La maldición de Hill HouseSerie
2018 

Mike Flanagan (Creador), Mike Flanagan
7,5
21.830
Serie de TV. Terror. Drama
Serie de TV (2018). 10 episodios. Un grupo de hermanos crece en lo que acaba convirtiéndose en la casa encantada más famosa del país. Ya como adultos, viéndose obligados a reunirse tras una tragedia, la familia tendrá que afrontar los fantasmas del pasado... Adaptación de la novela homónima de Shirley Jackson. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2018
5 de octubre de 2018
237 de 274 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una maldición es, por definición, algo heredado, algo que nunca se ha ido.
Da igual que se trate de un espectro, la sombra de una enfermedad, una cobardía incrustada o un trauma incapaz de asimilar.
Capturando la esencia de esa palabra, 'La Maldición de Hill House' no es un terror convencional.
Es un silencio que ha ido aumentando hasta aislar las vidas de todos los que lo iniciaron. Es una renuncia que impide afrontar correctamente todo lo difícil que vendría. Y es una presencia que se cobra en su cuenta, lenta pero implacable, todas esas pequeñas desgracias que pueblan el día a día.
Hay una duda constante de si la naturaleza de la maldición rompió a cinco hermanos o, precisamente porque estaban rotos, con ella se quedaron.
Versionando el libro de Shirley Jackson, esta vez aquellos participantes de un experimento sobre el miedo ya viven en la casa desde el principio: cinco hermanos habitan la imponente mansión de Hill House con sus padres, donde siguen presentes las estatuas vivamente inmóviles de otras adaptaciones.
Precisamente por la circunstancia de haber hecho vida cotidiana en un hogar que era foco de ocurrencia sobrenatural, Steven, Nell, Theodora, Luke y Shirley crecen creyendo que la desgracia intermitente es un estado normal.
Sucesivos saltos en el tiempo, adelante y atrás, revisan cada una de sus vidas separadas, clavándose cada vez más hondo como cuchillada, hasta hacer sangrar desgracias profundas, personales, a menudo ocasionadas por hechos inexplicables.
"Quien ande en esa casa, andará solo" se relataba en el libro, y sobre esa temible afirmación se erige esta saga familiar.
A pesar de que en algún momento se apoyaron, pasado el tiempo y el trauma de dejar la casa los cinco hermanos se olvidaron, lidiando por su cuenta con las consecuencias: Steven hizo fama encerrando en literatura efectista aquello en lo que desesperadamente no quiere ni quiso creer, Shirley se propuso que nadie más falleciera siendo una sombra de lo que era ("puedo arreglarlos"), Theo palió su maldita videncia gastando caricias que no la aterrorizaban, y Luke se refugió en drogas para que la larga sombra de su inseguridad no le siguiera.
Quedó atrás, por supuesto, la demasiado buena y dulce Nell, cargada de miedos e inseguridades, acosada en la duermevela siempre por la misma mujer desastrada, intentando hacer vida normal y fracasando en montar su propio cuento de hadas, porque hay demasiadas veces en que nuestra felicidad depende de gente que nos dé un espacio seguro que habitar.
El único espacio que Nell ha tenido y tendrá es Hill House.
Cada vez más pendiente de sus deseos y refugios, cada vez más fuerte en su nostalgia por unos tiempos mejores, y ese profundo temor de que no puedan repetirse.
"Estaba justo aquí y nadie me veía" dice en un momento del pasado, en una de esas noches en la mansión que no tienen sentido, y es un eco que se repite en su vida actual, con hermanos y padres que no tienen tiempo para tenderle un hombro sobre el que apoyarse, porque están ocupados buscando sus propios fantasmas en la oscuridad y echándose a la cara cada puta vez que se fallaron.
Tan solo hacía falta darse cuenta.
De que ella estaba delante, de que los monstruos ya viven dentro de cada uno, y ganan porque falta valor y apoyo para hacerles frente.
No me da miedo el escuálido espectro sonriente de la esquina, sino la cruda confirmación de que siempre ha sido más fácil abandonar lo que no se necesita, dejar pasar lo que no se entiende e ignorar lo que nos destruye.
Criaturas estas que viven en Hill House, y no te sorprenden con subidón de volumen, sino que se posan suavemente sobre la herida que más duele.
Mirándola en conjunto, la mansión fue poblada por los Crain, y es cierto que, como se menciona, únicamente era "una carcasa".
A ellos, como a cualquiera, nunca les asustó sentir de vez en cuando una presencia mirando desde el cuarto más alejado, porque quién más quién menos guarda esqueletos que nunca ha superado.
Lo que de verdad aterroriza es devolver la mirada a un espectro, y darte cuenta de que solo refleja tu propia pena y desconcierto.
Y eso esta serie lo tiene tan bien aprendido que se permite el lujo de emocionarte... justo al final de un escalofrío.
Qué miedo damos cuando nos dejamos de lado o hacemos crecer mala hierba en el corazón de quien nos ha amado.
Si el terror tiene una esencia pura, debe ser sin duda esta.
Da igual que se trate de un espectro, la sombra de una enfermedad, una cobardía incrustada o un trauma incapaz de asimilar.
Capturando la esencia de esa palabra, 'La Maldición de Hill House' no es un terror convencional.
Es un silencio que ha ido aumentando hasta aislar las vidas de todos los que lo iniciaron. Es una renuncia que impide afrontar correctamente todo lo difícil que vendría. Y es una presencia que se cobra en su cuenta, lenta pero implacable, todas esas pequeñas desgracias que pueblan el día a día.
Hay una duda constante de si la naturaleza de la maldición rompió a cinco hermanos o, precisamente porque estaban rotos, con ella se quedaron.
Versionando el libro de Shirley Jackson, esta vez aquellos participantes de un experimento sobre el miedo ya viven en la casa desde el principio: cinco hermanos habitan la imponente mansión de Hill House con sus padres, donde siguen presentes las estatuas vivamente inmóviles de otras adaptaciones.
Precisamente por la circunstancia de haber hecho vida cotidiana en un hogar que era foco de ocurrencia sobrenatural, Steven, Nell, Theodora, Luke y Shirley crecen creyendo que la desgracia intermitente es un estado normal.
Sucesivos saltos en el tiempo, adelante y atrás, revisan cada una de sus vidas separadas, clavándose cada vez más hondo como cuchillada, hasta hacer sangrar desgracias profundas, personales, a menudo ocasionadas por hechos inexplicables.
"Quien ande en esa casa, andará solo" se relataba en el libro, y sobre esa temible afirmación se erige esta saga familiar.
A pesar de que en algún momento se apoyaron, pasado el tiempo y el trauma de dejar la casa los cinco hermanos se olvidaron, lidiando por su cuenta con las consecuencias: Steven hizo fama encerrando en literatura efectista aquello en lo que desesperadamente no quiere ni quiso creer, Shirley se propuso que nadie más falleciera siendo una sombra de lo que era ("puedo arreglarlos"), Theo palió su maldita videncia gastando caricias que no la aterrorizaban, y Luke se refugió en drogas para que la larga sombra de su inseguridad no le siguiera.
Quedó atrás, por supuesto, la demasiado buena y dulce Nell, cargada de miedos e inseguridades, acosada en la duermevela siempre por la misma mujer desastrada, intentando hacer vida normal y fracasando en montar su propio cuento de hadas, porque hay demasiadas veces en que nuestra felicidad depende de gente que nos dé un espacio seguro que habitar.
El único espacio que Nell ha tenido y tendrá es Hill House.
Cada vez más pendiente de sus deseos y refugios, cada vez más fuerte en su nostalgia por unos tiempos mejores, y ese profundo temor de que no puedan repetirse.
"Estaba justo aquí y nadie me veía" dice en un momento del pasado, en una de esas noches en la mansión que no tienen sentido, y es un eco que se repite en su vida actual, con hermanos y padres que no tienen tiempo para tenderle un hombro sobre el que apoyarse, porque están ocupados buscando sus propios fantasmas en la oscuridad y echándose a la cara cada puta vez que se fallaron.
Tan solo hacía falta darse cuenta.
De que ella estaba delante, de que los monstruos ya viven dentro de cada uno, y ganan porque falta valor y apoyo para hacerles frente.
No me da miedo el escuálido espectro sonriente de la esquina, sino la cruda confirmación de que siempre ha sido más fácil abandonar lo que no se necesita, dejar pasar lo que no se entiende e ignorar lo que nos destruye.
Criaturas estas que viven en Hill House, y no te sorprenden con subidón de volumen, sino que se posan suavemente sobre la herida que más duele.
Mirándola en conjunto, la mansión fue poblada por los Crain, y es cierto que, como se menciona, únicamente era "una carcasa".
A ellos, como a cualquiera, nunca les asustó sentir de vez en cuando una presencia mirando desde el cuarto más alejado, porque quién más quién menos guarda esqueletos que nunca ha superado.
Lo que de verdad aterroriza es devolver la mirada a un espectro, y darte cuenta de que solo refleja tu propia pena y desconcierto.
Y eso esta serie lo tiene tan bien aprendido que se permite el lujo de emocionarte... justo al final de un escalofrío.
Qué miedo damos cuando nos dejamos de lado o hacemos crecer mala hierba en el corazón de quien nos ha amado.
Si el terror tiene una esencia pura, debe ser sin duda esta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Enorme detalle que sea Theo la que "pierda" la mano de Nell al desaparecer esta última, rindiendo homenaje a una escena mítica en la original del 63, desde otra perspectiva.
Durísimo, desolador retrato completo de Nell en el quinto capítulo, condensando en apenas hora y pico una búsqueda de la felicidad vital que siempre estuvo amenazada por la mujer de cuello roto, seguida de un final terrorífico en el que toda la vida de la difunta pasa por delante, dándose cuenta de que siempre fue ella la que se impidió dormir con tranquilidad.
La aparición en sus parálisis del sueño era ella: una idea de tanta tristeza y horror que enseguida sientes lástima por una mujer dependiente a la que todo el mundo ignoró o utilizó como quiso.
La guinda en el pastel, sin embargo, es el sexto capítulo, un velatorio para Nell que plano secuencia mediante se transforma en una literal casa del terror, en la que hijos miserables y padres ausentes apilan sueños, esperanzas y recuerdos rotos hace tiempo, hasta que la muerta no puede evitar anunciar, una vez más, que si hubieran sido una verdadera familia nunca la habrían perdido de vista.
Si lo hubieran sido... si alguna vez la hubieran escuchado... esas típicas cosas que nunca se lamentan hasta que la muerte nos ha tocado.
Durísimo, desolador retrato completo de Nell en el quinto capítulo, condensando en apenas hora y pico una búsqueda de la felicidad vital que siempre estuvo amenazada por la mujer de cuello roto, seguida de un final terrorífico en el que toda la vida de la difunta pasa por delante, dándose cuenta de que siempre fue ella la que se impidió dormir con tranquilidad.
La aparición en sus parálisis del sueño era ella: una idea de tanta tristeza y horror que enseguida sientes lástima por una mujer dependiente a la que todo el mundo ignoró o utilizó como quiso.
La guinda en el pastel, sin embargo, es el sexto capítulo, un velatorio para Nell que plano secuencia mediante se transforma en una literal casa del terror, en la que hijos miserables y padres ausentes apilan sueños, esperanzas y recuerdos rotos hace tiempo, hasta que la muerta no puede evitar anunciar, una vez más, que si hubieran sido una verdadera familia nunca la habrían perdido de vista.
Si lo hubieran sido... si alguna vez la hubieran escuchado... esas típicas cosas que nunca se lamentan hasta que la muerte nos ha tocado.
16 de octubre de 2018
16 de octubre de 2018
101 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces soy un carrusel de emociones con una serie o película, pero lo que produjo en mi The Haunting of Hill House no lo había experimentado hace mucho tiempo, ese deseo de que esto no termine nunca por favor.
Vaya qué serie se ha logrado hacer uno de los directores más interesantes del momento como lo es Mike Flanagan. Se permite escribir y dirigir una de las mejores series del año y con creces la mejor serie de terror y thriller sicológico del último tiempo.
Una serie tan potente en su núcleo que va más allá de un terror convencional, es una serie de nuestros mismos temores, miedos, preocupaciones, apariencias y fantasmas. Es una serie desgarradora con sus personajes los envía en un viaje sin retorno de sus temores y la manera en que hace que cada uno de ellos deba afrontar su dura realidad es el precio que como espectador debes pagar.
Una serie que cayó en las manos indicadas y con cada capítulo queda demostrado que así es. Cada capitulo por muy lenta que vaya la serie es un torbellino de emociones con las que nos debemos confrontar y al igual que los personajes estamos tan inmersos como espectadores en la confusión de situaciones que sientes la necesidad de quedarte a saber lo que se vendrá. La gran culpable de aquello es su forma de contarnos cada capítulo, cada uno de ellos está conectado con cualquiera que hayamos visto no importa el orden en que nos han contado las cosas, tenemos una respuesta clara y lógica a nuestras inquietudes.
The Haunting of Hill House no es una serie convencional ni remotamente, es una serie de inteligencia pura, una serie personal, una serie que nos habla no de los espectros que te asustan de golpe y previsiblemente, te habla de aquellos fantasmas mas desgarradores, mas terroríficos y mas espeluznantes; los fantasmas personales, interiores y mentales. Ese es el gran miedo de la serie y es la gran virtud con la que nos encontramos al final del dia.
Como suele suceder para aquellos que han seguido la carrera de su director, nos encontramos con su fotografía habitual, su gran destreza con la cámara y el gran manejo que tiene con los actores.
En este punto tenemos grandes actuaciones partiendo por la reina del show Carla Gugino que se manda una de sus mejores actuaciones, un personaje tan complejo de interpretar y que la actriz sabe poner todo su talento al servicio para traspasar miedo, cambio y locura con sus ojos “impresionante”. Henry Thomas y Timothy Hutton calzan el mismo potencial en su personaje y a su vez sus actuaciones brillan con inteligencia y con contención. Kate Siegel vaya que gran actriz es, solo puedo decir que con solo ver su escena en el capítulo 8 sabrán de lo que hablo. Elizabeth Reaser potente, extraordinaria y sofisticada. Oliver Jackson-Cohen preciso y eficaz, Michiel Huisman sólido desde el primer capítulo hasta el final. También vale mencionar las actuaciones de los niños donde sorprenden y muestran el futuro que tendrán Lulu Wilson y McKenna Grace ojo a sus interpretaciones.
Una serie que vale la pena ser maratoneada, que nos demuestra que Netflix sigue demostrando que sabe brindar excelentes series. Una serie que será de seguro de las mejores del año.
Vaya qué serie se ha logrado hacer uno de los directores más interesantes del momento como lo es Mike Flanagan. Se permite escribir y dirigir una de las mejores series del año y con creces la mejor serie de terror y thriller sicológico del último tiempo.
Una serie tan potente en su núcleo que va más allá de un terror convencional, es una serie de nuestros mismos temores, miedos, preocupaciones, apariencias y fantasmas. Es una serie desgarradora con sus personajes los envía en un viaje sin retorno de sus temores y la manera en que hace que cada uno de ellos deba afrontar su dura realidad es el precio que como espectador debes pagar.
Una serie que cayó en las manos indicadas y con cada capítulo queda demostrado que así es. Cada capitulo por muy lenta que vaya la serie es un torbellino de emociones con las que nos debemos confrontar y al igual que los personajes estamos tan inmersos como espectadores en la confusión de situaciones que sientes la necesidad de quedarte a saber lo que se vendrá. La gran culpable de aquello es su forma de contarnos cada capítulo, cada uno de ellos está conectado con cualquiera que hayamos visto no importa el orden en que nos han contado las cosas, tenemos una respuesta clara y lógica a nuestras inquietudes.
The Haunting of Hill House no es una serie convencional ni remotamente, es una serie de inteligencia pura, una serie personal, una serie que nos habla no de los espectros que te asustan de golpe y previsiblemente, te habla de aquellos fantasmas mas desgarradores, mas terroríficos y mas espeluznantes; los fantasmas personales, interiores y mentales. Ese es el gran miedo de la serie y es la gran virtud con la que nos encontramos al final del dia.
Como suele suceder para aquellos que han seguido la carrera de su director, nos encontramos con su fotografía habitual, su gran destreza con la cámara y el gran manejo que tiene con los actores.
En este punto tenemos grandes actuaciones partiendo por la reina del show Carla Gugino que se manda una de sus mejores actuaciones, un personaje tan complejo de interpretar y que la actriz sabe poner todo su talento al servicio para traspasar miedo, cambio y locura con sus ojos “impresionante”. Henry Thomas y Timothy Hutton calzan el mismo potencial en su personaje y a su vez sus actuaciones brillan con inteligencia y con contención. Kate Siegel vaya que gran actriz es, solo puedo decir que con solo ver su escena en el capítulo 8 sabrán de lo que hablo. Elizabeth Reaser potente, extraordinaria y sofisticada. Oliver Jackson-Cohen preciso y eficaz, Michiel Huisman sólido desde el primer capítulo hasta el final. También vale mencionar las actuaciones de los niños donde sorprenden y muestran el futuro que tendrán Lulu Wilson y McKenna Grace ojo a sus interpretaciones.
Una serie que vale la pena ser maratoneada, que nos demuestra que Netflix sigue demostrando que sabe brindar excelentes series. Una serie que será de seguro de las mejores del año.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No suelo hacer esto en mis críticas, pero considero que es necesario en esta serie valorar uno que otro spoiler.
Un sexto capítulo digno de estudiar cómo contar cine en un plano secuencia y en cómo sacar partido a un guion y actores y desnudar la verdadera realidad de lo que la serie nos está contando, la clave de todo ello es Nelly.
Capítulo 5 es el capitulo que entrega el nombre a esta crítica y quizás sea el mejor capítulo para resumir como un personaje es tan clave en una historia.
Capítulo 10 es uno que no tiene reparos y que hace explotar tu cabeza, donde su gran BSO clava un puñal en tu corazón.
Un sexto capítulo digno de estudiar cómo contar cine en un plano secuencia y en cómo sacar partido a un guion y actores y desnudar la verdadera realidad de lo que la serie nos está contando, la clave de todo ello es Nelly.
Capítulo 5 es el capitulo que entrega el nombre a esta crítica y quizás sea el mejor capítulo para resumir como un personaje es tan clave en una historia.
Capítulo 10 es uno que no tiene reparos y que hace explotar tu cabeza, donde su gran BSO clava un puñal en tu corazón.
17 de octubre de 2018
17 de octubre de 2018
54 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Netflix me ha decepcionado mucho últimamente con sus series repetitivas llenas de clichés y tópicos explotados al extremo. Similares a algo producido en serie y vendido al mejor postor. Ese que consume más y en menor tiempo que el resto. El público que resulta fácil de atrapar, la masa.
Empecé esta seria sin muchas expectativas pero me he encontrado ante una de las series más sorprendentes del año y posiblemente una de las mejores que he visualizado y visualizare en mi vida.
Mike Flanagan consigue darle una vuelta de tuerca a las historias de terror clásicas y humanizar un relato que nos habla del mas allá, recordándonos constantemente que la muerte solo es un pretexto mas para hacernos ser conscientes del regalo tan maravilloso que es la vida, instándonos a aprovechar cada uno de los segundos que tenemos a nuestra disposición compartiéndolos junto a los que más queremos.
Porque desgraciadamente solo tenemos una vida. Y aunque este poblada de fantasmas y seres de otro mundo, debemos saber combatir cada uno de nuestros espectros interiores y volvernos más fuertes ante la desolación y la angustia que nos provocan.
Flanagan concibe un relato en el que los verdaderos monstruos no son los seres espectrales que respiran al otro lado de la escalera. El terror, el verdadero terror, se esconde entre las cuatro paredes en las que decidimos emparedarnos para no tener que combatir el dolor, la soledad y la tristeza que provoca la verdad descarnada de existir con todas las condiciones.
Y es que no hay nada más aterrador que observar fijamente al monstruo de debajo de la cama y descubrir un reflejo de nosotros mismos en su triste y hueca mirada.
Los hermanos Steven, Shirley, Theodora, Luke y Nell habitaron junto a sus padres una casa encantada durante el tiempo en el que se rompió su familia. Mediante cada uno de los diez episodios que se nos presentan, comprendemos el precio que tuvieron que pagar por sobrevivir al hundimiento de los cimientos de su infancia. Y es que lo genial de esta serie no es solo la ambientación, la historia o los guiños constantes que ofrece a otros grandes maestros. La caracterización de los personajes es prácticamente perfecta. Comprendemos cada uno de sus anhelos, sus miedos e inseguridades. Los demonios internos que los acechan. Nunca pensé que una serie que se esconde bajo la premisa del terror pudiera conseguir atrapar mi miedo y mi emotividad de esta manera. Porque la mayor virtud de la serie de Flanagan es que consigue provocar del mismo modo el escalofrió y la lágrima.
Imposible no emocionarnos ante la historia de Nell, la niña tierna, dulce y frágil para la que nadie tuvo nunca demasiado tiempo. Alguien que estuvo siempre allí, atrapada en los recuerdos de una habitación roja, que nadie tuvo nunca el suficiente coraje de abrir. He leído en algunas críticas como se alaba el capitulo cinco y me uno a los cumplidos. El capitulo cinco es el corazón de esta serie y Nell es una de los personajes más importantes y más impactantes. Consigue darle vida a un relato desgarrador, en el que nos resulta imposible no sentir una terrible pena y dolor ante un personaje que lo entrega todo a los demás sin esperar nada a cambio pero que nunca obtiene una decima parte del cariño, la comprensión y la empatía que desprende. La criatura más frágil que habito la casa y también la más necesaria. Y porque no decirlo, del mismo modo se alza como la más fuerte, porque hasta en su propia fragilidad consigue ser esa fuerza que una irremediablemente lo que está roto y perdido.
Recomiendo fervientemente esta serie a cualquiera. No es solo una serie. Consigue convertirse en una verdadera obra de arte. Una de esas series cuyo recuerdo subsiste en tu memoria a través de los años. Muestra mucho más de lo que aparenta a simple vista y nos conecta con partes de nosotros mismos que siempre han estado dormidas.
Sigo en spoiler para no desvelar nada.
Empecé esta seria sin muchas expectativas pero me he encontrado ante una de las series más sorprendentes del año y posiblemente una de las mejores que he visualizado y visualizare en mi vida.
Mike Flanagan consigue darle una vuelta de tuerca a las historias de terror clásicas y humanizar un relato que nos habla del mas allá, recordándonos constantemente que la muerte solo es un pretexto mas para hacernos ser conscientes del regalo tan maravilloso que es la vida, instándonos a aprovechar cada uno de los segundos que tenemos a nuestra disposición compartiéndolos junto a los que más queremos.
Porque desgraciadamente solo tenemos una vida. Y aunque este poblada de fantasmas y seres de otro mundo, debemos saber combatir cada uno de nuestros espectros interiores y volvernos más fuertes ante la desolación y la angustia que nos provocan.
Flanagan concibe un relato en el que los verdaderos monstruos no son los seres espectrales que respiran al otro lado de la escalera. El terror, el verdadero terror, se esconde entre las cuatro paredes en las que decidimos emparedarnos para no tener que combatir el dolor, la soledad y la tristeza que provoca la verdad descarnada de existir con todas las condiciones.
Y es que no hay nada más aterrador que observar fijamente al monstruo de debajo de la cama y descubrir un reflejo de nosotros mismos en su triste y hueca mirada.
Los hermanos Steven, Shirley, Theodora, Luke y Nell habitaron junto a sus padres una casa encantada durante el tiempo en el que se rompió su familia. Mediante cada uno de los diez episodios que se nos presentan, comprendemos el precio que tuvieron que pagar por sobrevivir al hundimiento de los cimientos de su infancia. Y es que lo genial de esta serie no es solo la ambientación, la historia o los guiños constantes que ofrece a otros grandes maestros. La caracterización de los personajes es prácticamente perfecta. Comprendemos cada uno de sus anhelos, sus miedos e inseguridades. Los demonios internos que los acechan. Nunca pensé que una serie que se esconde bajo la premisa del terror pudiera conseguir atrapar mi miedo y mi emotividad de esta manera. Porque la mayor virtud de la serie de Flanagan es que consigue provocar del mismo modo el escalofrió y la lágrima.
Imposible no emocionarnos ante la historia de Nell, la niña tierna, dulce y frágil para la que nadie tuvo nunca demasiado tiempo. Alguien que estuvo siempre allí, atrapada en los recuerdos de una habitación roja, que nadie tuvo nunca el suficiente coraje de abrir. He leído en algunas críticas como se alaba el capitulo cinco y me uno a los cumplidos. El capitulo cinco es el corazón de esta serie y Nell es una de los personajes más importantes y más impactantes. Consigue darle vida a un relato desgarrador, en el que nos resulta imposible no sentir una terrible pena y dolor ante un personaje que lo entrega todo a los demás sin esperar nada a cambio pero que nunca obtiene una decima parte del cariño, la comprensión y la empatía que desprende. La criatura más frágil que habito la casa y también la más necesaria. Y porque no decirlo, del mismo modo se alza como la más fuerte, porque hasta en su propia fragilidad consigue ser esa fuerza que una irremediablemente lo que está roto y perdido.
Recomiendo fervientemente esta serie a cualquiera. No es solo una serie. Consigue convertirse en una verdadera obra de arte. Una de esas series cuyo recuerdo subsiste en tu memoria a través de los años. Muestra mucho más de lo que aparenta a simple vista y nos conecta con partes de nosotros mismos que siempre han estado dormidas.
Sigo en spoiler para no desvelar nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como he mencionado antes es sorprendente como en el capitulo cinco se nos narra que Nelly es la mujer del cuello torcido, ese espectro hecho de miedos e inseguridades que siempre la aterrorizo desde niña y que nunca la dejo disfrutar de su felicidad al cien por cien. Por otro lado, me ha sorprendido gratamente como en los últimos capítulos empezamos a ser conscientes de que el personaje de Abigail, la supuesta amiga imaginaria de Luke, siempre fue real.
La redención final que se le da a todos los hermanos es de agradecer. Y más después de haber aprendido a detestarlos a lo largo de la serie. Los humanos egoístas, prepotentes y miserables que solo tenían tiempo para combatir sus propios duelos aprenden a crecer y superar sus propias barreras personales, apoyándose en el resto.
Porque quien camine en la casa de Hill House siempre caminara solo pero si aprendes a apoyarte en los demás y paliar su dolor, parte de su felicidad permanecera siempre contigo.
La redención final que se le da a todos los hermanos es de agradecer. Y más después de haber aprendido a detestarlos a lo largo de la serie. Los humanos egoístas, prepotentes y miserables que solo tenían tiempo para combatir sus propios duelos aprenden a crecer y superar sus propias barreras personales, apoyándose en el resto.
Porque quien camine en la casa de Hill House siempre caminara solo pero si aprendes a apoyarte en los demás y paliar su dolor, parte de su felicidad permanecera siempre contigo.
28 de octubre de 2018
28 de octubre de 2018
49 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi crítica toda en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Flanagan realiza un ejercicio psicológico perfecto, desmenuzándolo en diez episodios, que lejos de hacerse eternos, tienen su explicación, porque poco a poco y sin prisa vamos a ir conociendo cada detalle de la mente de los protagonistas, de sus miedos, de sus traumas y de esa casa "encantada".
Empiezo analizando la introducción de la serie. Ya por sí sola nos hace un resumen de todo. Esas estatuas, que deberían permanecer en el tiempo, las vemos destrozadas, cayéndose a pedazos, están gritando. La música y las imágenes te van metiendo en una atmósfera opresiva, angustiosa.
Y seguimos, en los primeros capítulos vamos conociendo a los personajes, aunque nos perdemos un poco en cada uno ya vamos viendo que no es solo la casa la que tiene fantasmas, también ellos los tienen. Los fantasmas del pasado, que no les van a abandonar en ningún momento de sus vidas y que nos irán presentando en forma de flashback durante toda la serie.
Los vamos a ver como un matrimonio joven, con cinco niños, llenos de ilusión por entrar en esa nueva casa, con la promesa de tener un verano lleno de aventuras. Pero durante ese tiempo todo se irá estropeando poco a poco. Porque esa casa es como el mundo exterior. Algo con dientes, que tiene hambre de vida, sin tener en cuenta si son inocentes o no. Algo para lo que ninguno de los protagonistas, ni nosotros mismos, estamos preparados para vivir.
Aquí comienza el horror para todos. Pero no solo para los protagonistas de la historia, también para los que hemos vivido tragedias en nuestras vidas. Y esto es lo que da realmente miedo. Verte reflejada en Nell o en Shirley da verdadero pavor. Todos se rompen y nunca vuelven a ser los mismos.
Se me quedan grabados varios puntos:
Shirley, que se dedica a "arreglar" los cadáveres, a ponerlos perfectos para que sus familiares puedan despedirse. Todo esto porque ella vive de muy cerca el trauma de la muerte. Primero con los gatitos que encuentra y después con su madre.
Theo, convertida en doctora en psicología, cree que puede arreglar a los niños rotos antes de que se conviertan en algo destrozado como ella.
Luke, que para no tener que mirar más al pasado se arropa en el mundo de la droga.
Steve, que escribirá una novela que el cree que no vivió, pero que es más real de lo que pensaba.
Nell, que le dice a su madre ¿qué pasaría si tuviese una pesadilla horrible, que todo estuviera oscuro, de la que no pudiera escapar? y ella respondiendo que la "despertaría", que nunca la dejaría sufrir eso. Nell asustada -Estaba aquí mismo, pero no me veíais, os llamaba y nadie me escuchaba- Toda una metáfora a como se siente ella en su vida adulta, y que explica en el último episodio.
En resumen es una gran historia, bien contada, un guion lento pero que va a llegar a su inexorable final con todo el sentido del mundo. La fotografía es de diez, la banda sonora también y los actores están más que exquisitamente elegidos.
El final, en el que Nell los anima a seguir viviendo (porque ella es la primera en sucumbir a lo que su madre llama "despertar"), a superar el pasado y a perdonarlo, es lo que mejor sabor de boca te deja.
Y quedan muchos temas por tratar de la serie, pero os invito a verla, porque en realidad solo os he contado unas pinceladas. Esto es mucho más. Es el terror a lo real. A verte reflejado en los personajes. Fantasmas, deseos, sucumbir a la locura, dejar de luchar, sentirte solo, no saber salir, pedir ayuda y no recibir respuesta, sentirte culpable. El miedo y la culpa son hermanos, dice la amante de Theo y tiene razón.
Muy buena serie, bien explicados todos los sentimientos y un diez por haberse esmerado tanto en la descripción de todos los personajes.
Empiezo analizando la introducción de la serie. Ya por sí sola nos hace un resumen de todo. Esas estatuas, que deberían permanecer en el tiempo, las vemos destrozadas, cayéndose a pedazos, están gritando. La música y las imágenes te van metiendo en una atmósfera opresiva, angustiosa.
Y seguimos, en los primeros capítulos vamos conociendo a los personajes, aunque nos perdemos un poco en cada uno ya vamos viendo que no es solo la casa la que tiene fantasmas, también ellos los tienen. Los fantasmas del pasado, que no les van a abandonar en ningún momento de sus vidas y que nos irán presentando en forma de flashback durante toda la serie.
Los vamos a ver como un matrimonio joven, con cinco niños, llenos de ilusión por entrar en esa nueva casa, con la promesa de tener un verano lleno de aventuras. Pero durante ese tiempo todo se irá estropeando poco a poco. Porque esa casa es como el mundo exterior. Algo con dientes, que tiene hambre de vida, sin tener en cuenta si son inocentes o no. Algo para lo que ninguno de los protagonistas, ni nosotros mismos, estamos preparados para vivir.
Aquí comienza el horror para todos. Pero no solo para los protagonistas de la historia, también para los que hemos vivido tragedias en nuestras vidas. Y esto es lo que da realmente miedo. Verte reflejada en Nell o en Shirley da verdadero pavor. Todos se rompen y nunca vuelven a ser los mismos.
Se me quedan grabados varios puntos:
Shirley, que se dedica a "arreglar" los cadáveres, a ponerlos perfectos para que sus familiares puedan despedirse. Todo esto porque ella vive de muy cerca el trauma de la muerte. Primero con los gatitos que encuentra y después con su madre.
Theo, convertida en doctora en psicología, cree que puede arreglar a los niños rotos antes de que se conviertan en algo destrozado como ella.
Luke, que para no tener que mirar más al pasado se arropa en el mundo de la droga.
Steve, que escribirá una novela que el cree que no vivió, pero que es más real de lo que pensaba.
Nell, que le dice a su madre ¿qué pasaría si tuviese una pesadilla horrible, que todo estuviera oscuro, de la que no pudiera escapar? y ella respondiendo que la "despertaría", que nunca la dejaría sufrir eso. Nell asustada -Estaba aquí mismo, pero no me veíais, os llamaba y nadie me escuchaba- Toda una metáfora a como se siente ella en su vida adulta, y que explica en el último episodio.
En resumen es una gran historia, bien contada, un guion lento pero que va a llegar a su inexorable final con todo el sentido del mundo. La fotografía es de diez, la banda sonora también y los actores están más que exquisitamente elegidos.
El final, en el que Nell los anima a seguir viviendo (porque ella es la primera en sucumbir a lo que su madre llama "despertar"), a superar el pasado y a perdonarlo, es lo que mejor sabor de boca te deja.
Y quedan muchos temas por tratar de la serie, pero os invito a verla, porque en realidad solo os he contado unas pinceladas. Esto es mucho más. Es el terror a lo real. A verte reflejado en los personajes. Fantasmas, deseos, sucumbir a la locura, dejar de luchar, sentirte solo, no saber salir, pedir ayuda y no recibir respuesta, sentirte culpable. El miedo y la culpa son hermanos, dice la amante de Theo y tiene razón.
Muy buena serie, bien explicados todos los sentimientos y un diez por haberse esmerado tanto en la descripción de todos los personajes.
19 de octubre de 2018
19 de octubre de 2018
40 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de mucho tiempo leyendo las críticas de los demás, mi primera crítica va para una serie estremecedora en todos los sentidos. Cuando uno ve una serie de terror, donde el terror es lo de menos, cuando los sustos y los momentos mas lúgubres te producen mas emoción y mas ternura que angustia, cuando las relación con nuestros seres queridos importa mas que fantasmas o casas encantadas, no queda otra que contarlo. Que animar a los demás a participar de una obra maestra.
Continúa la crítica en zona spoiler.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La maldición de Hill House es el miedo, el que te atenaza y te oprime y no te deja ser libre.
Olivia tiene miedo a que a sus gemelos les pase algo malo, que sufran o se mueran. Lo que la hace inmensamente infeliz, porque nadie puede evitar que tus hijos sean tragados por la casa, o mejor dicho, por la vida.
Hugh tiene miedo a no saber ejecutar una obra que se le viene encima, con todo tipo de problemas, a no ser un buen padre de familia, que proteja y sustente con su trabajo a sus hijos.
Steven tiene miedo a la responsabilidad de ser el mayor, a que siempre le pregunten a él donde están sus hermanos, a tener que actuar como un adulto, siendo un niño.
Shirley tiene miedo a que su mundo no sea perfecto, ordenado, estructurado. Su afán controlador no la deja vivir en paz y se traslada a sus hermanos y a sus vidas.
Theo tiene miedo a ser distinta, a no amar de forma convencional, a sentir cosas que nadie mas siente, solo con tocar a otros.
Los gemelos son tan sensibles que tienen miedo a la vida, porque no sirven para seguir su camino en un mundo sin piedad. Ellos mismos son su desgracia, como demuestra la caída en el tiempo de la "mujer del cuello torcido". La desgracia de Nell era ella misma.
El matrimonio que los ayuda en las labores de casa, tiene tanto miedo a que a su hija pequeña le pase algo, que la hacen una desdichada, que vive en el bosque hasta que puede escapar. Por eso la pierden.
Todos tienen miedo, y lo viven por separado, sin confiarlo a nadie, sin apoyarse en los que tienen cerca. Da igual estar dentro o fuera de la casa. Lo importante es no caminar solo. Porque el miedo de verdad, el terror implacable, es no poder compartir tu vida con tus seres queridos.
Olivia tiene miedo a que a sus gemelos les pase algo malo, que sufran o se mueran. Lo que la hace inmensamente infeliz, porque nadie puede evitar que tus hijos sean tragados por la casa, o mejor dicho, por la vida.
Hugh tiene miedo a no saber ejecutar una obra que se le viene encima, con todo tipo de problemas, a no ser un buen padre de familia, que proteja y sustente con su trabajo a sus hijos.
Steven tiene miedo a la responsabilidad de ser el mayor, a que siempre le pregunten a él donde están sus hermanos, a tener que actuar como un adulto, siendo un niño.
Shirley tiene miedo a que su mundo no sea perfecto, ordenado, estructurado. Su afán controlador no la deja vivir en paz y se traslada a sus hermanos y a sus vidas.
Theo tiene miedo a ser distinta, a no amar de forma convencional, a sentir cosas que nadie mas siente, solo con tocar a otros.
Los gemelos son tan sensibles que tienen miedo a la vida, porque no sirven para seguir su camino en un mundo sin piedad. Ellos mismos son su desgracia, como demuestra la caída en el tiempo de la "mujer del cuello torcido". La desgracia de Nell era ella misma.
El matrimonio que los ayuda en las labores de casa, tiene tanto miedo a que a su hija pequeña le pase algo, que la hacen una desdichada, que vive en el bosque hasta que puede escapar. Por eso la pierden.
Todos tienen miedo, y lo viven por separado, sin confiarlo a nadie, sin apoyarse en los que tienen cerca. Da igual estar dentro o fuera de la casa. Lo importante es no caminar solo. Porque el miedo de verdad, el terror implacable, es no poder compartir tu vida con tus seres queridos.
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