Estación Rocafort
2024 

3,5
1.430
Terror. Intriga
Un misterio que durante años ha sacudido a la estación de Metro de Rocafort en Barcelona entra de lleno en la vida de Laura (Natalia Azahara) cuando empieza a trabajar en esta vieja y tranquila parada. No tardará en descubrir una leyenda que la empezará a perseguir: allí ha muerto mucha gente en extrañas circunstancias. Laura, decidida a descubrir la verdad, pedirá ayuda a Román (Javier Gutiérrez), un curtido expolicía que alberga sus ... [+]
11 de septiembre de 2024
11 de septiembre de 2024
26 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
He seguido con cierto interés la carrera de Luis Prieto. A esto le sumamos que uno de sus productores es mi admirado Rodrigo Cortés. Y encima está Javier Gutierrez de por medio.
Pffff. Fui al cine a verla, y menos mal que tengo una tarifa plana, porque si no seguiría llorando por las esquinas al gastar mi dinero en esta ¿cosa inclasificable?
Escenarios muy oscuros, música predecible y tramposa, lenta lentísima, efectos sonoros de peli de bajísimo presupuesto, actuaciones muy justitas...
Lo siento, me ha parecido un pastelazo bostezable para ver un sábado a mediodía mientras miras a tu gato asustarse con un pepino.
El 2 es porque 1 punto se lo lleva Rodrigo Cortés por ser fan, y Javier Gutierrez porque todo el mundo tiene derecho a equivocarse. :)
Pffff. Fui al cine a verla, y menos mal que tengo una tarifa plana, porque si no seguiría llorando por las esquinas al gastar mi dinero en esta ¿cosa inclasificable?
Escenarios muy oscuros, música predecible y tramposa, lenta lentísima, efectos sonoros de peli de bajísimo presupuesto, actuaciones muy justitas...
Lo siento, me ha parecido un pastelazo bostezable para ver un sábado a mediodía mientras miras a tu gato asustarse con un pepino.
El 2 es porque 1 punto se lo lleva Rodrigo Cortés por ser fan, y Javier Gutierrez porque todo el mundo tiene derecho a equivocarse. :)
20 de diciembre de 2024
20 de diciembre de 2024
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De verdad que en el elenco español no hay quien sepa actuar?, de verdad, no son actuaciones, son directamente forzadas, se salva Javier Gutiérrez. El resto, de auténtica pena.
Todo es forzado, en la vida real no son así las cosas, no hay una sola naturalidad en las interpretaciones.
La trama, pues del montón, no genera un interés claro, de ninguna de las maneras. Lo que lastra toda la trama, ni suspense, ni terror, no despunta en nada.
Hay que examinar el tema de las interpretaciones en España, porque de verdad, dejan mucho que desear. O no hay buenos actores, directamente, o los directores son unos incompetentes, o una mezcla de ambas, pero de verdad que se ve todo o casi todo como si fuese de plástico. Cuesta creerse lo que uno está viendo por culpa de esto.
Todo es forzado, en la vida real no son así las cosas, no hay una sola naturalidad en las interpretaciones.
La trama, pues del montón, no genera un interés claro, de ninguna de las maneras. Lo que lastra toda la trama, ni suspense, ni terror, no despunta en nada.
Hay que examinar el tema de las interpretaciones en España, porque de verdad, dejan mucho que desear. O no hay buenos actores, directamente, o los directores son unos incompetentes, o una mezcla de ambas, pero de verdad que se ve todo o casi todo como si fuese de plástico. Cuesta creerse lo que uno está viendo por culpa de esto.
30 de agosto de 2024
30 de agosto de 2024
24 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las estaciones de metro son un lugar de paso, utilizadas para el tránsito de miles de personas a lo largo de horas, días o años, asimismo se ha demostrado ser un buen escenario para el terror, ahí está la mejor entrega de la trilogía Quatermass, Qué Sucedió Entonces, el acercamiento pop y resultón de la ópera prima de Gary Sherman, Sub-humans, o el remake inconfeso de Christopher Smith ya a principios del siglo XXI: Creep.
Ahora podemos añadir un nombre más al cine de terror ambientado en el metro: Estación Rocafort.
Natalia ha comenzado a trabajar en la estación de Metro de Rocafort, es un trabajo que necesita para sobrellevar la ruptura con su novio Dani, buscar un nuevo lugar donde vivir, tal vez conocer a gente nueva… Claro que la estación Rocafort lleva a sus espaldas una leyenda negra que Natalia ignora.
Pero una noche presencia el sangriento suicidio de un trabajador del metro y a partir de este momento su vida se convertirá en un infierno. Atrapada entre horribles visiones, con la sensación de que se le acaba el tiempo, Natalia solo encontrará apoyo en una joven llamada Cris y Román, un expolicía alcohólico cuya vida estuvo marcada por unos truculentos asesinatos que tuvieron lugar en la misma estación.
Resulta curioso que habiendo nacido/vivido en Barcelona y alrededores, los cineastas de género como Jaume Balagueró, Nacho Cerdá, J.A. Bayona o Paco Plaza no se hayan interesado por la estación Rocafort, que a lo largo de su historia ha ido acumulando muertes y sucesos de la crónica negra. El director Luis Prieto, en su primera película rodada en España tras hacer carrera en el mercado anglosajón, utiliza este escenario para situar el guion que a coescrito con Iván Ledesma y Ángel Agudo, y sumerge al espectador en una entretenida historia con cierta inspiración en el J-Horror pero añadiendo toques de leyenda negra puramente hispana.
La historia tal vez no sea lo más original de la función, eso es innegable, pero aunque caigan en algunos de los tópicos/tipismos de este tipo de películas, lo cierto es que sabe evolucionar de unos primeros compases con un exceso de jumpscares hasta convertirlo en una suerte de thriller sobrenatural donde una cuenta atrás actúa como motor interno. Poco a poco, la película de Luis Prieto se va alejando de sus referentes cercanos hasta encontrar su propio espíritu en un muy entretenido tercio final y un clímax que deja al espectador con ganas de que Estación Rocafort tenga una continuación.
Aunque la protagonista cuasi absoluta sea la jovencísima Natalia Azahara con una interpretación correcta, Javier Gutiérrez – en su primer acercamiento al cine de género puro - añade su capacidad interpretativa “todoterreno” al hacer suyo un personaje derrotado por la vida y que ve en el grito de ayuda de Natalia Azahara una posibilidad de redención. Celso Bugallo tiene una secuencia impactante que sabe a poco mientras Valèria Sorolla pone juventud y frescura al servicio de su personaje de Cris.
Con Estación Rocafort, Luis Prieto abre un escenario que, bien llevado, puede dar lugar a una saga que sin rehuir del espíritu puramente español, es un producto muy exportable e internacional.
https://www.terrorweekend.com/2024/08/estacion-rocafort-review.html
Ahora podemos añadir un nombre más al cine de terror ambientado en el metro: Estación Rocafort.
Natalia ha comenzado a trabajar en la estación de Metro de Rocafort, es un trabajo que necesita para sobrellevar la ruptura con su novio Dani, buscar un nuevo lugar donde vivir, tal vez conocer a gente nueva… Claro que la estación Rocafort lleva a sus espaldas una leyenda negra que Natalia ignora.
Pero una noche presencia el sangriento suicidio de un trabajador del metro y a partir de este momento su vida se convertirá en un infierno. Atrapada entre horribles visiones, con la sensación de que se le acaba el tiempo, Natalia solo encontrará apoyo en una joven llamada Cris y Román, un expolicía alcohólico cuya vida estuvo marcada por unos truculentos asesinatos que tuvieron lugar en la misma estación.
Resulta curioso que habiendo nacido/vivido en Barcelona y alrededores, los cineastas de género como Jaume Balagueró, Nacho Cerdá, J.A. Bayona o Paco Plaza no se hayan interesado por la estación Rocafort, que a lo largo de su historia ha ido acumulando muertes y sucesos de la crónica negra. El director Luis Prieto, en su primera película rodada en España tras hacer carrera en el mercado anglosajón, utiliza este escenario para situar el guion que a coescrito con Iván Ledesma y Ángel Agudo, y sumerge al espectador en una entretenida historia con cierta inspiración en el J-Horror pero añadiendo toques de leyenda negra puramente hispana.
La historia tal vez no sea lo más original de la función, eso es innegable, pero aunque caigan en algunos de los tópicos/tipismos de este tipo de películas, lo cierto es que sabe evolucionar de unos primeros compases con un exceso de jumpscares hasta convertirlo en una suerte de thriller sobrenatural donde una cuenta atrás actúa como motor interno. Poco a poco, la película de Luis Prieto se va alejando de sus referentes cercanos hasta encontrar su propio espíritu en un muy entretenido tercio final y un clímax que deja al espectador con ganas de que Estación Rocafort tenga una continuación.
Aunque la protagonista cuasi absoluta sea la jovencísima Natalia Azahara con una interpretación correcta, Javier Gutiérrez – en su primer acercamiento al cine de género puro - añade su capacidad interpretativa “todoterreno” al hacer suyo un personaje derrotado por la vida y que ve en el grito de ayuda de Natalia Azahara una posibilidad de redención. Celso Bugallo tiene una secuencia impactante que sabe a poco mientras Valèria Sorolla pone juventud y frescura al servicio de su personaje de Cris.
Con Estación Rocafort, Luis Prieto abre un escenario que, bien llevado, puede dar lugar a una saga que sin rehuir del espíritu puramente español, es un producto muy exportable e internacional.
https://www.terrorweekend.com/2024/08/estacion-rocafort-review.html
20 de septiembre de 2024
20 de septiembre de 2024
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Técnicamente bien ejecutada. Para todo lo demás... es duro el visionado de una película que tiene más buenas intenciones que otra cosa.
Insuficiente en el mejor de los casos.
¿Qué hace Javier Gutiérrez en un papel como este? ¿O por qué no se caracteriza a Gutiérrez de una forma más convincente?
Veo a personajes que me sacan de la historia por ser todo y en todos los aspectos demasiado "impecables". Quien salva más la película es Natalia Azahara. Quien lastra más la película los firmantes del guión y de la historia.
En el cine éramos cinco personas. Si el público no pisa las salas de cine no se justifican las películas y sospecho el motivo por el que el cine estaba casi vacío. Y me resulta una lástima.
La premisa es muy potente: el misterio de la estación rocafort. Pero ya sea porque conozco la estación (y Barcelona) y hay elementos que me sacan de la película (¿qué necesidad hay de cambiarla a la línea amarilla?), ya sea porque la historia y su desarrollo me parecen insuficientes: no tiene mi aprobado.
Opciones había muchas.
Tratarlo desde un punto de vista sobrenatural o fantasioso, una conspiración, un asesino en serie que vuelve con los años. Y sí, optan por una de estas vías pero de una forma peor que desangelada.
Por cierto, en un momento en el que el cine busca cierto hiperrealismo, me sobra ver a un ex-agente de policía con inclinación al alcohol y con una vida de mierda que vaya hecho un pincel a todas partes. Quiero ver personajes reales, sucios, como la ciudad o la vida misma. Me cae mal el compañero de piso de la protagonista, me parece insoportable pero me parece uno de los personajes más atractivos porque pese a ser miserable: es el más humano de todos.
Insuficiente en el mejor de los casos.
¿Qué hace Javier Gutiérrez en un papel como este? ¿O por qué no se caracteriza a Gutiérrez de una forma más convincente?
Veo a personajes que me sacan de la historia por ser todo y en todos los aspectos demasiado "impecables". Quien salva más la película es Natalia Azahara. Quien lastra más la película los firmantes del guión y de la historia.
En el cine éramos cinco personas. Si el público no pisa las salas de cine no se justifican las películas y sospecho el motivo por el que el cine estaba casi vacío. Y me resulta una lástima.
La premisa es muy potente: el misterio de la estación rocafort. Pero ya sea porque conozco la estación (y Barcelona) y hay elementos que me sacan de la película (¿qué necesidad hay de cambiarla a la línea amarilla?), ya sea porque la historia y su desarrollo me parecen insuficientes: no tiene mi aprobado.
Opciones había muchas.
Tratarlo desde un punto de vista sobrenatural o fantasioso, una conspiración, un asesino en serie que vuelve con los años. Y sí, optan por una de estas vías pero de una forma peor que desangelada.
Por cierto, en un momento en el que el cine busca cierto hiperrealismo, me sobra ver a un ex-agente de policía con inclinación al alcohol y con una vida de mierda que vaya hecho un pincel a todas partes. Quiero ver personajes reales, sucios, como la ciudad o la vida misma. Me cae mal el compañero de piso de la protagonista, me parece insoportable pero me parece uno de los personajes más atractivos porque pese a ser miserable: es el más humano de todos.
20 de septiembre de 2024
20 de septiembre de 2024
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El realizador madrileño Luis Prieto vuelve a trabajar en España después de más de veinte años desarrollando su actividad en México y otros países. Para su largometraje de vuelta ha escogido una historia de terror ambientada en una estación real de la red ferroviaria de Barcelona.
El resultado es bastante decepcionante. Luis Prieto ha leído perfectamente las instrucciones sobre cómo hacer una película de miedo, especialmente el apartado referido a la banda sonora, imprescindible en el género. El problema es que, una vez tomados los ingredientes, nos bombardea con ellos, sin orden ni concierto, en un guion que da constantes giros, supuestamente para sorprender, pero dejando la sensación de que nadie sabe hacia dónde va.
Al son de la música de Nami Memulad, lo más acertado del film, Prieto despliega todos los tópicos del género: sangre, sexo, cámara en mano, cámara subjetiva, primeros planos imposibles, imágenes distorsionadas y latinajos, que siempre ponen su punto de horror espiritual.
En definitiva, un mal producto solo apto para quienes disfruten dando saltos en la butaca de la sala sin importarles demasiado la trama.
www.contraste.info
El resultado es bastante decepcionante. Luis Prieto ha leído perfectamente las instrucciones sobre cómo hacer una película de miedo, especialmente el apartado referido a la banda sonora, imprescindible en el género. El problema es que, una vez tomados los ingredientes, nos bombardea con ellos, sin orden ni concierto, en un guion que da constantes giros, supuestamente para sorprender, pero dejando la sensación de que nadie sabe hacia dónde va.
Al son de la música de Nami Memulad, lo más acertado del film, Prieto despliega todos los tópicos del género: sangre, sexo, cámara en mano, cámara subjetiva, primeros planos imposibles, imágenes distorsionadas y latinajos, que siempre ponen su punto de horror espiritual.
En definitiva, un mal producto solo apto para quienes disfruten dando saltos en la butaca de la sala sin importarles demasiado la trama.
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