La vida en The Halcyon transcurre como en los grandes hoteles del mundo. Son los años 40 y la elegancia y la altura de los eventos y de los huéspedes del hotel pasan por ser una muestra clara del esplendor de Londres en aquella década. Sin embargo, la segunda guerra mundial está en ejecución. Las habituales intrigas de los corredores y salones del hotel se ven trastocadas por la inminencia de un ataque, de una invasión, del espionaje, de la mala señal del futuro. Así es como se comienza a disfrutar esta serie que, como hija de una búsqueda por la elegancia, transmite una sensualidad y una estética maravillosas.

Nunca pensé en decir esto de una serie británica: "Hotel Halcyon es un producto fallido que aprovecha todo el entramado industrial de la televisión británica para realizar una serie mediocre, mal interpretada y muy mal dirigida"
No hay duda de que la ambientación es magnífica, como siempre, el vestuario brilla completamente, como siempre, hay actores magníficos, como siempre pero...no hay un buen guion, los personajes son planos y previsibles y algunas interpretaciones son penosas.

Si además, hay fallos tan graves como poner en los años cuarenta a una subdirectora de hotel de prestigio tomando copas con los clientes, a un corresponsal de radio de medio pelo que se hospeda en un cinco estrellas (ya quisieran), que en un hotel de tanto rango sólo haya una telefonista, cuando entonces había que pedir comunicación desde cualquier habitación, no hay manera de que la historia tenga una mínima coherencia.

Por no hablar de la aparición de personajes absurdos como la madre de la cantante, el compañero de armas o el conde abusador, que a mi juicio solo sirven para embrollar la trama sin añadir interés a los protagonistas principales.

En definitiva, una serie para ver en unas horas y olvidar en treinta minutos.