotros les negamos, y somos capaces de todo por un momento de cariño. Somos como esa casa en llamas, cuyo fuego nos quema, pero también nos alienta.
Para acabar, una referencia al tema lingüístico, que me es particularmente querido por hablar varios idiomas y ser mi afición principal. Ha dicho Dani de la Orden, el director, que es una falta de respeto doblar al castellano desde su original en catalán esta película, que no estamos hablando del inglés o francés.
Yo diría que esta película está en un ochenta por ciento en catalán. Sobre esto diré que yo soy de Zaragoza, y que llevo viviendo en Tarragona la mitad de mi vida. Ahora hablo catalán casi como un catalán nativo, pero cuando vivía en Zaragoza y oía hablar catalán no entendía casi nada, por eso no comprendo esta afirmación del director, no se puede pedir al público que se pierda más de la mitad de las palabras, no es una falta de respeto a los actores, sería más bien lo contrario. Quizás, en este caso, estrenarla en su versión original con subtítulos en castellano para cuando no se hable en castellano habría sido la mejor solución, pero no la única.
10 de julio de 2024
10 de julio de 2024
66 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía ganas de ver esta película y que está funcionando muy bien con el boca a boca. No me ha decepcionado en ningún aspecto. Me ha parecido una gran película, perfectamente dirigida, interpretada y filmada. Además, ha tenido un punto extra para mí, puesto que me ha producido un efecto catártico… he visto muchos puntos de mi infancia y mi familia en ella. Las personalidades de los padres, los roles que representan y las formas de “querer” , muy a menudo tóxicas, me son muy familiares. Imagino que es “memoria colectiva” de una generación.
El director, Dani de la Orden, nos lleva en un viaje interior a través de un paisaje veraniego, el núcleo de la felicidad familiar, que son las vacaciones en la segunda residencia. A las telarañas y pátinas que han ido dejando unas relaciones familiares tóxicas de cuatro miembros de una familia. Las manipulaciones, los chantajes emocionales, las mentiras, los engaños… todo ello confrontado frente a ese mediterráneo azul en un lugar dónde la tramontana, ese aire que enloquece y que vuelve todo del revés y la casa, que es casi un personaje más. Una caja de Pandora que no debe abrirse. Nuestros personajes se verán envueltos con muchos sentimientos, dejándose llevar inicialmente por la nostalgia que suele envolver el pasado de dulces recuerdos hasta que éstos dejan paso a otras realidades. Una dirección perfecta que ya en la primera escena, terrorífica pero reveladora, nos llevará a una primera idea de lo que será vivir alrededor de la matriarca. Emma Vilarasau, es una actriz de demostrada solidez en el panorama catalán nos demuestra que lo suyo es puramente visceral. Su solidez, dominio del personaje, crea una madre que se ama y se odia. Emma ha crecido con nosotros, pero a mí me parece que sigue teniendo ese fuego y esa fuerza que ha demostrado en la tv y el teatro catalán. Alberto San Juan, presenta a ese padre, que ha vivido de espaldas a la familia sabiendo que ya había alguien que cuidaba de ella, pero que, dado que ha aportado el capital cree que eso ya le da matrícula de honor familiar. Unos hijos, que luchan por salir adelante a pesar de lo que han vivido con esa unión que han formado sus padres, pero que cometen otros errores al tratar de afrontar sus vidas. Enric Auquer, enorme una vez más, construye un personaje creíble que trata de escapar a la presión materna aunque no termina de romper su cordón umbilical y finalmente María Rodríguez, la hija dura, la que asume todos los riesgos y trata de vivir una vida que pueda en el fondo igualar a una madre que siente perfecta a pesar de todo. Todos estos espejos, se romperán en mil pedazos y todos, como en todas las casas, buscan el amor desesperadamente, aunque sea en los cristales rotos del suelo. Y no podemos olvidar a Clara Segura, otra monstrua actoral que ejercerá el papel de la conductora psicológica de los sentimientos familiares desde ese punto, moderno y poco convencional que es el de ser la pareja actual del padre. Tampoco quiero olvidar a Macarena García, el soplo de aire fresco y el personaje más maduro de la película. Su naturalidad y frescura como actriz, como siempre, son su mejor baza.
La fotografía (Pepe Gay de Liébana) es muy buena. Primeros planos que apoyan los discursos de los protagonistas y una luz veraniega y mediterránea que ilumina a esos personajes de claroscuros. El guión de Eduard Solà me parece también sobresaliente.
Para mí, el final, sin desvelar nada, es lo más frágil de esta trama psicológica. No el modo en cómo se produce, ya que lo hace de una forma que uno ve venir dadas las pistas que nos va dando el director, si no por los efectos que conlleva. Pero eso ya es carne de psicólogo.
El director, Dani de la Orden, nos lleva en un viaje interior a través de un paisaje veraniego, el núcleo de la felicidad familiar, que son las vacaciones en la segunda residencia. A las telarañas y pátinas que han ido dejando unas relaciones familiares tóxicas de cuatro miembros de una familia. Las manipulaciones, los chantajes emocionales, las mentiras, los engaños… todo ello confrontado frente a ese mediterráneo azul en un lugar dónde la tramontana, ese aire que enloquece y que vuelve todo del revés y la casa, que es casi un personaje más. Una caja de Pandora que no debe abrirse. Nuestros personajes se verán envueltos con muchos sentimientos, dejándose llevar inicialmente por la nostalgia que suele envolver el pasado de dulces recuerdos hasta que éstos dejan paso a otras realidades. Una dirección perfecta que ya en la primera escena, terrorífica pero reveladora, nos llevará a una primera idea de lo que será vivir alrededor de la matriarca. Emma Vilarasau, es una actriz de demostrada solidez en el panorama catalán nos demuestra que lo suyo es puramente visceral. Su solidez, dominio del personaje, crea una madre que se ama y se odia. Emma ha crecido con nosotros, pero a mí me parece que sigue teniendo ese fuego y esa fuerza que ha demostrado en la tv y el teatro catalán. Alberto San Juan, presenta a ese padre, que ha vivido de espaldas a la familia sabiendo que ya había alguien que cuidaba de ella, pero que, dado que ha aportado el capital cree que eso ya le da matrícula de honor familiar. Unos hijos, que luchan por salir adelante a pesar de lo que han vivido con esa unión que han formado sus padres, pero que cometen otros errores al tratar de afrontar sus vidas. Enric Auquer, enorme una vez más, construye un personaje creíble que trata de escapar a la presión materna aunque no termina de romper su cordón umbilical y finalmente María Rodríguez, la hija dura, la que asume todos los riesgos y trata de vivir una vida que pueda en el fondo igualar a una madre que siente perfecta a pesar de todo. Todos estos espejos, se romperán en mil pedazos y todos, como en todas las casas, buscan el amor desesperadamente, aunque sea en los cristales rotos del suelo. Y no podemos olvidar a Clara Segura, otra monstrua actoral que ejercerá el papel de la conductora psicológica de los sentimientos familiares desde ese punto, moderno y poco convencional que es el de ser la pareja actual del padre. Tampoco quiero olvidar a Macarena García, el soplo de aire fresco y el personaje más maduro de la película. Su naturalidad y frescura como actriz, como siempre, son su mejor baza.
La fotografía (Pepe Gay de Liébana) es muy buena. Primeros planos que apoyan los discursos de los protagonistas y una luz veraniega y mediterránea que ilumina a esos personajes de claroscuros. El guión de Eduard Solà me parece también sobresaliente.
Para mí, el final, sin desvelar nada, es lo más frágil de esta trama psicológica. No el modo en cómo se produce, ya que lo hace de una forma que uno ve venir dadas las pistas que nos va dando el director, si no por los efectos que conlleva. Pero eso ya es carne de psicólogo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cómo decía, dos o tres defectillos de montaje seguramente, como por ejemplo,
En la primera cena, el yerno va a preparar gintonics, en el momento que los trae y se sienta, todo el mundo decide irse a dormir y los gins se quedean ahí puestos No me parece muy lógico.
Sobre el final, a mi ese abrazo emocional no me parece muy consecuente. Cuando las familias están tan heridas, no me parece que esa unión sea lógica. Si, que se hayan preocupado por el incendio y la madre...pero el abrazarnos porque nos queremos... no lo veo. Quizás soy un poco dura...pero se requiere más que el fuego para salvar todas esas heridas.
Sigue siendo sobresaliente para mi y me apena el tema del doblaje en la versión del resto de España. Es una oportunidad de 10 para ver como el tema idiomático se vive con naturalidad. Una lástima. Yo hubiera subtitulado.
En la primera cena, el yerno va a preparar gintonics, en el momento que los trae y se sienta, todo el mundo decide irse a dormir y los gins se quedean ahí puestos No me parece muy lógico.
Sobre el final, a mi ese abrazo emocional no me parece muy consecuente. Cuando las familias están tan heridas, no me parece que esa unión sea lógica. Si, que se hayan preocupado por el incendio y la madre...pero el abrazarnos porque nos queremos... no lo veo. Quizás soy un poco dura...pero se requiere más que el fuego para salvar todas esas heridas.
Sigue siendo sobresaliente para mi y me apena el tema del doblaje en la versión del resto de España. Es una oportunidad de 10 para ver como el tema idiomático se vive con naturalidad. Una lástima. Yo hubiera subtitulado.
17 de agosto de 2024
17 de agosto de 2024
50 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pongamos un juego sobre la mesa, un juego que sin pensarlo demasiado, a base de metáfora, ponga forma a nuestros miedos más profundos, una forma en modo de espacio físico, interior o exterior, y que te resulte el más querido. Pero pronto empezará a arder en llamas, y nosotros atrapados en él, no podemos hacer más que desesperar apresados por las devastadoras llamas. De repente, sin esperarlo, viene alguien, una persona que, sin miedo ni vacilación, irrumpe entre las ardientes llamas para sacarnos del mismísimo infierno. Para ti, ¿Que lugar seria el apresado por las llamas?, y aún más importante ¿Quién sería esa persona misteriosa que te sacaría de ellas?
El no poco experimentado Dani de la Orden, nos adentra en el seno de una familia de importante capital, bienes e inmuebles. Una familia desestructurada, de padres divorciados, con dos hijos adultos que parecen niños y dos nietas que miedo me da en lo que se convertirán. Montserrat, la matriarca de la familia, por fin podrá disfrutar de un fin de semana con su familia en su casa de Cadaqués, un fin de semana que nada ni nadie podrá estropear, ¡pase lo que pase!
Con hábil mano Eduard Sola escribe este elenco de personajes, tan cretinos como reales y tan rebuscados como sobrecogedores. Unos personajes bañados en una macedonia de narcisismo, egocentrismo, culpabilidad, incertidumbres, nostalgia, amor y melancolía; y, envuelto de una comedia ácida y satírica desarrolla sus carencias y traumas con circunstancias extravagantes y diàlogos insólitos y punzantes con los que reírse de las miserias y dramas que envuelven a la família, pero sin poder dejar de lado el afecto, la empatía y cierta lástima.
Maravillosa está Emma Vilarasau, matriarca dolida y repudiada que se come la pantalla ella sola cada vez que la vemos en escena. Sin desmerecer al resto del elenco y destacando también a una desapasionada Maria Rodriguez Soto y un ególatra Enric Auquer.
Una refrescante sorpresa de este caluroso verano, y que sorprendentemente consigue la fuerza suficiente como para mantenerse a flote en taquilla compitiendo contra los grandes blockbusters de la época; pero infinitamente mejor, por supuesto. Una tragicómica oda a la soledad de quienes lo han dado todo para quienes más aman, a costa de vidas reprimidas, sueños frustrados y vermuts sin aceitunas. Una vida repleta de ingratitud que consecuencia un apego a tiempos de inocencia que jamás volverán. Y aunque me resulta un tanto edulcorado e inconexo su momento final, no puedo evitar sentirme atrapado por ella durante toda su duración y entrarme ganas de llamar a mi madre y decirle que la quiero.
El no poco experimentado Dani de la Orden, nos adentra en el seno de una familia de importante capital, bienes e inmuebles. Una familia desestructurada, de padres divorciados, con dos hijos adultos que parecen niños y dos nietas que miedo me da en lo que se convertirán. Montserrat, la matriarca de la familia, por fin podrá disfrutar de un fin de semana con su familia en su casa de Cadaqués, un fin de semana que nada ni nadie podrá estropear, ¡pase lo que pase!
Con hábil mano Eduard Sola escribe este elenco de personajes, tan cretinos como reales y tan rebuscados como sobrecogedores. Unos personajes bañados en una macedonia de narcisismo, egocentrismo, culpabilidad, incertidumbres, nostalgia, amor y melancolía; y, envuelto de una comedia ácida y satírica desarrolla sus carencias y traumas con circunstancias extravagantes y diàlogos insólitos y punzantes con los que reírse de las miserias y dramas que envuelven a la família, pero sin poder dejar de lado el afecto, la empatía y cierta lástima.
Maravillosa está Emma Vilarasau, matriarca dolida y repudiada que se come la pantalla ella sola cada vez que la vemos en escena. Sin desmerecer al resto del elenco y destacando también a una desapasionada Maria Rodriguez Soto y un ególatra Enric Auquer.
Una refrescante sorpresa de este caluroso verano, y que sorprendentemente consigue la fuerza suficiente como para mantenerse a flote en taquilla compitiendo contra los grandes blockbusters de la época; pero infinitamente mejor, por supuesto. Una tragicómica oda a la soledad de quienes lo han dado todo para quienes más aman, a costa de vidas reprimidas, sueños frustrados y vermuts sin aceitunas. Una vida repleta de ingratitud que consecuencia un apego a tiempos de inocencia que jamás volverán. Y aunque me resulta un tanto edulcorado e inconexo su momento final, no puedo evitar sentirme atrapado por ella durante toda su duración y entrarme ganas de llamar a mi madre y decirle que la quiero.
7 de julio de 2024
7 de julio de 2024
60 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
Idea motriz: Toda familia tiene secretos, ocultos o silenciados tácitamente para el correcto funcionamiento de la vida familiar. La madre es el centro gravitatorio que mantiene unidos a personajes sometidos a fuerzas centrífugas. La legada a la casa familiar de personas externas hacen aparecer esos secretos y apegos más o menos ocultos y olvidados
La forma que es llevada al cine. La acción se desarrolla de una manera teatral en una hermosa casa sobre un acantilado en la costa de Cadaqués. El primer secreto es compartido con espectadores y te da la sensación de que vas a disfrutar de una película singular. Pronto esa sensación desaparece. Los personajes son estereotipados, los nuevos secretos irrelevantes y la respuesta a ellos banal y predecible. La purificación final rezuma falsedad.
Lo que más me ha gustado. La canción final de Manel y los paisajes de Cadaqués. El juego propuesto por uno de los personajes externos a la familia en donde hay que imaginar que voz te guiaría para escapar de un incendio.
Lo que menos me ha gustado. El tratamiento superficial de los conflictos familiares. Los actores y actrices intentan sacar adelante con profesionalidad personajes tópicos y estereotipados. Ni siquiera Enric Auger logra transmitir ni un asomo de credibilidad. No existe ni un asomo de acidez, mordacidad. Dudo si la gran Rosa María Sarda hubiera podido proporcionar algo de interés a esta película
Conclusión. Un drama familiar, tratado con superficialidad. Imagino que el guion comenzaría con el primer secreto compartido con el público, un buen inicio que se diluye en un desarrollo de serie televisiva, falto de acidez, repitiendo situaciones vistas en series y películas sin atisbo de originalidad. Solo la canción final de Manel evita que las últimas escenas produzcan bochorno.
La forma que es llevada al cine. La acción se desarrolla de una manera teatral en una hermosa casa sobre un acantilado en la costa de Cadaqués. El primer secreto es compartido con espectadores y te da la sensación de que vas a disfrutar de una película singular. Pronto esa sensación desaparece. Los personajes son estereotipados, los nuevos secretos irrelevantes y la respuesta a ellos banal y predecible. La purificación final rezuma falsedad.
Lo que más me ha gustado. La canción final de Manel y los paisajes de Cadaqués. El juego propuesto por uno de los personajes externos a la familia en donde hay que imaginar que voz te guiaría para escapar de un incendio.
Lo que menos me ha gustado. El tratamiento superficial de los conflictos familiares. Los actores y actrices intentan sacar adelante con profesionalidad personajes tópicos y estereotipados. Ni siquiera Enric Auger logra transmitir ni un asomo de credibilidad. No existe ni un asomo de acidez, mordacidad. Dudo si la gran Rosa María Sarda hubiera podido proporcionar algo de interés a esta película
Conclusión. Un drama familiar, tratado con superficialidad. Imagino que el guion comenzaría con el primer secreto compartido con el público, un buen inicio que se diluye en un desarrollo de serie televisiva, falto de acidez, repitiendo situaciones vistas en series y películas sin atisbo de originalidad. Solo la canción final de Manel evita que las últimas escenas produzcan bochorno.
15 de julio de 2024
15 de julio de 2024
44 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película no incurre en los habituales tics de las comedias (voces forzadas, caras raras,gags remarcados...) y es de agradecer. La comicidad de las situaciones fluye suavemente, hábilmente manejada por los actores y actrices, sin excesos y justamente por eso más creïble. Durante muchas de las escenas de grupo, los personajes hablan entre sí como si realmente no estuvieran en manos de actores y actrices. Es muy difícil acertar en el tono y el ritmo de este entramado de voces, y lo consiguen, porque tienen talento, y porque la dirección de actores es brillante. La comedia avanza hacia el drama a un ritmo bien calibrado. Poco a poco descubres que, en el fondo, el tema de la película es la soledad, una soledad que puede hacer estragos en la propia vida y en la de los demás. Hay una dissección muy subtil de la psicologia no solo de los personajes sinó del ser humano, y eso me ha parecido muy interesante. La parte negativa —por la cual le pongo un 8 y no un 10— es que se percibe un cierto intento de hacer tesis, Y me parecería fantástico si eso quedara bien integrado en la historia, pero no lo hace, o no del todo. En este mismo sentido, es curioso que todos los personajes femeninos, aun a pesar de sus inconveniencias —la abuela se lleva la palma—, son potentes, nunca les falla una réplica inteligente. Y en cambio los hombres, todos, son más lineales, flojillos...(y quede claro, no me refiero a la interpretación). Cierto, esto ha ocurrido al revés en muchos momentos de la historia del cine, y quizá no sea un problema, si no fuera porque resta posibilidades a una película tan magnífica que merecía tenerlas todas. También hay algun detalle que no me ha convencido pero ya pertenece a la zona spoiler. En resumen, Casa en llamas, con todos sus pocos defectos (a mi parecer) me ha mantenido la atención desde el primer momento hasta el último.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Que a una chica que se llama a si misma novia de un chico, le caiga mal que éste le dedique una canción en público, entra dentro de lo comprensible. Pero que hasta le resulte desconcertante y poco agradable que él le diga que está enamorado de ella... Si hubieran sido íntimos amigos con derecho a roce, se entendería, pero... ¿entre novios? La situación me ha parecido algo incoherente. Por otro lado, que se vea en dos o tres ocasiones como la protagonista deja un cigarrillo sobre una superficie determinada, ofrreciendo un primer plano de éste.. te induce a pensar que el fuego tendrá un papel importante y nada metafórico en la historia, y pienso que la escena final, en definitiva el incendio final (que por otro lado me parece fascinante por las imágnes y por el reencuentro emocional de madre, hijos y ex) hubiera sido más impactante y bello sin estas pistas previas que no necesitábamos.
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