Grbavica (El secreto de Esma)
2006 

6,8
2.728
Drama
Esma quiere que su hija Sara, de doce años, tenga la oportunidad de participar en un viaje organizado por el colegio. Bastaría con un certificado probando que su padre murió como un mártir durante la guerra para que saliese a mitad de precio, pero Esma siempre da largas a Sara cuando esta le pide el certificado. Al parecer, prefiere remover cielo y tierra para encontrar el dinero y pagar el precio del viaje. Está convencida de que se ... [+]
10 de noviembre de 2006
10 de noviembre de 2006
40 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el festival de cine de Sarajevo pude ver la película que sorprendió en Berlín a propios y extraños. En aquel momento no me atreví a realizar crítica alguna, ya que estaba afectado por sentimientos personales y porque encontrarme en la propia ciudad (es en todo momento un canto de hado triste a la ciudad de las lágrimas innumerables). Unos meses más tarde pude verla en otro festival, el de Sevilla (que le queda mucho camino por recorrer si quiere ser tenido en cuenta). Y el mito murió un poco la verdad.
Para empezar, es una película hecha para bosnios, y más concretamente para los habitantes de Sarajevo. La película es para y por ellos. La experta realizadora en documentales sociales, Jasmila, siempre se ha mostrado sorprendida del éxito alcanzado en festivales extranjeros. Hay varias situaciones y pequeñas sub-tramas que no puede entender alguien que no haya estado en Bosnia, aunque no afectan directamente a la historia que se nos cuenta. Pero hay una laguna insalvable; mientras que para muchos habitantes del “país de las montañas” el metraje se hace precioso y con buen ritmo mostrando sus vidas, para mucha gente ajena de esta realidad solo producirá tedio.
Que coño, se centra tanto en ese microcosmos que es Sarajevo que la película no dice lo mismo para alguien de la capital que para otra gente de Mostar (ciudad que conozco muy bien, por eso lo digo. Hay resentimiento porque Sarajevo ha salido adelante y la ciudad del puente sigue teniendo una imborrable huella de la guerra civil, al igual que el resto del país).
Pequeños detalles como la cerveza que beben, el retrato del presidente Bosnio, los lugares por donde pasean los personajes (realmente Sarajevo forma a ser otro personaje más), las telenovelas que ven, la horrible música que escucha todo el mundo (creo que es lo único que une a musulmanes, católicos y ortodoxos), el ambiente de las discotecas, ver a los soldados de la ONU sin armas y medio borrachos y un sinfín de pequeños detalles...demasiadas cosas que creo que no se entenderán. No lo sé. Pero bueno, un milagro que una filme bosnio se vaya a ver en pantallas españolas, teniendo en cuenta que Bosnia no cuenta con ninguna cámara de 35mm, por ejemplo. Las coproducciones puede que consigan que el cine de este país se haga un pequeño hueco.
Eso sí, el final a mi me emocionó muchísimo. Y me alegra ver que a otras personas también.
Para empezar, es una película hecha para bosnios, y más concretamente para los habitantes de Sarajevo. La película es para y por ellos. La experta realizadora en documentales sociales, Jasmila, siempre se ha mostrado sorprendida del éxito alcanzado en festivales extranjeros. Hay varias situaciones y pequeñas sub-tramas que no puede entender alguien que no haya estado en Bosnia, aunque no afectan directamente a la historia que se nos cuenta. Pero hay una laguna insalvable; mientras que para muchos habitantes del “país de las montañas” el metraje se hace precioso y con buen ritmo mostrando sus vidas, para mucha gente ajena de esta realidad solo producirá tedio.
Que coño, se centra tanto en ese microcosmos que es Sarajevo que la película no dice lo mismo para alguien de la capital que para otra gente de Mostar (ciudad que conozco muy bien, por eso lo digo. Hay resentimiento porque Sarajevo ha salido adelante y la ciudad del puente sigue teniendo una imborrable huella de la guerra civil, al igual que el resto del país).
Pequeños detalles como la cerveza que beben, el retrato del presidente Bosnio, los lugares por donde pasean los personajes (realmente Sarajevo forma a ser otro personaje más), las telenovelas que ven, la horrible música que escucha todo el mundo (creo que es lo único que une a musulmanes, católicos y ortodoxos), el ambiente de las discotecas, ver a los soldados de la ONU sin armas y medio borrachos y un sinfín de pequeños detalles...demasiadas cosas que creo que no se entenderán. No lo sé. Pero bueno, un milagro que una filme bosnio se vaya a ver en pantallas españolas, teniendo en cuenta que Bosnia no cuenta con ninguna cámara de 35mm, por ejemplo. Las coproducciones puede que consigan que el cine de este país se haga un pequeño hueco.
Eso sí, el final a mi me emocionó muchísimo. Y me alegra ver que a otras personas también.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sabiendo de que iba la película, me emociono sobradamente la escena inicial. Hubo quien no lo pillo. A mi se me pone todavía la piel de gallina.
2 de diciembre de 2006
2 de diciembre de 2006
40 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Grbavica” parece que está realizada desde una plantilla:
- Drama paterno-filial. En este caso madre e hija.
- Un secreto que poco a poco va aflorando y abriendo heridas pasadas.
- Problemas económicos para subsistir o hacer frente a un inevitable gasto extra.
- Fondo de una situación político-social. En este caso una postguerra reciente.
- Mensaje y tema para concienciar a las masas.
Esta plantilla la utiliza desde un telefilme hasta el último Oso de Oro.
Cambie el motivo principal que provoca la herida abierta por: adopción, malos tratos, drogas, abusos sexuales, etc. y encontrará numerosos ejemplos sobre el mismo eje.
La diferencia: que el producto esté bien hecho y contado y que tenga buenas actuaciones. “Grbavica” posee ambas virtudes.
El problema que se despierta es obvio: no existe la capacidad de sorprender.
La historia que nos cuenta “Grbavica” nos la sabemos de cabo a rabo. Se intuye prácticamente todo lo que se muestra en la pantalla durante todo el metraje y el motivo que origina la herida abierta resulta obvio desde la segunda secuencia.
Así que se agradecen los esfuerzos, mensajes y valores de esta pequeña producción bosnia, pero también se debería evitar galardonar a estos clones (salvo a las interpretaciones) en festivales reputados para no caer en el efecto Dardenne (misma película sobre diferentes temas y con distintos actores/personajes).
- Drama paterno-filial. En este caso madre e hija.
- Un secreto que poco a poco va aflorando y abriendo heridas pasadas.
- Problemas económicos para subsistir o hacer frente a un inevitable gasto extra.
- Fondo de una situación político-social. En este caso una postguerra reciente.
- Mensaje y tema para concienciar a las masas.
Esta plantilla la utiliza desde un telefilme hasta el último Oso de Oro.
Cambie el motivo principal que provoca la herida abierta por: adopción, malos tratos, drogas, abusos sexuales, etc. y encontrará numerosos ejemplos sobre el mismo eje.
La diferencia: que el producto esté bien hecho y contado y que tenga buenas actuaciones. “Grbavica” posee ambas virtudes.
El problema que se despierta es obvio: no existe la capacidad de sorprender.
La historia que nos cuenta “Grbavica” nos la sabemos de cabo a rabo. Se intuye prácticamente todo lo que se muestra en la pantalla durante todo el metraje y el motivo que origina la herida abierta resulta obvio desde la segunda secuencia.
Así que se agradecen los esfuerzos, mensajes y valores de esta pequeña producción bosnia, pero también se debería evitar galardonar a estos clones (salvo a las interpretaciones) en festivales reputados para no caer en el efecto Dardenne (misma película sobre diferentes temas y con distintos actores/personajes).
27 de febrero de 2010
27 de febrero de 2010
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conforme más me voy adentrando en el cine balcánico más admiro la valentía con que el septimo arte está afrontando su pasado traumático más inmediato. La realidad que nos cuenta "Grbavica" es la de millones de mujeres a lo largo de la infausta historia de las guerras, una realidad que a menudo olvidamos. Esta película contiene una historia sencilla, equilibrada, sensible, profunda... A la par es una invitación a superar los traumas reprimidos de un pasado traumático, la invitación a hablar de ello, a sacar a la luz esas historias que desvelan en mitad de la noche, porque de nada sirve dentro, de nada sirve guardarlo para uno mismo. A la vez es una invitación a la empatía.
Continúa en el spoiler:
Continúa en el spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las mujeres con hijos nacidos como producto de las violaciones múltiples durante los conflictos bélicos tienen durante toda la vida ante sí el símbolo viviente de toda su desgracia desgarradora pero, a la vez, de la esperanza que las empuja a vivir un día tras otro. En ellas se refleja la intensa contradicción que la vida es en sí misma, pero elevada a un grado muchas veces insoportable. La película refleja a la perfección esa constante tensión latente. El odio y el amor, el intento por olvidar y la incapacidad para escapar de la realidad, todo ello centrado inevitablemente en un sólo punto: el producto, la criatura en sí misma. Esto es lo que acrecienta el trauma. Creo que Jasmila Zbanic ha hecho justicia a millones de mujeres y ha dejado abierta la puerta de una esperanza tan inevitable como la continuación del curso de la vida.
Cada cual crea sus puntos de inflexión. La cría decide raparse el pelo como un símbolo de purificación ya que la madre, mintiéndole, le había dicho que aquello en lo que se parecía a su padre era eso mismo. La madre, en cambio, simplemente decide contarlo, sacarlo a la luz, hacer uso de lo más poderoso que posee el ser humano: la palabra, siendo buena prueba de ello esta película.
Cada cual crea sus puntos de inflexión. La cría decide raparse el pelo como un símbolo de purificación ya que la madre, mintiéndole, le había dicho que aquello en lo que se parecía a su padre era eso mismo. La madre, en cambio, simplemente decide contarlo, sacarlo a la luz, hacer uso de lo más poderoso que posee el ser humano: la palabra, siendo buena prueba de ello esta película.
11 de enero de 2011
11 de enero de 2011
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Según cuenta Jasmila Zbanic, ella misma vivió cerca del barrio de Grbavica durante la guerra. La zona se convirtió en una especie de campo de concentración donde se violaba y torturaba impunemente a los musulmanes. Uno de los autores de estas tropelías, Veselin Vlahovic, fue detenido en Canarias más de quince años después de los sucesos. Se cuenta que él organizó una red de prostíbulos con mujeres de Grbavica. En toda Bosnia, 20.000 mujeres fueron violadas.
La película narra la experiencia de una de ellas trece años después. En una sociedad de consumo, con su música pop y su afición por la Liga de Fútbol española, cuesta hacer como que no pasó nada, pero no queda otra. En esa calma tensa, en una bellísima Sarajevo nevada con su arquitectura socialista y sus mezquitas, se va sugiriendo la tragedia global de toda la comunidad bosnia: ancianos pasando hambre cuando en la época comunista tenían un trato privilegiado, mujeres solteronas que evidencian una generación perdida de hombres, estudiantes de económicas metidos a matones por incapacidad absoluta de retomar sus estudios tras interrumpirlos para irse a pegar tiros, los que durante la guerra hicieron negocio con la miseria gracias al contrabando siguen siendo los capos satisfechos sin conciencia que fueron y, para rematar, los soldados extranjeros de borrachera en borrachera.
Zbanic no da puntada sin hilo. Escena tras escena compone un mosaico de existencias traumatizadas estremecedor. En primer plano, la desgracia de Esma y Luna. Una catarsis difícil de olvidar.
La película narra la experiencia de una de ellas trece años después. En una sociedad de consumo, con su música pop y su afición por la Liga de Fútbol española, cuesta hacer como que no pasó nada, pero no queda otra. En esa calma tensa, en una bellísima Sarajevo nevada con su arquitectura socialista y sus mezquitas, se va sugiriendo la tragedia global de toda la comunidad bosnia: ancianos pasando hambre cuando en la época comunista tenían un trato privilegiado, mujeres solteronas que evidencian una generación perdida de hombres, estudiantes de económicas metidos a matones por incapacidad absoluta de retomar sus estudios tras interrumpirlos para irse a pegar tiros, los que durante la guerra hicieron negocio con la miseria gracias al contrabando siguen siendo los capos satisfechos sin conciencia que fueron y, para rematar, los soldados extranjeros de borrachera en borrachera.
Zbanic no da puntada sin hilo. Escena tras escena compone un mosaico de existencias traumatizadas estremecedor. En primer plano, la desgracia de Esma y Luna. Una catarsis difícil de olvidar.
5 de mayo de 2007
5 de mayo de 2007
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siento en falta un cierto grado de imaginación a la hora de contar las historias individuales. Quizás la contundencia dramática del momento histórico que se narra ha sido un impedimento a la hora de trasladar a la imagen los microcosmos de cada uno de los habitantes de la historia.
También me sobran esos momentos de uno o dos minutos con el personaje de turno mirando al vacío, dejando claro que no me refiero a una cuestión de ritmo o lentitud. Es un asunto de expresividad. Quien alguna vez ha jugado a esto de ser actor habrá descubierto que esos momentos de intimidad interpretativos muy pocas veces coinciden con lo que el receptor percibe, ya que una vez creado ese refugio de solaz melancólico tanto para unos como para otros las sensaciones se disparan y cada uno se deja llevar sin mas.
No quisiera extenderme en esto ya que no es el tema de la cuestión.
Lo que quiero decir es que cada vez me molestan mas los directores y montadores que echan a perder un excelente producto como este por detalles como el último que acabo de explicar.
Por lo demás, película interesante, durísima y necesaria. Sobre todo, necesaria.
También me sobran esos momentos de uno o dos minutos con el personaje de turno mirando al vacío, dejando claro que no me refiero a una cuestión de ritmo o lentitud. Es un asunto de expresividad. Quien alguna vez ha jugado a esto de ser actor habrá descubierto que esos momentos de intimidad interpretativos muy pocas veces coinciden con lo que el receptor percibe, ya que una vez creado ese refugio de solaz melancólico tanto para unos como para otros las sensaciones se disparan y cada uno se deja llevar sin mas.
No quisiera extenderme en esto ya que no es el tema de la cuestión.
Lo que quiero decir es que cada vez me molestan mas los directores y montadores que echan a perder un excelente producto como este por detalles como el último que acabo de explicar.
Por lo demás, película interesante, durísima y necesaria. Sobre todo, necesaria.
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