Sombras del pasado
5,3
1.174
Thriller
Un ex detective de homicidios (Russell Crowe) que sufre pérdida de memoria vuelve a examinar un antiguo caso sobre el brutal asesinato de un profesor universitario. Mientras se somete a un novedoso tratamiento contra el Alzheimer, su investigación le revelará nuevas pistas y escalofriantes secretos del pasado. (FILMAFFINITY)
2 de junio de 2024
2 de junio de 2024
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuando fue la última buena película que viste de Russell Crowe? Yo personalmente me remonto a 2016 cuando sacó Dos buenos tipos y eso ya fue un oasis en el desierto. El bueno de Crowe se ha ido especializando en aparecer como la única estrella en películas de presupuesto medio y relevancia discreta y oye, su buen dinerito hará, pero parece que ya ha dado por buena su carrera y ahora se contenta con rodar un par de meses al año y tumbarse a la bartola el resto, menudo infierno ¿eh?. Habrá quien ponga a El exorcista del Papa como una buena película pero sinceramente no lo es, tiene carisma y cierta gracia pero está a mil kilómetros de ser buena. Pero en fin, veamos qué tiene que ofrecer en Sombras del pasado.
Cuenta la historia de un policía retirado con un principio de alzheimer que se apunta a un experimento clínico para probar de mejorar su condición. A la vez retoma un caso cerrado diez años antes que a poco que se adentra en él (no recordando nada del mismo) ya percibe que no se cerró de manera correcta, lo que, como ya se vé venir removerá viejos fantasmas del pasado. La estructura de la cinta es de un thriller de investigación normalito. Múltiples personajes, todos con sus propios secretos que se irán desgranando a medida que avanza el argumento aunque no sean demasiado interesantes. Realmente el bueno de Russell Crowe es la estrella del show y el único que pone un poco de su parte para que te tomes la película mínimamente en serio. El tío tal vez se haya acomodado pero siempre fue un buen actor y en esta hace un trabajo decente. Es la cañita a la que nos tenemos que agarrar para que no se vaya todo al garete y lo cierto es que lo consigue. Pues la trama pese a que intente volverse densa y retorcida nunca lo consigue, el espectador siempre va un paso (o dos) por delante de la acción y no hay nada demasiado sorprendente, pues a poco que hayas visto películas del estilo todas tienen un A, B, C que siguen a rajatabla y que encorseta la trama. No digo que siempre sea así pero normalmente ocurre, y en esta película no inventan la rueda precisamente. En el reparto destaco también a Karen Gillan pero para mal. Nunca la tuve como una gran actriz pero en personajes sencillos y que exploten su vis cómica lo puede hacer bien, pero aquí llega a dar un puntito de vergüenza ajena poniendo ese acento extraño que la verdad, no llegué a entender a dónde quería llegar con eso.
Lo que no tenían en cuenta y sí que ocurre es que llegados a un punto todo se vuelve una comedia involuntaria y hasta pueden sonar carcajadas como ocurrió en mi proyección. Sin destripar nada, hay una escena que es un poco la resolución de una parte de la trama y además hay un poco de tiroteo... está tan mal rodado y ocurren las cosas un poco porque tienen que ocurrir que todo se vuelve lamentable y... gracioso. Y eso en una trama tan oscura no tendría que ocurrir ni por asomo. Tal vez esto se deba a que tenemos a un novato en la silla del director como es Adam Cooper, guionista de maravillas de la cinematografía como son Assassin's Creed, Transporter Legacy o la inolvidable Exodus: Dioses y Reyes. Una producción de nivel medio, con un director novato que tampoco ha destacado y una historia que no sería la divina papaya no sé quién se esperaba que de aquí saliera una película de culto.
La cinta recuerda en sus primeros minutos a otros trabajos en los que destaca Memento, los mensajes que se va poniendo el personaje por todas partes por si se olvida de donde está, y amén de llevar una investigación de este calibre sin saber muy bien si se acordará dentro de un rato tiene su miga pero no creo que se haya explotado del todo. Al final el hecho de que el personaje tenga alzheimer es más un recurso para sorprendentes giros de guion (que luego no lo son tanto) que un verdadero handicap para el personaje a la hora de resolver el enigma. De hecho se podría jugar a ver en qué momento de la trama cada espectador deduce la clave del asunto, algunos tardarán media hora, otros tal vez una hora entera pero seguro que todo el mundo habrá llegado a la meta antes que los personajes de la película. La película no es un desastre y puede entretener al espectador que quiera ver algo que parezca sesudo pero que luego no lo sea. Y si se puede combinar con una manta, un sofá y una noche lluviosa, pues oye, ni tan mal.
Cuenta la historia de un policía retirado con un principio de alzheimer que se apunta a un experimento clínico para probar de mejorar su condición. A la vez retoma un caso cerrado diez años antes que a poco que se adentra en él (no recordando nada del mismo) ya percibe que no se cerró de manera correcta, lo que, como ya se vé venir removerá viejos fantasmas del pasado. La estructura de la cinta es de un thriller de investigación normalito. Múltiples personajes, todos con sus propios secretos que se irán desgranando a medida que avanza el argumento aunque no sean demasiado interesantes. Realmente el bueno de Russell Crowe es la estrella del show y el único que pone un poco de su parte para que te tomes la película mínimamente en serio. El tío tal vez se haya acomodado pero siempre fue un buen actor y en esta hace un trabajo decente. Es la cañita a la que nos tenemos que agarrar para que no se vaya todo al garete y lo cierto es que lo consigue. Pues la trama pese a que intente volverse densa y retorcida nunca lo consigue, el espectador siempre va un paso (o dos) por delante de la acción y no hay nada demasiado sorprendente, pues a poco que hayas visto películas del estilo todas tienen un A, B, C que siguen a rajatabla y que encorseta la trama. No digo que siempre sea así pero normalmente ocurre, y en esta película no inventan la rueda precisamente. En el reparto destaco también a Karen Gillan pero para mal. Nunca la tuve como una gran actriz pero en personajes sencillos y que exploten su vis cómica lo puede hacer bien, pero aquí llega a dar un puntito de vergüenza ajena poniendo ese acento extraño que la verdad, no llegué a entender a dónde quería llegar con eso.
Lo que no tenían en cuenta y sí que ocurre es que llegados a un punto todo se vuelve una comedia involuntaria y hasta pueden sonar carcajadas como ocurrió en mi proyección. Sin destripar nada, hay una escena que es un poco la resolución de una parte de la trama y además hay un poco de tiroteo... está tan mal rodado y ocurren las cosas un poco porque tienen que ocurrir que todo se vuelve lamentable y... gracioso. Y eso en una trama tan oscura no tendría que ocurrir ni por asomo. Tal vez esto se deba a que tenemos a un novato en la silla del director como es Adam Cooper, guionista de maravillas de la cinematografía como son Assassin's Creed, Transporter Legacy o la inolvidable Exodus: Dioses y Reyes. Una producción de nivel medio, con un director novato que tampoco ha destacado y una historia que no sería la divina papaya no sé quién se esperaba que de aquí saliera una película de culto.
La cinta recuerda en sus primeros minutos a otros trabajos en los que destaca Memento, los mensajes que se va poniendo el personaje por todas partes por si se olvida de donde está, y amén de llevar una investigación de este calibre sin saber muy bien si se acordará dentro de un rato tiene su miga pero no creo que se haya explotado del todo. Al final el hecho de que el personaje tenga alzheimer es más un recurso para sorprendentes giros de guion (que luego no lo son tanto) que un verdadero handicap para el personaje a la hora de resolver el enigma. De hecho se podría jugar a ver en qué momento de la trama cada espectador deduce la clave del asunto, algunos tardarán media hora, otros tal vez una hora entera pero seguro que todo el mundo habrá llegado a la meta antes que los personajes de la película. La película no es un desastre y puede entretener al espectador que quiera ver algo que parezca sesudo pero que luego no lo sea. Y si se puede combinar con una manta, un sofá y una noche lluviosa, pues oye, ni tan mal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Recomendada por Kuato a: Los que quieren ir de listos deduciendo al final antes de que ocurra. Aquí lo conseguirán.
No recomendada por Kuato a: Los que busquen un auténtico reto.
Ego-Tour de luxe por: La primera media hora es bastante interesante, sobretodo gracias al bueno de Crowe. Luego ya tal.
Atmósfera turbínea por: La escena del tiroteo. Lamentable.
No recomendada por Kuato a: Los que busquen un auténtico reto.
Ego-Tour de luxe por: La primera media hora es bastante interesante, sobretodo gracias al bueno de Crowe. Luego ya tal.
Atmósfera turbínea por: La escena del tiroteo. Lamentable.
18 de junio de 2024
18 de junio de 2024
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un antiguo detective de homicidios americano llamado Roy (Crowe), padece alzhéimer con pérdidas de memoria. Para eso se está sometiendo a un novedoso tratamiento contra la enfermedad.
En este punto, a llamada de un joven negro en el corredor de la muerte, visita al reo, un joven negro, quien le expone con crudeza absoluta que él no mató a nadie en una lejana noche diez años atrás, en un caso de homicidio en el cual nuestro policía tomó parte.
El detective, que fue expulsado del cuerpo tiempo atrás ahora es jubilado y decide apiadarse del convicto y examinar de nuevo el caso sobre el brutal asesinato de un profesor universitario.
La investigación que emprende sobre su pasado, ya casi borrado para él, le revelará nuevas pistas sorprendentes y turbadores acontecimientos de su vida.
Adam Cooper se estrena como director de largometrajes con una peli un tanto anómala con una fotografía oscura de Benn Nott, una música lóbrega de David Hirschfelder y un guion de Bill Colage y Adam Cooper, que adaptan la novela de E.O. Chirovici: “El libro de los espejos”.
Cooper se queda corto en el ritmo en una película que padece la gran cantidad de puntos de vista y los forzados cambios estéticos que utiliza para poner en imágenes la reconstrucción de la memoria.
Vemos a un Crowe obeso y mayor, con una barba blanca y cabeza afeitada interpretando a Roy Freeman, antiguo policía ahora nadando en medio de su demencia, que se pasa la vida escribiendo etiquetas en cinta adhesiva y pegándolas por su apartamento para recordarlo todo: su nombre, dónde está el agua caliente, la noche de basura es los miércoles, etc.
Roy tiene dos incisiones recientes en la parte superior de la cabeza, resultado de una cirugía experimental a la que se está sometiendo para estimular su cerebro. A medida que avanza la película, su memoria empieza a regresar en destellos que van actualizando su historia.
Como decía, de las primeras cosas que hace Roy en la peli es visitar al preso negro condenado a muerte, Isaac (bien Pacharo Mzembe), a quien Roy colaboró a encarcelar diez años atrás, después de lograr que confesara un asesinato. Isaac está a días de ser ejecutado.
El chico afirma ahora que es inocente. Pero admite que estuvo en la casa la noche en que Joseph Wieder (magnífico Márton Csókás), un profesor del Waterford College, fuera asesinado a golpes.
El chico afirma que Roy sabe que es inocente y le ruega que revise el caso. Esto conduce a nuestro protagonista a una tarea de inmersión profunda y laberíntica que le irá recordando las cosas poco a poco.
La película se retrotrae en el tiempo y nos adentramos en un triángulo amoroso académico en el cual el brillante Dr. Wieder, profesor y persona manipuladora, vive a todo tren y se relaciona con mujeres que lo visitan, a las que graba en sus relaciones íntimas.
La adorada asistente de laboratorio, Laura Baines, es interpretada brillantemente por Karen Gillan como mujer hermosa y peligrosa. Tenemos al escritor Harry Greenwood (eficiente Richard Finn), un aspirante a novelista y ambicioso, enfrentado a Wieder y obsesionado con Laura. Nos damos cuenta enseguida quién va a ser la “mujer fatal” de la historia.
Hay unas memorias manuscritas tituladas "El efecto espejo", que varios personajes afirman haber escrito. Para que de nada falte, hay otros sospechosos, el ayudante del profesor (un solvente Thomas M. Wright); también el viejo policía y compañero de Roy, Jimmy (excelente Tommy Flanagan), que le sugiere al amigo que no se meta en líos.
Resulta interesante ver al protagonista Roy buscando sus recuerdos, quién fue o qué hizo en la vida. Es como si Roy se abriera por vez a su vida anterior que permanece como indica el título, en la “sombra del pasado”. Será el deterioro cognitivo de Roy lo que le ayuda a resolver el crimen.
Por supuesto, a medida que su memoria es más regresiva, va dándose más cuenta de cuanto ocurrió y al final, acaba comportándose de manera inteligente, tirando de los hilos e hilvanar las pruebas.
Russell Crowe interpreta de manera brillante a un demente, al personaje trágico y complejo de Roy, lo que da pie a nuestro actor a transmitir infinidad de emociones con mínimos gestos. Crowe sabe hacer uso de ese material dramático aleccionador y rico. De hecho, el trabajo de Crowe es principal para el filme y lo que mantiene la atención hasta el final es su hipnótica actuación. Un hombre perseguido por sus ocultos demonios; un ser que debe hacerse cargo de todo.
Publicado más extenso en revista Encadenados: https://encadenados.org/criticas/sombras-del-pasado-2/
En este punto, a llamada de un joven negro en el corredor de la muerte, visita al reo, un joven negro, quien le expone con crudeza absoluta que él no mató a nadie en una lejana noche diez años atrás, en un caso de homicidio en el cual nuestro policía tomó parte.
El detective, que fue expulsado del cuerpo tiempo atrás ahora es jubilado y decide apiadarse del convicto y examinar de nuevo el caso sobre el brutal asesinato de un profesor universitario.
La investigación que emprende sobre su pasado, ya casi borrado para él, le revelará nuevas pistas sorprendentes y turbadores acontecimientos de su vida.
Adam Cooper se estrena como director de largometrajes con una peli un tanto anómala con una fotografía oscura de Benn Nott, una música lóbrega de David Hirschfelder y un guion de Bill Colage y Adam Cooper, que adaptan la novela de E.O. Chirovici: “El libro de los espejos”.
Cooper se queda corto en el ritmo en una película que padece la gran cantidad de puntos de vista y los forzados cambios estéticos que utiliza para poner en imágenes la reconstrucción de la memoria.
Vemos a un Crowe obeso y mayor, con una barba blanca y cabeza afeitada interpretando a Roy Freeman, antiguo policía ahora nadando en medio de su demencia, que se pasa la vida escribiendo etiquetas en cinta adhesiva y pegándolas por su apartamento para recordarlo todo: su nombre, dónde está el agua caliente, la noche de basura es los miércoles, etc.
Roy tiene dos incisiones recientes en la parte superior de la cabeza, resultado de una cirugía experimental a la que se está sometiendo para estimular su cerebro. A medida que avanza la película, su memoria empieza a regresar en destellos que van actualizando su historia.
Como decía, de las primeras cosas que hace Roy en la peli es visitar al preso negro condenado a muerte, Isaac (bien Pacharo Mzembe), a quien Roy colaboró a encarcelar diez años atrás, después de lograr que confesara un asesinato. Isaac está a días de ser ejecutado.
El chico afirma ahora que es inocente. Pero admite que estuvo en la casa la noche en que Joseph Wieder (magnífico Márton Csókás), un profesor del Waterford College, fuera asesinado a golpes.
El chico afirma que Roy sabe que es inocente y le ruega que revise el caso. Esto conduce a nuestro protagonista a una tarea de inmersión profunda y laberíntica que le irá recordando las cosas poco a poco.
La película se retrotrae en el tiempo y nos adentramos en un triángulo amoroso académico en el cual el brillante Dr. Wieder, profesor y persona manipuladora, vive a todo tren y se relaciona con mujeres que lo visitan, a las que graba en sus relaciones íntimas.
La adorada asistente de laboratorio, Laura Baines, es interpretada brillantemente por Karen Gillan como mujer hermosa y peligrosa. Tenemos al escritor Harry Greenwood (eficiente Richard Finn), un aspirante a novelista y ambicioso, enfrentado a Wieder y obsesionado con Laura. Nos damos cuenta enseguida quién va a ser la “mujer fatal” de la historia.
Hay unas memorias manuscritas tituladas "El efecto espejo", que varios personajes afirman haber escrito. Para que de nada falte, hay otros sospechosos, el ayudante del profesor (un solvente Thomas M. Wright); también el viejo policía y compañero de Roy, Jimmy (excelente Tommy Flanagan), que le sugiere al amigo que no se meta en líos.
Resulta interesante ver al protagonista Roy buscando sus recuerdos, quién fue o qué hizo en la vida. Es como si Roy se abriera por vez a su vida anterior que permanece como indica el título, en la “sombra del pasado”. Será el deterioro cognitivo de Roy lo que le ayuda a resolver el crimen.
Por supuesto, a medida que su memoria es más regresiva, va dándose más cuenta de cuanto ocurrió y al final, acaba comportándose de manera inteligente, tirando de los hilos e hilvanar las pruebas.
Russell Crowe interpreta de manera brillante a un demente, al personaje trágico y complejo de Roy, lo que da pie a nuestro actor a transmitir infinidad de emociones con mínimos gestos. Crowe sabe hacer uso de ese material dramático aleccionador y rico. De hecho, el trabajo de Crowe es principal para el filme y lo que mantiene la atención hasta el final es su hipnótica actuación. Un hombre perseguido por sus ocultos demonios; un ser que debe hacerse cargo de todo.
Publicado más extenso en revista Encadenados: https://encadenados.org/criticas/sombras-del-pasado-2/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Final feliz para el reo y candidato a la silla eléctrica, que resultará absuelto y se libra de la muerte por un plis plas. Diferente será el futuro de Roy, toda vez se adentra en su identidad perdida y empieza a recordar su olvidado pasado. Pero para esto hay que ver la peli.
12 de abril de 2024
12 de abril de 2024
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller con algo de confusión, casi como la vida que vive el protagonista, en donde un policía retirado con graves problemas de Alzheimer, pero recuperándose de un tratamiento para mejorar su calidad de vida, decide investigar un caso de un asesinato ocurrido 10 años atrás. Motiva el mismo el llamado del acusado, quien esta a punto de morir en la cámara de gas, clamando su inocencia lo que determina que ese ex policía vuelva al ruedo para intentar descubrir un complot tan enmarañado como el film mismo. No hay dudas que Crowe es un buen actor y aquí le otorga un plus a una película que sin él correría otro tipo de suerte, los demás protagonistas poco aportan a la causa. Si bien el final se ve venir un rato antes si uno presta algo de atención, se deja ver sin problemas.
13 de junio de 2024
13 de junio de 2024
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un thriller que explora los oscuros recovecos de la memoria y el impacto del Alzheimer en la vida de un ex detective de homicidios. Cooper demuestra una dirección competente, aunque en ocasiones predecible, manteniendo el enfoque en los elementos emocionales y de suspense de la narrativa.
La actuación de Russell Crowe es, sin duda, el punto más destacado de la película. Interpretando a un ex detective que lucha contra la pérdida de memoria, Crowe ofrece una actuación convincente y emotiva, capturando la desesperación y la determinación de su personaje. Su habilidad para transmitir las complejidades emocionales de un hombre que se enfrenta tanto a sus demonios internos como a un peligro externo es notable. Sin embargo, el resto del reparto no logra igualar la intensidad de Crowe, lo que deja un desequilibrio en la dinámica general del elenco.
La trama sigue a un ex detective que, mientras se somete a un tratamiento experimental para el Alzheimer, reabre un caso antiguo sobre el brutal asesinato de un profesor universitario. A medida que avanza la investigación, se desvelan nuevas pistas y secretos que complican la narrativa, manteniendo al espectador en vilo.
El desarrollo de la trama, aunque intrigante en su premisa, sufre de un ritmo desigual y ciertos clichés del género de suspense. La lucha del protagonista contra la pérdida de memoria añade una capa de complejidad, pero la película a veces se inclina demasiado en los tropos predecibles del thriller, restando originalidad a la historia. Las revelaciones finales, aunque efectivas en generar sorpresa, podrían haber sido más impactantes con un guion más refinado.
La cinematografía utiliza tonos oscuros y sombríos para reflejar la confusión y la tensión del protagonista. Sin embargo, esta elección estilística puede volverse repetitiva y monótona a lo largo del metraje. El uso de flashbacks y escenas fragmentadas para representar la pérdida de memoria está bien ejecutado, pero no aporta una novedad significativa al género.
La ambientación contribuye eficazmente a la atmósfera de la película. Los entornos urbanos y las habitaciones mal iluminadas crean una sensación de claustrofobia y misterio, adecuada para un thriller psicológico. La banda sonora y el diseño de sonido complementan la tensión de la narrativa, aunque sin destacarse particularmente.
Es una obra que puede resultar entretenida para los aficionados al género de suspense y los seguidores de Russell Crowe. Sin embargo, no alcanza el potencial completo de su premisa debido a un guion que podría haber sido más sólido y un reparto que no logra igualar la intensidad del protagonista. Es una película que ofrece algunos momentos de tensión y emoción, pero que en última instancia se siente como una oportunidad desaprovechada para explorar más profundamente los temas del Alzheimer y la búsqueda de la verdad.
La actuación de Russell Crowe es, sin duda, el punto más destacado de la película. Interpretando a un ex detective que lucha contra la pérdida de memoria, Crowe ofrece una actuación convincente y emotiva, capturando la desesperación y la determinación de su personaje. Su habilidad para transmitir las complejidades emocionales de un hombre que se enfrenta tanto a sus demonios internos como a un peligro externo es notable. Sin embargo, el resto del reparto no logra igualar la intensidad de Crowe, lo que deja un desequilibrio en la dinámica general del elenco.
La trama sigue a un ex detective que, mientras se somete a un tratamiento experimental para el Alzheimer, reabre un caso antiguo sobre el brutal asesinato de un profesor universitario. A medida que avanza la investigación, se desvelan nuevas pistas y secretos que complican la narrativa, manteniendo al espectador en vilo.
El desarrollo de la trama, aunque intrigante en su premisa, sufre de un ritmo desigual y ciertos clichés del género de suspense. La lucha del protagonista contra la pérdida de memoria añade una capa de complejidad, pero la película a veces se inclina demasiado en los tropos predecibles del thriller, restando originalidad a la historia. Las revelaciones finales, aunque efectivas en generar sorpresa, podrían haber sido más impactantes con un guion más refinado.
La cinematografía utiliza tonos oscuros y sombríos para reflejar la confusión y la tensión del protagonista. Sin embargo, esta elección estilística puede volverse repetitiva y monótona a lo largo del metraje. El uso de flashbacks y escenas fragmentadas para representar la pérdida de memoria está bien ejecutado, pero no aporta una novedad significativa al género.
La ambientación contribuye eficazmente a la atmósfera de la película. Los entornos urbanos y las habitaciones mal iluminadas crean una sensación de claustrofobia y misterio, adecuada para un thriller psicológico. La banda sonora y el diseño de sonido complementan la tensión de la narrativa, aunque sin destacarse particularmente.
Es una obra que puede resultar entretenida para los aficionados al género de suspense y los seguidores de Russell Crowe. Sin embargo, no alcanza el potencial completo de su premisa debido a un guion que podría haber sido más sólido y un reparto que no logra igualar la intensidad del protagonista. Es una película que ofrece algunos momentos de tensión y emoción, pero que en última instancia se siente como una oportunidad desaprovechada para explorar más profundamente los temas del Alzheimer y la búsqueda de la verdad.
7 de octubre de 2024
7 de octubre de 2024
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la mejor película de Russell Crowe desde 2015 o 2018, según gustos. Casi 10 años llevaba Crowe sin sacar una buena película, y esta lo es... por fin
La película está muy bien, lleva una trama de suspense bien construida, que te atrapa a la butaca desde el minuto uno y que se va desvelando poco a poco a medida que conocemos los personajes.
La película tiene tensión, una historia sorprendente basada en una buena novela, una interpretación genuina, muy creíble de todos sus protagonistas, que están todos muy bien, y sobre todo es muy entretenida.
La atmosfera psicológica y de intriga, es otro aspecto muy logrado, que recuerda a película de las de antes, muy creíble, que se aleja del estilo de peli facilona tipo Netflix rodada con teléfono móvil y totalmente impostada.
La dirección es más que competente, y se nota la experiencia en grandes producciones de Adam Cooper
Una película seria, policiaca, con mucho suspense y que merece la pena ser vista. Da mucha vergüenza ver como muchos críticos puntúan mal esta película pero luego, esos mismos críticos, con sus nombres y apellidos, elogian auténticos bodrios producidos por Netflix que no sirven ni para dormir la siesta.
La película está muy bien, lleva una trama de suspense bien construida, que te atrapa a la butaca desde el minuto uno y que se va desvelando poco a poco a medida que conocemos los personajes.
La película tiene tensión, una historia sorprendente basada en una buena novela, una interpretación genuina, muy creíble de todos sus protagonistas, que están todos muy bien, y sobre todo es muy entretenida.
La atmosfera psicológica y de intriga, es otro aspecto muy logrado, que recuerda a película de las de antes, muy creíble, que se aleja del estilo de peli facilona tipo Netflix rodada con teléfono móvil y totalmente impostada.
La dirección es más que competente, y se nota la experiencia en grandes producciones de Adam Cooper
Una película seria, policiaca, con mucho suspense y que merece la pena ser vista. Da mucha vergüenza ver como muchos críticos puntúan mal esta película pero luego, esos mismos críticos, con sus nombres y apellidos, elogian auténticos bodrios producidos por Netflix que no sirven ni para dormir la siesta.
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