La muerte de Mikel
1984 

5,9
1.829
Drama
Mikel es un farmacéutico de un pueblo cercano a Bilbao, cuyo matrimonio se ha deteriorado hasta el punto de llegar incluso a la violencia. Un día va a una sala de fiestas donde actúa Fama, un famoso travestí de la capital, con el que inicia una relación sentimental. Cuando Mikel fallece en extrañas circunstancias, sus correligionarios abertzales intentarán sacarle partido político a su muerte. (FILMAFFINITY)
15 de noviembre de 2006
15 de noviembre de 2006
37 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mikel, interpretado por un convincente Imanol Arias, se encuentra sumido en la melancolía, la apatía, hay algo en su vida que no marcha, su entorno familiar es férreo y tradicional, su pueblo está, como tantos otros, sujeto al terrorismo y los movimientos abertzales de los que él mismo es parte activa.
Es una película admirable, que se mueve por terrenos difíciles pero, con una gran amplitud y valentía en el contenido, está llena de solidez y capacidad de denuncia. Vemos las medidas represoras policiales, pero también la contradictoria sociedad vasca que incluso en sus movimientos más radicales está impregnada de unas convicciones conservadoras y llenas de prejuicios.
Es una película admirable, que se mueve por terrenos difíciles pero, con una gran amplitud y valentía en el contenido, está llena de solidez y capacidad de denuncia. Vemos las medidas represoras policiales, pero también la contradictoria sociedad vasca que incluso en sus movimientos más radicales está impregnada de unas convicciones conservadoras y llenas de prejuicios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mikel es una víctima inocente porque se muestra como es sin tapujos, pero con ello se sale del cuadro, la culpabilidad recae en una sociedad intolerante, la cerrazón, la falta de entendimiento y falsa moral... su muerte además será utilizada por los que en vida le rechazaron
En cuanto al brazo ejecutor, la película se torna ambigua, pero hay una expresiva imagen al final, alguien apoyado en una barandilla con la dureza e intransigencia de quien antepone la discreción y su orden moral por encima de todo, hasta del amor.
En cuanto al brazo ejecutor, la película se torna ambigua, pero hay una expresiva imagen al final, alguien apoyado en una barandilla con la dureza e intransigencia de quien antepone la discreción y su orden moral por encima de todo, hasta del amor.
3 de febrero de 2009
3 de febrero de 2009
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado más de veinticinco años desde que se estrenó esta película, que en su época era definida como transgresora y polémica. Hoy, con el paso del tiempo, afortunadamente vivimos de otra manera, la sociedad va cambiando, y lo que en los años ochenta resultaba escandaloso y provocador, ahora ya no tiene tanto interés.
"La muerte de Mikel" no es una película atemporal, sino que se localiza en un lugar y un espacio muy concreto de nuestra reciente Historia. Es por ello por lo que ha envejecido mal y sólo puede ser contemplada como producto de su tiempo.
Uribe plantea un relato en el que se amalgama política y crisis de identidad sexual, ambientada en un pequeño pueblo de Euskadi, que por momentos parece representar un pequeño microcosmos de aquella sociedad vasca. El conflicto de Mikel estará marcado por hacer que los demás acepten su auténtica personalidad sin tener que renunciar a sus valores políticos y familiares, tarea que se tornará imposible.
Buen montaje, en el que destaca el uso del flashback y excelente final abierto.
"La muerte de Mikel" no es una película atemporal, sino que se localiza en un lugar y un espacio muy concreto de nuestra reciente Historia. Es por ello por lo que ha envejecido mal y sólo puede ser contemplada como producto de su tiempo.
Uribe plantea un relato en el que se amalgama política y crisis de identidad sexual, ambientada en un pequeño pueblo de Euskadi, que por momentos parece representar un pequeño microcosmos de aquella sociedad vasca. El conflicto de Mikel estará marcado por hacer que los demás acepten su auténtica personalidad sin tener que renunciar a sus valores políticos y familiares, tarea que se tornará imposible.
Buen montaje, en el que destaca el uso del flashback y excelente final abierto.
3 de octubre de 2008
3 de octubre de 2008
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sólo es la mejor película dirigida por Imanol Uribe, sino también la que contiene la mejor interpretación (con mucha diferencia) de Imanol Arias. Es una película muy ágil, en la que todos están bien: la poco conocida Amaia Lasa interpreta un personaje pleno de matices, Imanol Arias está, como decía, soberbio, y el transformista Fama está francamente correcto. Quizá adolezca de un actuar melifluo el señor Xabier Elorriaga y no esté tan bien Montserrat Salvador. Ramón Barea, como batasuno, realiza asimismo una actuación convincente… La ambientación (las manifestaciones, la decoración del local del partido, la sala de fiestas) e incluso las secuencias de acción (alguna hay) están muy logradas.
La idea de situar la trama en un pueblo cerrado, constreñido incluso físicamente, y cuyo acceso es muy difícil por carretera (se rodó en Lekeitio, provincia de Vizcaya), me parece muy acertada: es en ese pueblo, tan volcado en sí mismo y que puede ser tan opresivo, donde vive Mikel y donde padece las contradicciones: el partido que le apoya y que le deja en la estacada, instrumentalizado su figura; las procedentes de su madre y entorno familiar; el carácter pretendidamente festivo y entrañable del pueblo que se divierte en una fiesta donde descabezan gansos vivos; etc
El final absolutamente abierto permite cualquier elucubración, pero no es nada artificial, a diferencia de muchos finales de esta clase. Éste es perfectamente lógico.
Una muy buena película
La idea de situar la trama en un pueblo cerrado, constreñido incluso físicamente, y cuyo acceso es muy difícil por carretera (se rodó en Lekeitio, provincia de Vizcaya), me parece muy acertada: es en ese pueblo, tan volcado en sí mismo y que puede ser tan opresivo, donde vive Mikel y donde padece las contradicciones: el partido que le apoya y que le deja en la estacada, instrumentalizado su figura; las procedentes de su madre y entorno familiar; el carácter pretendidamente festivo y entrañable del pueblo que se divierte en una fiesta donde descabezan gansos vivos; etc
El final absolutamente abierto permite cualquier elucubración, pero no es nada artificial, a diferencia de muchos finales de esta clase. Éste es perfectamente lógico.
Una muy buena película
16 de diciembre de 2016
16 de diciembre de 2016
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
A vista de hoy, todo el argumento puede verse como una simple superación de lo que fueron temas tabú antes y durante la transición: el sexo, el escándalo social, las apariencias, el qué dirán… por lo que La muerte de Mikel permanece fresca como el primer día.
La interpretación de Imanol Arias convence y el transexual es una figura chocante, un poco raro y además canta fatal, pero su fondo está lleno de ternura, elemento primordial para creer en la historia del joven farmacéutico. Su madre, una viuda chapada a la antigua, debe ejercer un dominio como ejerce con el otro hijo, pero la rebelión de Mikel provocará el desenlace temido. El apartado abertzale no es más que una prolongación de la fuerza de los chismes, que corren siempre como la pólvora; incluso hoy con estos temas superados pueden ejercer presión en determinados círculos. Y, aunque queden superados, o nos parezcan que quedan superados, ahí estuvieron, ahí los tuviste… Y ahí seguirán.
La película fue el lanzamiento como actor principal en el cine de Imanol y queda interesante verlo, así como las intervenciones musicales y las reuniones abertzales, está bien narrada y el bofetón que se lleva el travesti es épico.
La interpretación de Imanol Arias convence y el transexual es una figura chocante, un poco raro y además canta fatal, pero su fondo está lleno de ternura, elemento primordial para creer en la historia del joven farmacéutico. Su madre, una viuda chapada a la antigua, debe ejercer un dominio como ejerce con el otro hijo, pero la rebelión de Mikel provocará el desenlace temido. El apartado abertzale no es más que una prolongación de la fuerza de los chismes, que corren siempre como la pólvora; incluso hoy con estos temas superados pueden ejercer presión en determinados círculos. Y, aunque queden superados, o nos parezcan que quedan superados, ahí estuvieron, ahí los tuviste… Y ahí seguirán.
La película fue el lanzamiento como actor principal en el cine de Imanol y queda interesante verlo, así como las intervenciones musicales y las reuniones abertzales, está bien narrada y el bofetón que se lleva el travesti es épico.
4 de marzo de 2011
4 de marzo de 2011
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra emblemática y cimera del cine que se realizó en Euskadi durante la década de los 80, caracterizado por unos planteamientos valientes y transgresores respecto a temas de hondo calado y candente actuaaalidad. Imanol Uribe, uno de los grandes exponentes de aquel cine, nos dibuja una historia comprometida y polémica: Mikel Miranda ( Imanol Arias ) es un joven boticario de tendencias abertzales cuyo matrimoniio naufraga debido a su identidad sexual, lo que da pie a que el director vasco logre conjuntar con notable maestría los dos asuntos centrales del fim. el terrorismo y la homosexualidad. Rodada en la bella localidad costera de Lekeitio, la película cuenta con un acertado reparto, una espléndida fotografía del maestro Aguirresarobe y una muy bien conseguida agilidad narrativa con un acertado final abierto.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here