En una era en la que las grandes películas de Hollywood parecen ser únicamente franquicias extendidas hasta la saciedad o biopics, Rivales es un triunfo no sólo como una obra maestra cinematográfica de Luca Guadagnino, sino como un símbolo de la frescura y originalidad que el cine puede y debería dar.
El director italiano parte de un guion excelente, y lo convierte en un partido apasionante y apasionado entre tres jugadores que componen el trío más magnético que ha visto el cine en mucho tiempo. Rivales es una montaña rusa cuya energía, que a mí en el tercer acto me tuvo al borde del asiento, no tiene precisamente rival, al igual que su sensualidad. La fotografía y los movimientos de la cámara son dinámicos, sexys y definitivamente cautivadores.
La santísima trinidad: Zendaya, Josh O’Connor y Mike Faist. Lo dan todo, sobre todo ellos dos en los partidos, y tienen una química espectacular. Tres actuaciones memorables que no te quitarás de la cabeza, igual que la BSO. Los hipnóticos ritmos techno y ochenteros le sientan de maravilla al film.
Precisamente los estoy escuchando mientras escribo la crítica, rememorando las emociones a flor de piel que me hizo vivir la película. Dios salve a Luca Guadagnino. Esto sí que es no poder despegar los ojos de la pantalla.

La nueva producción del tano Luca Guadagnino es tan sexy y picante como habríamos esperado. Y quizás también sea uno de sus mejores trabajos. Aunque no te interese el tenis como deporte (ése es justamente mi caso), ésta es una película que va mucho más allá y logra convertirlo en algo emocionante.

“Challengers” es muy enérgica, está increíblemente bien filmada y tiene un guion perfecto, a tal punto que seguramente termine en la lista de favoritas de muchos este año. Mientras que Josh O'Connor y Mike Faist están super bien, quien realmente destaca es una Zendaya en la que probablemente sea su mejor interpretación hasta la fecha.

Tashi, Art y Patrick son retratados como personas increíblemente imperfectas que cometen actos manipuladores y egoístas, especialmente cuando se relacionan entre ellos, aunque, en última instancia, son personajes comprensivos que se preocupan profundamente el uno por el otro.

Realmente el trío protagonista se luce en este extrañísimo triángulo amoroso bisexual que, de hecho, es casi un cuarteto. Y es que acá el tenis es otro interés romántico más y me encantó como Guadagnino te desarma la estructura de este deporte al elegir terminar la película en el segundo punto del tie-break.

La estructura de “Challengers” es no-lineal, comenzando con la final del campeonato entre Art y Patrick y luego retrocediendo a varios puntos del pasado para mostrar las circunstancias que llevaron al evento… y ocasionalmente regresando al partido entre estos flashbacks. Es un orden anacrónico que funciona para ir completando los espacios en blanco entre ellos.

Ni hablar de que acá vamos a encontrar muchísimo fanservice para todos los bandos. No sólo tenemos el ardiente beso entre Zendaya y sus pretendientes, sino también múltiples tomas de bellos deportistas (de ambos sexos) brillando por su sudor mientras están en la cancha. Y otras cositas sexys más por ahí.

Del mismo modo -y fiel a la naturaleza del director- sobrevuela un subtexto homoerótico con esta amistad entre Art y Patrick, que se conocen desde los doce años y son muy afectuosos físicamente el uno con el otro. La película deja en claro que existe una tensión sexual no resuelta entre ambos.

Los que están comparando esta película con “Match Point” (2005) o “Wimbledon” (2004), me parece que no es por ahí. “Challengers” tiene una búsqueda diferente y por eso creo que yo también la disfruté más. El tenis acá es una metáfora y parte del paisaje.

Dicho esto, los momentos donde juegan se ven increíbles (hay tomas buenísimas) y ayuda muchísimo la potente banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross. No siempre estuvo bien utilizada, pero hay momentos claves donde te eleva muchísimo la apuesta.

==>> CONCLUSIÓN: La sensualidad que transpira “Challengers” está a otro nivel. Utilizando el tenis como marco, Luca Guadagnino convierte un triángulo pasional en una compleja exploración psicológica. Ésta es una de las imperdibles del año. <<==

https://viajarleyendo451.blogspot.com/
https://www.instagram.com/viajarleyendo451/

La trama gira en torno a un trepidante triángulo amoroso en el mundo del tenis y con mucha tensión sexual tanto dentro como fuera del juego. La historia es sencilla y engancha, y la forma en que está contada a través de saltos temporales está muy bien montada. Visualmente es asombrosa, con estupendos planos y secuencias. La banda sonora es espléndida y se te queda en la cabeza una vez terminada la película. En cuanto a los 3 protagonistas, sus interpretaciones son formidables y muestran una excelente química. En definitiva, una película muy entretenida y que te mantendrá en tensión hasta el desenlace.

¡Joder! ¡Me ha ENCANTADO esta película! De verdad, y no puedo evitar dedicarle unas palabrillas por pobres y ridículas que puedan resultar.
Madre mía, es que no sé por dónde empezar, no quiero desvelar mucho de su intensa y potente historia, es una cinta que simplemente hay que descubrir, una experiencia que hay que vivir y punto. Tiene de todo y además tiene momentos MUY divertidos, de verdad.
Tengo claro que con cada cinta que veo del cineasta italiano Luca Guadagnino me parece cada vez mejor director, joder, es increíble lo BIEN que trabaja este señor, de verdad. Qué pulso, qué garra, qué todo, por favor.
Y encima parte de un guion de un debutante: Justin Kuritzkes. Pienso seguir a Kuritzkes, vaya que sí, este tío promete y mucho, va a repetir con Guadagnino en "Queer", con el GRAN Daniel Craig, que ya está dando (y mucho) de qué hablar, a ver qué tal.
Zendaya, Zendaya, Zendaya... O la amas o la odias, pero yo os digo: aquí la tía hace un PAPELAZO de verdad, está alucinante la muchacha, genial, sublime, deslumbrante. Si sigue así, madre mía, quiero más de esta Zendaya.
¿Mike Faist o Josh O'Connor? Hostias, es que están los dos muy bien, joder. Quizás O'Connor sea al que deba destacar, al menos su personaje me resulta más interesante que el de Faist, pero vamos: ambos trabajan superbién.
La fotografía es alucinante, vaya, un gustazo visual, y el responsable es el tailandés Sayombhu Mukdeeprom, que ya ha trabajado con Guadagnino en "Call Me by Your Name" (2017), "Suspiria" (2018), en esta y también le va a hacer la fotografía en "Queer". Aquí, Mr. Mukdeeprom realiza una exquisitez de trabajo, chapó, vaya, chapó.
Qué BRUTALIDAD de banda sonora, aunque no me extraña porque los compositores son dos hachas: Trent Reznor y Atticus Ross. Me ha encantado el score que le han regalado a Guadagnino para esta cinta, una pasada, de verdad.
Dos detallitos que no me han hecho mucha gracia: Le dieron mucho bombo al tema trío... Pues... Yo no lo he visto, hay un triángulo amoroso, sí, y bastante jodido, pero en lo que al trío sexual se refiere: ni rastro. Y luego: el final me ha dejado un poquillo meh'. Es una gran película, de verdad, pero el final la estropea un poco. Por lo demás, la cinta es cuasi perfecta y redonda.
Joder, me estoy enrollando más de la cuenta: por favor, no perdáis más el tiempo leyendo esta pobre reseña y corred a disfrutar de este PELICULÓN, yo pienso revisitarla más de una vez.

Sigue Guadagnino en su búsqueda incesante de la belleza y el amor. Todas sus películas se basan en la hermosura de los rostros, en la preciosidad del cuerpo y en la sublimación de las historias de amor como motor de la vida. Aqui el afecto compite con el deporte al mismo nivel. La pasión por el tenis es igual al apego de los tres protagonistas y a las idas y venidas del triángulo a lo largo de 13 años y Zendaya es el explosivo motor: dura entrenadora que maneja a su antojo con formas que se acercan peligrosamente a la figura de Madame de Merteuil. La película es un trasiego temporal que se resuelve con soltura y energía. El montaje es fino y se encarrila con la contundencia y extrañeza de la música del dúo Reznor-Ross.