Los destellos
2024 

6,5
4.354
Drama
La vida de Isabel da un inesperado giro el día en que su hija Madalen le pide que visite regularmente a Ramón, que se encuentra enfermo. Tras quince años alejada de su exmarido, un hombre al que ve como a un desconocido pese a que fueron familia durante años, en Isabel comienzan a reavivarse resentimientos que creía superados. Sin embargo, al acompañar a Ramón en su momento más vulnerable, Isabel conseguirá ver con otros ojos el fracaso ... [+]
28 de septiembre de 2024
28 de septiembre de 2024
71 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor Juan Diego Botto recordaba hace unos días, en una entrevista, cómo la antropóloga norteamericana Margaret Mead decía que el primer signo de civilización en la cultura antigua era un fémur roto y luego sanado. Este fósil demostraba que alguien debió de tomarse el tiempo para quedarse con la persona accidentada, vendarle las heridas, llevarla a un lugar seguro y acompañarla durante su recuperación. Acompañar y ayudar a alguien cuando tiene problemas es, según Mead, el momento en el que comienza la civilización.
'Los destellos', el tercer largometraje de la directora zaragozana Pilar Palomero ('Las niñas' y 'La Maternal'), habla de esta necesidad cultural y civilizadora de los cuidados, de estar a la vera del otro hasta que la vida del otro se apague. De estos cuidados habla también 'La habitación de al lado', la nueva película de Pedro Almodóvar, en la que participa Botto y flamante ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia.
En 'Los destellos', Patricia López Arnaiz, siempre sobresaliente, interpreta a Isabel, una mujer que acepta “el marrón” de acompañar a su expareja Ramón, que está atravesando una enfermedad terminal, en sus últimos días de vida. No lo hace por él, sino por Madalen, la hija que tienen en común, interpretada por una debutante Marina Guerola, que dará mucho de que hablar en la futura temporada de premios. Antonio de la Torre, mucho más delgado y desmejorado, borda el papel de Ramón, ofreciendo una de las mejores interpretaciones de toda su carrera.
En un mundo en el que el individualismo impera, Pilar Palomero reivindica en su tercera película, inspirada en el relato 'Un corazón demasiado grande', la importancia de la empatía y la bondad en los momentos de mayor vulnerabilidad. 'Los destellos' es una película luminosa, un viaje redentor hacia la muerte, a través de un relato hermoso sobre la vida.
'Los destellos', el tercer largometraje de la directora zaragozana Pilar Palomero ('Las niñas' y 'La Maternal'), habla de esta necesidad cultural y civilizadora de los cuidados, de estar a la vera del otro hasta que la vida del otro se apague. De estos cuidados habla también 'La habitación de al lado', la nueva película de Pedro Almodóvar, en la que participa Botto y flamante ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia.
En 'Los destellos', Patricia López Arnaiz, siempre sobresaliente, interpreta a Isabel, una mujer que acepta “el marrón” de acompañar a su expareja Ramón, que está atravesando una enfermedad terminal, en sus últimos días de vida. No lo hace por él, sino por Madalen, la hija que tienen en común, interpretada por una debutante Marina Guerola, que dará mucho de que hablar en la futura temporada de premios. Antonio de la Torre, mucho más delgado y desmejorado, borda el papel de Ramón, ofreciendo una de las mejores interpretaciones de toda su carrera.
En un mundo en el que el individualismo impera, Pilar Palomero reivindica en su tercera película, inspirada en el relato 'Un corazón demasiado grande', la importancia de la empatía y la bondad en los momentos de mayor vulnerabilidad. 'Los destellos' es una película luminosa, un viaje redentor hacia la muerte, a través de un relato hermoso sobre la vida.
25 de septiembre de 2024
25 de septiembre de 2024
93 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que la pretensión sea un viaje emocional que a lo mejor significa mucho para la directora por algún episodio, vivido o no, pero ni a mí ni a mi acompañante consiguió emocionarnos lo más mínimo, a pesar de haber vivido situaciones similares no muy lejanas.
La película resulta exageradamente fría, Patricia López no transmite emoción alguna (sólo un ligero atisbo hacia el final, pero vuelve a su antipático hieratismo enseguida), aunque la cámara se recrea en su rostro hasta la exasperación.
Marina Guerola me produce sentimientos encontrados. Por un lado, destila determinación, pero en ocasiones su personaje resulta excesivamente infantilizado.
Antonio de la Torre interpreta muy bien su papel, resulta tremendamente creíble y transmite esa sencilla humanidad que lo hace cercano. Incluso, su aspecto físico está muy logrado y adaptado a su personaje.
Julián López no lo hace mal, creo que logra salir de su encasillamiento en papeles supuestamente cómicos y tontunos.
Pero, esas eternas y repetitivas escenas donde el rostro de Patricia López ocupa más de 3/4 de pantalla y esos laaaargos silencios consiguen hacernos remover incómodos en el asiento y mirar repetidamente el reloj.
La película resulta exageradamente fría, Patricia López no transmite emoción alguna (sólo un ligero atisbo hacia el final, pero vuelve a su antipático hieratismo enseguida), aunque la cámara se recrea en su rostro hasta la exasperación.
Marina Guerola me produce sentimientos encontrados. Por un lado, destila determinación, pero en ocasiones su personaje resulta excesivamente infantilizado.
Antonio de la Torre interpreta muy bien su papel, resulta tremendamente creíble y transmite esa sencilla humanidad que lo hace cercano. Incluso, su aspecto físico está muy logrado y adaptado a su personaje.
Julián López no lo hace mal, creo que logra salir de su encasillamiento en papeles supuestamente cómicos y tontunos.
Pero, esas eternas y repetitivas escenas donde el rostro de Patricia López ocupa más de 3/4 de pantalla y esos laaaargos silencios consiguen hacernos remover incómodos en el asiento y mirar repetidamente el reloj.
30 de septiembre de 2024
30 de septiembre de 2024
27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pilar Palomero vuelve tras La maternal a competir por la Concha de Oro en la 72 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián con Los destellos, un filme con el que la actriz Patricia López Arnaiz se alza con la ansiada Concha de Plata a la mejor interpretación protagonista.
Le acompañan en la magnífica interpretación, llena de luz, Julián López y una casi desconocida Marina Guerola, que con gran veracidad y naturalidad da vida a su hija, quien pide a su madre que le ayude a cuidar a su exmarido, António de la Torre, que ha empeorado de su enfermedad.
La película basada en un relato de Eider Rodríguez llamado Un corazón demasiado grande, es una historia sobre los cuidados, la generosidad y la capacidad de dar al otro desde la compasión, y la bondad que nos hace humanos. La propuesta sigue a un ritmo lento los movimientos interiores de los personajes, hasta acompasarse desde la duda, la prudencia hasta la conexión más íntima.
En la película brilla el resplandor de lo efímero. Son destellos, recuerdos de presente, de pasado, de vida vivida, que compensa las horas temidas que están por vivir. La conciencia de muerte nos conecta a la vida. A vivir con plenitud, a sentir los rayos de sol en la cara, a pisar la hierba mojada, a saborear un pan horneado.
No hay mayor conexión que compartir esos momentos, donde la máscara cae y podemos mirarnos a los ojos, eternizarnos con un abrazo. La muerte nos conecta con el sentido universal de transcendencia, con el impulso de vivir la vida. Es en esos momentos cuando lo que hemos cultivado cobra vida en una sonrisa, en un abrazo o en una noche en vela...La muerte nos conecta con la vida.
El sentido de la película se intuye, resplandece, detrás de la muerte, de la intimidad de acompañarla, palpita con fuerza un impulso creciente de aprovechar cada instante.
Le acompañan en la magnífica interpretación, llena de luz, Julián López y una casi desconocida Marina Guerola, que con gran veracidad y naturalidad da vida a su hija, quien pide a su madre que le ayude a cuidar a su exmarido, António de la Torre, que ha empeorado de su enfermedad.
La película basada en un relato de Eider Rodríguez llamado Un corazón demasiado grande, es una historia sobre los cuidados, la generosidad y la capacidad de dar al otro desde la compasión, y la bondad que nos hace humanos. La propuesta sigue a un ritmo lento los movimientos interiores de los personajes, hasta acompasarse desde la duda, la prudencia hasta la conexión más íntima.
En la película brilla el resplandor de lo efímero. Son destellos, recuerdos de presente, de pasado, de vida vivida, que compensa las horas temidas que están por vivir. La conciencia de muerte nos conecta a la vida. A vivir con plenitud, a sentir los rayos de sol en la cara, a pisar la hierba mojada, a saborear un pan horneado.
No hay mayor conexión que compartir esos momentos, donde la máscara cae y podemos mirarnos a los ojos, eternizarnos con un abrazo. La muerte nos conecta con el sentido universal de transcendencia, con el impulso de vivir la vida. Es en esos momentos cuando lo que hemos cultivado cobra vida en una sonrisa, en un abrazo o en una noche en vela...La muerte nos conecta con la vida.
El sentido de la película se intuye, resplandece, detrás de la muerte, de la intimidad de acompañarla, palpita con fuerza un impulso creciente de aprovechar cada instante.
6 de noviembre de 2024
6 de noviembre de 2024
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leeeeenta como una tarde de domingo. No entiendo esta marca española de hacer películas con tanto desánimo que resulta innecesario y, en mi opinión, está carente de justificación. Ya lo hacía Almodóvar y muchos otros. Curioso que los extranjeros cuando vienen a España tienen habitualmente esa impresión de que somos alegres, cálidos, divertidos.. pero claro viendo nuestro cine aveces cualquiera podría llevarse la visión opuesta.
Para mí lo más grave: Una película con un conflicto demasiado pobre o prácticamente inexistente.
Entiendo y admiro la naturalidad y la realidad que logra la directora con esos diálogos y esas interpretaciones tan naturalistas, donde a veces nos trabamos y no nos escuchamos porque así es como somos los humanos. Está muy logrado ese naturalismo pero claro, si el conflicto es pobre dicho naturalismo no acaba de diferenciarse mucho del que cualquiera podría lograr grabando una calle transitada en la que no ocurran accidentes, una consulta médica donde todo sea rutinario, o una clase del colegio donde los estudiantes tomen nota y el profesor explique correctamente, sin más conflicto ni hechos llamativos.
Algunos planos se hacen excesivamente largos y esta elongación no aporta nada diferente, bajo mi punto de vista.
Para mí lo positivo: el naturalismo y realidad, y las interpretaciones. Destacando la interpretación de la actriz revelación Marina Guerola.
Para mí lo más grave: Una película con un conflicto demasiado pobre o prácticamente inexistente.
Entiendo y admiro la naturalidad y la realidad que logra la directora con esos diálogos y esas interpretaciones tan naturalistas, donde a veces nos trabamos y no nos escuchamos porque así es como somos los humanos. Está muy logrado ese naturalismo pero claro, si el conflicto es pobre dicho naturalismo no acaba de diferenciarse mucho del que cualquiera podría lograr grabando una calle transitada en la que no ocurran accidentes, una consulta médica donde todo sea rutinario, o una clase del colegio donde los estudiantes tomen nota y el profesor explique correctamente, sin más conflicto ni hechos llamativos.
Algunos planos se hacen excesivamente largos y esta elongación no aporta nada diferente, bajo mi punto de vista.
Para mí lo positivo: el naturalismo y realidad, y las interpretaciones. Destacando la interpretación de la actriz revelación Marina Guerola.
12 de octubre de 2024
12 de octubre de 2024
19 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pilar Palomero hace lo que a día de hoy es difícil ver en el cine español. Un relato intimista, sencillo, sin pretensiones que se cuece a fuego lento y que consiga hacerlo sin caer en clichés que pueden llegar a resultar repetitivos y, por ende, aburridos.
La forma en la que Palomero construye la historia es sencilla y predecible, pero es su mano como directora la que hace que esta película sea redonda, de principio a fin. Hay detalles que uno no puede plasmar en un guion si no los ha vivido, y aquí hay mucha verdad.
La forma en la que Palomero construye la historia es sencilla y predecible, pero es su mano como directora la que hace que esta película sea redonda, de principio a fin. Hay detalles que uno no puede plasmar en un guion si no los ha vivido, y aquí hay mucha verdad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El abrazo en el que se funden padre e hija al escuchar el pasodoble a través de la ventana, o ese último abrazo mientras bailan en la cocina son un ejemplo claro de buen cine: contar cosas sin necesitar el uso de la palabra.
Las campanas del final antes de cortar a créditos son la guinda del pastel para cerrar la historia.
Las campanas del final antes de cortar a créditos son la guinda del pastel para cerrar la historia.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here