Despidiendo a Yang
5,8
2.308
Drama. Ciencia ficción
Un hombre y su hija intentan salvar por todos los medios posibles la vida de Yang, un robot-asistente al que consideran un miembro más de su familia.
11 de marzo de 2022
11 de marzo de 2022
51 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha sido imposible encontrarle el punto a esta historia, aburrida, plana y con los personajes en un permanente estado de empanamiento. El androide de una familia deja de funcionar y, como es quien se encarga de la crianza de la hija pequeña, porque los padres están siempre ocupados, intentan por todos los medios repararlo.
Y cuando digo "intentan por todos los medios" parecería que hay que hay algo de desespero, de lucha o de brío en el empeño por devolver a la vida a Yang. Pero no, es como si los protagonistas estuvieran cansados todo el rato. Las interacciones entre ellos dos o con otros personajes son monumentos al desánimo, como si les hubieran chupado la energía o como si estuvieran deprimidos todo el tiempo. Solo la niña exhibe algo de vigor, eso sí, exclusivamente para reclamar a Yang. A todo ello ayuda una paleta de colores terrosa, desaturada, que contribuye a una atmósfera triste y desprovista de vida.
Pese a ser una historia futurista apenas se ven cachivaches que nos lo demuestren. Los contínuos desplazamientos en ese vehículo que circula por esa especie de túnel apenas dejan entrever nada, y esto es algo claramente deliberado. No se han querido centrar en eso. ¿Dependencia de las máquinas? ¿Trascendencia especulativa entre robots y humanos? ¿Por qué nada me queda claro?
Y cuando digo "intentan por todos los medios" parecería que hay que hay algo de desespero, de lucha o de brío en el empeño por devolver a la vida a Yang. Pero no, es como si los protagonistas estuvieran cansados todo el rato. Las interacciones entre ellos dos o con otros personajes son monumentos al desánimo, como si les hubieran chupado la energía o como si estuvieran deprimidos todo el tiempo. Solo la niña exhibe algo de vigor, eso sí, exclusivamente para reclamar a Yang. A todo ello ayuda una paleta de colores terrosa, desaturada, que contribuye a una atmósfera triste y desprovista de vida.
Pese a ser una historia futurista apenas se ven cachivaches que nos lo demuestren. Los contínuos desplazamientos en ese vehículo que circula por esa especie de túnel apenas dejan entrever nada, y esto es algo claramente deliberado. No se han querido centrar en eso. ¿Dependencia de las máquinas? ¿Trascendencia especulativa entre robots y humanos? ¿Por qué nada me queda claro?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No me queda claro de qué me estaban hablando, porque parecería que la mayor preocupación de estos padres es no ocuparse de su hija. Hasta parecen temerosos de que tener que hacerlo, cosa que sospechan les tocará si no consiguen recuperar a Yang. Qué demonios, dentro de la flojera que llevan encima hasta parece que les angustia la sola idea.
8 de octubre de 2022
8 de octubre de 2022
26 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a estar de acuerdo con lo que dicen algunas críticas no profesionales, de que todos los personajes parecen tristes todo el tiempo, cómo si les hubieran chupado la energía y de que no se deja ver muy bien "el futuro", creo que After Yang, tiene un sentido algo profundo. Antes de que te vayas directamente a decir que mi crítica no es útil, déjame explicártelo en la caja de los spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En el primer plano de la película vemos a una familia posar para una foto. Vemos, que la imagén está algo torcida, vemos el rostro de la madre (Kyra) y de la hija adoptiva (Mika), pero solo la mitad del rostro del padre (Jake). Cuando el hermano mayor (Yang) se une, podemos ver que Kyra, rodea con el brazo a Jake, y podemos ver algo más de él. Este primer plano nos cuenta muchas cosas. Nos cuenta el núcleo de la historia. Jake y su relación con las personas más cercanas a su vida. Este futuro le permitirá (a Jake) ser filosóficamente minimalista, pues Yang no es más que un simple robot, un "technosapiens", pero piensa, y, por lo tanto, existe, y quizás no sea algo, sino alguien. La identidad es algo esencial de la cinta que nos permitirá no solo pensar en la identidad de los androides, sino en la de nosotros mismos. El primer conflicto, lo encontramos muy temprano, vemos que la pareja se viste y habla de su familia, pero no hay conflictos entre ellos, debido a la desconexión que hay entre los miembros. Pero de repente vemos una escena que parece la evolución de Tik Tok, cómo si Jake hubiera cambiado de tema radicalmente. Cuando los descalifican del concurso, le echan la culpa a Jake, hace tiempo que no funciona en la familia. Pero el hermano mayor sigue bailando. Yang, se ha roto. Y luego nos muestran, la vida después de Yang. Otra pincelada de Jake, la responsabilidad que es tener roto a Yang: ir a repararlo, el costo, el decirle a su hija que su hermano ya no está. Pero a él no le perturba, es más, luego de eso come tranquilamente. Paralelamente, Kyra no come, dado que la situación no está resuelta. Luego descubrimos que quizás los androides sueñas con ovejas eléctricas, gracias al banco de recuerdos. Recuerdos que él considera dignos, y que no se pierdan como lágrimas en el mar. ¿Qué hay más humano que atesorar momentos tan íntimos? A raíz de los recuerdos de Yang, la familia ordena sus recuerdos con Yang, él era totalmente capaz de entablar una conversación filosófica con Jake.
No me gustaría hacer esto más largo de lo que es, así que termino de darte el rollo, y ya tú decides si quieres saber más. Para mí After Yang es un milagro que me ha hecho sentir el cine, y que me ha traído de vuelta a las reseñas de Filmaffinity. Una película que verdaderamente no falla al mostrarte el alma de la máquina.
No me gustaría hacer esto más largo de lo que es, así que termino de darte el rollo, y ya tú decides si quieres saber más. Para mí After Yang es un milagro que me ha hecho sentir el cine, y que me ha traído de vuelta a las reseñas de Filmaffinity. Una película que verdaderamente no falla al mostrarte el alma de la máquina.
14 de febrero de 2023
14 de febrero de 2023
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
'After Yang' es una película americana de 2021 del director Kogonada, creador de 'Columbus'. En colaboración con la productora A24 han desarrollado este largometraje con la finalidad de tratar temas como el significado de la familia y el paso del tiempo.
En una sociedad futurista, los clones y 'bots' forman parte de la vida familiar, incluso como propios miembros de la familia. Y es así como se nos presenta 'After Yang', una familia de tres, con una hija adoptada, que deciden comprar un robot para que haga de hermano mayor de la pequeña. Este robot es una personificación de un humano. No solo en apariencia sino que también posee la capacidad razonar y como veremos en el filme, de enamorarse y expresar emociones humanas.
A lo largo del largometraje realizaremos un viaje por los recuerdos de Янга (el 'Techno-Sapiens). Nos explicará lo que siente cada día, cómo se cuestiona su existencia, cómo sufre la soledad en silencio al no entender lo que es, y lo más importante, por qué es diferente existencialmente a los humanos pese a que es idéntico a ellos a nivel material.
La importancia y relevancia de Янга en la familia en cuestión, no se reduce a una compañía o entretenimiento. Pese a no ser considerando como un hermano o un hijo al principio, es sólo tras su pérdida cuando los padres consiguen ver que era 'alguien', un pilar más en el grupo.
Con un fuerte final en el último tercio del filme, nos demuestra como un futuro todavía algo incierto, puede llegar a nosotros con una complejidad sublime. Y es un hecho, que la inteligencia artificial formará parte de nuestras vidas, pero con mayor importancia de la que nos imaginamos.
Es una película lenta y hay que darle una oportunidad, se merece que seamos pacientes viéndola, y os aseguro que sorprende, emociona e importa para el espectador que la está viendo, y en mi opinión, eso es esencial.
En una sociedad futurista, los clones y 'bots' forman parte de la vida familiar, incluso como propios miembros de la familia. Y es así como se nos presenta 'After Yang', una familia de tres, con una hija adoptada, que deciden comprar un robot para que haga de hermano mayor de la pequeña. Este robot es una personificación de un humano. No solo en apariencia sino que también posee la capacidad razonar y como veremos en el filme, de enamorarse y expresar emociones humanas.
A lo largo del largometraje realizaremos un viaje por los recuerdos de Янга (el 'Techno-Sapiens). Nos explicará lo que siente cada día, cómo se cuestiona su existencia, cómo sufre la soledad en silencio al no entender lo que es, y lo más importante, por qué es diferente existencialmente a los humanos pese a que es idéntico a ellos a nivel material.
La importancia y relevancia de Янга en la familia en cuestión, no se reduce a una compañía o entretenimiento. Pese a no ser considerando como un hermano o un hijo al principio, es sólo tras su pérdida cuando los padres consiguen ver que era 'alguien', un pilar más en el grupo.
Con un fuerte final en el último tercio del filme, nos demuestra como un futuro todavía algo incierto, puede llegar a nosotros con una complejidad sublime. Y es un hecho, que la inteligencia artificial formará parte de nuestras vidas, pero con mayor importancia de la que nos imaginamos.
Es una película lenta y hay que darle una oportunidad, se merece que seamos pacientes viéndola, y os aseguro que sorprende, emociona e importa para el espectador que la está viendo, y en mi opinión, eso es esencial.
27 de mayo de 2022
27 de mayo de 2022
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre el papel, bastante interesante film de ciencia ficción, quién sabe si anticipación, que, por la lánguida realización de Kogonada se convierte en un film no convincente, al menos para mi gusto, que bien podría incluso hasta aburrir un tanto.
Tiene momentos buenos, como los diálogos entre el protagonista y el personaje de Sarita Choudhury, así como la aparición del personaje de Ada pero también otros pretendidamente filosóficos y vitales como los que tienen lugar entre los personajes de Yang y Jodie Turner-Smith, que aunque con una pátina de sabiduría oriental quedan en realidad demasiado literarios.
Un drama sobre la pérdida y sus consecuencias, sobre las nuevas responsabilidades (que tanto miedo parecen dar a la pareja protagonista respecto a la educación de su hija) y sobre la búsqueda del propio yo.
Todo, en el fondo, muy interesante pero plasmado de forma morosa, totalmente falta de intensidad, cuando creo que podría y debería haber sido más pasional. Y es que los humanos parecen en este film más "robots" que Yang, este siempre dispuesto para con "su familia".
No, no me ha convencido.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Tiene momentos buenos, como los diálogos entre el protagonista y el personaje de Sarita Choudhury, así como la aparición del personaje de Ada pero también otros pretendidamente filosóficos y vitales como los que tienen lugar entre los personajes de Yang y Jodie Turner-Smith, que aunque con una pátina de sabiduría oriental quedan en realidad demasiado literarios.
Un drama sobre la pérdida y sus consecuencias, sobre las nuevas responsabilidades (que tanto miedo parecen dar a la pareja protagonista respecto a la educación de su hija) y sobre la búsqueda del propio yo.
Todo, en el fondo, muy interesante pero plasmado de forma morosa, totalmente falta de intensidad, cuando creo que podría y debería haber sido más pasional. Y es que los humanos parecen en este film más "robots" que Yang, este siempre dispuesto para con "su familia".
No, no me ha convencido.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
25 de abril de 2022
25 de abril de 2022
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kogonada es un cineasta estadounidense nacido en Corea del Sur conocido por sus video-ensayos que analizan el contenido, la forma y la estructura de varias películas y series de televisión. Los ensayos utilizan con frecuencia la narración y la edición como lentes y, a menudo, resaltan la estética de un director.
Tras su opera prima Columbus, en el que nos dejaba ver que es un autor, que más allá de mostrarnos montajes de fragmentos del lenguaje cinematográfico sumamente ilustrativos que todo amante del cine debería visionar (están disponibles en YouTube), ahora nos regala su segundo largometraje en el que se confirma su talento y conocimiento que posee sobre el arte en movimiento. Es especialmente llamativo su enorme precisión del montaje por contenidos semánticos y estéticos, un completo dominador del ritmo interno y externo de cada una de sus escenas sutilmente hilvanadas. Es un cineasta de exquisita sensibilidad por la pureza de sus imágenes y la belleza que sabe crear en cada plano, nada redundante y con sentido narrativo y dramático. Se nota su influencia de grandes directores y su estudio detallado de destacados autores. Es todo un arquitecto de la imagen y la composición, que ya se dejó conocer en su primer largometraje y que ahora viene a confirmárnoslo con su segunda obra.
Ojo a la importancia del sonido en esta obra y a la precisión de una música que busca crear esa atmósfera que pretende impregnar en cada una de sus secuencias. Es un director que busca no extenderse en exceso e impregna a sus personajes una mística inquietante. Hay planos que me recuerda a su admirado Yasujirō Ozu. Cobra una especial relevancia cómo se integra cada personaje en la ajustada composición de los espacios en los que le rodea en cada plano, aportando un sentido específico y un estilismo que no es por casualidad.
Centrándonos más en la historia que nos narra, aquí tenemos una aparente película de ciencia ficción que usa esa dualidad humana-inteligencia artificial, que tiene varias lecturas y sobre todo ahonda en temas como el nihilismo o la transcendencia en forma de metáfora y jugosos diálogos, así como la identidad cultural, la complejidad del papel de la adopción para padres e hijos, el sentido de la pérdida y legado de quien nos deja, la capacidad humana del amor, la responsabilidad en el rol que adquirimos en el seno familiar, así como otros temas que dejo a la capacidad de observación de quien desea ver esta interesante obra. Entiendo que haya muchos que no terminen de convencerle esta propuesta cinematográfica, su temple o incluso su estilo, pero sí habrá otros, en cambio, que conecten con esta interesante propuesta de sutileza y de una destacada sensibilidad cinematográfica que fue bien acogida en el festival de Cannes y producida por la siempre sugerente A24. Mi consejo es verla y que cada uno juzgue según su criterio.
Tras su opera prima Columbus, en el que nos dejaba ver que es un autor, que más allá de mostrarnos montajes de fragmentos del lenguaje cinematográfico sumamente ilustrativos que todo amante del cine debería visionar (están disponibles en YouTube), ahora nos regala su segundo largometraje en el que se confirma su talento y conocimiento que posee sobre el arte en movimiento. Es especialmente llamativo su enorme precisión del montaje por contenidos semánticos y estéticos, un completo dominador del ritmo interno y externo de cada una de sus escenas sutilmente hilvanadas. Es un cineasta de exquisita sensibilidad por la pureza de sus imágenes y la belleza que sabe crear en cada plano, nada redundante y con sentido narrativo y dramático. Se nota su influencia de grandes directores y su estudio detallado de destacados autores. Es todo un arquitecto de la imagen y la composición, que ya se dejó conocer en su primer largometraje y que ahora viene a confirmárnoslo con su segunda obra.
Ojo a la importancia del sonido en esta obra y a la precisión de una música que busca crear esa atmósfera que pretende impregnar en cada una de sus secuencias. Es un director que busca no extenderse en exceso e impregna a sus personajes una mística inquietante. Hay planos que me recuerda a su admirado Yasujirō Ozu. Cobra una especial relevancia cómo se integra cada personaje en la ajustada composición de los espacios en los que le rodea en cada plano, aportando un sentido específico y un estilismo que no es por casualidad.
Centrándonos más en la historia que nos narra, aquí tenemos una aparente película de ciencia ficción que usa esa dualidad humana-inteligencia artificial, que tiene varias lecturas y sobre todo ahonda en temas como el nihilismo o la transcendencia en forma de metáfora y jugosos diálogos, así como la identidad cultural, la complejidad del papel de la adopción para padres e hijos, el sentido de la pérdida y legado de quien nos deja, la capacidad humana del amor, la responsabilidad en el rol que adquirimos en el seno familiar, así como otros temas que dejo a la capacidad de observación de quien desea ver esta interesante obra. Entiendo que haya muchos que no terminen de convencerle esta propuesta cinematográfica, su temple o incluso su estilo, pero sí habrá otros, en cambio, que conecten con esta interesante propuesta de sutileza y de una destacada sensibilidad cinematográfica que fue bien acogida en el festival de Cannes y producida por la siempre sugerente A24. Mi consejo es verla y que cada uno juzgue según su criterio.
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