Tras visionar la temporada completa me queda una sensación contradictoria. No me cabe duda de que se trata de una producción ambiciosa que aborda una interesante época de historia británica. Y, sin embargo, por motivos difusos se queda en un quiero y no puedo. No se le puede reprochar nada a la profesionalidad de los actores, entre los que destacaría a Romola Garai, que supera de forma muy digna el reto de encarnar a María Tudor. Pero a pesar del gran material que proporcionan estos personajes históricos, la serie no es capaz ni de transmitir la intensidad dramática de la historia ni de transportarte a una corte plagada de intrigas palaciegas. Los personajes resultan por lo general bastante planos e insípidos, sin un ápice de carisma, y la ambientación y recreación histórica no consigue alcanzar su propósito. No hay ni un ápice de majestuosidad en una de las, se supone, más importantes cortes de Europa. Pasillos casi desiertos, un entorno a veces abrumadoramente silencioso y ausencia de extras en lo que se supone que son concurridos palacios reales, hace que no te acabes de creer que los personajes son algo más que una familia de aristócratas medianamente acomodados. Por no hablar de la casi total ausencia de protocolos y la familiaridad con la que se tratan a veces los personajes, que termina por aniquilar cualquier sensación cortesana. Entiendo que el rey es un crío, pero resulta muy difícil de creer la casi insultante ausencia de actitud reverencial de los personajes hacia él, en una época donde regían unos rígidos protocolos.

Una completa falta de atención a los detalles, la falta de intensidad dramática y su excesiva sobriedad, quizás fruto de limitacioness presupuestarias, hacen que la serie, que tenía las bases para poder ser una producción interesante, se quede es un mero aceptable. Al menos, consiguieron que el impacto de esa política tan actual como anacrónica de incorporar con calzador personajes de distintos orígenes étnicos fuese mínimo. Aunque a los espectadores españoles casi nos provoque una carcajada ver a tan exótico embajador de España en pleno siglo XVI.