Exhuma
6,0
2.108
Thriller. Terror. Intriga
Una renombrada chamana (Kim Go-eun) y su aprendiz son contratados por una enigmática familia adinerada para investigar la enfermedad sobrenatural que afecta a su hijo primogénito. Con la ayuda de un embalsamador y el experto en feng shui más famoso del país (Choi Min-sik), rastrean una tumba familiar oculta, ubicada en tierra sagrada. Percibiendo un aura ominosa alrededor del lugar, el equipo opta por exhumar y reubicar los restos ... [+]
12 de mayo de 2024
12 de mayo de 2024
116 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que aparenta ser la enésima muestra de un fantasma que regresa a dar por saco porque está incómodo en su ataúd, resulta ser algo más elaborado, diferente, pero también demasiado denso. La primera hora la podemos calificar como terror común, y lo que viene después como una fantasía oscura, más en tierra del terror folclórico.
Es una película interesante, aunque no me parece sencilla de ver, especialmente para el público occidental. Para empezar se hablan 3 lenguas diferentes (inglés, coreano y japonés), y su uso es relevante, por lo que yo recomendaría tener a mano unos buenos subtítulos, o entender esos idiomas. Segundo porque es necesario tener un poco de conocimiento sobre el feng shui, esa pseudociencia que habla sobre la armonía del entorno; la película explica cómo va y tal, pero aún así hay momentos que resultan confusos. Y tercero, acordarse de que tanto a finales del siglo XVI como a principios del siglo XX Japón invadió Corea; aparte no viene mal saber un poco el contexto de ambos conflictos, porque en caso contrario no te vas a enterar de nada cuando empiecen a hablar de traidores, tigres, samuráis, la división de Corea o la dinastía Joseon.
Es esa necesidad de conocimiento extra junto a la farragosa forma de explicarse por lo que la cinta no termina de funcionar del todo, pese al buen empaque que tiene. La complejidad creada de entremezclar la historia del país coreano con leyendas japonesas se come la parte del terror, pues estamos tan ocupados asimilando la información para no perdernos que se nos olvida asustarnos.
Visualmente resulta fabulosa, con una gran fotografía y planos preciosistas. Un misterioso ambiente maligno impregna los días mientras un horror místico gobierna la noche. Buenas interpretaciones, destacando a Choi Min-sik y Kim Go-eun. Los efectos especiales y de maquillaje también rinden a gran nivel.
Si estás aquí porque ya la has visto y buscas la explicación que ponga en orden este caos argumental, continúa hacia el spoiler.
Es una película interesante, aunque no me parece sencilla de ver, especialmente para el público occidental. Para empezar se hablan 3 lenguas diferentes (inglés, coreano y japonés), y su uso es relevante, por lo que yo recomendaría tener a mano unos buenos subtítulos, o entender esos idiomas. Segundo porque es necesario tener un poco de conocimiento sobre el feng shui, esa pseudociencia que habla sobre la armonía del entorno; la película explica cómo va y tal, pero aún así hay momentos que resultan confusos. Y tercero, acordarse de que tanto a finales del siglo XVI como a principios del siglo XX Japón invadió Corea; aparte no viene mal saber un poco el contexto de ambos conflictos, porque en caso contrario no te vas a enterar de nada cuando empiecen a hablar de traidores, tigres, samuráis, la división de Corea o la dinastía Joseon.
Es esa necesidad de conocimiento extra junto a la farragosa forma de explicarse por lo que la cinta no termina de funcionar del todo, pese al buen empaque que tiene. La complejidad creada de entremezclar la historia del país coreano con leyendas japonesas se come la parte del terror, pues estamos tan ocupados asimilando la información para no perdernos que se nos olvida asustarnos.
Visualmente resulta fabulosa, con una gran fotografía y planos preciosistas. Un misterioso ambiente maligno impregna los días mientras un horror místico gobierna la noche. Buenas interpretaciones, destacando a Choi Min-sik y Kim Go-eun. Los efectos especiales y de maquillaje también rinden a gran nivel.
Si estás aquí porque ya la has visto y buscas la explicación que ponga en orden este caos argumental, continúa hacia el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Vamos a comenzar con el quién es quién de los personajes del pasado que inician todo esto:
- El Abuelo era un coreano que durante la ocupación japonesa (1910-1945) traiciona a su país y se alía con los invasores a cambio de riqueza y poder. Ese es el motivo por el que sus descendientes no quieren abrir la tumba (vergüenza).
- Gisune era una especie de monje japonés aparentemente muy poderoso. Simbólicamente representa a Kitsune, el conocido espíritu con forma de zorro que es una de las principales criaturas del folclore de Japón.
- El Demonio fue en vida un samurái que asesinó a 10000 personas, suponemos que durante las invasiones japonesas de Corea entre 1592 y 1598, durante la dinastía de Joseon (la última dinastía de Corea).
Ahora lo que tenemos que entender es lo que significa la frase “El zorro partió la columna del tigre”, para así entender todo el contexto de la trama. Aquí entran en juego las creencias del feng shui. Básicamente los japoneses llevan desde la primera invasión enterrando en suelo coreano barras de metal para dar mal feng shui al pueblo coreano, o sea, mala suerte. El zorro es Japón, como ya hemos visto, y el tigre es Corea, pues es el animal que lo ha representado a lo largo de los tiempos. Lo de que le ha partido la columna es una referencia a la división entre Corea del Norte y del Sur, una consecuencia derivada de la invasión de Japón y la Segunda Guerra Mundial.
Lo siguiente que hay que tener claro es que los saqueadores de tumbas no eran saqueadores de tumbas, sino coreanos buscando esas barras de metal para retirarlas, recuperando así el equilibro espiritual del país. Esto lo sabemos porque entre sus pertenencias había varias de esas barras.
Aquí es donde entra Gisune. El chamán japonés pretende maldecir al pueblo coreano con una de esas barras, pero para evitar que pueda ser retirada por cualquiera, idea un enrevesado plan sobrenatural. Gisune engaña el alma del sangriento samurái, y fusiona con su cuerpo una katana ardiente (metal y fuego), creando con el proceso un espíritu demoníaco con cuerpo propio que servirá a la vez de barra maldita y de defensor de la tierra donde será enterrado. Se entierra en vertical porque así es como funciona lo de enterrar las varillas metálicas. Por último, entierra sobre él al abuelo, no para que sea protegido o descanse bien, sino para ocultar un poco más a su malévola creación.
Así pasan 100 años, durante los cuales el abuelo grita a sus familiares desde el más allá, porque claro, está encerrado al lado de un demonio en una tierra maldita, lo que no es precisamente un sueño placentero. Como nadie le hace ni puto caso, va acumulando odio contra su familia, y ese es el motivo por el que una vez liberado busca asesinarlos a todos.
El demonio samurái maldito, por su parte, sale a darse unos paseos porque le han cortado el sueño. Esto también necesita cierta explicación para entender por qué pasa. Volviendo al tema del feng shui, el equilibro de la naturaleza reside en 5 elementos: Tierra, Fuego, Agua, Metal y Madera. El demonio estaba en equilibro, formado por fuego y metal, enterrado en la tierra, en un ataúd de madera… Nos falta el agua, porque necesitamos saber otra cosa más, que la serpiente grimosa con cara de mujer representa el agua (Nure-onna se llama esa criatura del folclore japonés). Por tanto, cuando el trabajador mata a la serpiente, el equilibro se rompe y el demonio tiene vía libre para salir a buscar vasallos que le traigan pescado fresco o comerse hígados.
Por último, el protagonista, experto geomante, al no encontrar la barra y ver que el demonio se puede transformar en fuego, deduce su naturaleza y cómo derrotarlo. Recordemos que estaba formado por metal y fuego, y aparentemente en esto del feng shui agua gana a fuego y madera gana a metal, por eso la forma de acabar con él es atizarle con un palo mojado.
Y ya estaría. Espero que con esta explicación todo el mundo haya recuperado el equilibrio espiritual.
- El Abuelo era un coreano que durante la ocupación japonesa (1910-1945) traiciona a su país y se alía con los invasores a cambio de riqueza y poder. Ese es el motivo por el que sus descendientes no quieren abrir la tumba (vergüenza).
- Gisune era una especie de monje japonés aparentemente muy poderoso. Simbólicamente representa a Kitsune, el conocido espíritu con forma de zorro que es una de las principales criaturas del folclore de Japón.
- El Demonio fue en vida un samurái que asesinó a 10000 personas, suponemos que durante las invasiones japonesas de Corea entre 1592 y 1598, durante la dinastía de Joseon (la última dinastía de Corea).
Ahora lo que tenemos que entender es lo que significa la frase “El zorro partió la columna del tigre”, para así entender todo el contexto de la trama. Aquí entran en juego las creencias del feng shui. Básicamente los japoneses llevan desde la primera invasión enterrando en suelo coreano barras de metal para dar mal feng shui al pueblo coreano, o sea, mala suerte. El zorro es Japón, como ya hemos visto, y el tigre es Corea, pues es el animal que lo ha representado a lo largo de los tiempos. Lo de que le ha partido la columna es una referencia a la división entre Corea del Norte y del Sur, una consecuencia derivada de la invasión de Japón y la Segunda Guerra Mundial.
Lo siguiente que hay que tener claro es que los saqueadores de tumbas no eran saqueadores de tumbas, sino coreanos buscando esas barras de metal para retirarlas, recuperando así el equilibro espiritual del país. Esto lo sabemos porque entre sus pertenencias había varias de esas barras.
Aquí es donde entra Gisune. El chamán japonés pretende maldecir al pueblo coreano con una de esas barras, pero para evitar que pueda ser retirada por cualquiera, idea un enrevesado plan sobrenatural. Gisune engaña el alma del sangriento samurái, y fusiona con su cuerpo una katana ardiente (metal y fuego), creando con el proceso un espíritu demoníaco con cuerpo propio que servirá a la vez de barra maldita y de defensor de la tierra donde será enterrado. Se entierra en vertical porque así es como funciona lo de enterrar las varillas metálicas. Por último, entierra sobre él al abuelo, no para que sea protegido o descanse bien, sino para ocultar un poco más a su malévola creación.
Así pasan 100 años, durante los cuales el abuelo grita a sus familiares desde el más allá, porque claro, está encerrado al lado de un demonio en una tierra maldita, lo que no es precisamente un sueño placentero. Como nadie le hace ni puto caso, va acumulando odio contra su familia, y ese es el motivo por el que una vez liberado busca asesinarlos a todos.
El demonio samurái maldito, por su parte, sale a darse unos paseos porque le han cortado el sueño. Esto también necesita cierta explicación para entender por qué pasa. Volviendo al tema del feng shui, el equilibro de la naturaleza reside en 5 elementos: Tierra, Fuego, Agua, Metal y Madera. El demonio estaba en equilibro, formado por fuego y metal, enterrado en la tierra, en un ataúd de madera… Nos falta el agua, porque necesitamos saber otra cosa más, que la serpiente grimosa con cara de mujer representa el agua (Nure-onna se llama esa criatura del folclore japonés). Por tanto, cuando el trabajador mata a la serpiente, el equilibro se rompe y el demonio tiene vía libre para salir a buscar vasallos que le traigan pescado fresco o comerse hígados.
Por último, el protagonista, experto geomante, al no encontrar la barra y ver que el demonio se puede transformar en fuego, deduce su naturaleza y cómo derrotarlo. Recordemos que estaba formado por metal y fuego, y aparentemente en esto del feng shui agua gana a fuego y madera gana a metal, por eso la forma de acabar con él es atizarle con un palo mojado.
Y ya estaría. Espero que con esta explicación todo el mundo haya recuperado el equilibrio espiritual.
25 de junio de 2024
25 de junio de 2024
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de folk horror coreano interesante, pero tampoco es la obra maestrísima que escriben algunos comentaristas. Entiendo que se hace exótica para el público occidental, exotismo que contribuye a la fascinación del punto más fuerte de la cinta, los rituales y costumbres tradicionales que aparecen en ella. En éste punto de los rituales, me parece muy superior otro folk horror coreano de hace unos años, El extraño (Gokseong), que contiene escenas que casi parecen sacadas de un documental antropológico.
Curiosamente, como Gokseong, en Exhuma también es el núcleo narrativo central y segundo nivel de lectura los traumas colectivos causados por la ocupación japonesa y hasta se podría decir que recoge de manera directa propuestas de esta primera película. Se ha de decir que en Exhuma se critica mucho a los japoneses, pero la crítica a la brutal ocupación americana sólo está citada muy de tapadillo (Ver spoiler menor 1).
En general, la película está muy bien. Buenas actuaciones, buena puesta en escena, dirección correcta, aprovechamiento inteligente del escenario, atmósfera muy bien construida. También se ha de decir que adolece de los problemas de muchas cintas coreanas actuales, que ya son tópicos: por ejemplo, la necesidad imperiosa de que aparezca un personaje femenino muy guapo (aquí una chamana k-poper), el viejo sabio y valiente que ha de redimirse, el chico atractivo, torturado por sus fantasmas que le hacen interesante y muy moderno, la crítica al capitalismo deshumanizador, las creencias budistas como un armatoste intrigante del pasado, y todo eso.
Te ayudará en su disfrute si estás acostumbrado a la técnica narrativa habitual de las películas de muchos países orientales. El cine oriental, sobre todo de países como Corea, China, Tailandia o Indonesia (Japón y la India van a su rollo), no nace del cine mudo y el teatro occidental, si no de la ópera china, y esto hace que no estén distribuidas siguiendo un esquema clásico de tres actos con tiralíneas a la europea. Sus finales (un ejemplo palmario, por decir sólo dos, son Oldboy o In the mood for love) tienen terceros actos infinitos, con clímax y anticlímax encadenados que te dejan con el culo torcido, pensando cuando narices va a acabarse la maldita película, proyectando una superdramatización con muchos llantos, silencios, niños plastas, planos eternos, horizontes con puestas de sol, pájaros y cigarras, falsas muertes, etcétera. No es un error, es que ellos son así.
En este sentido narrativo, una de las cosas más originales que tiene es la distribución dramática. VER SPOILERS (Ojo, no los leáis si no la habéis visto!)
Si te gusta el cine de terror oriental, concretamente coreano, Exhuma te va a encantar. Si quieres ver una película de terror de verdad, de acojone y escalofrío, quizá te decepcione un poco, porque no da nada de miedo y casi que tampoco lo pretende. Sólo la primera parte es un poco más terrorífica al uso, con su suspense y sus jump scares (bien llevados, pero previsibles), la segunda parte para nada.
Si quieres ver un folk horror coreano superior, mírate El extraño. Ésta mucho mejor si la ves con colegas frikis de Corea que se vayan emocionando o en un festival de cine para comentar luego los detalles, con unas birras.
Curiosamente, como Gokseong, en Exhuma también es el núcleo narrativo central y segundo nivel de lectura los traumas colectivos causados por la ocupación japonesa y hasta se podría decir que recoge de manera directa propuestas de esta primera película. Se ha de decir que en Exhuma se critica mucho a los japoneses, pero la crítica a la brutal ocupación americana sólo está citada muy de tapadillo (Ver spoiler menor 1).
En general, la película está muy bien. Buenas actuaciones, buena puesta en escena, dirección correcta, aprovechamiento inteligente del escenario, atmósfera muy bien construida. También se ha de decir que adolece de los problemas de muchas cintas coreanas actuales, que ya son tópicos: por ejemplo, la necesidad imperiosa de que aparezca un personaje femenino muy guapo (aquí una chamana k-poper), el viejo sabio y valiente que ha de redimirse, el chico atractivo, torturado por sus fantasmas que le hacen interesante y muy moderno, la crítica al capitalismo deshumanizador, las creencias budistas como un armatoste intrigante del pasado, y todo eso.
Te ayudará en su disfrute si estás acostumbrado a la técnica narrativa habitual de las películas de muchos países orientales. El cine oriental, sobre todo de países como Corea, China, Tailandia o Indonesia (Japón y la India van a su rollo), no nace del cine mudo y el teatro occidental, si no de la ópera china, y esto hace que no estén distribuidas siguiendo un esquema clásico de tres actos con tiralíneas a la europea. Sus finales (un ejemplo palmario, por decir sólo dos, son Oldboy o In the mood for love) tienen terceros actos infinitos, con clímax y anticlímax encadenados que te dejan con el culo torcido, pensando cuando narices va a acabarse la maldita película, proyectando una superdramatización con muchos llantos, silencios, niños plastas, planos eternos, horizontes con puestas de sol, pájaros y cigarras, falsas muertes, etcétera. No es un error, es que ellos son así.
En este sentido narrativo, una de las cosas más originales que tiene es la distribución dramática. VER SPOILERS (Ojo, no los leáis si no la habéis visto!)
Si te gusta el cine de terror oriental, concretamente coreano, Exhuma te va a encantar. Si quieres ver una película de terror de verdad, de acojone y escalofrío, quizá te decepcione un poco, porque no da nada de miedo y casi que tampoco lo pretende. Sólo la primera parte es un poco más terrorífica al uso, con su suspense y sus jump scares (bien llevados, pero previsibles), la segunda parte para nada.
Si quieres ver un folk horror coreano superior, mírate El extraño. Ésta mucho mejor si la ves con colegas frikis de Corea que se vayan emocionando o en un festival de cine para comentar luego los detalles, con unas birras.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1. No en vano, el centro del mal de la película está en la frontera con Best Korea.
2. La película intenta aprovechar la caída estratosférica en la capacidad de hacer atención durante mucho tiempo del público tiktoker moderno, con menos foco que la Dory de Buscando a Nemo. Así, más que una película, Exhuma es una especie de "miniserie" con dos capítulos unidos de una hora cada uno, pero bien diferenciados. La primera parte es una historia de fantasmas oriental más bien clásica, la segunda es una película que habla de la mitología folklórica japonesa y coreana, muy atmosférica. La segunda parte en ocasiones parece un anime live action.
Exhuma, sobre todo en la segunda parte que he comentado, no me parece tanto una película de terror como, casi, una película de aventuras folklóricas, con los engranajes habituales del género: la confección del grupo de aventureros/cazafantasmas, el enfrentamiento con monstruos mitológicos, el bosque como espacio de indeterminación y misterio, el envejecido templo budista como lugar de lucha en contraste con la hipertecnológica ciudad sin alma, la incapacidad de las personas modernas de entender como funcionan las viejas creencias... Al fin y al cabo, es una cinta que, bajo el velo de lo sobrenatural, está hablando de la historia y los traumas de Corea.
2. La película intenta aprovechar la caída estratosférica en la capacidad de hacer atención durante mucho tiempo del público tiktoker moderno, con menos foco que la Dory de Buscando a Nemo. Así, más que una película, Exhuma es una especie de "miniserie" con dos capítulos unidos de una hora cada uno, pero bien diferenciados. La primera parte es una historia de fantasmas oriental más bien clásica, la segunda es una película que habla de la mitología folklórica japonesa y coreana, muy atmosférica. La segunda parte en ocasiones parece un anime live action.
Exhuma, sobre todo en la segunda parte que he comentado, no me parece tanto una película de terror como, casi, una película de aventuras folklóricas, con los engranajes habituales del género: la confección del grupo de aventureros/cazafantasmas, el enfrentamiento con monstruos mitológicos, el bosque como espacio de indeterminación y misterio, el envejecido templo budista como lugar de lucha en contraste con la hipertecnológica ciudad sin alma, la incapacidad de las personas modernas de entender como funcionan las viejas creencias... Al fin y al cabo, es una cinta que, bajo el velo de lo sobrenatural, está hablando de la historia y los traumas de Corea.
6 de octubre de 2024
6 de octubre de 2024
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
He ido a ver esta película al festival de Sitges alentada por sus buenas críticas, que prometían semanas de pesadillas tras su visionado.
Solo puedo decir que lo que he sentido tras sus dos horas y cuarto de metraje es: decepción.
La película arranca bien, te plantea una buena atmósfera y la tensión va en aumento, sabes que pasa algo y esperas un desenlace apoteósico que dé respuesta a las incógnitas que aparecen durante los primeros 60’.
Luego todo empieza a ir en declive, la historia se resuelve de una forma enmarañada e inverosímil, se hace larga, el bicho, como acostumbra a pasar, no da miedo, y sales de la sala con la sensación de que te han vendido la moto.
A nivel técnico e interpretativo no puedo decir nada, el film tiene buenos efectos y me ha encantado volver a ver a Choi Min-Sik (qué nostalgia). Aún así tenía grandes expectativas, me encanta el cine coreano y sé que saben cómo ponerte los pelos de punta, pero esta vez no ha sido el caso.
Recalco que me ha gustado cómo se muestra el lado más folklórico y supersticioso de Corea.
Conclusión: no puedo decir que sea un truño, pero tampoco es la obra maestra que se promete en las críticas. Si la ves sin ningún tipo de expectativa pasarás un rato (largo en demasía) entretenido.
Solo puedo decir que lo que he sentido tras sus dos horas y cuarto de metraje es: decepción.
La película arranca bien, te plantea una buena atmósfera y la tensión va en aumento, sabes que pasa algo y esperas un desenlace apoteósico que dé respuesta a las incógnitas que aparecen durante los primeros 60’.
Luego todo empieza a ir en declive, la historia se resuelve de una forma enmarañada e inverosímil, se hace larga, el bicho, como acostumbra a pasar, no da miedo, y sales de la sala con la sensación de que te han vendido la moto.
A nivel técnico e interpretativo no puedo decir nada, el film tiene buenos efectos y me ha encantado volver a ver a Choi Min-Sik (qué nostalgia). Aún así tenía grandes expectativas, me encanta el cine coreano y sé que saben cómo ponerte los pelos de punta, pero esta vez no ha sido el caso.
Recalco que me ha gustado cómo se muestra el lado más folklórico y supersticioso de Corea.
Conclusión: no puedo decir que sea un truño, pero tampoco es la obra maestra que se promete en las críticas. Si la ves sin ningún tipo de expectativa pasarás un rato (largo en demasía) entretenido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Muy evidentes las pullitas a Japón, pero el Samurai da menos miedo que yo recién levantada un domingo de resaca.
22 de mayo de 2024
22 de mayo de 2024
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Exhuma", el fenómeno coreano del año resulta tan inquietante como abrumador. Horror del que te sopla en la nuca mientras la tensión va subiendo. No sólo es lo que cuenta sino el como y un ejemplo de que no necesita de sustos fáciles para crearte angustia. Es su folklore, el chamanismo y su cultura, su ritmo y la constante sensación de que realmente cualquier cosa puede ocurrir. Es otra clase de terror. Es pura sugestión al espectador y precisamente ese miedo no tiene límites pues está en tu mente.
8 de octubre de 2024
8 de octubre de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Películas de género procedentes de Corea del Sur siempre son una garantía de calidad. Si hablamos de terror, de thriller, de acción o incluso de drama ya sabes que por lo menos unos mínimos exigibles están garantizados. Había cierta expectación con Exhuma pues parecía que tocaba elementos de terror de obras míticas cintas como The Wailing y de thriller como Memories of Murder, ahí es nada. Veremos si las expectativas han sido satisfechas.
Un equipo formado por chamanes, mediums y exhumadores es contratado para deshacer una maldición al bebé de una pudiente familia. El protocolo indica que hay que exhumar un ataúd enterrado en un lugar bastante peculiar y posteriormente quemarlo sin llegar a abrirlo. Pero no podían prever que el plan saldría mal desencadenando unas fuerzas imposibles de contener.
Estamos ante una película que tiene más de thriller que de terror. La investigación del caso se lleva buena parte del argumento y las partes más terroríficas sirven más para darle carpetazo a los episodios y mover un poco la trama que para, irónicamente, aterrorizar. Esto le da mucho peso entre las relaciones de los cuatro personajes protagonistas y consigue involucrar a los espectadores mientras ven como se tuerce el plan constantemente. Pero si nos centramos en las escenas de terror están son bastante suaves a lo que estamos acostumbrados, en algunas simplemente oiremos una voz o un reflejo en un cristal y poco más, pero cuando la cosa se pone seria se utilizan muchos elementos del cine slasher más ochentero y que, por raro que parezca, le quedan bastante bien a la cinta. Realmente esta película pese a que cuenta una historia muy oscura no se acaba de tomar demasiado en serio a sí misma y hay siempre planeando una especie de comedia negra que evita que la tensión suba demasiado.
Dirige Jang Jae-hyun quien ya se está volviendo un asiduo en este tipo de películas, sus tres anteriores trabajos, The Priests (2015), House of the Disappeared (2017) y Svaha: The Sixth Finger (2019) son películas de terror centradas en posesiones y con sacerdotes implicados, y en este caso no difiere demasiado. El mayor problema que encuentro es que hay que tener unos conocimientos sobre el basto folklore coreano relacionado con las energías y las posesiones, realmente no es un problema que tenga la película, más bien eso es cosa del espectador. No cuesta seguir la cinta argumentalmente hablando pero es bastante recurrente la sensación de “¿y ahora qué están haciendo?”. El cuarteto protagonista está encabezado por el gran Choi Min-sik (Old Boy, I Saw the Devil) quien como siempre hace un trabajo impecable interpretando a un experto en feng shui, entrañable y carismático. Kin Go-eun (Coin Locker Girl), Lee Do-hyun y Yoo Hae-jin (Los ojos de la noche) completan el grupo protagonistas con solventes resultados.
La película adolece de un metraje algo excesivo, algunas partes que no aportaban demasiado podrían haber sido suprimidas y así no haber llegado a unas dos horas y cuarto que a todas luces eran totalmente innecesarias, pero ya sabemos que el cine coreano no es famoso precisamente por condensar sus historias. No obstante Exhuma es una película muy recomendable para los amantes del terror coreano.
https://www.terrorweekend.com/2024/10/exhuma-review.html
Un equipo formado por chamanes, mediums y exhumadores es contratado para deshacer una maldición al bebé de una pudiente familia. El protocolo indica que hay que exhumar un ataúd enterrado en un lugar bastante peculiar y posteriormente quemarlo sin llegar a abrirlo. Pero no podían prever que el plan saldría mal desencadenando unas fuerzas imposibles de contener.
Estamos ante una película que tiene más de thriller que de terror. La investigación del caso se lleva buena parte del argumento y las partes más terroríficas sirven más para darle carpetazo a los episodios y mover un poco la trama que para, irónicamente, aterrorizar. Esto le da mucho peso entre las relaciones de los cuatro personajes protagonistas y consigue involucrar a los espectadores mientras ven como se tuerce el plan constantemente. Pero si nos centramos en las escenas de terror están son bastante suaves a lo que estamos acostumbrados, en algunas simplemente oiremos una voz o un reflejo en un cristal y poco más, pero cuando la cosa se pone seria se utilizan muchos elementos del cine slasher más ochentero y que, por raro que parezca, le quedan bastante bien a la cinta. Realmente esta película pese a que cuenta una historia muy oscura no se acaba de tomar demasiado en serio a sí misma y hay siempre planeando una especie de comedia negra que evita que la tensión suba demasiado.
Dirige Jang Jae-hyun quien ya se está volviendo un asiduo en este tipo de películas, sus tres anteriores trabajos, The Priests (2015), House of the Disappeared (2017) y Svaha: The Sixth Finger (2019) son películas de terror centradas en posesiones y con sacerdotes implicados, y en este caso no difiere demasiado. El mayor problema que encuentro es que hay que tener unos conocimientos sobre el basto folklore coreano relacionado con las energías y las posesiones, realmente no es un problema que tenga la película, más bien eso es cosa del espectador. No cuesta seguir la cinta argumentalmente hablando pero es bastante recurrente la sensación de “¿y ahora qué están haciendo?”. El cuarteto protagonista está encabezado por el gran Choi Min-sik (Old Boy, I Saw the Devil) quien como siempre hace un trabajo impecable interpretando a un experto en feng shui, entrañable y carismático. Kin Go-eun (Coin Locker Girl), Lee Do-hyun y Yoo Hae-jin (Los ojos de la noche) completan el grupo protagonistas con solventes resultados.
La película adolece de un metraje algo excesivo, algunas partes que no aportaban demasiado podrían haber sido suprimidas y así no haber llegado a unas dos horas y cuarto que a todas luces eran totalmente innecesarias, pero ya sabemos que el cine coreano no es famoso precisamente por condensar sus historias. No obstante Exhuma es una película muy recomendable para los amantes del terror coreano.
https://www.terrorweekend.com/2024/10/exhuma-review.html
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