El club de la lucha
8,1
190.053
Drama. Thriller
Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustaciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. (FILMAFFINITY)
18 de octubre de 2005
18 de octubre de 2005
688 de 901 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a dejar a parte la excelente realización de la película para entrar a criticar el fondo de su mensaje.
Por lo general la gente no ve más allá de la historia que narra, y cuando termina la película sólo se quedan con el título, como si todo se tratara de la locura del protagonista, sin llegar a darse cuenta de que Tyler Durden no es el único que representa una metáfora, que su mensaje no es el único que intentan transmitirnos. ¿Acaso Marla es más real? ¿O "los monos que van a ser enviados al espacio"?
Esta historia no narra una historia, es un simple retrato de las inquietudes humanas, deseos, frustraciones... Las porciones de amistad, "En cualquier momento podría morir. La tragedia, segun ella, era que no ocurriera", "soy el sentimiento de rechazo de Jack"... todos los mensajes de la película son del protagonista.
Me parece desafortunado llamar violenta a una película que critica la violencia de forma tan contundente, que nos revela con metáforas cómo nos relacionamos en la sociedad actual, cuanto queremos "destrozar algo hermoso", qué exigencias ponemos a quienes entran en nuestra vida para no ser más que "monos" sin nombre.
Por supuesto que la película tiene mensajes para su primer visionado ("no eres lo que vistes" o "su desayuno le sabrá mejor que todo lo que tu y yo hayamos probado jamás") pero sin lugar a dudas, tras verla por segunda vez, se empieza a comprender que todos tenemos mucho que ver con el mundo del protagonista.
La mejor película que he visto, una pena que no todo el mundo llegue a comprenderla.
Por lo general la gente no ve más allá de la historia que narra, y cuando termina la película sólo se quedan con el título, como si todo se tratara de la locura del protagonista, sin llegar a darse cuenta de que Tyler Durden no es el único que representa una metáfora, que su mensaje no es el único que intentan transmitirnos. ¿Acaso Marla es más real? ¿O "los monos que van a ser enviados al espacio"?
Esta historia no narra una historia, es un simple retrato de las inquietudes humanas, deseos, frustraciones... Las porciones de amistad, "En cualquier momento podría morir. La tragedia, segun ella, era que no ocurriera", "soy el sentimiento de rechazo de Jack"... todos los mensajes de la película son del protagonista.
Me parece desafortunado llamar violenta a una película que critica la violencia de forma tan contundente, que nos revela con metáforas cómo nos relacionamos en la sociedad actual, cuanto queremos "destrozar algo hermoso", qué exigencias ponemos a quienes entran en nuestra vida para no ser más que "monos" sin nombre.
Por supuesto que la película tiene mensajes para su primer visionado ("no eres lo que vistes" o "su desayuno le sabrá mejor que todo lo que tu y yo hayamos probado jamás") pero sin lugar a dudas, tras verla por segunda vez, se empieza a comprender que todos tenemos mucho que ver con el mundo del protagonista.
La mejor película que he visto, una pena que no todo el mundo llegue a comprenderla.
25 de septiembre de 2007
25 de septiembre de 2007
407 de 523 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una ambientación tan lúgubre y desgastada que acojona y deprime por sí sola; unos personajes en verdad extrañísimos y que encima resultan ser basura de la sociedad; unas peleas para nada bonitas de ver, sino crueles, brutas y sin coreografías bailongas; fotogramas y publicidad subliminal de pura parodia al consumismo; frases y escenas cargadas de un humor más negro que la sombra de Lucifer... Este filme es extremo, se sale de los límites, es incorrecta del todo. No es para todos los paladares. Si te consideras sensible, te repugnará en demasía. Así que no creo yo que pillarse un berrinche porque a alguien no le guste esta controvertida obra sea lo más normal. Sería más común que fuera al revés.
Las interpretaciones son geniales, y la dirección es tan estrambótica como grandiosa. Entre los planos-secuencia de cosas pequeñas (mismamente el inicio que va desde el interior del cerebro hasta la pistola), lo de Ikea, los fotogramas subliminales de Tyler Durden antes de que éste aparezca... Todo resulta tan extraño como atrayente. Encima está esa ecléctica banda sonora en la que destacan temas electrónicos capaces de taladrar cerebros. Y los giros de guión no toman al espectador por un bobotonto.
Original, diferente, oscura... Es muchas cosas, y muy, pero que muy, controvertida. A los modernillos seguro que les gusta. O no, por su estilo MTV, no sé, nunca he entendido ni entenderé la mente de los modelnos.
Las interpretaciones son geniales, y la dirección es tan estrambótica como grandiosa. Entre los planos-secuencia de cosas pequeñas (mismamente el inicio que va desde el interior del cerebro hasta la pistola), lo de Ikea, los fotogramas subliminales de Tyler Durden antes de que éste aparezca... Todo resulta tan extraño como atrayente. Encima está esa ecléctica banda sonora en la que destacan temas electrónicos capaces de taladrar cerebros. Y los giros de guión no toman al espectador por un bobotonto.
Original, diferente, oscura... Es muchas cosas, y muy, pero que muy, controvertida. A los modernillos seguro que les gusta. O no, por su estilo MTV, no sé, nunca he entendido ni entenderé la mente de los modelnos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por cierto, respecto al polémico mensaje: en realidad no es un alegato a favor de la autodestrucción personal. Eso es lo que parece al principio. Veamos, el protagonista (al que no sé por qué la gente sigue llamando Jack, si en los créditos aparece como Narrador, y lo de Jack lo dice porque en una revista lee un artículo que dice «Soy la médula de Jack [...], soy el colon de Jack», y se queda con el chiste ese pensando siempre «Soy el nosequé de Jack», pero ná más), está atado, como muchos, al afán consumista, al tener de todo aunque no lo necesites. Entonces despierta en él su otra personalidad, Tyler Durden, que es básicamente la parte de él que rechaza todo esto. Busca la purificación mediante deshacerse de todo lo que no sea indispensable para pervivir, y mediante la destrucción personal. Básicamente, busca la felicidad a base de vivir de la forma más animal posible. Y es cierto que en los varones, la violencia nos sirve como desahogo tremebundo. Nos peleamos, sangramos, destrozamos... la adrenalina se descarga, y a pesar del dolor acabamos sintiéndonos mejor. Sí, es primitivo y todo lo que queráis, pero es verdad, y es así.
Lo que ocurre es que la parte autodestructiva de nuestro narrador acaba tomando más y más el control, le atrapa en otro mundo, en el justo opuesto del que estaba. En ese mundo de destrucción y de acabar con todo lo innecesario... Y pasa de ser un individuo controlado por su entorno social, a ser un individuo controlado por sus instintos más primitivos. Al final, se da cuenta de que esto no puede seguir así, y decide librarse de Tyler para ser libre por fin.
Sí, sé que me explico de culo, pero creo que se puede entender lo que digo, ¿no?
Lo que ocurre es que la parte autodestructiva de nuestro narrador acaba tomando más y más el control, le atrapa en otro mundo, en el justo opuesto del que estaba. En ese mundo de destrucción y de acabar con todo lo innecesario... Y pasa de ser un individuo controlado por su entorno social, a ser un individuo controlado por sus instintos más primitivos. Al final, se da cuenta de que esto no puede seguir así, y decide librarse de Tyler para ser libre por fin.
Sí, sé que me explico de culo, pero creo que se puede entender lo que digo, ¿no?
25 de enero de 2007
25 de enero de 2007
284 de 363 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así suele ocurrir con esta película pero una cosa es segura no deja indiferente. A mi me encantó, todo y ese final...tremendo!. Tiene frases memorables y unas muy buenas actuaciones tanto de Pitt y Norton como de Helena Boham Carter. Si quieres ver esta película no puedes pretender verla "sin más" tienes q verla reflexionando, ver el mensaje porque sino pasará lo que a mucha gente que odia esta película que solo ven violencia. Es dura, incendiaria...una crítica a la sociedad en general, en contra de lo que se nos promete y que realmente es imposible de lograr: fama, riqueza, belleza...
Tiene frases tremendas por citar algunas:
"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos estamos dando cuenta,lo que hace que estemos muy, muy cabreados."
"No eres un bonito y único copo de nieve, eres la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás, todos somos parte del mismo montón de estiercol..."
"Esta es tu vida, y se está acabando minuto a minuto"
En definitiva una excelente película que no os dejará indiferentes.
P.S (yo optaría por no ponérle esta película a una madre o gente bastante mayor, y con un gusto cinéfilo en plan romántico o suave porque la aborrecerán probablemente, al menos ese fue mi caso)
Tiene frases tremendas por citar algunas:
"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos estamos dando cuenta,lo que hace que estemos muy, muy cabreados."
"No eres un bonito y único copo de nieve, eres la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás, todos somos parte del mismo montón de estiercol..."
"Esta es tu vida, y se está acabando minuto a minuto"
En definitiva una excelente película que no os dejará indiferentes.
P.S (yo optaría por no ponérle esta película a una madre o gente bastante mayor, y con un gusto cinéfilo en plan romántico o suave porque la aborrecerán probablemente, al menos ese fue mi caso)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por último decir que Tyler Durden no puede ser otro actor que no sea Brad Pitt,el personaje de Tyler tiene que ser lo que el personaje de Edward Norton desea ser, es decir, guapo, atractivo,carismático, inteligente... y las características psicológicas del personaje puede interpretarlas cualquier actor pero las físicas no, por eso la elección de Brad Pitt que ha sido el icono de guaperas de los 90.
2 de junio de 2008
2 de junio de 2008
223 de 254 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una obra brillante que recoge el espíritu de toda una generación de una forma terriblemente veraz. La película ha sido tachada por llevar al paroxismo la realidad que se ve representada en la misma, por ofrecer un retrato sórdido, cruel y dañino de la violencia y de la autodestrucción personal.
Pero decir eso es quedarse en la superficie, es no querer profundizar por miedo a encontrar algo que puede aterrarnos: el darnos cuenta de que nuestras existencias están guiadas por la inexorable voluntad de una sociedad que nos condiciona, nos determina, nos impone un estilo de vida del que es casi imposible escapar. Los posibles futuros que podemos forjarnos saliéndonos del gran engranaje son innumerables, pero ¿hasta qué punto tenemos el libre albedrío de elegir un camino distinto sin tener la certeza de que estamos abocados al fracaso?
Hay que comprender que 'El Club de la Lucha' es una hipérbole. Es necesario que te muestre personajes y situaciones límites si quiere inducirte a la reflexión. El personaje intrepretado por Norton es un peón más en esta sociedad del consumo y la felicidad ilusoria, y su contrapunto perfecto es Tyler Durden, un personaje radical, un triunfador, un álter ego absolutamente opuesto al anterior. Para que la parábola surta efecto es imprescindible ver los extremos.
Hacer un uso pacato y contenido de la violencia para no herir sensibilidades mojigatas sería quedarse a medias tintas, reprimir el arte por miedo a la carga moral. Pero mi visión personal es que la violencia que queda tan patente en el Club de marras no debe interpretarse al pie de la letra, sino como una efectiva metáfora de aquello que nos desinhibe, que libera nuestra rabia interior, que nos hace animales, seres básicos, instintivos, que nos despoja de nuestra máscara social. El Club de la Lucha es el punto cero de la naturaleza humana, es el paso que hay que dar para desarraigarse de las convenciones y los cánones sociales preestablecidos.
Pero decir eso es quedarse en la superficie, es no querer profundizar por miedo a encontrar algo que puede aterrarnos: el darnos cuenta de que nuestras existencias están guiadas por la inexorable voluntad de una sociedad que nos condiciona, nos determina, nos impone un estilo de vida del que es casi imposible escapar. Los posibles futuros que podemos forjarnos saliéndonos del gran engranaje son innumerables, pero ¿hasta qué punto tenemos el libre albedrío de elegir un camino distinto sin tener la certeza de que estamos abocados al fracaso?
Hay que comprender que 'El Club de la Lucha' es una hipérbole. Es necesario que te muestre personajes y situaciones límites si quiere inducirte a la reflexión. El personaje intrepretado por Norton es un peón más en esta sociedad del consumo y la felicidad ilusoria, y su contrapunto perfecto es Tyler Durden, un personaje radical, un triunfador, un álter ego absolutamente opuesto al anterior. Para que la parábola surta efecto es imprescindible ver los extremos.
Hacer un uso pacato y contenido de la violencia para no herir sensibilidades mojigatas sería quedarse a medias tintas, reprimir el arte por miedo a la carga moral. Pero mi visión personal es que la violencia que queda tan patente en el Club de marras no debe interpretarse al pie de la letra, sino como una efectiva metáfora de aquello que nos desinhibe, que libera nuestra rabia interior, que nos hace animales, seres básicos, instintivos, que nos despoja de nuestra máscara social. El Club de la Lucha es el punto cero de la naturaleza humana, es el paso que hay que dar para desarraigarse de las convenciones y los cánones sociales preestablecidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esta película es un llamamiento a la rebeldía y al nihilismo personal, sí, pero no como suplantación de los valores establecidos, sino como un primer paso para alcanzar un equilibrio definitivo. Se rechazan los extremos (representados por el personaje de Norton del principio de la historia y por Tyler Durden) en un final en el que nuestro protagonista se da cuenta de que su rebelión interna le ha hecho perder las riendas y le ha llevado de la mediocridad absoluta al inconformismo más destructivo. Por eso decide renegar del Club de la Lucha y matar a su álter ego, para emprender una relación auténtica con Marla y una nueva vida.
Con esto se abre un camino a la esperanza, aunque sea en medio de una visión fatalista de la sociedad como ente opresor que parece reducir al individuo a su más mínima expresión. Y, sobre todo, queda patente que la autodestrucción sólo es válida cuando posteriormente estás dispuesto a construir algo mejor, cuando tienes algo por lo que luchar y una vida propia que defender.
Esto es, en definitiva, un final constructivo. Y lo siento por los reaccionarios.
Con esto se abre un camino a la esperanza, aunque sea en medio de una visión fatalista de la sociedad como ente opresor que parece reducir al individuo a su más mínima expresión. Y, sobre todo, queda patente que la autodestrucción sólo es válida cuando posteriormente estás dispuesto a construir algo mejor, cuando tienes algo por lo que luchar y una vida propia que defender.
Esto es, en definitiva, un final constructivo. Y lo siento por los reaccionarios.
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