El bosque petrificado
1936 

6,9
2.388
Cine negro. Drama
Un grupo de gángsters llega a un bar de carretera en el famoso Bosque Petrificado de Arizona, con el propósito de tomar a los ocupantes como rehenes. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2006
20 de marzo de 2006
31 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un grupo de gángsteres llega a un bar de carretera en el desierto de Arizona, con el propósito de tomar a los ocupantes como rehenes. Entre los cautivos se encuentra un escritor que acuerda un extraño pacto con ellos.
El argumento del bosque petrificado adapta una famosa obra teatral, estrenada a principios de 1936 en Broadway. La trama que nos presenta la película nos traslada al sórdido desierto de Arizona, un emplazamiento inmejorable para narrar una peculiar historia acaecida a unos personajes totalmente opuestos entre si. Quizás sea el magnífico trabajo realizado a la hora de esbozar a los personajes el mayor acierto del film. En este aspecto el espectador se va a encontrar con Squier, un trotamundos que no fija un rumbo claro al que dirigirse, Mantee, un criminal frío, acorralado en un remoto lugar de la América más profunda, Gabriela, una joven soñadora que ha pasado la mayor parte de su vida en una gasolinera alejada de la civilización, el abuelo, un viejo que encuentra en el secuestro posiblemente la última aventura que pueda vivir… este amplio elenco de personajes se va a ver incrementado por unos sobrios diálogos y por unos duelos realmente magníficos destacando el que mantiene Squier con el propio Mantee, dos personalidades opuestas, pero no muy alejadas en el destino que les espera. Como detalle cabe decir que el film apela a una cierta crítica hacia las condiciones laborales del momento y a la impotencia de acabar con el gangsterismo por parte del Gobierno, crítica tachada como antiamericanismo.
La estética de este título resulta bastante teatral, enfocada sobre todo al guión por encima de cualquier valor visual. A pesar de ello Archie L.Mayo cuaja una estupenda dirección, destacando sobre todo la excelente presentación de la banda de Mantee; una ágil combinación de planos detalle acabando con una perspectiva general de todo el grupo. La fotografía también es un factor muy importante a la hora de crear una cálida atmósfera a pesar de la situación, Sol Polito trabaja con una gran profundidad de campo enfocada dentro de un espacio ideal para desarrollar un conflicto dramático. Dentro del reparto encontramos a Humphrey Bogart, que aunque no contaba con el apoyo de la productora para el papel, consiguió lanzar su carrera en el cine gracias a una perfecta encarnación de Mantee. Entre el resto de actores/actrices hayamos a Leisle Howard, quien logra una buena interpretación y a Bette Davis nueva estrella de la Warner por aquellos tiempos. La banda sonora que solo hace acto de presencia en marcados momentos de la trama, presenta partituras orquestales con predominio de viento/metal que crean un clima de tensión.
El bosque petrificado es un largometraje conocido por suponer el primer papel de importancia del mítico Bogart; pero apartándose de este hecho el espectador se va a encontrar con una maravillosa cinta, acreedora de una interesantísima historia con un final tan desesperanzador, que no dejará indiferente a nadie.
El argumento del bosque petrificado adapta una famosa obra teatral, estrenada a principios de 1936 en Broadway. La trama que nos presenta la película nos traslada al sórdido desierto de Arizona, un emplazamiento inmejorable para narrar una peculiar historia acaecida a unos personajes totalmente opuestos entre si. Quizás sea el magnífico trabajo realizado a la hora de esbozar a los personajes el mayor acierto del film. En este aspecto el espectador se va a encontrar con Squier, un trotamundos que no fija un rumbo claro al que dirigirse, Mantee, un criminal frío, acorralado en un remoto lugar de la América más profunda, Gabriela, una joven soñadora que ha pasado la mayor parte de su vida en una gasolinera alejada de la civilización, el abuelo, un viejo que encuentra en el secuestro posiblemente la última aventura que pueda vivir… este amplio elenco de personajes se va a ver incrementado por unos sobrios diálogos y por unos duelos realmente magníficos destacando el que mantiene Squier con el propio Mantee, dos personalidades opuestas, pero no muy alejadas en el destino que les espera. Como detalle cabe decir que el film apela a una cierta crítica hacia las condiciones laborales del momento y a la impotencia de acabar con el gangsterismo por parte del Gobierno, crítica tachada como antiamericanismo.
La estética de este título resulta bastante teatral, enfocada sobre todo al guión por encima de cualquier valor visual. A pesar de ello Archie L.Mayo cuaja una estupenda dirección, destacando sobre todo la excelente presentación de la banda de Mantee; una ágil combinación de planos detalle acabando con una perspectiva general de todo el grupo. La fotografía también es un factor muy importante a la hora de crear una cálida atmósfera a pesar de la situación, Sol Polito trabaja con una gran profundidad de campo enfocada dentro de un espacio ideal para desarrollar un conflicto dramático. Dentro del reparto encontramos a Humphrey Bogart, que aunque no contaba con el apoyo de la productora para el papel, consiguió lanzar su carrera en el cine gracias a una perfecta encarnación de Mantee. Entre el resto de actores/actrices hayamos a Leisle Howard, quien logra una buena interpretación y a Bette Davis nueva estrella de la Warner por aquellos tiempos. La banda sonora que solo hace acto de presencia en marcados momentos de la trama, presenta partituras orquestales con predominio de viento/metal que crean un clima de tensión.
El bosque petrificado es un largometraje conocido por suponer el primer papel de importancia del mítico Bogart; pero apartándose de este hecho el espectador se va a encontrar con una maravillosa cinta, acreedora de una interesantísima historia con un final tan desesperanzador, que no dejará indiferente a nadie.
30 de marzo de 2009
30 de marzo de 2009
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué placidez! ¡Qué encanto! ¡Qué delicada manera de removernos la conciencia y acariciarnos el alma! ¡Qué avanzada visión y cuánta sabiduría en un filme realizado en 1936!
Francois Villon (uno de los llamados “poetas malditos”), Robert Sherwood (autor de la obra teatral), Charles Kenyon y Delmer Daves (guionistas) y el director, Archie L. Mayo (quien había triunfado con “Bordertown”), suman un instante de honda inspiración para crear una obra de enorme sencillez, pero colmada de tanta profundidad que, por mérito propio, posee lacrado el sello de la perennidad.
Cine como éste nos confirma, una vez más, que la parafernalia y la ostentación, los derroches técnicos y los excesos efectistas, apenas sirven para camuflar la incapacidad y la superficialidad, porque casi todo lo amoroso, hermoso y verdadero, es profundamente sencillo. <<EL BOSQUE PETRIFICADO>> lo ratifica plenamente.
Alan Squier (Leslie Howard con su especial encanto inglés), es un escritor que, en busca de su propio destino, llega hasta un lugar llamado Black Mesa, en el que hay una gasolinera con una tienda que es atendida principalmente por Gabrielle Maple (una muy joven y preciosa, Bette Davis). Ambos empatizan enseguida y ella cae rendida ante la lucidez, la transparencia y la sutil percepción de la existencia que emana del visitante... un cierto grado de ligereza que también posee, apenas sirve para verlo más humano.
Gabrielle, quien lee con pasión y se sabe de memoria los poemas de Francois Villon, encuentra en Alan lo que no ha podido ver en Bob, el musculoso futbolista encargado de la gasolinera: trascendencia y entendimiento.
De Alan surgirán frases de esta suerte: “La naturaleza se las cobra y nos prueba su poderío, quitándoles el mundo a los intelectuales y devolviéndoselo a los monos”. “Nos hemos creído dueños de la naturaleza, pero los hombres a ella, nunca la conquistaremos”.
Cuando ellos, y otros especiales visitantes, se convierten en momentáneos cautivos de la pandilla de Duke Mantee (Humphrey Bogart en sus tiempos de malote), lo que sucede entre ellos quizás nos aproxime a la objetividad del destino y al reconocimiento del poder que ejercen sobre nosotros las mujeres. También veremos que, en la vida nada es casual porque todo es causal, y cómo, los que se juntan, siempre tienen algo que enseñarse los unos a los otros.
En un desértico, pero mágico paisaje que convida a la introspección, y en un modesto refugio más iluminado con luz interior que con lámparas o candelabros, la historia se desplaza por un sendero tal de autodescubrimiento, de dádivas y revelaciones que, cuando se nos da la última noticia, el único que puede alegrarse es el guardián, padre de la chica, quien estuvo ausente de las grandes confesiones.
Cabe terminar con las bellas palabras de Francois Villon:
“Yo he sembrado semillas en terreno árido / pero tú les darás fertilidad / y crecerán dando fruto”.
Francois Villon (uno de los llamados “poetas malditos”), Robert Sherwood (autor de la obra teatral), Charles Kenyon y Delmer Daves (guionistas) y el director, Archie L. Mayo (quien había triunfado con “Bordertown”), suman un instante de honda inspiración para crear una obra de enorme sencillez, pero colmada de tanta profundidad que, por mérito propio, posee lacrado el sello de la perennidad.
Cine como éste nos confirma, una vez más, que la parafernalia y la ostentación, los derroches técnicos y los excesos efectistas, apenas sirven para camuflar la incapacidad y la superficialidad, porque casi todo lo amoroso, hermoso y verdadero, es profundamente sencillo. <<EL BOSQUE PETRIFICADO>> lo ratifica plenamente.
Alan Squier (Leslie Howard con su especial encanto inglés), es un escritor que, en busca de su propio destino, llega hasta un lugar llamado Black Mesa, en el que hay una gasolinera con una tienda que es atendida principalmente por Gabrielle Maple (una muy joven y preciosa, Bette Davis). Ambos empatizan enseguida y ella cae rendida ante la lucidez, la transparencia y la sutil percepción de la existencia que emana del visitante... un cierto grado de ligereza que también posee, apenas sirve para verlo más humano.
Gabrielle, quien lee con pasión y se sabe de memoria los poemas de Francois Villon, encuentra en Alan lo que no ha podido ver en Bob, el musculoso futbolista encargado de la gasolinera: trascendencia y entendimiento.
De Alan surgirán frases de esta suerte: “La naturaleza se las cobra y nos prueba su poderío, quitándoles el mundo a los intelectuales y devolviéndoselo a los monos”. “Nos hemos creído dueños de la naturaleza, pero los hombres a ella, nunca la conquistaremos”.
Cuando ellos, y otros especiales visitantes, se convierten en momentáneos cautivos de la pandilla de Duke Mantee (Humphrey Bogart en sus tiempos de malote), lo que sucede entre ellos quizás nos aproxime a la objetividad del destino y al reconocimiento del poder que ejercen sobre nosotros las mujeres. También veremos que, en la vida nada es casual porque todo es causal, y cómo, los que se juntan, siempre tienen algo que enseñarse los unos a los otros.
En un desértico, pero mágico paisaje que convida a la introspección, y en un modesto refugio más iluminado con luz interior que con lámparas o candelabros, la historia se desplaza por un sendero tal de autodescubrimiento, de dádivas y revelaciones que, cuando se nos da la última noticia, el único que puede alegrarse es el guardián, padre de la chica, quien estuvo ausente de las grandes confesiones.
Cabe terminar con las bellas palabras de Francois Villon:
“Yo he sembrado semillas en terreno árido / pero tú les darás fertilidad / y crecerán dando fruto”.
3 de septiembre de 2011
3 de septiembre de 2011
22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
256/12(08/08/11) Envejecido melodrama con tintes de cine negro. Archi Mayo (Una noche en Casablanca) hace una dirección inane, no se nota la mano del director por lado alguno, hace una labor rutinaria, no en vano jamás hizo algo destacable, con decir que este es su labor más conocida. Tiene el guión de Delmer Daves que posteriormente se haría director (‘Destino Tokio’, ‘La senda tenebrosa’ o ‘El árbol del ahorcado’) y Charles Kenyon (Caballo de Hierro) que a su vez adaptan una aclamada obra teatral del gran dramaturgo y guionista Robert E. Sherwood (‘Lincoln en Illinois’, ‘Rebeca’ o ‘Los mejores años de nuestra vida’) estrenada este mismo año en Broadway. El centro de la trama es un área de servicio en medio en medio de un desierto de Arizona, allí llega caminando sin rumbo el bohemio Alan Squier (Sensiblero Leslie Howard), mientras come entabla una profunda conversación con la soñadora hija del dueño del establecimiento, Gabrielle (Buena Bette Davis), tanto es así que entre los dos se establece un íntimo vínculo, al poco de irse este llega un grupo de gánsteres perseguidos por la policía y comandados por temible forajido, Duke Mantee (Sobreactuado Humphrey Bogart que también hizo el rol en el teatro), y secuestra a los presentes, Squire sabiendo lo que ocurre vuelve al sitio para ayudar en lo posible a Gabrielle. La historia es un deprimente retrato de una sociedad decadente, con una puesta en escena demasiado teatral, es casi teatro filmado, esto es una tara muy evidente, con planos muy abiertos, sin toma alguna que se te quede en la retina, lo depositan todo en el guión y los actores, y esto no da para tanto. El desarrollo de la trama entre los dos enamorados roza la cursilería, no apta para diabéticos, muy simplista, la romántica aficionada a la pintura que anhela viajar conoce a un trotamundos que con apenas cinco minutos de charla está dispuesto este a morir para que ella vea París me produce ardores tanta azúcar, igual en su tiempo fue hermoso pero el pasó de de más de siete décadas sobre ella ha hecho estragos, la ha dejado en un curioso ejercicio de romanticismo rancio, con el añadido de un peligroso elogio del suicidio sinsentido. Lo que más me ha gustado ha sido el papel de Charley Grapewin (‘Las uvas de la ira’, ‘El Mago de Oz’ o ‘Murieron con las botas puestas’) dando vida al abuelo Maple, es un soplo de vitalidad, el que pone las gotas de humor, el que despliega más carisma, un torbellino de optimismo contando sus batallitas.
Continua en spoiler sin spoilers
Continua en spoiler sin spoilers
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película debajo su enorme pretenciosidad esconde una más enorme banalidad, su pasteloso evolución tiene como eje-gurú a Squire, un tipo con pinta de gentleman inglés que no se cree alguien que vaya vagando por un desierto asqueroso, no le dan fondo alguno, lo ponen allí y tu debes de creértelo, pues yo no, y después se camela con cuatro ñoñerías, visto desde fuera más bien parece que este quemado y quiera meterse un ratito en sus braguitas, y luego vuelve a sacrificarse en pos de que la idiota niña salga a ver mundo, ah, y por medio la aparición de Duke, Bogart, jamás ha estado más histriónico, es una caricatura dantesca con esos brazos abiertos que parece un mono, grotesco, se supone que tiene un duelo con Squire donde se pone de manifiesto que no son tan distintos y no, no lo son los dos están penosos. Igual he sido muy duro pero es que este producto viene precedido de fama, su trío protagonista nos ha deleitado en sus carreras con actuaciones portentosas y lo que me encuentro es este pasable film. Recomendable a los incondicionales de los actores protagonistas. Fuerza y honor!!!
23 de noviembre de 2007
23 de noviembre de 2007
19 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Consultando la página Web de Rotten Tomatoes leo un artículo de Chris Barsanti (Slant Magacine 2005) acerca de El Bosque Petrificado y me quedo con es mezcla apuntada por Barsanti de sociedad en decadencia, cuento de hadas y violencia.
Un abuelo que sueña con reverdecer viejas historias de un añorado salvaje oeste, una chiquilla romántica soñando horizontes lejanos y vidas diferentes, un romántico intelectual que ha ido abandonando sus sueños a lo largo de polvorientos caminos y un gángster que cambió sus sueños por realidades y que está absolutamente seguro de su final, componen, entre poemas de François Villon y sinfonía de disparos, un extraño cuento de hadas irreal como la vida misma.
Puestos a elegir prefiero a ese abuelo Cebolleta contando batallitas con cara de niño travieso antes que a un Leslie Howard que parece estar a punto de exclamar Ser ó no ser, esa es la cuestión, y puestos a elegir, también prefiero a un Bogart que ya esbozaba ese estilo cinematográfico tan suyo antes que a una Bette Davis que está bien, lo reconozco, pero no era La loba ó la Margo Channing que después sería.
La película tiene diálogos interesantes y apunta cosas pero no las culmina al tiempo que desprende un tufillo teatral no demasiado apropiado para el género cinematográfico por lo que se queda a medio camino de lo que pudo ser y no fue, en una tierra de nadie, tan petrificada como el bosque que le da título.
Un abuelo que sueña con reverdecer viejas historias de un añorado salvaje oeste, una chiquilla romántica soñando horizontes lejanos y vidas diferentes, un romántico intelectual que ha ido abandonando sus sueños a lo largo de polvorientos caminos y un gángster que cambió sus sueños por realidades y que está absolutamente seguro de su final, componen, entre poemas de François Villon y sinfonía de disparos, un extraño cuento de hadas irreal como la vida misma.
Puestos a elegir prefiero a ese abuelo Cebolleta contando batallitas con cara de niño travieso antes que a un Leslie Howard que parece estar a punto de exclamar Ser ó no ser, esa es la cuestión, y puestos a elegir, también prefiero a un Bogart que ya esbozaba ese estilo cinematográfico tan suyo antes que a una Bette Davis que está bien, lo reconozco, pero no era La loba ó la Margo Channing que después sería.
La película tiene diálogos interesantes y apunta cosas pero no las culmina al tiempo que desprende un tufillo teatral no demasiado apropiado para el género cinematográfico por lo que se queda a medio camino de lo que pudo ser y no fue, en una tierra de nadie, tan petrificada como el bosque que le da título.
22 de mayo de 2020
22 de mayo de 2020
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que es necesario decir es que esta película NO ES CINE NEGRO. Y tampoco es cine de gangsters. Y no lo digo en forma de enojo hacia la película si no a quien la catalogó así. Leo muchos decepcionados. Y claro, si la película pretendiera ser cine negro y salió esto, sería para indignarse. Pero ¿quien dijo que lo era? No sé.
Obviamente si en el género de "Lo que el viento se llevó" dijera "Ciencia ficción / Viajes en el tiempo", más de un incauto que procede a verla se sentiría estafado.
Luego, en cuanto a lo teatral, lo que le reprocho al director es la falta de adaptación a la pantalla. No se aprovecha el espacio (mucho más teniendo en cuenta que es en medio del desierto) y los paisajes brillan por su ausencia. Además de no asistir a ningún despliegue técnico particular, bueno o malo.
No sé si habría demasiadas ambiciones en su realización.
Ahora, en cuanto al estilo y ambiente general, y sobretodo los diálogos... Creo que es importante tratar de entender que es lo que quisieron hacer. Leo a mucho decir cosas como "extraña película", eso puede llegar a ser un elogio. Más tratando ciertos temas que trata en 1936.
A mi me dejó la sensación, diría que casi con 100% de seguridad de que ese tono exageradamente cursi que muchos le achacan es completamente intencional. El personaje de Howard es pesado y se hace insoportable. Ajam, ¿Y? ¡Es un personaje insoportable! Sencillamente eso. Queda claro a medida que avanza la película que no trata de mostrarnos un drama realista. No tratan de convencernos de que esas conversaciones relajadas y "viajadas" en medio de una situación tensa de rehenes es natural y convincente. ¡Ese es el chiste justamente! No trata de convencernos de que están los héroes y los villanos. No trata de convencernos de que ese amor entre la pareja protagonista existe y es lógico y posible.
Bogart está exagerado y caricaturizado, pero dudo que la idea era que fuese un villano temible que tiene que infundirnos miedo. Repito, me parece claro que no es la idea de la película.
En cuanto al personaje de Bette Davis, para mi tiene bastante sentido que esa chica que sueña con Francia por leer poemas de amor de allí y que está atrapada con padre, abuelo, y el único hombre de su edad es un estúpido en el medio de la nada, se enamore del primero que aparece y le habla de cosas más interesantes. Es lógico hasta la exageración con la que se enamora. Es alguien que estaba esperando eso, cualquier excusa.
Y de él también, hasta está dicho en diálogos. Le dice que es un regalo tener a alguien con quien poder hablar de todas esas cosas que se le cruzan por la cabeza.
Me parece que la película entera está llena de estas "caricaturas", o al menos así lo entendí yo. El padre de ella que se ofende si hablan mal del país, y en realidad lo sufre y después queda completamente en ridículo con su tonto uniforme, terriblemente cobarde y torpe. El viejo que anhela violencia y su gran orgullo es que Billy the Kid le disparó un día, y se pone contento de pensar que alguien va a ser asesinado. El joven que lo único que le importa es jugar con su pelota y que podría haber sido profesional, y en medio de una situación en que corre peligro su propia vida y la de su amada, se pone contento de que van a decir los resultados del fútbol por la radio. El mafioso que en lugar de intimidar y darnos miedo, dan ganas de que se escape. La pareja mayor, la desilusión de ella enclaustrada en un matrimonio sin amor y la vergüenza de él, un monumento a la hipoteca como dice ella. El protagonista que congenia con el villano y hasta llega a pedirle lo que le pide. Son todos personajes que realmente no han cambiado mucho con el tiempo.
Todo ese asunto del sacrificio estúpido y eso, no me parece ninguna apología ni que quiere convencernos. Ni siquiera que pretenda conmovernos ni mucho menos. Para mi funciona como antítesis, también exagerada, de los otros personajes.
Y todo a pasos nomas de una gran guerra mundial. Más que cursi, idealista o políticamente correcta me parece todo lo contrario.
Y sí, transcurre todo en un par de horas. La película es así, no sé porqué deberíamos enojarnos que no hicieron la película como nosotros la hubiéramos hecho. Perdón pero no es de mafiosos. Perdón pero no es cine negro. Perdón pero no es realista. Perdón pero no es lo que esperaban. Y bueno, eso no siempre es malo.
Obviamente si en el género de "Lo que el viento se llevó" dijera "Ciencia ficción / Viajes en el tiempo", más de un incauto que procede a verla se sentiría estafado.
Luego, en cuanto a lo teatral, lo que le reprocho al director es la falta de adaptación a la pantalla. No se aprovecha el espacio (mucho más teniendo en cuenta que es en medio del desierto) y los paisajes brillan por su ausencia. Además de no asistir a ningún despliegue técnico particular, bueno o malo.
No sé si habría demasiadas ambiciones en su realización.
Ahora, en cuanto al estilo y ambiente general, y sobretodo los diálogos... Creo que es importante tratar de entender que es lo que quisieron hacer. Leo a mucho decir cosas como "extraña película", eso puede llegar a ser un elogio. Más tratando ciertos temas que trata en 1936.
A mi me dejó la sensación, diría que casi con 100% de seguridad de que ese tono exageradamente cursi que muchos le achacan es completamente intencional. El personaje de Howard es pesado y se hace insoportable. Ajam, ¿Y? ¡Es un personaje insoportable! Sencillamente eso. Queda claro a medida que avanza la película que no trata de mostrarnos un drama realista. No tratan de convencernos de que esas conversaciones relajadas y "viajadas" en medio de una situación tensa de rehenes es natural y convincente. ¡Ese es el chiste justamente! No trata de convencernos de que están los héroes y los villanos. No trata de convencernos de que ese amor entre la pareja protagonista existe y es lógico y posible.
Bogart está exagerado y caricaturizado, pero dudo que la idea era que fuese un villano temible que tiene que infundirnos miedo. Repito, me parece claro que no es la idea de la película.
En cuanto al personaje de Bette Davis, para mi tiene bastante sentido que esa chica que sueña con Francia por leer poemas de amor de allí y que está atrapada con padre, abuelo, y el único hombre de su edad es un estúpido en el medio de la nada, se enamore del primero que aparece y le habla de cosas más interesantes. Es lógico hasta la exageración con la que se enamora. Es alguien que estaba esperando eso, cualquier excusa.
Y de él también, hasta está dicho en diálogos. Le dice que es un regalo tener a alguien con quien poder hablar de todas esas cosas que se le cruzan por la cabeza.
Me parece que la película entera está llena de estas "caricaturas", o al menos así lo entendí yo. El padre de ella que se ofende si hablan mal del país, y en realidad lo sufre y después queda completamente en ridículo con su tonto uniforme, terriblemente cobarde y torpe. El viejo que anhela violencia y su gran orgullo es que Billy the Kid le disparó un día, y se pone contento de pensar que alguien va a ser asesinado. El joven que lo único que le importa es jugar con su pelota y que podría haber sido profesional, y en medio de una situación en que corre peligro su propia vida y la de su amada, se pone contento de que van a decir los resultados del fútbol por la radio. El mafioso que en lugar de intimidar y darnos miedo, dan ganas de que se escape. La pareja mayor, la desilusión de ella enclaustrada en un matrimonio sin amor y la vergüenza de él, un monumento a la hipoteca como dice ella. El protagonista que congenia con el villano y hasta llega a pedirle lo que le pide. Son todos personajes que realmente no han cambiado mucho con el tiempo.
Todo ese asunto del sacrificio estúpido y eso, no me parece ninguna apología ni que quiere convencernos. Ni siquiera que pretenda conmovernos ni mucho menos. Para mi funciona como antítesis, también exagerada, de los otros personajes.
Y todo a pasos nomas de una gran guerra mundial. Más que cursi, idealista o políticamente correcta me parece todo lo contrario.
Y sí, transcurre todo en un par de horas. La película es así, no sé porqué deberíamos enojarnos que no hicieron la película como nosotros la hubiéramos hecho. Perdón pero no es de mafiosos. Perdón pero no es cine negro. Perdón pero no es realista. Perdón pero no es lo que esperaban. Y bueno, eso no siempre es malo.
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