Colossal
5,9
13.993
Fantástico. Comedia. Drama
Gloria (Anne Hathaway) decide dejar Nueva York y regresar a su ciudad natal tras haber perdido su trabajo y su novio. Pero, cuando en las noticias informan de que un monstruo gigantesco está destruyendo la ciudad de Seúl, Gloria se va dando cuenta poco a poco de que, a través de su mente, está conectada de forma extraña con estos acontecimientos. Para evitar que la destrucción vaya a más tendrá que averiguar el papel de su ... [+]
7 de julio de 2017
7 de julio de 2017
88 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imaginación y creatividad a Nacho Vigalondo desde luego no le faltan. Y locura tampoco... bendita locura.
Pero Colossal no es solo original. Es una historia sobre la condición humana, sobre lo que somos y sobre lo que no queremos ser, con unos personajes con los que nos identificaremos nos guste o no (¿Quién no se ha despertado un día con una resaca tremenda sin recordar que hizo la noche anterior?). Y cuenta con un cierre perfecto. Tener un buen final es imprescindible y más en una película tan difícil de cerrar.
Colossal pertenece a ese grupo de películas que no pertenecen a ningún género, pues no cumple las reglas de ninguno y rompe estereotipos a medida que avanza la historia.
Si bien el comienzo puede hacernos pensar en una comedia romántica, Vigalondo no traiciona sus ideales y pega un giro radical desviándose del género y adentrándose en un thriller psicológico oscuro, más serio y con muchas más lecturas. Es entonces cuando la historia crece. El espectador no tiene ni la menor idea de por dónde puede ir la película y cuando se acerca, Vigalondo pega otro giro que nos descoloca por completo. Y todo sin olvidar sus golpes de humor, que los tiene y funcionan divinamente.
Si digo que la película es la historia de una chica (Gloria, maravillosa toda ella Anne Hathaway) que cada vez que se emborracha, aparece un monstruo (Kaiju para los frikis) en Seúl que hace sus mismos movimientos provocando muertes, no estoy mintiendo. Pero desde luego es la manera más superficial de explicar una historia que tiene muchas más capas de las que parece. Porque en realidad la historia del monstruo/Gloria/amigos y sus consecuencias no deja de ser una mera excusa para hablarnos de algo que nos atañe a todos: la conducta humana.
Si te gusta el cine de Vigalondo, obviamente ya la habrás visto. Y si no, estás tardando. Es su película más redonda.
Muy recomendable para todo aquel que quiera ver algo diferente. Porque sorprenderte te va a sorprender seguro, de un modo u otro, pero seguro.
Y para todos aquellos que continúan teniendo prejuicios sobre el cine Español, que se cambie de sala y todos salimos ganando.
Pero Colossal no es solo original. Es una historia sobre la condición humana, sobre lo que somos y sobre lo que no queremos ser, con unos personajes con los que nos identificaremos nos guste o no (¿Quién no se ha despertado un día con una resaca tremenda sin recordar que hizo la noche anterior?). Y cuenta con un cierre perfecto. Tener un buen final es imprescindible y más en una película tan difícil de cerrar.
Colossal pertenece a ese grupo de películas que no pertenecen a ningún género, pues no cumple las reglas de ninguno y rompe estereotipos a medida que avanza la historia.
Si bien el comienzo puede hacernos pensar en una comedia romántica, Vigalondo no traiciona sus ideales y pega un giro radical desviándose del género y adentrándose en un thriller psicológico oscuro, más serio y con muchas más lecturas. Es entonces cuando la historia crece. El espectador no tiene ni la menor idea de por dónde puede ir la película y cuando se acerca, Vigalondo pega otro giro que nos descoloca por completo. Y todo sin olvidar sus golpes de humor, que los tiene y funcionan divinamente.
Si digo que la película es la historia de una chica (Gloria, maravillosa toda ella Anne Hathaway) que cada vez que se emborracha, aparece un monstruo (Kaiju para los frikis) en Seúl que hace sus mismos movimientos provocando muertes, no estoy mintiendo. Pero desde luego es la manera más superficial de explicar una historia que tiene muchas más capas de las que parece. Porque en realidad la historia del monstruo/Gloria/amigos y sus consecuencias no deja de ser una mera excusa para hablarnos de algo que nos atañe a todos: la conducta humana.
Si te gusta el cine de Vigalondo, obviamente ya la habrás visto. Y si no, estás tardando. Es su película más redonda.
Muy recomendable para todo aquel que quiera ver algo diferente. Porque sorprenderte te va a sorprender seguro, de un modo u otro, pero seguro.
Y para todos aquellos que continúan teniendo prejuicios sobre el cine Español, que se cambie de sala y todos salimos ganando.
2 de mayo de 2017
2 de mayo de 2017
156 de 255 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si una historia tiene un punto de partida potente, ¿vale conque lo presente o debería explorar todas sus posibilidades?
¿Cuándo se le debe pedir a una película que se lance a lo interesante, sin que se la pueda acusar de que "no pasa nada"?
Supongo que hasta que el aburrimiento te diga basta.
'Colossal' tiene un problema tan gigantesco como su título: tiene una idea fantástica, pero pasa de desarrollarla más allá de lo justo y necesario.
O, en otras palabras, llega un punto en que no quiere moverse, y se queda quieta como un mojón en el fondo del váter, sin nada a lo que puedas agarrarte para que te interese.
¿Anne Hathaway? Demasiado paródica como para tomarla en serio.
¿Jason Sudeikis? Demasiados cambios de comportamiento como para que no pienses que es solo una herramienta del guionista.
¿Los demás? Buena suerte buscando personajes entre monigotes.
Una treintañera hecha un lío llamada Gloria descubre que guarda una misteriosa conexión con un monstruo gigantesco que aterroriza Seúl de vez en cuando, y ese es un misterio que te aguanta hasta la franja de los veinte minutos, cuando ya se han desvelado todas las reglas que encierra.
Pasado ese ecuador, te empezarás a dar cuenta de que en ningún momento te han contado que busca Gloria: ¿quiere recuperar su vida? ¿quiere empezar una nueva? ¿quiere pasarse la vida en el pueblo de la infancia al que ha vuelto por necesidad?
Demasiado que contestar para la cantidad de chistes de que se duerme por las esquinas que hay que meter, parece.
Sorprende, de hecho, que una película que de repente busca dar importancia a la cantidad de coreanos que mueren por el monstruo dibuje tan pobremente por qué nos debería importar su protagonista. Oh sí, quiere salvar a los habitantes de la ciudad que aterroriza, algo muy noble, pero es una motivación tan elemental que no logra nada interesante.
Cuando los intentos de dibujar una comedia negra sobre la mediana edad no hacen gracia, cuando el drama de sentirse atrapado sin madurar no es efectivo, cuanto más Vigalondo utiliza las reglas de su ficción a conveniencia... más difícil me resulta abstraerme de que estoy viendo a un director/guionista enamorado de su premisa, sin una trama que contar.
Algo queda de una Gloria limitada y encapsulada por los hombres que se encuentra, pero son reivindicaciones de empoderamiento que huelen a "algo había que contar" más que otra cosa.
Se podría haber hablado de adultos limitados por un momento vital que les pide ser salvadores cuando se sienten destructores, de envidias mal asumidas por la edad y de inapetencias que piden nuevas motivaciones.
Lo sé porque lo veo apuntado en varios puntos de esta rareza.
Pero en su lugar queda una comedia extraña que apunta a mucho y no logra acertar en casi nada.
¿Cuándo se le debe pedir a una película que se lance a lo interesante, sin que se la pueda acusar de que "no pasa nada"?
Supongo que hasta que el aburrimiento te diga basta.
'Colossal' tiene un problema tan gigantesco como su título: tiene una idea fantástica, pero pasa de desarrollarla más allá de lo justo y necesario.
O, en otras palabras, llega un punto en que no quiere moverse, y se queda quieta como un mojón en el fondo del váter, sin nada a lo que puedas agarrarte para que te interese.
¿Anne Hathaway? Demasiado paródica como para tomarla en serio.
¿Jason Sudeikis? Demasiados cambios de comportamiento como para que no pienses que es solo una herramienta del guionista.
¿Los demás? Buena suerte buscando personajes entre monigotes.
Una treintañera hecha un lío llamada Gloria descubre que guarda una misteriosa conexión con un monstruo gigantesco que aterroriza Seúl de vez en cuando, y ese es un misterio que te aguanta hasta la franja de los veinte minutos, cuando ya se han desvelado todas las reglas que encierra.
Pasado ese ecuador, te empezarás a dar cuenta de que en ningún momento te han contado que busca Gloria: ¿quiere recuperar su vida? ¿quiere empezar una nueva? ¿quiere pasarse la vida en el pueblo de la infancia al que ha vuelto por necesidad?
Demasiado que contestar para la cantidad de chistes de que se duerme por las esquinas que hay que meter, parece.
Sorprende, de hecho, que una película que de repente busca dar importancia a la cantidad de coreanos que mueren por el monstruo dibuje tan pobremente por qué nos debería importar su protagonista. Oh sí, quiere salvar a los habitantes de la ciudad que aterroriza, algo muy noble, pero es una motivación tan elemental que no logra nada interesante.
Cuando los intentos de dibujar una comedia negra sobre la mediana edad no hacen gracia, cuando el drama de sentirse atrapado sin madurar no es efectivo, cuanto más Vigalondo utiliza las reglas de su ficción a conveniencia... más difícil me resulta abstraerme de que estoy viendo a un director/guionista enamorado de su premisa, sin una trama que contar.
Algo queda de una Gloria limitada y encapsulada por los hombres que se encuentra, pero son reivindicaciones de empoderamiento que huelen a "algo había que contar" más que otra cosa.
Se podría haber hablado de adultos limitados por un momento vital que les pide ser salvadores cuando se sienten destructores, de envidias mal asumidas por la edad y de inapetencias que piden nuevas motivaciones.
Lo sé porque lo veo apuntado en varios puntos de esta rareza.
Pero en su lugar queda una comedia extraña que apunta a mucho y no logra acertar en casi nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Queda la novedad de descubrir que hay otro gigante destruyendo Seúl, en este caso un robot conectado a Óscar, el pobre diablo que se quedó en un pueblo que poco le ofrecía.
Y podría haber sido una oportunidad brutal para jugar con el patetismo de que un enfrentamiento épico entre titanes sea la riña de dos adultos amargados.
Pero Jason Sudeikis se transforma en un psicópata a media película, anulando la poca empatía que le puedas tener, y deseando que Gloria le meta un monstruoso puño en su robótica bocaza.
Tanto rollo conque lo pequeño es lo que importa, para al final hacerme querer a dos gigantes destruyendo Corea del Sur, y hasta la propia historia finiquita con eso mismo, con una muy conveniente aparición del "monstruo Hathaway" en USA, sin vaselina y sin explicación.
Si eso no es un fracaso absoluto de la narrativa, del querer contar algo, no sé qué puede ser.
Y podría haber sido una oportunidad brutal para jugar con el patetismo de que un enfrentamiento épico entre titanes sea la riña de dos adultos amargados.
Pero Jason Sudeikis se transforma en un psicópata a media película, anulando la poca empatía que le puedas tener, y deseando que Gloria le meta un monstruoso puño en su robótica bocaza.
Tanto rollo conque lo pequeño es lo que importa, para al final hacerme querer a dos gigantes destruyendo Corea del Sur, y hasta la propia historia finiquita con eso mismo, con una muy conveniente aparición del "monstruo Hathaway" en USA, sin vaselina y sin explicación.
Si eso no es un fracaso absoluto de la narrativa, del querer contar algo, no sé qué puede ser.
1 de julio de 2017
1 de julio de 2017
43 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que nadie espere ver una película de monstruos al uso, al estilo Godzilla o Pacific Rim. El cuarto largometraje de Nacho Vigalondo se trata de una película de monstruos interiores, de frustraciones infantiles, de desengaños alrededor de una chica desastrosa que se coge borracheras monumentales. Es obvio que tiene terribles problemas, tanto sentimentales como con la bebida «que tanto magnifica y que para ella son tan grandes que tienen consecuencias trágicas, sobre todo para los habitantes de Seúl», pero que además a la protagonista le cuesta crecer, no se hace a la idea de que vivir es un doloroso proceso de renuncia.
Colossal funciona como un alegato contra el maltrato y la demostración de que todos tenemos traumas de nuestra infancia, y que todo ser humano puede convertirse en un monstruo. Pero, sobre todo, es una película sobre una fémina fuerte, poderosa y capaz, muy capaz de coger la iniciativa y mandar el pasado lo más lejos posible, posiblemente al país del olvido. Una comedia dramática «más que romántica» de filiación indie y del kaiju-eiga, en donde los problemas internos se representan como una lucha entre gigantescos monstruos que simbolizan la lucha interior entre supuestos fracasos personales, envenenados regresos a la tierra natal y opresivas relaciones tóxicas.
Nacho Vigalondo quizá ha realizado su película más excéntrica y madura, un director al que cada vez más se le nota que su cine evoluciona, coge cuerpo y nos va mostrando poco a poco su verdadera identidad. Un cine hecho por historias nada comerciales, compuesto parcialmente por ideas que a nadie se les pasaría por la cabeza «y que tampoco se les ocurriría», porque esto solo pasa en la cabeza de Nacho Vigalondo.
Colossal funciona como un alegato contra el maltrato y la demostración de que todos tenemos traumas de nuestra infancia, y que todo ser humano puede convertirse en un monstruo. Pero, sobre todo, es una película sobre una fémina fuerte, poderosa y capaz, muy capaz de coger la iniciativa y mandar el pasado lo más lejos posible, posiblemente al país del olvido. Una comedia dramática «más que romántica» de filiación indie y del kaiju-eiga, en donde los problemas internos se representan como una lucha entre gigantescos monstruos que simbolizan la lucha interior entre supuestos fracasos personales, envenenados regresos a la tierra natal y opresivas relaciones tóxicas.
Nacho Vigalondo quizá ha realizado su película más excéntrica y madura, un director al que cada vez más se le nota que su cine evoluciona, coge cuerpo y nos va mostrando poco a poco su verdadera identidad. Un cine hecho por historias nada comerciales, compuesto parcialmente por ideas que a nadie se les pasaría por la cabeza «y que tampoco se les ocurriría», porque esto solo pasa en la cabeza de Nacho Vigalondo.
15 de diciembre de 2016
15 de diciembre de 2016
47 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
De niños, todos hemos jugado con muñecos. Robots, dinosaurios, monstruos… Nuestra imaginación creaba un mundo con luchas épicas y aventuras espectaculares que solo nosotros éramos capaces de ver.
Pues bien, Nacho Vigalondo, en el que seguramente es su mejor largometraje, nos transporta de nuevo a la infancia y nos rememora aquellos combates, pero esta vez desde el punto de vista de unos adultos con traumas no resueltos y con ciertos problemas de alcoholismo.
Aunque por el argumento pueda parecer la típica peli de acción alocada, la cinta se aparta completamente de este género y centra su trama principal en la relación entre dos viejos amigos de infancia que se reencuentran después de varios años, ahora convertidos en una entrañable ni-ni (Anne Hathaway) y el regente de un bar (Jason Sudeikis). A partir de los problemas personales que ambos tienen, vamos adentrándonos poco a poco en un mundo histriónico y surrealista con el sello inconfundible de Vigalondo.
Actores entregados, guion fresco y original, monstruos espectaculares… El film, que se presentaba en el Festival de Sitges 2016 como sesión especial, no solo ha cumplido las expectativas creadas, sino que las ha superado ampliamente, demostrando por enésima vez la imaginación y espontaneidad de su director.
Os recomiendo, pues, que todos liberéis al monstruo que lleváis dentro y no dudéis en ir a verla tan pronto como llegue a las salas de cine. Vais a tener una experiencia, sin lugar a dudas, colosal.
www.gurshenko.cat
Pues bien, Nacho Vigalondo, en el que seguramente es su mejor largometraje, nos transporta de nuevo a la infancia y nos rememora aquellos combates, pero esta vez desde el punto de vista de unos adultos con traumas no resueltos y con ciertos problemas de alcoholismo.
Aunque por el argumento pueda parecer la típica peli de acción alocada, la cinta se aparta completamente de este género y centra su trama principal en la relación entre dos viejos amigos de infancia que se reencuentran después de varios años, ahora convertidos en una entrañable ni-ni (Anne Hathaway) y el regente de un bar (Jason Sudeikis). A partir de los problemas personales que ambos tienen, vamos adentrándonos poco a poco en un mundo histriónico y surrealista con el sello inconfundible de Vigalondo.
Actores entregados, guion fresco y original, monstruos espectaculares… El film, que se presentaba en el Festival de Sitges 2016 como sesión especial, no solo ha cumplido las expectativas creadas, sino que las ha superado ampliamente, demostrando por enésima vez la imaginación y espontaneidad de su director.
Os recomiendo, pues, que todos liberéis al monstruo que lleváis dentro y no dudéis en ir a verla tan pronto como llegue a las salas de cine. Vais a tener una experiencia, sin lugar a dudas, colosal.
www.gurshenko.cat
8 de octubre de 2016
8 de octubre de 2016
41 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
La carrera de Nacho Vigalondo comenzó de manera espectacular su carrera con trabajos excelentes como el corto nominado al Oscar, 7.35 de la mañana o la que es su mejor película, Los Cronocrimenes. Pero ese talento se esfumó con sus dos siguientes proyectos, Extraterrestre, un intento de comedia paranormal donde solo brillaban los Chanantes y Open Windows una fallida película que intentaba innovar a la hora de la presentación visual, pero que se quedaba en un mero lucimiento para Sasha Grey. Ahora el director vuelve con un nuevo proyecto, mucho más ambicioso, con más presupuesto y un reparto enteramente internacional liderado por Anne Hathaway. ¿Habremos recuperado al Vigalondo de sus primeros trabajos?
Pues por fin podemos decirlo, VIGALONDO HA VUELTO. El director ha conseguido hacer una película con una mezcla de géneros que abarcan desde el cine de monstruos al más puro estilo Godzilla, comedia, drama y romance. El guión de Vigalondo es algo que nunca antes habíamos visto y sorprende por sus giros y en la profundidad que aborda en los personajes. Aunque es una películas de monstruos, estos no son lo más importante en la trama y sí le da más relevancia a las relaciones humanas y la evolución de los personajes. Pese a que tiene alguna escena metida a calzador y alguna conversación que se podría haber prescindido de ella, la obra es disfrutable al cien por cien.
En cuanto al reparto internacional que antes destacábamos hay que mencionar el gran trabajo de Anne Hathaway durante toda la cinta. Ella es el alma de todo y lleva bien el peso de la producción con profesionalidad demostrando ser divertida cuando debe de serlo y seria cuando el guión lo requiere. Un gran trabajo para una actriz que cada vez va a más. La otra sorpresa de la película es el actor Jason Sudeikis, un actor que nos tiene acostumbrado a hacer comedia gansas como Somos los Millers, pero que aquí deja de lado las tonterías para dejarnos lo que posiblemente sea la mejor interpretación de toda su carrera. Como curiosidad, es la primera vez que Vigalondo no cuenta con actores españoles en el reparto (ni los Chanantes).
Los efectos especiales de la película están hechos con mucha precisión y calidad, que dejarían en ridículo a muchas producciones similares americanas como Pacific Rim. La banda sonora de Bear McCreary es muy emotiva y épica, sobre todo en los últimos minutos de la cinta,
Vigalondo ha vuelto, con su cine freak y su visión particular del mundo. Teníamos miedo de haberlo perdido, pero ya podemos asegurar que solo se tomó unas vacaciones comerciales. Se nota que gran parte de la cinta es autobiográfica. Unas de las favoritas para Sitges 2016.
Pues por fin podemos decirlo, VIGALONDO HA VUELTO. El director ha conseguido hacer una película con una mezcla de géneros que abarcan desde el cine de monstruos al más puro estilo Godzilla, comedia, drama y romance. El guión de Vigalondo es algo que nunca antes habíamos visto y sorprende por sus giros y en la profundidad que aborda en los personajes. Aunque es una películas de monstruos, estos no son lo más importante en la trama y sí le da más relevancia a las relaciones humanas y la evolución de los personajes. Pese a que tiene alguna escena metida a calzador y alguna conversación que se podría haber prescindido de ella, la obra es disfrutable al cien por cien.
En cuanto al reparto internacional que antes destacábamos hay que mencionar el gran trabajo de Anne Hathaway durante toda la cinta. Ella es el alma de todo y lleva bien el peso de la producción con profesionalidad demostrando ser divertida cuando debe de serlo y seria cuando el guión lo requiere. Un gran trabajo para una actriz que cada vez va a más. La otra sorpresa de la película es el actor Jason Sudeikis, un actor que nos tiene acostumbrado a hacer comedia gansas como Somos los Millers, pero que aquí deja de lado las tonterías para dejarnos lo que posiblemente sea la mejor interpretación de toda su carrera. Como curiosidad, es la primera vez que Vigalondo no cuenta con actores españoles en el reparto (ni los Chanantes).
Los efectos especiales de la película están hechos con mucha precisión y calidad, que dejarían en ridículo a muchas producciones similares americanas como Pacific Rim. La banda sonora de Bear McCreary es muy emotiva y épica, sobre todo en los últimos minutos de la cinta,
Vigalondo ha vuelto, con su cine freak y su visión particular del mundo. Teníamos miedo de haberlo perdido, pero ya podemos asegurar que solo se tomó unas vacaciones comerciales. Se nota que gran parte de la cinta es autobiográfica. Unas de las favoritas para Sitges 2016.
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