El internadoSerie
2007 

Daniel Écija (Creador), Laura Belloso (Creadora) ...
5,7
18.063
Serie de TV. Drama. Intriga. Thriller. Terror
Serie de TV (2007-2010). 7 temporadas. 71 episodios. La acción se desarrolla en un colegio aislado situado en mitad de un bosque, 'La laguna negra'. Algunos de los alumnos, los profesores y el personal de servicio del centro escolar guardan un pasado con enigmas que, poco a poco, irán saliendo a la superficie. Jacinta (Amparo Baró) es la gobernanta y verdadera alma del colegio, una mujer de fuerte carácter pero de gran corazón. Héctor ... [+]
6 de noviembre de 2008
6 de noviembre de 2008
90 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista con buenos ojos y con poco más que ánimo de entretenerse, El Internado es la hostia. Pero lo malo de ser humano es que a veces uno se pone quisquilloso, y se da cuenta de lo que está viendo. Y lo que es peor, que cuando abandona el estado de quisquillosidad y echa la vista atrás, se da cuenta de que lo que acaba de descubrir es una verdad como la copa de un pino.
Pues eso, más o menos, me paso a mí ayer. Me di cuenta de los miles de fallos que tiene esta serie.
El mayor de todos ellos, es su mayor atractivo: el misterio. Ese misterio compuesto por ochenta mil tramas y subtramas que se rizan y se rizan y de las que nos olvidaríamos de no ser por los benditos resúmenes. No sé por qué, pero me da la impresión de que hasta los guionistas (que deben de ser una tropa de cojones) están perdidos, y no saben cómo continuar añadiendo más cosas interesantes. Yo creo que les convendría resolver alguna, y de una manera más digna que la del dichoso gnomo. Sí, sí, todo ese misterio que duró más de una temporada, si mal no recuerdo, y que desembocó en la mismísima nada. “Vale, ¿y?” piensa uno cuando termina dicha historia.
Apostaría a que si revisamos capítulos anteriores, nos daremos cuenta de que el comportamiento pasado de ciertos personajes, no concuerda con nuevas revelaciones sobre ellos que se nos hacen.
En fin, que los guionistas quisieron llenar tanto el saco de la intriga que acabaron rompiéndolo.
Pero claro, no sólo es eso. Está el gran fallo de que para cinco o seis profesores que hay, todos andan metidos en algún lío. También está el de los alumnos imbéciles que van de héroes a resolverlo todo ellos solitos. Y le acompaña el hecho de que en el colegio se infiltra todo dios, el que quiera. Luego, no sabemos muy bien si hablamos de una historia de ficción o no, porque de repente resulta que “la otra” tiene un sexto sentido y que “el otro” sueña cosas que se hacen realidad, cosas que quedan bastante forzadillas.
[Sigue en Spoiler]
Pues eso, más o menos, me paso a mí ayer. Me di cuenta de los miles de fallos que tiene esta serie.
El mayor de todos ellos, es su mayor atractivo: el misterio. Ese misterio compuesto por ochenta mil tramas y subtramas que se rizan y se rizan y de las que nos olvidaríamos de no ser por los benditos resúmenes. No sé por qué, pero me da la impresión de que hasta los guionistas (que deben de ser una tropa de cojones) están perdidos, y no saben cómo continuar añadiendo más cosas interesantes. Yo creo que les convendría resolver alguna, y de una manera más digna que la del dichoso gnomo. Sí, sí, todo ese misterio que duró más de una temporada, si mal no recuerdo, y que desembocó en la mismísima nada. “Vale, ¿y?” piensa uno cuando termina dicha historia.
Apostaría a que si revisamos capítulos anteriores, nos daremos cuenta de que el comportamiento pasado de ciertos personajes, no concuerda con nuevas revelaciones sobre ellos que se nos hacen.
En fin, que los guionistas quisieron llenar tanto el saco de la intriga que acabaron rompiéndolo.
Pero claro, no sólo es eso. Está el gran fallo de que para cinco o seis profesores que hay, todos andan metidos en algún lío. También está el de los alumnos imbéciles que van de héroes a resolverlo todo ellos solitos. Y le acompaña el hecho de que en el colegio se infiltra todo dios, el que quiera. Luego, no sabemos muy bien si hablamos de una historia de ficción o no, porque de repente resulta que “la otra” tiene un sexto sentido y que “el otro” sueña cosas que se hacen realidad, cosas que quedan bastante forzadillas.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por supuesto, las actrices están por lo general, buenas, aunque sus dotes interpretativas no tengan nada de especial. Y los actores se dedican a lucir músculo siempre que es posible (el último personaje masculino que ha aparecido ha salido en el 95% de sus escenas marcando pectorales, cuando no medio en pelotas).
Tenemos a Héctor, que no sé qué coño le pasa al hablar, pero que no sabe hacer las pausas como una persona normal. A Jacinta, que siempre sale con una carpeta o unos papeles en la mano; a Fermín, que sólo se dedica a hacer cosas en plan agente secreto, pero en realidad no sabemos muy bien qué pinta en todo esto; al padre de Iván, que indudablemente, es malo; y a Iván, que se rebota porque sí y no las piensa demasiado. Y está la directora, cuyo nombre no recuerdo (que soy muy malo para eso…), que siempre sale con cara de estreñida y despierta en mi interior instintos psicópatas.
Para ir acabando, está la penosa y casi inexistente estructura temporal. Hay capítulos en los que un personaje se pasa todo el metraje en la misma situación, mientras nos da la impresión de que de otros se nos cuentan varios días. Y la banda sonora, que es un punto fuerte, pero que tiene un defecto (ahora no lo sé, pero antes lo tenía, y me sacaba de quicio): al cambiar de escena, la música tenía una especie de subida de volumen, cosa que nadie se molestó en resolver.
Y así, casi hasta el infinito… Tenemos los tópicos, claro está, y la sinrazón de muchísimas cosas.
Pero, ojo, que con esto no quiero decir que el internado sea una mierda, pues todo (o casi todo) lo que no he dicho, es lo bueno de la serie. Pero para elogios, hay críticas de sobra.
Pero es por el hecho de haberme tragado tamaña serie de errores, fallos, incongruencias y tanto entretenimiento del simple, del fácil (porque es lo que es) por lo que todavía no alcanzo a comprender qué hago yo sentado puntualmente cada miércoles frente al televisor. Quizá sea por la intriga, esa que no tiene sentido, ni demasiada razón de ser (sólo la macrorecaudación que debe de conseguir esa eterna sucesión de anuncios de siglo y medio que siempre meten antes de los últimos quince minutos de cada capítulo), ni barreras y que, espero, tendrá un final que nunca llega y no hace más que alejarse. Quizá porque El Internado, echando lo que echan en la tele, es una opción más que razonable. Pero sé que seguiré sentándome en el mismo sofá todos los miércoles a presenciar la misma sucesión de hechos, hasta el final. Es por eso por lo que me siento así, un poco gilipollas.
Tenemos a Héctor, que no sé qué coño le pasa al hablar, pero que no sabe hacer las pausas como una persona normal. A Jacinta, que siempre sale con una carpeta o unos papeles en la mano; a Fermín, que sólo se dedica a hacer cosas en plan agente secreto, pero en realidad no sabemos muy bien qué pinta en todo esto; al padre de Iván, que indudablemente, es malo; y a Iván, que se rebota porque sí y no las piensa demasiado. Y está la directora, cuyo nombre no recuerdo (que soy muy malo para eso…), que siempre sale con cara de estreñida y despierta en mi interior instintos psicópatas.
Para ir acabando, está la penosa y casi inexistente estructura temporal. Hay capítulos en los que un personaje se pasa todo el metraje en la misma situación, mientras nos da la impresión de que de otros se nos cuentan varios días. Y la banda sonora, que es un punto fuerte, pero que tiene un defecto (ahora no lo sé, pero antes lo tenía, y me sacaba de quicio): al cambiar de escena, la música tenía una especie de subida de volumen, cosa que nadie se molestó en resolver.
Y así, casi hasta el infinito… Tenemos los tópicos, claro está, y la sinrazón de muchísimas cosas.
Pero, ojo, que con esto no quiero decir que el internado sea una mierda, pues todo (o casi todo) lo que no he dicho, es lo bueno de la serie. Pero para elogios, hay críticas de sobra.
Pero es por el hecho de haberme tragado tamaña serie de errores, fallos, incongruencias y tanto entretenimiento del simple, del fácil (porque es lo que es) por lo que todavía no alcanzo a comprender qué hago yo sentado puntualmente cada miércoles frente al televisor. Quizá sea por la intriga, esa que no tiene sentido, ni demasiada razón de ser (sólo la macrorecaudación que debe de conseguir esa eterna sucesión de anuncios de siglo y medio que siempre meten antes de los últimos quince minutos de cada capítulo), ni barreras y que, espero, tendrá un final que nunca llega y no hace más que alejarse. Quizá porque El Internado, echando lo que echan en la tele, es una opción más que razonable. Pero sé que seguiré sentándome en el mismo sofá todos los miércoles a presenciar la misma sucesión de hechos, hasta el final. Es por eso por lo que me siento así, un poco gilipollas.
8 de septiembre de 2008
8 de septiembre de 2008
107 de 182 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Daniél Écija hay que ponerle un monumento. Hace tiempo se metió en el negocio de la churrería, y la verdad es que no conozo churrero mayor. Los hace de todos los tamaños, colores, con y sin crema...
El chocolate lo pone el espectador. También a su gusto, claro. O muy líquido o con mayor espesura, según el grado de satisfacción por el churro.
Después, sus consumidores asiduos, defienden el churro diciendo que éste es un churro muy completo, que tiene de todo. Entonces el churro adquiere una mayor dimensión, se convierte en una gran porra lista para ser a duras penas ingerida o proclive a que ésta más bien entre por el culo.
Tú dale Écija. Éste es un negocio propio de churreros como tú. Cuéntanos lo que te apetezca. Sabes que se puede hacer de cualquier manera con tal de que sea suculento. Después tus guionistas ya se encargarán de alimentar el churro viviente con sebo de todo tipo.
Destacar, cómo no, los sorprendentes giros del churro. A veces gira sobre sí mismo y se infla hasta convertirse en un boñigón segoviano.
Pues venga, a la mesa.
El chocolate lo pone el espectador. También a su gusto, claro. O muy líquido o con mayor espesura, según el grado de satisfacción por el churro.
Después, sus consumidores asiduos, defienden el churro diciendo que éste es un churro muy completo, que tiene de todo. Entonces el churro adquiere una mayor dimensión, se convierte en una gran porra lista para ser a duras penas ingerida o proclive a que ésta más bien entre por el culo.
Tú dale Écija. Éste es un negocio propio de churreros como tú. Cuéntanos lo que te apetezca. Sabes que se puede hacer de cualquier manera con tal de que sea suculento. Después tus guionistas ya se encargarán de alimentar el churro viviente con sebo de todo tipo.
Destacar, cómo no, los sorprendentes giros del churro. A veces gira sobre sí mismo y se infla hasta convertirse en un boñigón segoviano.
Pues venga, a la mesa.
22 de junio de 2007
22 de junio de 2007
57 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando empezaron a anunciar esta serie en periódicos, televisión, etc... no tenía muchas esperanzas de que me fuera a gustar, pero aún así vi el primer capítulo, y esa decisión fué crucial para saber que era lo que iba a hacer los jueves por la noche.
En esta serie nos encontramos de todo, absolutamente de todo. Tenemos humor, intriga (en grandes dosis), sustos, drama, amor... y todo ello perfectamente hilado, gracias a un guión sorprendente y emocionante. También cuenta con otras grandes bazas a su favor como, por ejemplo, la ambientación, la fotografía, los decorados (algunos realmente misteriosos) y un montón de cosas más, además de que los personajes están muy bien definidos y todos, y cuando digo todos, quiero decir todos, tienen algo que ocultar, nada es lo que parece, lo cual hace que el espectador se sienta realmente intrigado.
El juego de los detalles está muy bien llevado en todos los capítulos. Adentrarse en el bosque es muy peligroso y emocionante, me encanta la visión que dan del "lobo" en blanco y negro cuando las escenas se desarrollan en dicho lugar, creo que es una decisión muy acertada. No hay capítulo desde que empezó la serie que no me deje con la boca abierta y con ganas de saber más, lo cual me hace pensar que la serie funciona.
Las interpretaciones son muy buenas, destacando a Luis Merlo, Natalia Millán, Marta Torné, Martiño Rivas y Carlota García. Espero que el final de la serie no sea patético y todo quede perfectamente resuelto y, sobretodo, que el final sea sorprendente, ya que después de tanta intriga un final soso o poco impactante arruinaría toda la serie. Me gusta mucho, la recomiendo.
En esta serie nos encontramos de todo, absolutamente de todo. Tenemos humor, intriga (en grandes dosis), sustos, drama, amor... y todo ello perfectamente hilado, gracias a un guión sorprendente y emocionante. También cuenta con otras grandes bazas a su favor como, por ejemplo, la ambientación, la fotografía, los decorados (algunos realmente misteriosos) y un montón de cosas más, además de que los personajes están muy bien definidos y todos, y cuando digo todos, quiero decir todos, tienen algo que ocultar, nada es lo que parece, lo cual hace que el espectador se sienta realmente intrigado.
El juego de los detalles está muy bien llevado en todos los capítulos. Adentrarse en el bosque es muy peligroso y emocionante, me encanta la visión que dan del "lobo" en blanco y negro cuando las escenas se desarrollan en dicho lugar, creo que es una decisión muy acertada. No hay capítulo desde que empezó la serie que no me deje con la boca abierta y con ganas de saber más, lo cual me hace pensar que la serie funciona.
Las interpretaciones son muy buenas, destacando a Luis Merlo, Natalia Millán, Marta Torné, Martiño Rivas y Carlota García. Espero que el final de la serie no sea patético y todo quede perfectamente resuelto y, sobretodo, que el final sea sorprendente, ya que después de tanta intriga un final soso o poco impactante arruinaría toda la serie. Me gusta mucho, la recomiendo.
23 de febrero de 2008
23 de febrero de 2008
46 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nivel de las series españolas no es para tirar cohetes precisamente. Por ello, cuando alguien se molesta en ofrecer un producto con un mínimo rigor cinematográfico, una cuidada producción y una original mezcolanza de géneros de gran éxito (ya vistos anteriormente, eso sí), el resultado es, como mínimo, bueno.
Pero lo más destacable son los actores, en lo bueno y en lo malo, y eso es lo que hace entrañable y notable la serie. Merlo casi se deshace del encasillamiento gay de "Aquí no hay quién viva" (el "casi" es porque le haría falta un papel de psicópata para eliminar el "casi"); Baró supera el papeloide que hacía en la pésima "Siete vidas" y se olvida, por fortuna, de hacer referencias políticas, Millán la borda como la Rottenmeier de a bordo; Torné ofrece la carne en los momentos de más tensión - con el frío que hace y pegándose en pelotas los bañitos en el lago, por ello se merece un sobresueldo -, Ana de Armas funciona como la Lolita de turno, Furiase es la única que no ha ligado todavía en la serie, a ver qué pasa...eso sí, de informática sabe un huevo, el día en que explicó subliminalmente lo que era una dirección I.P. y un backup bajaron los cyberdelitos en el país. En fin, que los chicos de uniforme "Amo a Laura" salen mejor parados que de costumbre en mediocridades hispanas como "Al salir de clase".
Mención aparte la de Martiño Rivas y Jon González. Uno es una almibarada versión del paladín a la taza que se liga a todas las chatis aprovechando el factor maternal, el otro, lamentablemente, ofrece una interpretación acorde con lo que es la adolescencia de hoy en día. Los chicos de "Verano azul" tenían mucha más clase y no insultaban.
La interpretación de la niña Carlota García es realmente prodigiosa, lo mejor sin duda de la serie. Y no entiendo cómo nadie ha hecho una mención a la actriz que da vida a la profesora de los niños pequeños, una mujer de bandera que alegra la vista bastante más que la sensual Torné. Así que ya sabéis, los turgentes de pensamiento también tenéis vuestra serie...Otra mención destacable al actor que da vida a Fermín (Carlos), ese socarrón cocinero que hace un doble papel inquietante.
Lo más deseable sería que la serie mantuviese en las próximas temporadas las intrigas en su máximo esplendor. Hasta ahora, los guionistas lo han conseguido.
Pero lo más destacable son los actores, en lo bueno y en lo malo, y eso es lo que hace entrañable y notable la serie. Merlo casi se deshace del encasillamiento gay de "Aquí no hay quién viva" (el "casi" es porque le haría falta un papel de psicópata para eliminar el "casi"); Baró supera el papeloide que hacía en la pésima "Siete vidas" y se olvida, por fortuna, de hacer referencias políticas, Millán la borda como la Rottenmeier de a bordo; Torné ofrece la carne en los momentos de más tensión - con el frío que hace y pegándose en pelotas los bañitos en el lago, por ello se merece un sobresueldo -, Ana de Armas funciona como la Lolita de turno, Furiase es la única que no ha ligado todavía en la serie, a ver qué pasa...eso sí, de informática sabe un huevo, el día en que explicó subliminalmente lo que era una dirección I.P. y un backup bajaron los cyberdelitos en el país. En fin, que los chicos de uniforme "Amo a Laura" salen mejor parados que de costumbre en mediocridades hispanas como "Al salir de clase".
Mención aparte la de Martiño Rivas y Jon González. Uno es una almibarada versión del paladín a la taza que se liga a todas las chatis aprovechando el factor maternal, el otro, lamentablemente, ofrece una interpretación acorde con lo que es la adolescencia de hoy en día. Los chicos de "Verano azul" tenían mucha más clase y no insultaban.
La interpretación de la niña Carlota García es realmente prodigiosa, lo mejor sin duda de la serie. Y no entiendo cómo nadie ha hecho una mención a la actriz que da vida a la profesora de los niños pequeños, una mujer de bandera que alegra la vista bastante más que la sensual Torné. Así que ya sabéis, los turgentes de pensamiento también tenéis vuestra serie...Otra mención destacable al actor que da vida a Fermín (Carlos), ese socarrón cocinero que hace un doble papel inquietante.
Lo más deseable sería que la serie mantuviese en las próximas temporadas las intrigas en su máximo esplendor. Hasta ahora, los guionistas lo han conseguido.
23 de junio de 2007
23 de junio de 2007
39 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que dentro de las series de televisión que se hacen en España, ya era hora de ver algo diferente, y esto es algo que ha conseguido El internado. estamos ante un título que pone algo de ficción, porque por lo que a uno respecta, estoy harto de ver series españolas de médicos, policias, periodistas, bomberos, en las que la falta de imaginación es algo ya cotidiano.
Por lo tanto, creo que si se ve el internado como una serie para entretener y ver algo diferente en la pantalla vale la pena. Si se quiere comparar con obras maestras con presupuestos desorbitados como Perdidos, Prison Break o El resplandor, como estoy leyendo en la mayoría de las críticas, pues está claro que no se va a disfrutar.
Por lo tanto, creo que si se ve el internado como una serie para entretener y ver algo diferente en la pantalla vale la pena. Si se quiere comparar con obras maestras con presupuestos desorbitados como Perdidos, Prison Break o El resplandor, como estoy leyendo en la mayoría de las críticas, pues está claro que no se va a disfrutar.
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