Por trece razones: La temporada finalSerie
2020 

Brian Yorkey (Creador), Russell Mulcahy ...
4,8
1.788
Serie de TV. Drama. Intriga
Serie de TV (2020). 10 episodios. Los estudiantes y profesores de la preparatoria Liberty se alistan para la graduación. Sin embargo, la despedida no estará libre de incidentes. La clase sénior se esforzará por mantener un secreto enterrado, aunque ello los pueda llevar a tomar decisiones arriesgadas que marcarán su vida para siempre. Temporada cuarta y final de la serie.
6 de junio de 2020
6 de junio de 2020
54 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que todos los que estéis leyendo esto es por ya os habréis visto las otras 3 temporadas anteriores así que vamos al grano. Es horrible, con lo que llegó a ser esta serie y lo que me gustaba con su primera temporada... la segunda no estuvo mal, la tercera mala y esta M-A-L-I-S-I-M-A. No te dan ganas de seguir viéndola porque la trama es absurda, 3/4 de los episodios son del Clay viendo muertos y recibiendo llamadas y mensajes de un muerto (por no hablar de las decisiones que toma) que da completa vergüenza ajena y hace cosas que ni un borracho en el peor de los casos haría, más que un adolescente parece un niño de 3 años. Escenas feministas metidas da la forma más penosa posible. La novia del Clay que ya ni me acuerdo del nombre es el personaje más brasas visto en una serie, de verdad que tostón de pava es como un grano en el culo. En definitiva, es un tostón de los buenos y he perdido 10h de mi vida viendo este bodrio, pero me la he tragado para acabarla ya de una vez. Bravo Jay Asher, has conseguido el premio de como acabar de matar una pedazo de serie que podía haber sido resucitada, una pena.
8 de junio de 2020
8 de junio de 2020
33 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que nunca me había sentido tan perdido en una trama como en esta ocasión. Si bien en las tres primeras temporadas teníamos un hilo principal, en esta ocasión me costaba recordar de qué narices se suponía que estaba yendo la serie. Todo sucede sin sentido alguno y sin rumbo, es como si los guionistas se estuviesen inventando todo a medida que escribían, sin saber como cerrarlo todo.
Los primeros cinco capítulos consisten, básicamente, en Clay gritando y teniendo alucinaciones hasta un punto que resulta pesado y repetitivo. Hablando de Clay, creo que es uno de los personajes que más he odiado en los últimos tiempos. Es una auténtica pesadilla de personaje que siempre busca irse de héroe y que no sé como siguen aguantando, no hubo ni un solo capítulo en el que no deseara que se fuese de una vez para ver si la trama podía dejar de ser él teniendo delirios de grandeza constantemente. Además, la trama se encuentra narrada por este personaje (supongo que representando lo que dice en sus sesiones de psicólogo) lo que acaba resultando pesado, porque es un narrador que no aporta absolutamente NADA a parte de frases que intentan irse de profundas y que parecen los pie de fotos de un adolescente en instagram.
La serie busca abordar varios temas, pero todos de una manera muy vaga y rápida que terminan por quedarse en nada. A veces buscan abordar el tema del sobre control por parte de las autoridades, otras el racismo, otras la violencia policial... Pero todas de una manera pésima.
En fin, me he tragado 10 capítulos (gracias a Dios que no son 13) porque necesitaba saber como acababa todo esto, pero no podría sentirme más decepcionado. Esta serie debería haberse quedado en una sola temporada, la cual, con sus luces y sus sombras, era de gran interés y que recomiendo, pero se ve que debe de ser una gallina de huevos de oro para Netflix. Agradezcamos que es la última.
Los primeros cinco capítulos consisten, básicamente, en Clay gritando y teniendo alucinaciones hasta un punto que resulta pesado y repetitivo. Hablando de Clay, creo que es uno de los personajes que más he odiado en los últimos tiempos. Es una auténtica pesadilla de personaje que siempre busca irse de héroe y que no sé como siguen aguantando, no hubo ni un solo capítulo en el que no deseara que se fuese de una vez para ver si la trama podía dejar de ser él teniendo delirios de grandeza constantemente. Además, la trama se encuentra narrada por este personaje (supongo que representando lo que dice en sus sesiones de psicólogo) lo que acaba resultando pesado, porque es un narrador que no aporta absolutamente NADA a parte de frases que intentan irse de profundas y que parecen los pie de fotos de un adolescente en instagram.
La serie busca abordar varios temas, pero todos de una manera muy vaga y rápida que terminan por quedarse en nada. A veces buscan abordar el tema del sobre control por parte de las autoridades, otras el racismo, otras la violencia policial... Pero todas de una manera pésima.
En fin, me he tragado 10 capítulos (gracias a Dios que no son 13) porque necesitaba saber como acababa todo esto, pero no podría sentirme más decepcionado. Esta serie debería haberse quedado en una sola temporada, la cual, con sus luces y sus sombras, era de gran interés y que recomiendo, pero se ve que debe de ser una gallina de huevos de oro para Netflix. Agradezcamos que es la última.
8 de junio de 2020
8 de junio de 2020
24 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que lo peor que le puede pasar a una obra es que sus autores dejen de respetarla. Me da la impresión de que esto es lo que ha pasado con los creadores de lo que en su primera temporada fue una serie aclamada y creo que necesaria.
El desarrollo de los personajes en esta temporada no tiene sentido ninguno. Si la cosa iba de arruinar personajes complejos que en su momento tenían una trascendencia psicológica ejemplar, lo han conseguido. Mención destacada, a mi parecer, merece el personaje de Tony Padilla. Es increíble lo hueco que se queda este personaje en esta temporada. Da mucha pena que después de todo lo que ha pasado, quede reducido a ésto.
El planteamiento que los creadores han diseñado para Zach en esta temporada es demasiado frívolo y no tiene ningún tipo de coherencia con lo que lo hizo llegar hasta aquí. Diálogos planos y sin sentido que le restan valor a su personaje hasta reducirlo a un perfecto don nadie en la trama.
Lo de Clay ni lo comentamos. Se me hace difícil ver en qué lo han convertido, y solo me puedo imaginar que los guionistas odian al personaje (en algún momento tengo el sentimiento de que es lo que les pasaba a los guionistas de How I Met Your Mother con Ted Mosby). Su novia sobra, es un personaje que resta.
Pero el camino personal que siguen los personajes no es lo peor de la serie. Los recursos narrativos aquí son agotadores. La fijación de los creadores por la espontánea aparición de fantasmas me hace pensar en algún tipo de filia personal no resuelta, más que en un intento de plasmar lo que significa tener problemas mentales. La escenificación que la serie plantea para la resolución de los problemas psíquicos de los personajes carece de respeto alguno por el oficio. El personaje del terapeuta aparece representado como un poli malo.
El mayor ejemplo de esta indecencia llega sin duda en el penúltimo capítulo de la temporada, donde nos dejan claro que el resto de la temporada era un relleno innecesario. Porque todos somos amigos, shico.
El desarrollo de los personajes en esta temporada no tiene sentido ninguno. Si la cosa iba de arruinar personajes complejos que en su momento tenían una trascendencia psicológica ejemplar, lo han conseguido. Mención destacada, a mi parecer, merece el personaje de Tony Padilla. Es increíble lo hueco que se queda este personaje en esta temporada. Da mucha pena que después de todo lo que ha pasado, quede reducido a ésto.
El planteamiento que los creadores han diseñado para Zach en esta temporada es demasiado frívolo y no tiene ningún tipo de coherencia con lo que lo hizo llegar hasta aquí. Diálogos planos y sin sentido que le restan valor a su personaje hasta reducirlo a un perfecto don nadie en la trama.
Lo de Clay ni lo comentamos. Se me hace difícil ver en qué lo han convertido, y solo me puedo imaginar que los guionistas odian al personaje (en algún momento tengo el sentimiento de que es lo que les pasaba a los guionistas de How I Met Your Mother con Ted Mosby). Su novia sobra, es un personaje que resta.
Pero el camino personal que siguen los personajes no es lo peor de la serie. Los recursos narrativos aquí son agotadores. La fijación de los creadores por la espontánea aparición de fantasmas me hace pensar en algún tipo de filia personal no resuelta, más que en un intento de plasmar lo que significa tener problemas mentales. La escenificación que la serie plantea para la resolución de los problemas psíquicos de los personajes carece de respeto alguno por el oficio. El personaje del terapeuta aparece representado como un poli malo.
El mayor ejemplo de esta indecencia llega sin duda en el penúltimo capítulo de la temporada, donde nos dejan claro que el resto de la temporada era un relleno innecesario. Porque todos somos amigos, shico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Finalmente, en un giro de pura genialidad, los guionistas deciden cortar el progreso de uno de los pocos personajes que no había involucionado: Justin. Y además, haciendo un doble combo: a la vez que cortan su avance, deciden retroceder 30 años en lo que significa la narrativa del SIDA en el terreno audiovisual. Bravo.
A pesar de los intentos de redención que vemos en el último capítulo, se hace eterno y aburrido. Justo cuando empieza a haber un tímido momento de conexión con algunos de los personajes, ya es tarde.
En fin, decepcionante.
A pesar de los intentos de redención que vemos en el último capítulo, se hace eterno y aburrido. Justo cuando empieza a haber un tímido momento de conexión con algunos de los personajes, ya es tarde.
En fin, decepcionante.
11 de junio de 2020
11 de junio de 2020
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si será por la pasta, todo apunta a que sí, que han estirado el chicle pensando que el chicle tendría una resistencia infinita. Tiene que ser por eso, sino no entiendo por qué Netflix, los creadores, productores, etc desoyeron a una gran mayoría cuando les dijeron que no siguieran con más temporadas tras la gloriosa primera tanda y, aunque se les concedió el beneficio de la duda ante la segunda, se veía venir el fracaso que ha terminado siendo una de las series más prometedoras de los últimos años.
La tercera ya sobraba, primero porque, aunque querían seguir conectados de alguna manera con la historia de Hanna Baker, evidentemente volver a repetir lo mismo pero con su antagonista, no tiene el mismo efecto y, segundo, hacían un flaco favor a todas las buenas y realistas e inspiradoras historias contadas en las dos primeras temporadas al intentar mostrarnos que los malos también tienen su cara buena y que merecen el perdón, incluidos violadores que han destrozado las vidas de muchas familias. En fin.
Esta última pretende sacar algo de donde no hay nada. Evidentemente ya no pueden estirar más la historia, así que optan por delirios, escenas surrealistas, cambios drásticos en las personalidades de los jóvenes protagonistas para dar algo de misterio y un final indecente, soso, con un penúltimo capítulo innecesario (no haré spoilers, pero la historia de uno de los personajes no era necesaria para dar un buen cierre a la serie).
No es serio. Sí lo era la historia de Hanna, su entorno, los miedos y preocupaciones de los jóvenes de la secundaria, la forma de contarnos la historia a través de esas cintas de cassette, las consecuencias que tienen algunas acciones sobre todo en una edad de transición a la etapa adulta, la crítica a una sociedad cínica e hipócrita, la falta de empatía y el mirar todo el rato hacia otro lado...Eran TANTAS las aristas que tenía esta serie! Y ahora? Todo es absurdo.
Es una pena ver cómo todos y cada uno de los personajes han perdido su esencia, especialmente Clay, imperdonable lo que han hecho con él.
Seguiría recomendando encarecidamente las dos primeras temporadas (siendo la segunda bastante inferior), pero no recomendaría que continuaran viendo las dos últimas si no quieren decepcionarse.
Afortunadamente, ya se acabó, para el bien de todos.
La tercera ya sobraba, primero porque, aunque querían seguir conectados de alguna manera con la historia de Hanna Baker, evidentemente volver a repetir lo mismo pero con su antagonista, no tiene el mismo efecto y, segundo, hacían un flaco favor a todas las buenas y realistas e inspiradoras historias contadas en las dos primeras temporadas al intentar mostrarnos que los malos también tienen su cara buena y que merecen el perdón, incluidos violadores que han destrozado las vidas de muchas familias. En fin.
Esta última pretende sacar algo de donde no hay nada. Evidentemente ya no pueden estirar más la historia, así que optan por delirios, escenas surrealistas, cambios drásticos en las personalidades de los jóvenes protagonistas para dar algo de misterio y un final indecente, soso, con un penúltimo capítulo innecesario (no haré spoilers, pero la historia de uno de los personajes no era necesaria para dar un buen cierre a la serie).
No es serio. Sí lo era la historia de Hanna, su entorno, los miedos y preocupaciones de los jóvenes de la secundaria, la forma de contarnos la historia a través de esas cintas de cassette, las consecuencias que tienen algunas acciones sobre todo en una edad de transición a la etapa adulta, la crítica a una sociedad cínica e hipócrita, la falta de empatía y el mirar todo el rato hacia otro lado...Eran TANTAS las aristas que tenía esta serie! Y ahora? Todo es absurdo.
Es una pena ver cómo todos y cada uno de los personajes han perdido su esencia, especialmente Clay, imperdonable lo que han hecho con él.
Seguiría recomendando encarecidamente las dos primeras temporadas (siendo la segunda bastante inferior), pero no recomendaría que continuaran viendo las dos últimas si no quieren decepcionarse.
Afortunadamente, ya se acabó, para el bien de todos.
14 de junio de 2020
14 de junio de 2020
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera temporada estaba bien, aunque para mi gusto está bastante sobrevalorada y le puse un 5 de nota tan solo. La segunda, con un juicio un tanto aburrido, ya sobraba. La tercera empezaba a cansar, y esta cuarta ya pone la puntilla a una de las series estandarte en lo que a estirar el chicle y alargamiento innecesario se refiere. Es un ejemplo de lo que no se debe hacer, y de lo que ya hemos visto muchos ejemplos para no recordar, como “Prison break” o “House” entre otras.
Bueno, por supuesto que he visto la tercera, pero en su momento no supe que filmaffinity había creado una ficha independiente para ella, así que no la voté ni critiqué. Pero me da un poco igual porque lo que voy a escribir respecto a la cuarta, se puede extender perfectamente a la tercera también.
En este caso no me voy a quejar de volver a escribir una nueva reseña (soy un poco maniático y escribo en esta página de absolutamente todo lo que veo, que no es poco), porque el bajón de calidad lo justifica completamente, y por las opiniones que he leído, no soy el único que lo piensa así.
A estas alturas, estoy ya hasta la coronilla de las neuras y los problemas personales de Clay y sus amigos, con los que no logro empatizar ni siquiera desde que escuchaban cintas, de Clay y compañía. Siguen con sus enfados, sentimientos de culpa y autocompasión, en una trama que, de tanto estirarse, le han salido estrías y está a punto de reventar y morir, si no lo había hecho ya en los episodios del juicio. Todo ya es cansino, lento, innecesariamente largo, aburrido y forzado. Y eso que esta vez han hecho tres episodios menos.
Tengo incluso mis dudas de que al público más joven, o a los que le encantó la primera, les pueda seguir gustando esto llegados a esta última entrega tan pesada, en la cual los capítulos se hacen más largos que la versión extendida de “Apocalypse now” (que ya quisieran parecerse).
Ni siquiera el fichaje de Gary Sinise salva el día, para lo poco que sale y lo poco que hace.
De las 23 horas de las dos últimas temporadas, creo que solo salvan un puñado de momentos tensos, muy diluidos entre tanto metraje. Y pensar que algunos episodios de la cuarta los ha dirigido el que hizo en su día la mítica “Los inmortales”. ¡Menudo bajón en su carrera!
Especialmente decepcionante es el capítulo sexto, donde nunca vemos la amenaza, y tratan de transmitir mucha tensión, sin conseguirlo para nada. Todo el rato pareciendo que va a pasar algo tremendo, y al final no pasa nada. Pero el séptimo es aún más aburrido, aunque parezca mentira.
Definitivamente la serie ha perdido el norte por completo en su desenlace, una pena. ¡Menos mal que ya se ha terminado por fin!
Bueno, por supuesto que he visto la tercera, pero en su momento no supe que filmaffinity había creado una ficha independiente para ella, así que no la voté ni critiqué. Pero me da un poco igual porque lo que voy a escribir respecto a la cuarta, se puede extender perfectamente a la tercera también.
En este caso no me voy a quejar de volver a escribir una nueva reseña (soy un poco maniático y escribo en esta página de absolutamente todo lo que veo, que no es poco), porque el bajón de calidad lo justifica completamente, y por las opiniones que he leído, no soy el único que lo piensa así.
A estas alturas, estoy ya hasta la coronilla de las neuras y los problemas personales de Clay y sus amigos, con los que no logro empatizar ni siquiera desde que escuchaban cintas, de Clay y compañía. Siguen con sus enfados, sentimientos de culpa y autocompasión, en una trama que, de tanto estirarse, le han salido estrías y está a punto de reventar y morir, si no lo había hecho ya en los episodios del juicio. Todo ya es cansino, lento, innecesariamente largo, aburrido y forzado. Y eso que esta vez han hecho tres episodios menos.
Tengo incluso mis dudas de que al público más joven, o a los que le encantó la primera, les pueda seguir gustando esto llegados a esta última entrega tan pesada, en la cual los capítulos se hacen más largos que la versión extendida de “Apocalypse now” (que ya quisieran parecerse).
Ni siquiera el fichaje de Gary Sinise salva el día, para lo poco que sale y lo poco que hace.
De las 23 horas de las dos últimas temporadas, creo que solo salvan un puñado de momentos tensos, muy diluidos entre tanto metraje. Y pensar que algunos episodios de la cuarta los ha dirigido el que hizo en su día la mítica “Los inmortales”. ¡Menudo bajón en su carrera!
Especialmente decepcionante es el capítulo sexto, donde nunca vemos la amenaza, y tratan de transmitir mucha tensión, sin conseguirlo para nada. Todo el rato pareciendo que va a pasar algo tremendo, y al final no pasa nada. Pero el séptimo es aún más aburrido, aunque parezca mentira.
Definitivamente la serie ha perdido el norte por completo en su desenlace, una pena. ¡Menos mal que ya se ha terminado por fin!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Encima Clay tiene visiones. ¡Lo que faltaba! Penoso guiño a “Carrie” en el tercer capítulo y un campamento de terror en el cuarto. ¿Y qué decir del prólogo del octavo en plan “Terminator”?
Al final, nos dan la “sorpresa” de que Clay lo hacía todo inconscientemente. Ese recurso está ya tan manido, que me lo olí desde el primer momento.
Y puede que sea mala persona, pero en el último episodio estaba deseando que se muriera Justin de una vez. ¡Qué cansinos! El último plano, Clay y Tony en un coche. Se van a la Universidad, y no dicen absolutamente nada. ¿Este es el broche de oro?
Al final, nos dan la “sorpresa” de que Clay lo hacía todo inconscientemente. Ese recurso está ya tan manido, que me lo olí desde el primer momento.
Y puede que sea mala persona, pero en el último episodio estaba deseando que se muriera Justin de una vez. ¡Qué cansinos! El último plano, Clay y Tony en un coche. Se van a la Universidad, y no dicen absolutamente nada. ¿Este es el broche de oro?
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