Lo principal que uno se lleva de este film es la maravillosa y trágica historia de La Chana. A través de un guión hábilmente articulado sobre el binomio persona-personaje, asistimos al brutal combate entre la mujer y la bailaora. La puesta en escena -que a veces peca de exceso de convencionalismo- ofrece algunas dialécticas maravillosas entre presente y pasado, movimiento y pausa, danza y palabra. Resumiendo, un hermoso film construido desde la dualidad, donde -como nos recuerda La Chana- el secreto está en la mágica fusión entre "compás y alma". Muy recomendable.

En el panorama actual de la distribución europea, la vida te da sorpresas como que fuese posible ver antes en un cine holandés La Chana que en España. En este documental, Lucija Stojevic nos lleva de la mano de la bailaora de viaje al pasado de la artista, pero con un pie puesto en el presente. La Chana abandonó los escenarios de manera repentina y en lo más alto de su carrera, y ahora quiere volver. Pocas películas de ficción o documentales han conseguido capturar con esta nitidez y naturalidad las imposiciones de la sociedad patriarcal y la lucha de una mujer valiente por salir adelante. Y, al margen de los temas mayores, sobre todo nos regala a la audiencia pasar una hora y media con La Chana, una mujer que a cada palabra y cada gesto nos acerca al arte ancestral del flamenco. Vivaz, divertida, cercana y divina, todos estos adjetivos se quedan cortos para describir la actitud vital de quien se enfrenta a la vida con cada parte de su cuerpo. Si no la habéis visto, ya estáis tardando.