Una joven prometedora
2020 

6,9
21.645
Thriller. Drama
Cassie tenía un brillante futuro por delante hasta que un desagradable incidente truncó su carrera. Ahora nada en su vida es lo que parece: es inteligente, audaz y vive una doble vida de noche. Cassie tiene la oportunidad de enmendar todo lo que no salió bien en su pasado... vengándose de los culpables. (FILMAFFINITY)
23 de abril de 2021
23 de abril de 2021
469 de 633 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me veo casi obligada a escribir esta crítica tras leer muchos comentarios que se ciñen solo en el "feminismo a raudales" o "feminismo panfletario" que supuestamente transmite esta película, siendo muy incongruentes algunas de esas opiniones.
En primer lugar, aclarar una vez más (ya que veo que a pesar de que se tacha al feminismo de una "moda" y de estar "hasta en la sopa") que éste va de conseguir la IGUALDAD entre mujeres y hombres. Primera incongruencia, porque lo que dicen muchos sobre esta película es que dejan en mal lugar a los hombres y casi de heroínas a las mujeres. Por lo tanto si no se ven reflejados de igual manera, ésto no es feminismo.
En segundo lugar, creo que no se está entendiendo el histrionismo, la crítica mordaz o el sarcasmo (no hacia ese feminismo) y la hipérbole o exageración que inunda casi todo el film, y es justo lo más interesante, valiente y original de su visionado.
Se parte de un hecho y las consecuencias que ese suceso han tenido sobre una chica. No voy a revelar ese hecho por no hacer spoilers, ya que en la sinopsis no se cuenta (aunque sí lo he podido leer en otros comentarios), pero no es que la directora lo haya escogido porque está de moda a raíz del Movimiento Me Too, es porque es una REALIDAD y punto. No explota a su conveniencia nada.
Podría haber sido la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco y se diría que ya se está aprovechando otra vez de la moda del fenómeno "Black Lives Matter", pero sigue siendo la intención de un realizador o realizadora por mostrar una REALIDAD palpable y hacer ver al espectador que eso está ahí y que sigue estando ahí. Dejaos de tonterías de "ya están otra vez las mujeres en contra de todos los hombres". Dejad de mirar para otro lado como muchos de los personajes que vemos en esta película. Es cansino.
Por lo tanto, a través de un extraordinario guion y con uno de los finales más sorprendentes e impactantes que recuerdo en años, la directora nos va mostrando las secuelas que un acontecimiento de tales características ha tenido en una chica joven. Muchos han criticado también que tendrían que haber escogido a otra actriz por el hecho de que Carey Mulligan y sus arrugas no encajan en ese perfil de "chica joven". Me abstengo de comentar al respecto. La actriz está impecable de principio a fin.
Se podía haber contado todo de muchas formas; algo más dramático o más oscuro hubiera sido lo predecible, pero lo que creo que la hace original y que gracias a ello haya entrado en las quinielas de las nominaciones a premios más importantes de su año, es por cómo lo enfoca. Ese histrionismo y esa exageración se ve hasta en la fotografía, con esos colores tan chillones o con tantos tonos pastel, el salón de su casa tan rococó, su estética kitsch, sus diálogos mordaces y a la vez ingenuos, las covers de temas pop de los 90... Todo eso la hace única en su especie.
Por favor, no veáis sólo feminismo en ella, ésto va de muchas más cosas: de la amistad, del "mirar para otro lado" y sus consecuencias, de cómo un hecho en particular puede cambiar tu vida, tu mundo y hasta tu personalidad en un minuto, de las secuelas psicológicas que un hecho puede provocar sobre alguien, de cómo podemos llegar a hacer cosas que nunca pensábamos que podíamos llegar a hacer, de la CULPA y la redención, de la NO CULPA y la absolución, de la justicia y la injusticia, de la SED DE VENGANZA, del vacío existencial, de la decepción y la desconfianza, del egoísmo y la pérdida de esperanza en el ser humano (sí, ser humano, no hombres y mujeres), ya que en la película se ve a dos mujeres que han obrado mal y que yo sepa la protagonista actúa de la misma forma con ellas que como lo ha hecho con ellos...Feminismo no, MUCHO MÁS. Reunir TANTO en apenas dos horas es un gran logro, y me da pena que solo nos quedemos con la superficie.
En primer lugar, aclarar una vez más (ya que veo que a pesar de que se tacha al feminismo de una "moda" y de estar "hasta en la sopa") que éste va de conseguir la IGUALDAD entre mujeres y hombres. Primera incongruencia, porque lo que dicen muchos sobre esta película es que dejan en mal lugar a los hombres y casi de heroínas a las mujeres. Por lo tanto si no se ven reflejados de igual manera, ésto no es feminismo.
En segundo lugar, creo que no se está entendiendo el histrionismo, la crítica mordaz o el sarcasmo (no hacia ese feminismo) y la hipérbole o exageración que inunda casi todo el film, y es justo lo más interesante, valiente y original de su visionado.
Se parte de un hecho y las consecuencias que ese suceso han tenido sobre una chica. No voy a revelar ese hecho por no hacer spoilers, ya que en la sinopsis no se cuenta (aunque sí lo he podido leer en otros comentarios), pero no es que la directora lo haya escogido porque está de moda a raíz del Movimiento Me Too, es porque es una REALIDAD y punto. No explota a su conveniencia nada.
Podría haber sido la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco y se diría que ya se está aprovechando otra vez de la moda del fenómeno "Black Lives Matter", pero sigue siendo la intención de un realizador o realizadora por mostrar una REALIDAD palpable y hacer ver al espectador que eso está ahí y que sigue estando ahí. Dejaos de tonterías de "ya están otra vez las mujeres en contra de todos los hombres". Dejad de mirar para otro lado como muchos de los personajes que vemos en esta película. Es cansino.
Por lo tanto, a través de un extraordinario guion y con uno de los finales más sorprendentes e impactantes que recuerdo en años, la directora nos va mostrando las secuelas que un acontecimiento de tales características ha tenido en una chica joven. Muchos han criticado también que tendrían que haber escogido a otra actriz por el hecho de que Carey Mulligan y sus arrugas no encajan en ese perfil de "chica joven". Me abstengo de comentar al respecto. La actriz está impecable de principio a fin.
Se podía haber contado todo de muchas formas; algo más dramático o más oscuro hubiera sido lo predecible, pero lo que creo que la hace original y que gracias a ello haya entrado en las quinielas de las nominaciones a premios más importantes de su año, es por cómo lo enfoca. Ese histrionismo y esa exageración se ve hasta en la fotografía, con esos colores tan chillones o con tantos tonos pastel, el salón de su casa tan rococó, su estética kitsch, sus diálogos mordaces y a la vez ingenuos, las covers de temas pop de los 90... Todo eso la hace única en su especie.
Por favor, no veáis sólo feminismo en ella, ésto va de muchas más cosas: de la amistad, del "mirar para otro lado" y sus consecuencias, de cómo un hecho en particular puede cambiar tu vida, tu mundo y hasta tu personalidad en un minuto, de las secuelas psicológicas que un hecho puede provocar sobre alguien, de cómo podemos llegar a hacer cosas que nunca pensábamos que podíamos llegar a hacer, de la CULPA y la redención, de la NO CULPA y la absolución, de la justicia y la injusticia, de la SED DE VENGANZA, del vacío existencial, de la decepción y la desconfianza, del egoísmo y la pérdida de esperanza en el ser humano (sí, ser humano, no hombres y mujeres), ya que en la película se ve a dos mujeres que han obrado mal y que yo sepa la protagonista actúa de la misma forma con ellas que como lo ha hecho con ellos...Feminismo no, MUCHO MÁS. Reunir TANTO en apenas dos horas es un gran logro, y me da pena que solo nos quedemos con la superficie.
3 de enero de 2021
3 de enero de 2021
212 de 278 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emerald Fennell no es completamente nueva en la industria. Tiene ya unos cuantos créditos a su nombre, como actriz y como guionista, sobre todo en televisión. Probablemente su trabajo más conocido sea en The Crown, donde interpreta a Camilla Parker Bowles desde la tercera temporada. Una joven prometedora es, además de un guion propio, su debut como directora. Y la verdad es que su título podría referirse tanto a la protagonista como a la misma Fennell, ya que si algo demuestra Una joven prometedora es que estamos ante una cineasta de potencial indiscutible.
Una joven prometedora es, sin duda alguna, un producto de su tiempo, una obra enormemente contemporánea cuya realización habría sido improbable hace cinco años. Captura el zeitgeist mejor que la mayoría de propuestas recientes, al menos en cuanto respecta al movimiento #MeToo. La nueva ola feminista ha ocupado un puesto predominante en el discurso cinematográfico reciente, pero en el debut de Fennell, este discurso no es tangencial: es el núcleo temático. Todo gira en torno a una problemática muy específica, que es la de las relaciones no consensuadas cuando hay alcohol de por medio. Cómo suceden, por qué suceden, cómo reacciona el entorno ante ellas y cuáles son sus consecuencias. Fennell explora este tema con muchísima habilidad.
El guion de Una joven prometedora es ácido en su ejecución, detallista en su caracterización e implacable en su intencionalidad. Fennell aborda la violación de Nina desde muchos ángulos distintos, y no deja títere con cabeza. Cada personaje representa a un grupo, a un estrato de la sociedad que contribuye a que este tipo de cosas sucedan. Más importante aún, casi todos están desarrollados, aunque sea un mínimo. Todos son el resultado de unas circunstancias y, en un momento o en otro, intentan justificar sus acciones. Y son justificaciones coherentes, y a veces, incluso atenuantes. Lo interesante del guion de Fennell es su forma de desafiar estas justificaciones, de limpiarse el culo con ellas. Las excusas no valen. El mensaje de Una joven prometedora es claro y contundente: Si no eres la solución, eres parte del problema. No hay más. Fennell coge ciertas actitudes que muchos espectadores estarán acostumbrados a observar (o incluso a adoptar) y te las escupe a la cara sin ningún tipo de anestesia. Y no, que nadie crea que los ataques van dirigidos solo a los hombres. Aquí no se salva ni Cristo. Y a pesar de eso, mi percepción es que a casi ningún personaje se le representa como "malo", o al menos, no en el sentido más maniqueo de la palabra. Culpables en mayor o menor medida, sin duda, pero no son bocetos irremediablemente malignos. Son productos del entorno social, y la base del problema tiene raíces más profundas.
La interpretación de Cassie, protagonista de la historia, corre a cargo de Carey Mulligan, una mujer que lleva ya unos diez años demostrando que, en su generación, pocas actrices están a su altura. Desde que su perfil estalló con su espléndido trabajo en An education, Mulligan se ha labrado un currículum realmente impresionante, regalándonos interpretaciones de gran calado en Nunca me abandones, A propósito de Llewyn Davis, Sufragistas, Shame y Wildlife, casi todas películas demasiado pequeñas como para hacer ruido en las temporadas de premios. En Una joven prometedora, Mulligan es un todoterreno, y atraviesa las escenas como una bola de demolición. La rabia, la tristeza y la actitud desafiante de Cassei están plasmadas a la perfección, y por si fuera poco, recita las líneas más cargadas de ironía y bilis con una vena cómica que ya quisiera más de un monologuista. Es una actuación redonda, una de las más potentes del año y puede que la mejor de su carrera.
Es evidente que el resto del elenco no está a la altura de Mulligan, pero lo cierto es que todos los actores hacen un trabajo sólido. Bo Burnham (guionista y director de la maravillosa Eighth grade) está estupendo, consiguiendo defender a un personaje complejo y muy ambivalente, probablemente el que más reacciones polarizadas genere en la audiencia. El resto del elenco, formado en su mayoría por actores ya consagrados (aunque no hiper famosos) cumple sobradamente en apariciones breves, destacando la divertidísima aportación de un Christopher Mintz-Plasse cuya carrera parece haberse estancado considerablemente desde los días de Kick-Ass 2 y que aquí, en una sola escena, demuestra por qué, dado el material adecuado, merece la pena tenerlo en la plantilla.
En resumen, Una joven prometedora me parece un proyecto muy interesante, y un éxito en prácticamente todos los sentidos. Probablemente sea demasiado vehemente en su discurso para el paladar de muchos, y tal vez su desenlace, por peliculero, no sea tan robusto como el resto del metraje, pero en mi opinión es un trabajo de bastante resonancia, que plantea debates necesarios y los desarrolla con una voz muy personal. Además, independientemente de su discurso, está escrita con considerable ingenio y transita los diferentes géneros con solvencia, siendo a ratos thriller, a ratos drama y a ratos comedia negra. Su apartado visual es competente, y su interpretación protagonista, sobresaliente. Y cuidado, en ningún momento la definiría, como he leído en más de una ocasión, como "transgresora", más que nada porque me cuesta llamar así a una película que, a pesar de alguna que otra decisión arriesgada, se inserta de manera relativamente cómoda en una línea de pensamiento bastante común a día de hoy, pero sí que creo que es capaz de diferenciarse de otras propuestas de su mismo corte explorando sus ideas con considerable gracia y personalidad y añadiéndole, en mi opinión, cierto nivel de profundidad y la cantidad justa de mala leche. Por todo esto, y también debido al bajísimo nivel que ha habido en la producción cinematográfica de 2020, Una joven prometedora me ha gustado lo suficiente como para ser, por el momento, una de mis películas favoritas del año.
Calificación: Notable
Una joven prometedora es, sin duda alguna, un producto de su tiempo, una obra enormemente contemporánea cuya realización habría sido improbable hace cinco años. Captura el zeitgeist mejor que la mayoría de propuestas recientes, al menos en cuanto respecta al movimiento #MeToo. La nueva ola feminista ha ocupado un puesto predominante en el discurso cinematográfico reciente, pero en el debut de Fennell, este discurso no es tangencial: es el núcleo temático. Todo gira en torno a una problemática muy específica, que es la de las relaciones no consensuadas cuando hay alcohol de por medio. Cómo suceden, por qué suceden, cómo reacciona el entorno ante ellas y cuáles son sus consecuencias. Fennell explora este tema con muchísima habilidad.
El guion de Una joven prometedora es ácido en su ejecución, detallista en su caracterización e implacable en su intencionalidad. Fennell aborda la violación de Nina desde muchos ángulos distintos, y no deja títere con cabeza. Cada personaje representa a un grupo, a un estrato de la sociedad que contribuye a que este tipo de cosas sucedan. Más importante aún, casi todos están desarrollados, aunque sea un mínimo. Todos son el resultado de unas circunstancias y, en un momento o en otro, intentan justificar sus acciones. Y son justificaciones coherentes, y a veces, incluso atenuantes. Lo interesante del guion de Fennell es su forma de desafiar estas justificaciones, de limpiarse el culo con ellas. Las excusas no valen. El mensaje de Una joven prometedora es claro y contundente: Si no eres la solución, eres parte del problema. No hay más. Fennell coge ciertas actitudes que muchos espectadores estarán acostumbrados a observar (o incluso a adoptar) y te las escupe a la cara sin ningún tipo de anestesia. Y no, que nadie crea que los ataques van dirigidos solo a los hombres. Aquí no se salva ni Cristo. Y a pesar de eso, mi percepción es que a casi ningún personaje se le representa como "malo", o al menos, no en el sentido más maniqueo de la palabra. Culpables en mayor o menor medida, sin duda, pero no son bocetos irremediablemente malignos. Son productos del entorno social, y la base del problema tiene raíces más profundas.
La interpretación de Cassie, protagonista de la historia, corre a cargo de Carey Mulligan, una mujer que lleva ya unos diez años demostrando que, en su generación, pocas actrices están a su altura. Desde que su perfil estalló con su espléndido trabajo en An education, Mulligan se ha labrado un currículum realmente impresionante, regalándonos interpretaciones de gran calado en Nunca me abandones, A propósito de Llewyn Davis, Sufragistas, Shame y Wildlife, casi todas películas demasiado pequeñas como para hacer ruido en las temporadas de premios. En Una joven prometedora, Mulligan es un todoterreno, y atraviesa las escenas como una bola de demolición. La rabia, la tristeza y la actitud desafiante de Cassei están plasmadas a la perfección, y por si fuera poco, recita las líneas más cargadas de ironía y bilis con una vena cómica que ya quisiera más de un monologuista. Es una actuación redonda, una de las más potentes del año y puede que la mejor de su carrera.
Es evidente que el resto del elenco no está a la altura de Mulligan, pero lo cierto es que todos los actores hacen un trabajo sólido. Bo Burnham (guionista y director de la maravillosa Eighth grade) está estupendo, consiguiendo defender a un personaje complejo y muy ambivalente, probablemente el que más reacciones polarizadas genere en la audiencia. El resto del elenco, formado en su mayoría por actores ya consagrados (aunque no hiper famosos) cumple sobradamente en apariciones breves, destacando la divertidísima aportación de un Christopher Mintz-Plasse cuya carrera parece haberse estancado considerablemente desde los días de Kick-Ass 2 y que aquí, en una sola escena, demuestra por qué, dado el material adecuado, merece la pena tenerlo en la plantilla.
En resumen, Una joven prometedora me parece un proyecto muy interesante, y un éxito en prácticamente todos los sentidos. Probablemente sea demasiado vehemente en su discurso para el paladar de muchos, y tal vez su desenlace, por peliculero, no sea tan robusto como el resto del metraje, pero en mi opinión es un trabajo de bastante resonancia, que plantea debates necesarios y los desarrolla con una voz muy personal. Además, independientemente de su discurso, está escrita con considerable ingenio y transita los diferentes géneros con solvencia, siendo a ratos thriller, a ratos drama y a ratos comedia negra. Su apartado visual es competente, y su interpretación protagonista, sobresaliente. Y cuidado, en ningún momento la definiría, como he leído en más de una ocasión, como "transgresora", más que nada porque me cuesta llamar así a una película que, a pesar de alguna que otra decisión arriesgada, se inserta de manera relativamente cómoda en una línea de pensamiento bastante común a día de hoy, pero sí que creo que es capaz de diferenciarse de otras propuestas de su mismo corte explorando sus ideas con considerable gracia y personalidad y añadiéndole, en mi opinión, cierto nivel de profundidad y la cantidad justa de mala leche. Por todo esto, y también debido al bajísimo nivel que ha habido en la producción cinematográfica de 2020, Una joven prometedora me ha gustado lo suficiente como para ser, por el momento, una de mis películas favoritas del año.
Calificación: Notable
8 de febrero de 2021
8 de febrero de 2021
94 de 131 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia de dos amigas, casi hermanas desde la infancia, que se quieren desde siempre. Nina era la popular, la que gusta a la gente de inmediato, y veía algo extraordinario en Cassie que nadie más podía ver.
Un debut nada fácil de Emerald Fennell, guionista y directora, que trabaja un tema difícil desde la ambivalencia constante, jugando bien con las escalas de grises, y con un sentido del humor negro y sarcástico que extiende hasta la fotografía y la música, muy bien escogidas y que funcionan muy bien como complemento.
Un debut nada fácil de Emerald Fennell, guionista y directora, que trabaja un tema difícil desde la ambivalencia constante, jugando bien con las escalas de grises, y con un sentido del humor negro y sarcástico que extiende hasta la fotografía y la música, muy bien escogidas y que funcionan muy bien como complemento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Después de que unos jóvenes, compañeros en la facultad de medicina, aprovechasen la embriaguez de Nina para violarla, ambas dejan la facultad. Nina deja de ser ella misma y no puede soportarlo.
Cassie tampoco puede soportar la pérdida de Nina, y menos con lo ocurrido. Desde ese momento nada tiene sentido para ella, su apatía crece, y comienza a ir a bares y fingir que está borracha para comprobar hasta qué punto llegarán los hombres. Los resultados son oscuros, nada esperanzadores, y es que hay demasiados palitos en su agenda que confirman que no existen caballeros blancos, al contrario, los lobos usan eso como disfraz.
Pero lejos de ser una justiciera, cada noche así representa un escalón más de sufrimiento y descenso a los infiernos para Cassie. Ya que aunque al principio se juegue con la posibilidad de que acabe con ellos, solo les confronta mirándoles a los ojos después de ver su auténtica naturaleza.
Todo el sistema está podrido, y eso queda claro desde las amigas que no ayudan o lo toman a broma, las autoridades de la facultad que no hacen su trabajo, los abogados que usan la mezquindad de la sociedad a su favor, los grupos de amigos que silencian y colaboran, y los mismos depredadores conocedores de que las cartas están a su favor, y también se juega con la idea de que Cassie sea una vengadora, al estilo “Ms.45” o “Hard Candy”.
No existe ningún personaje enteramente malvado o bueno, Cassie cae en un abismo de oscuridad al no poder superar la pérdida y solo consigue ver lo peor del mundo, en un momento dado, esto cambia, hasta que descubre un vídeo que vuelve a arrastrarla de nuevo y sin retorno.
Carey Mulligan esta fantástica como Cassie, ya había hecho gran cantidad de magníficas interpretaciones antes, y muy posiblemente sea la pieza clave en la película, ya que domina cada segundo, cada silencio y diálogo y sin su presencia la cinta sería muy distinta.
Prácticamente todos los secundarios tienen por lo menos una escena donde su encaje es muy bueno y su personaje importante.
En cuanto al final, y este es un matiz personal, en lugar de venganza veo sacrificio, llegada a ese punto Cassie no quiere empezar de cero ni tener otra vida, está dispuesta a llegar donde sea, y se pierde a sí misma en el proceso de conseguirlo.
Cassie tampoco puede soportar la pérdida de Nina, y menos con lo ocurrido. Desde ese momento nada tiene sentido para ella, su apatía crece, y comienza a ir a bares y fingir que está borracha para comprobar hasta qué punto llegarán los hombres. Los resultados son oscuros, nada esperanzadores, y es que hay demasiados palitos en su agenda que confirman que no existen caballeros blancos, al contrario, los lobos usan eso como disfraz.
Pero lejos de ser una justiciera, cada noche así representa un escalón más de sufrimiento y descenso a los infiernos para Cassie. Ya que aunque al principio se juegue con la posibilidad de que acabe con ellos, solo les confronta mirándoles a los ojos después de ver su auténtica naturaleza.
Todo el sistema está podrido, y eso queda claro desde las amigas que no ayudan o lo toman a broma, las autoridades de la facultad que no hacen su trabajo, los abogados que usan la mezquindad de la sociedad a su favor, los grupos de amigos que silencian y colaboran, y los mismos depredadores conocedores de que las cartas están a su favor, y también se juega con la idea de que Cassie sea una vengadora, al estilo “Ms.45” o “Hard Candy”.
No existe ningún personaje enteramente malvado o bueno, Cassie cae en un abismo de oscuridad al no poder superar la pérdida y solo consigue ver lo peor del mundo, en un momento dado, esto cambia, hasta que descubre un vídeo que vuelve a arrastrarla de nuevo y sin retorno.
Carey Mulligan esta fantástica como Cassie, ya había hecho gran cantidad de magníficas interpretaciones antes, y muy posiblemente sea la pieza clave en la película, ya que domina cada segundo, cada silencio y diálogo y sin su presencia la cinta sería muy distinta.
Prácticamente todos los secundarios tienen por lo menos una escena donde su encaje es muy bueno y su personaje importante.
En cuanto al final, y este es un matiz personal, en lugar de venganza veo sacrificio, llegada a ese punto Cassie no quiere empezar de cero ni tener otra vida, está dispuesta a llegar donde sea, y se pierde a sí misma en el proceso de conseguirlo.
26 de abril de 2021
26 de abril de 2021
99 de 165 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo ser sincero y reconocer que no tenía intención alguna de ver Una joven prometedora, a pesar de las nominaciones (acaba de ganar el premio a Mejor Guion Original en los Oscars) y elogios obtenidos. El motivo es sencillo (bueno, o no…): no puedo con las películas de temática de violación, por mucho que sea a modo de venganza. Por cierto, si juntamos ambos conceptos, tenemos como resultado el género del rape revenge, tan de moda en los 70. Es un tema que me supera y que me causa rechazo en el cine, siendo un asunto polémico y devastador, y que hasta hace unos años se banalizaba (no daré nombres, pero hay directores conocidos detrás). No obstante, muchas otras voces la han estado alabando en las últimas semanas, dejándola de poco menos que una revolucionaria cinta que no te puedes perder, por lo que he decidido darle una oportunidad, con la esperanza de encontrarme ese fascinante y moderno film que casi todos comentan.
Después de todo lo que se ha comentado, esperaba una película canalla, descarada, desvergonzada y transgresora, a pesar del asunto que aborda. Pues nada, debo ser el raro, ya que me he quedado con un sentimiento agridulce ante una suerte de film de venganza que se queda a medio gas, siendo incomprensible para un servidor tanto elogio. Malditas modas… Que no se diga que no voy a contracorriente. Pero mejor vayamos por partes, que me temo que hay mucha tela que cortar.
La directora y guionista es Emerald Fennell, siendo éste su debut en el cine. Es curioso que un debut se compense con una nominación a película, dirección y guion original (como ya digo, vencedor), cuando otros inicios en el cine (por supuesto, infinitamente mejores) fueron completamente ignorados por los académicos en su momento (podría dar ejemplos, pero no acabaría nunca). No quiero ser mal pensado, pero algo me dice que han tenido que ver otros aspectos ajenos a la calidad del film para que se premie a Fennell. Lamentablemente, es algo que se repite desde hace un par de años, siendo consecuencia de los tiempos que corren. Y lo que nos queda…
La labor tras las cámaras de la directora no tiene garra y peca de convencional (aunque evita caer en el morbo y nunca aburre, lo que siempre es algo a valorar en producciones pretenciosas), sin ningún elemento que la haga merecedora de nominación alguna en los premios. Volviendo al peliagudo asunto (y que pocos se atreven a tocar, no vaya a ser que…), se nota que los que votan han tenido más en cuenta las pretensiones e intenciones del film, que no la calidad del mismo, porque no hay ni una sola escena que la haga destacar sobre otras producciones que sí han sido ignoradas y que están mucho mejor rodadas. ¿En serio Tenet ha sido ninguneada en pos de esto? Vale, es un Nolan menor (y sí, había más presupuesto), pero no me compares…
Respecto a la historia que se presenta, me cuesta entender porqué esta insustancial propuesta ha generado tanto revuelo y tanto debate (en especial en las redes sociales), cuando la cinta jamás sobrepasa ningún límite, con el freno de mano constantemente puesto, sin que se distancie de cualquier otra producción del subgénero comentado. Quiere ir de transgresora (atención a cuándo aparece el título de la cinta, toda una declaración de intenciones y un recurso demasiado sobado a estas alturas), pero se queda en tierra de nadie, siendo una más (es la misma historia de siempre) por mucho que pretenda lo contrario. Muchos la están vendiendo como una comedia negra, pero nada más lejos de la realidad, ya que las risas brillan por su ausencia. Esto tiene de comedia lo que yo de ingeniero náutico.
La película no sabe muy bien qué quiere ser, poniendo en una batidora diferentes géneros (romántico, de venganza…), con resultados ciertamente irregulares y que obligan a cuestionarse qué cualidades han tenido en cuento los académicos para otorgar al film un inmerecido premio al Mejor Guion Original, cuando esta historia ya la hemos visto todos antes, e incluso mejor (hola, Hard Candy). Quizás no hemos visto la misma película, pero todavía intento recordar qué se supone que es eso que la hace tan estupenda y única. Sigo pensando…
Las mismas voces que han alabado de forma desproporcionada una cinta que habrán olvidado mañana, han exigido el Oscar para Carey Mulligan, actriz que tuvo una carrera prometedora, pero que ha ido perdiendo interés con el paso de los años. La misma ofrece una gran actuación, pero no sé si digna de tal reconocimiento. Finalmente, le ha arrebatado el premio la gran Frances McDormand por (la también sobrevalorada) Nomadland, y la verdad es que no me parece ninguna injusticia (a pesar de que Frances sea una acaparadora…). No obstante, se agradece su buen hacer con un personaje nada sencillo. Respecto a los secundarios, el film está plagado de rostros conocidos, a cada cual más desaprovechado, en lo que sólo se podría calificar como cameos. A pesar de todo, se agradece la presencia de la mayoría.
En conclusión, estamos ante otra bomba de humo, que quiere aparentar más de lo que realmente es, y que todos habremos olvidado más pronto que tarde. Quizás el raro sea yo, pero no he disfrutado con esta supuesta rape revenge, que se cree mejor de lo que realmente es. ¿Es una mala película? Tampoco he dicho eso, pero suena a ya visto y no aporta nada al género. Otra más, por mucho que se diga lo contrario. Qué ingenuo soy…
Más críticas: ocioworld.net
Después de todo lo que se ha comentado, esperaba una película canalla, descarada, desvergonzada y transgresora, a pesar del asunto que aborda. Pues nada, debo ser el raro, ya que me he quedado con un sentimiento agridulce ante una suerte de film de venganza que se queda a medio gas, siendo incomprensible para un servidor tanto elogio. Malditas modas… Que no se diga que no voy a contracorriente. Pero mejor vayamos por partes, que me temo que hay mucha tela que cortar.
La directora y guionista es Emerald Fennell, siendo éste su debut en el cine. Es curioso que un debut se compense con una nominación a película, dirección y guion original (como ya digo, vencedor), cuando otros inicios en el cine (por supuesto, infinitamente mejores) fueron completamente ignorados por los académicos en su momento (podría dar ejemplos, pero no acabaría nunca). No quiero ser mal pensado, pero algo me dice que han tenido que ver otros aspectos ajenos a la calidad del film para que se premie a Fennell. Lamentablemente, es algo que se repite desde hace un par de años, siendo consecuencia de los tiempos que corren. Y lo que nos queda…
La labor tras las cámaras de la directora no tiene garra y peca de convencional (aunque evita caer en el morbo y nunca aburre, lo que siempre es algo a valorar en producciones pretenciosas), sin ningún elemento que la haga merecedora de nominación alguna en los premios. Volviendo al peliagudo asunto (y que pocos se atreven a tocar, no vaya a ser que…), se nota que los que votan han tenido más en cuenta las pretensiones e intenciones del film, que no la calidad del mismo, porque no hay ni una sola escena que la haga destacar sobre otras producciones que sí han sido ignoradas y que están mucho mejor rodadas. ¿En serio Tenet ha sido ninguneada en pos de esto? Vale, es un Nolan menor (y sí, había más presupuesto), pero no me compares…
Respecto a la historia que se presenta, me cuesta entender porqué esta insustancial propuesta ha generado tanto revuelo y tanto debate (en especial en las redes sociales), cuando la cinta jamás sobrepasa ningún límite, con el freno de mano constantemente puesto, sin que se distancie de cualquier otra producción del subgénero comentado. Quiere ir de transgresora (atención a cuándo aparece el título de la cinta, toda una declaración de intenciones y un recurso demasiado sobado a estas alturas), pero se queda en tierra de nadie, siendo una más (es la misma historia de siempre) por mucho que pretenda lo contrario. Muchos la están vendiendo como una comedia negra, pero nada más lejos de la realidad, ya que las risas brillan por su ausencia. Esto tiene de comedia lo que yo de ingeniero náutico.
La película no sabe muy bien qué quiere ser, poniendo en una batidora diferentes géneros (romántico, de venganza…), con resultados ciertamente irregulares y que obligan a cuestionarse qué cualidades han tenido en cuento los académicos para otorgar al film un inmerecido premio al Mejor Guion Original, cuando esta historia ya la hemos visto todos antes, e incluso mejor (hola, Hard Candy). Quizás no hemos visto la misma película, pero todavía intento recordar qué se supone que es eso que la hace tan estupenda y única. Sigo pensando…
Las mismas voces que han alabado de forma desproporcionada una cinta que habrán olvidado mañana, han exigido el Oscar para Carey Mulligan, actriz que tuvo una carrera prometedora, pero que ha ido perdiendo interés con el paso de los años. La misma ofrece una gran actuación, pero no sé si digna de tal reconocimiento. Finalmente, le ha arrebatado el premio la gran Frances McDormand por (la también sobrevalorada) Nomadland, y la verdad es que no me parece ninguna injusticia (a pesar de que Frances sea una acaparadora…). No obstante, se agradece su buen hacer con un personaje nada sencillo. Respecto a los secundarios, el film está plagado de rostros conocidos, a cada cual más desaprovechado, en lo que sólo se podría calificar como cameos. A pesar de todo, se agradece la presencia de la mayoría.
En conclusión, estamos ante otra bomba de humo, que quiere aparentar más de lo que realmente es, y que todos habremos olvidado más pronto que tarde. Quizás el raro sea yo, pero no he disfrutado con esta supuesta rape revenge, que se cree mejor de lo que realmente es. ¿Es una mala película? Tampoco he dicho eso, pero suena a ya visto y no aporta nada al género. Otra más, por mucho que se diga lo contrario. Qué ingenuo soy…
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25 de diciembre de 2021
25 de diciembre de 2021
84 de 151 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni durante los años de la Segunda Guerra Mundial (y entonces cabía cierta explicación) se alcanzó la uniformidad ideológica y el nivel de adoctrinamiento que exhibe el panorama cinematográfico (entre comillas) actual. Descuella el subgénero de la venganza contra hombres; es una especie de “hard core” para progresistas wokies (no confundir con los admirables wookies) A mí, personalmente, siempre me ha intrigado la cuestión del dinero. ¿Y esto quién lo paga?, se preguntaba Josep Pla en Nueva York. ¿Quién paga no solo la producción, sino el óscar, las críticas y hasta la propinilla de las reseñas favorables y los pulgares hacia arriba (o hacia abajo, si hay algún disidente)?
Ya se ha comentado por parte de otros seguidores de esta página el furioso dogmatismo de este film, la culpabilización universal de la figura masculina, que incluye sus buenas dosis de caricatura. También se arremete contra ciertas categorías femeninas, pero desde luego no feministas, como las madres o las figuras de poder que se atienen a la ley. Y en mi opinión lo más destacable ideológicamente es que, como se expone en la escena dentro de la universidad, se contrapone la racionalidad de la presunción de inocencia con el convencimiento emotivo (no racional) de la culpabilidad, y se toma partido por este último: el “yo sí te creo” se eleva a argumento definitivo y la culpabilidad depende de quién denuncie y de a quién se acuse; no de pruebas tangibles, sino de colectivos. La criminalización de ciertos colectivos es consustancial a los totalitarismos: lo mismo ocurrió durante el nazismo con los judíos, o tras el triunfo de la revolución rusa con los propietarios.
Es esto lo que se financia: semillas de totalitarismo… que ya se han convertido en plantas y hasta en bosques.
Antes de pasar al territorio spoiler, y para huir un poco de la solemnidad, señalaría lo siguiente: todos los autores mediocres proyectan sus fantasías en sus filmes, y su éxito depende de que esas fantasías sean compartidas por una cantidad suficiente de público. En el caso del trío de actrices productoras que intervienen aquí (la directora, Margot Robbie, la “todos los planos para mis mohines y mi maquillaje” Carey Mulligan), estoy seguro de que su fantasía no es ajustar cuentas con el varón, para lo que seguramente están perfectamente capacitadas (igual que para quemar cajeros o lanzar adoquines a los escaparates), sino ser alumnas aventajadas en la carrera de Medicina. Tener suficiente cerebro, vamos. Dado que el mundillo del cine está podrido en muchos aspectos, y abundan las denuncias de abuso, podrían ser consecuentes, seguir la senda de su protagonista, dejar su vocación y ponerse a trabajar en una cafetería. Organizar su vendetta desde una barra… Creo que conectarán con esta película los que comparten la fantasía de ser inteligentes, los que admiraron al imposible Will Hunting. Lo dudo mucho en el caso de quienes ya lo son…
Aparte del dogmatismo, la criminalización y las pulsiones totalitarias, hay más. Hay deshonestidad. Y eso queda para el spoiler.
Ya se ha comentado por parte de otros seguidores de esta página el furioso dogmatismo de este film, la culpabilización universal de la figura masculina, que incluye sus buenas dosis de caricatura. También se arremete contra ciertas categorías femeninas, pero desde luego no feministas, como las madres o las figuras de poder que se atienen a la ley. Y en mi opinión lo más destacable ideológicamente es que, como se expone en la escena dentro de la universidad, se contrapone la racionalidad de la presunción de inocencia con el convencimiento emotivo (no racional) de la culpabilidad, y se toma partido por este último: el “yo sí te creo” se eleva a argumento definitivo y la culpabilidad depende de quién denuncie y de a quién se acuse; no de pruebas tangibles, sino de colectivos. La criminalización de ciertos colectivos es consustancial a los totalitarismos: lo mismo ocurrió durante el nazismo con los judíos, o tras el triunfo de la revolución rusa con los propietarios.
Es esto lo que se financia: semillas de totalitarismo… que ya se han convertido en plantas y hasta en bosques.
Antes de pasar al territorio spoiler, y para huir un poco de la solemnidad, señalaría lo siguiente: todos los autores mediocres proyectan sus fantasías en sus filmes, y su éxito depende de que esas fantasías sean compartidas por una cantidad suficiente de público. En el caso del trío de actrices productoras que intervienen aquí (la directora, Margot Robbie, la “todos los planos para mis mohines y mi maquillaje” Carey Mulligan), estoy seguro de que su fantasía no es ajustar cuentas con el varón, para lo que seguramente están perfectamente capacitadas (igual que para quemar cajeros o lanzar adoquines a los escaparates), sino ser alumnas aventajadas en la carrera de Medicina. Tener suficiente cerebro, vamos. Dado que el mundillo del cine está podrido en muchos aspectos, y abundan las denuncias de abuso, podrían ser consecuentes, seguir la senda de su protagonista, dejar su vocación y ponerse a trabajar en una cafetería. Organizar su vendetta desde una barra… Creo que conectarán con esta película los que comparten la fantasía de ser inteligentes, los que admiraron al imposible Will Hunting. Lo dudo mucho en el caso de quienes ya lo son…
Aparte del dogmatismo, la criminalización y las pulsiones totalitarias, hay más. Hay deshonestidad. Y eso queda para el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para denunciar una supuesta lacra heteropatriarcal (ya se sabe que toda revolución necesita sus lacras previas), concretada en este caso en los abusos a mujeres indefensas, en particular dentro de los campus, y para erigir un icono al que reverenciar, se destilan abundantes dosis de deshonestidad. Casi la única habilidad del guion está en lo que esconde para evitar toda mácula a su doctrina:
Se esconde la violencia: Salvo en el caso del mindundi con ínfulas de escritor, al que se atemoriza con una simple mirada severa, no vemos el desenlace de los encuentros con esos hombres que abordan a Cassandra en bares. ¿También son humillados con una mirada severa? ¿U ocurren otras cosas que no se muestran para no ensombrecer la “santidad” de la protagonista? Asimismo, la escena cumbre del film es una especie de reverso de la escena del punzón de Instinto básico… invertida de forma que la protagonista no ensucie sus manos y sea, por el contrario, ella misma la víctima de violencia hasta la muerte. Se pretende ir un paso más allá en la construcción de iconos: no heroína beligerante, sino mártir. Tan superior moralmente que se permite ser magnánima con los arrepentidos (véase el patético abogado que interpreta Alfred Molina).
Se difumina la frontera entre emborracharse (acto voluntario de disminución de la voluntad) y ser drogada con sustancias en la bebida. A efectos penales no es lo mismo, lo segundo deja rastros en el organismo y puede usarse convincentemente como prueba acusadora en un juicio. Pero, en ese caso, el andamiaje argumental se viene abajo. Todas las alusiones al suceso del pasado quedan en una especie de limbo, en un improbable “fue emborrachada”.
Se esconde el lesbianismo: el corazón dividido en dos mitades es una sugerencia clarísima de relación sentimental entre la protagonista y la amiga a la que trata de vengar, un guiño a la L del LGTBI. Pero no se reconoce abiertamente para que el odio al hombre puede universalizarse y no se atribuya en exclusiva a las lesbianas. Y se plantea que la protagonista se puede enamorar del chico del escupitajo… cosa que por supuesto no tiene buen fin, pues hasta los que son capaces de beberse el escupitajo de la mujer que admiran están marcados y son culpables por el hecho de ser hombres.
Aparte de ser un guion ideológicamente teledirigido, incurre en fallos clamorosos: el final no se sostiene, porque se basa (y la sacrificada protagonista es capaz de preverlo) en que el tal Monroe no hace lo razonable tras asfixiar a la protagonista, es decir, denunciar lo ocurrido y alegar defensa propia. Que la madre de los mellizos pierda la consciencia hasta el punto de no saber si fue violada es otra licencia inverosímil. Y aparece un video oportunamente, compartido por muchos pero del cual, convenientemente para la trama, no hubo noticia en la época del suceso, pues lo habría zanjado en favor de la víctima. Claro que, para oportunismo, las esposas que se rompen… Pues, bochornosamente, compartirá lista de guiones oscarizados con Ciudadano Kane, El crepúsculo de los dioses, El apartamento, Esplendor en la hierba, El golpe, Hannah y sus hermanas, Juego de lágrimas, Sospechosos habituales, Fargo, Olvídate de mí, Crash, Pequeña miss Sunshine…
Lo dicho. Yo me bajo. El cine es pieza de museo. De momento nos queda Movistar Clásico.
Se esconde la violencia: Salvo en el caso del mindundi con ínfulas de escritor, al que se atemoriza con una simple mirada severa, no vemos el desenlace de los encuentros con esos hombres que abordan a Cassandra en bares. ¿También son humillados con una mirada severa? ¿U ocurren otras cosas que no se muestran para no ensombrecer la “santidad” de la protagonista? Asimismo, la escena cumbre del film es una especie de reverso de la escena del punzón de Instinto básico… invertida de forma que la protagonista no ensucie sus manos y sea, por el contrario, ella misma la víctima de violencia hasta la muerte. Se pretende ir un paso más allá en la construcción de iconos: no heroína beligerante, sino mártir. Tan superior moralmente que se permite ser magnánima con los arrepentidos (véase el patético abogado que interpreta Alfred Molina).
Se difumina la frontera entre emborracharse (acto voluntario de disminución de la voluntad) y ser drogada con sustancias en la bebida. A efectos penales no es lo mismo, lo segundo deja rastros en el organismo y puede usarse convincentemente como prueba acusadora en un juicio. Pero, en ese caso, el andamiaje argumental se viene abajo. Todas las alusiones al suceso del pasado quedan en una especie de limbo, en un improbable “fue emborrachada”.
Se esconde el lesbianismo: el corazón dividido en dos mitades es una sugerencia clarísima de relación sentimental entre la protagonista y la amiga a la que trata de vengar, un guiño a la L del LGTBI. Pero no se reconoce abiertamente para que el odio al hombre puede universalizarse y no se atribuya en exclusiva a las lesbianas. Y se plantea que la protagonista se puede enamorar del chico del escupitajo… cosa que por supuesto no tiene buen fin, pues hasta los que son capaces de beberse el escupitajo de la mujer que admiran están marcados y son culpables por el hecho de ser hombres.
Aparte de ser un guion ideológicamente teledirigido, incurre en fallos clamorosos: el final no se sostiene, porque se basa (y la sacrificada protagonista es capaz de preverlo) en que el tal Monroe no hace lo razonable tras asfixiar a la protagonista, es decir, denunciar lo ocurrido y alegar defensa propia. Que la madre de los mellizos pierda la consciencia hasta el punto de no saber si fue violada es otra licencia inverosímil. Y aparece un video oportunamente, compartido por muchos pero del cual, convenientemente para la trama, no hubo noticia en la época del suceso, pues lo habría zanjado en favor de la víctima. Claro que, para oportunismo, las esposas que se rompen… Pues, bochornosamente, compartirá lista de guiones oscarizados con Ciudadano Kane, El crepúsculo de los dioses, El apartamento, Esplendor en la hierba, El golpe, Hannah y sus hermanas, Juego de lágrimas, Sospechosos habituales, Fargo, Olvídate de mí, Crash, Pequeña miss Sunshine…
Lo dicho. Yo me bajo. El cine es pieza de museo. De momento nos queda Movistar Clásico.
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