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La MesíasMiniserie

Serie de TV. Drama. Thriller Miniserie de TV (2023). 7 episodios. El vídeo viral de un grupo musical de pop cristiano, compuesto por varias hermanas, impacta en la vida de Enric, un hombre atormentado por una infancia marcada por el fanatismo religioso y el yugo de una madre con delirios mesiánicos. (FILMAFFINITY)
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8
17 de noviembre de 2023
182 de 207 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso lo que pasa en esta sacrosanta casa de FilmAffinity con las series... lo lógico seria esperar a que terminasen para comentarlas, ¿no? Pues parece que muchos usuarios no están de acuerdo.
Dicho esto, La Mesías es sin duda lo mejor que han hecho hasta la fecha Javier Ambrossi y Javier Calvo, es decir, "los Javis". Es mejor que Veneno, que ya era bastante buena. No obstante, al margen de la opinión personal que cada uno pueda tener sobre Calvo y Ambrossi como personajes mediáticos y/o televisivos, lo cierto es que hay que dar al César lo que es del César, y se tiene que reconocer su madurez creativa, su conocimiento de la ficción (se ve a la legua que han visto y ven muchas series y películas de todo tipo) y sus múltiples recursos para hacer productos que, por unas razones u otras, el público recuerda (que ya es más de lo que muchos creadores pueden decir).
A ver, tampoco hay que pasarse. Esas comparaciones de la pareja con Almodóvar... exageradas es poco. Además, la serie no se puede llevar el sobresaliente porque fallos tiene, y bastantes. El más grave es la irregularidad en el interés de los capítulos, dando como resultado algunos bastante flojos e insulsos, como el primero o, sorprendentemente, el último, y otros que son sencillamente para enmarcar, como son los que van del tercero al sexto incluidos. Además, hay cosas en la historia que no se entiende por qué están ahí (la subtrama de los aliens, el personaje de Cecilia Roth), y la conclusión, como hemos mencionado, sencillamente no está a la altura. No vamos a desvelar nada, obviamente, pero después de un episodio tan potente como el 6, sencillamente sabe a muy poco.
Sin embargo, está claro que La Mesías es una serie impactante, llena de emoción, de tensión e intensidad dramáticas y narrativas casi insoportable en muchos momentos (en el buen sentido), que hace al espectador uno con Enric e Irene, que horroriza y aterra con los delirios de Montse y Pep, y que además en ningún momento deshumaniza a los padres de la familia Puig Baró. A pesar de ser los villanos, claramente, nunca son tratados como tal por Ambrossi y Calvo, que nos los presentan como personas. Equivocadas, terribles, enfermizas, pero personas al fin y al cabo, con emociones. En contraposición, el retrato de la manipulación que sufren las hijas pequeñas de la familia y del dolor incapacitante del trauma de los mayores, sobre todo de Enric, es de los mejores que se pueden encontrar en la ficción española. Como mencionábamos antes, hay capítulos, como el 3 o especialmente el 6, que son para enmarcarlos. Unas horas de televisión absolutamente brillantes.
El otro gran acierto de Calvo y Ambrossi es el reparto, absolutamente excepcional. Albert Pla resulta siniestro y, a la vez, digno de cierta lástima, dominado sin mesura por una mujer asfixiante. Roger Casamajor (transpira dolor de una forma increíble... su Enric es sin duda el personaje más complicado en su convivencia con el trauma) y Macarena García hace la mejor interpretaciones de sus carreras, sobre todo ella, que está sencillamente magistral. Cristina Rueda, como Aina, aunque breve, deja una impresión indeleble en el espectador (ver su mirada a Cecilia a través de la verja de la casa). Y Amaia Romero, la gran sorpresa, es algo difícil de describir. Es su debut como actriz y parece que lo haya hecho toda la vida. En ningún momento vemos a Amaia, la cantante ganadora de OT 2017, sino a Cecilia Puig Baró, con esa inocencia, esa mirada (¡qué ojos tiene!), esa ilusión y esa humildad que provocan una ternura infinita no sólo en Irene y Enric (ver su conversación con su hermano junto al piano), sino en todos los espectadores.
Y por supuesto, las tres Monserrat Baró merecen párrafo aparte. Era muy difícil interpretar semejante personaje sin caer en la caricatura y el maniqueísmo, pero las tres intérpretes lo logran como si fuera lo más sencillo. Por un lado, está Ana Rujas, caótica, perdida e irresponsable, pero mostrando todavía cariño por sus hijos. Lola Dueñas, absolutamente monumental, provoca auténtico terror, pero deja traslucir también un alma torturada, aún arrastrando muchas cosas de la etapa previa. Y Carmen Machi, que es sin duda una de las mejores actrices de la historia de España, recoge el testigo de Rujas y Dueñas incorporando manierismos de ambas, en una Montserrat ya afianzada como visionaria y tirana, manipuladora terrible, pero a la vez asustada y débil.
En definitiva, una serie que hay que ver, disfrutar y sufrir, porque tiene todos esos elementos, aunque queda el sabor agridulce de que podría haber sido una obra maestra. En eso, se queda a medio camino.

Lo mejor: El reparto, sobresaliente (sobre todo Macarena García, Amaia Romero y Lola Dueñas), la utilización de la música y la intensidad dramática y narrativa, casi insufrible, de muchas escenas.
Lo peor: Es irregular, hay cosas que sobran por completo, y la conclusión no está a la altura.
3
17 de noviembre de 2023
297 de 512 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué lástima. He vivido seis semanas enganchado, agradecido e ilusionado con que un mundo nuevo podía ser posible. Al fin se puede empezar a hablar de la violencia en la niñez, las familias como mini sectas y el peligro de la religión. Nos ha enganchado a tantos, porque todos podemos reconocer ese tipo de violencia en mayor o menor medida.

Durante seis capítulos, La Mesías tiene una construcción del mundo y sus personajes absolutamente fascinante. Entiendes la conversión de Montse, el dolor de Enric e Irene y la manipulación a la que han llegado todas las hermanas. Pero por alguna razón que no llego a entender, el último capítulo rompe con todo ello.

Entraré en spoilers para explicarme un poco mejor, pero lo que era una crítica feroz y perfecta a la facilidad con la que la religión es capaz de manipular a las personas más vulnerables, se convierte en todo lo contrario. Pasa de ser una serie absolutamente progresista, a vender exactamente lo mismo que nos han vendido durante décadas. De ser una rotura de cristal social, a ponerle celo y decir que ahora sí mola, que el problema no era suyo.

Sigo en el spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia de Enric me parece perfecta. Mucha gente confundirá ese final con un final bonito, pero no puedo imaginar un desenlace más triste. Enric es un niño roto que siempre estará buscando una sanación, pero en esa búsqueda solo encontrará las mismas promesas vacías con vestidos diferentes. Hasta ahí, todo bien.

Pero si vamos a la historia de Irene, una atea por decisión y sufrimiento que sabe que todo es mentira, que ha conseguido salir de esa vorágine y quiere que los demás también salgan, acaba "haciendo las paces" con la iglesia y grabando a su hermana en una iglesia mientras su marido llora de felicidad. Esto es puro conservadurismo donde nos dicen, después de padecer todo el sufrimiento de Irene, que la culpa era suya por mantener ese odio, que la iglesia no le había hecho nada. De nuevo, lo mismo que nos vende esa institución con poder para seguir ejerciendo con mano firme sus creencias en las mentes más vulnerables.

Entiendo que Cecilia necesite ir a misa, el proceso de desconexión es largo y doloroso, por eso habría sido perfecto una segunda temporada donde vemos no solo cómo Cecilia descubre el mundo, si no el trabajo dificilísimo de sacar al resto de hermanas de allí. Porque la historia se olvida de ellas, seis capítulos intentándolo y luego no les importa lo que les pase a partir de ahora. Sin dejar de lado la absolución de un pederasta y violador. Eliminar la denuncia contra él, es decir al espectador que no era tan malo, que sus actos no eran para tanto. De nuevo, puro conservadurismo.

Lo verdaderamente progresista no es buscar la fe y hacer las paces con Dios, sea el que sea. El progreso es tomar conciencia de que cualquier búsqueda de espiritualidad es la necesidad de tapar unas heridas que solo se curan con terapia. Porque llevamos siglos viendo las consecuencias de las creencias infundadas, del peligro de las religiones, de la facilidad de llegar al extremo y de la dificultad generacional para sanar. Acabar esta serie viendo que debes escuchar la voz del señor es volver otra vez a la casilla de salida. Volver otra vez a poner el foco en que si tú has sufrido por personas que te han obligado a creer en lo que ellas querían, no es culpa de "Dios", ese ente súper poderoso que ha dejado que sufras, sino tuya.

Un cacao mental en el que ojalá las mentes más jóvenes ya no caigan.
7
20 de noviembre de 2023
74 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie de La Mesías es buena, muy buena. La puesta en escena es brutal, todo es muy muy real: la historia, los personajes, los ritmos, las escenas, la música, etc. Es una obra de arte, por lo importante de lo que cuenta y por cómo lo cuenta. El final es arriesgado, muy arriesgado. En lo personal no me gusta (el final), pero lo entiendo, y hasta me parece más real "del que a mi me gustaría ver". Sin embargo, las historias no son sólo lo que se cuenta, sino cómo se cuenta, y en esto los Javis son muy buenos y muy conscientes de lo que hacen. Y es esto lo que no me deja satisfecho sobre el final... sobre el cómo, no sobre el qué. Pero antes, vamos a por lo bueno.

Como decía, la historia es brutal y la puesta en escena más genial todavía. Me limito a decir que me ha encantado que ponga sobre la mesa una realidad muy ocultada: el maltrato psicológico de padres y madres a sus hijos e hijas. Es algo sobre lo que no hay muchas series y películas, ni te digo ya desde las perspectivas de esas víctimas. Creo que son realidades que se quieren o se deben olvidar para (poder) vivir de mayor, por los traumas que conllevan, y eso también las oculta. Pero esta serie va justo sobre eso, sobre lo que somos debido a nosotros y nosotras mismas, y a los traumas que cargamos, en concreto a los de la infancia, probablemente los más importantes y que más han configurado nuestras creencias y forma de comprender el mundo. Cuando ese maltrato ocurre en el ámbito familiar es algo profundamente doloroso pues entre otras cosas, debido a nuestro sistema educativo y laboral, cuando alcanzas la edad de poder ser consciente de ello (en todo su dolor y sobre todo en buena parte de su injusticia y sin sentido desde la razón) todavía debes seguir viviendo con tus padres porque no tienes la edad (ni la capacidad económica) para independizarte y "salir de allí". Esto te obliga a desarrollar mecanismos de represión y adaptación, lo que a la larga te llevan a legitimar el maltrato que sufres, asimilarlo como normal, y a veces hasta a repetirlo sobre otras personas si no tomas consciencia de ello. "La mejor y la peor característica del ser humano es su capacidad de adaptarse a su entorno", leí una vez no recuerdo de quién.

Cuando consigues salir de esos entornos familiares, comienza un proceso de duelo que puede durar toda la vida. Sobre esto también trata la serie. Vamos, la serie realmente cuenta lo que se vivió como parte del duelo de los protas, de Enric e Irene. Primero conocemos cómo son ahora, luego conocemos qué les hizo así, y finalmente conocemos que hacen con ello. En esto, narrativamente, es una joya de serie. Me alegra profundamente que una serie empatice con las emociones y sentimientos de los niños, niñas y jóvenes... Los adultos solemos menospreciar sus sentimientos e ideas, tachándolas de exageradas y utópicas, y enterrando el necesario cuidado psicológico y emocional que les debemos en palas y palas de paternalismo y sobreproteccionismo. Es así, creo yo, como ciertos padres que de partida no quieren maltratar a sus hijos, acaban ocultándoles el mundo, o enseñándoles a creer en un sistema de creencias que les permiten explicar o legitimar ese mundo... para que no duela tanto... aunque lo normalices y al final le sigas dando continuidad con tus actos. Porque el mundo es muy injusto y doloroso, por lo que unas personas hacen a otras, y no comprenderlo bien nos hace sufrir e incluso nos puede volver locas.

Por un lado, la serie creo que trabaja muy bien la figura de la madre. Yo decía ahí que "ciertos padres que de partida no quien maltratar a sus hijos bla bla", pero es que aquí la madre igual no entra en esa categoría. Aquí la madre no cuida a sus hijas. Yo creo que no hay forma de legitimar su comportamiento. Se puede entender por lo que ha vivido y nunca contó con un apoyo verdadero suficiente, pero ha tenido oportunidades para cambiarlo, y no lo hizo, y se eligió constantemente a ella misma por encima de otros. Y, siendo esto tan complicado de abordar, creo que la serie lo aborda muy bien. Creo que lo reconoce como tal, y que muestra las consecuencias traumáticas que han tenido sus actos en sus hijas de sobra. Chapó. Una maravilla, ver esta serie es incluso una forma de sanar los malos tratos psicológicos que hemos sufrido en la familia muchas de nosotras. Sin embargo, es al tratar "qué hacer con estas heridas", cosa que ocurre al final de la serie, cuando no me encuentro tan conectado a ella. Me explico (sin spoilers).

En una entrevista con Aimar Bretos en La Ser sobre la serie, Javier Ambrossi al hablar sobre los paralelismos entre la seria y su propia experiencia vital decía que "cómo se vuelve a casa es la gran asignatura pendiente del colectivo LGTB en este momento". Justo algo relacionado con esta idea es lo que veo en el final de la serie y que no me termina de calar. Porque yo no sé que experiencia han tenido los Javis, pero somos muchas las que no sólo no queremos volver a casa, sino que hemos aprendido que *no hay por qué volver a casa*. No está mal no volver a casa. Cuando el duelo termina, y para vivir hay que terminarlo, aprendes "a no volver a casa", a poder ser feliz sin estar con esa persona a la que amabas. Y, por desgracia, puedes amar a alguien que te maltrata. Y dejar eso atrás no es nada fácil. Sobre todo, cuando ocurre en la familia. Creo que la familia no es un bien per se, al menos en el contexto social, económico y cultural en el que vivimos hoy día. Es donde te has criado, y en esa crianza te han podido tratar bien, o te han podido tratar mal. Y lo que importa no es la familia, es cómo te cuidan y te tratan. Si lo que hacen es maltratarte, ¿por qué hay que volver? ¿Por qué me tengo que responsabilizar de satisfacer las ganas de sentir cariño de alguien que, en realidad, me maltrata? No, perdona, yo me merezco vivir.

Y, teniendo en cuenta esto, el final no me gusta, porque muestra algo de los Javis que también vi en La Llamada (aunque igualmente me flipe). Sigo en spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Está claro que los Javis (lo han dicho en las entrevistas) hacen una clara distinción entre ser una persona religiosa y ser una persona fanática o ultra. Yo veo el final de Enric como el de una persona que, o busca lo que necesita estando 100% involucrado en una religión, o ahí en esa religión ha encontrado la felicidad. Aunque me considere agnóstico, creo en algo más allá de lo físico, creo que todos tenemos una espiritualidad. Y por tanto puedo más o menos recibir tranquilamente ese final. "Bueno, el muchacho así es feliz, y nadie le ha obligado realmente a estar ahí, lo ha elegido y no hace daño a nadie", pensé. Y es importante que no sea una práctica coercitiva de la religión, que no haga daño a nadie. Porque las religiones, a diferencia de los sistemas filosóficos o espirituales, suelen llevar a la coerción, la vigilancia y el castigo. "Bueno... Por un lado me da pena, por otro... Bueno, si a él le ayuda...".

El tema es que la espinita de Enric es el pescado entero en Irene. Como dice otra crítica, Irene acaba yendo a misa y grabando a Cecilia. Lo que me enfada de esta escena es la idea de la Iglesia que acaban transmitiendo los Javis. La Iglesia no es bajo ningún concepto lo que transmiten en La Llamada ni en este final, como un lugar colorido y donde la alegría puede estar. Y al haber estado en un colegio católico y en unos scouts católicos, he visto misas muy coloridas y muy musicales. Pero es que la base ideológica de la Iglesia católica no es sana. Hay un componente de culpa personal y desconexión de la realidad social, de género y económica brutal (cosa que dentro del cristianismo sólo la teología de la liberación lationamericana han podido combatir). O sea, el cristianismo católico apostólico romano de España es un sedante religioso y patriarcal para asimilar las injusticias del mundo e interpretar los males humanos desde un individuo culpable (pecador), no desde la sociedad (que además es pecadora y en el fondo no se puede salvar). Yo entiendo que Irene esté feliz de ver a la hermana feliz, pero es que para ver esa felicidad han creado algo que no es real, que es una Iglesia que no existe. Como dice la otra crítica, es infinatemente más realista ver a una Cecilia que (evidentemente) debe seguir unida a la Iglesia, pero a pesar de lo que ello implica. Me hubiera gustado más a los 3 en los coches de choque de la feria, vamos.

Este lavado de la Iglesia que hacen los Javis lo uno a un lavado de la religión que también incluye el final de Eric. Yo creo que la razón principal por la que necesitamos un sistema de creencias es para gestionar el dolor que nos hace ver este mundo (esto es una creencia mía). Así, necesitamos que ese sistema de creencias (a) nos explique por qué la gente es así y/o (b) nos permita vivir con ello. Y lo malo es que esa explicación no tiene por qué ser verdad. Así, hay religiones que taponan el dolor a forma de sedante (religiones con todas sus letras, en general), hay sistemas de razonamientos que explican las injusticias del mundo (sistema socioeconómico capitalista basado en individuos egoístas...), y hay sistemas filosóficos que combinan en mayor medida uno y otro (taoísmo...). Y el tema es que, en mi percepción, los Javis nunca meten el factor socioeconómico en sus películas, más que en lo que afecta circunstancialmente a sus personajes. Pero no se analiza ni critica el sistema económico y los comportamientos que requiere en las personas (egoísmo, competitividad, individualismo, explotación...) para que este funcione, y sus consecuencias psicoemocionales. La alternativa es, pues, la salida religiosa para la paz espiritual. Por eso en la serie aparecen hippies, no punkis, y ayahuasca, no Grupos de Apoyo Mutuo autogestionados (sin drogas). Es como si en su mundo todos pudiéramos volver a casa. Pero el mundo de verdad no es así para la mayoría. Y para las que debemos dejar la casa para vivir, e intentamos cambiar esa parte socioeconómica, esta serie deja esa espinita.
7
17 de noviembre de 2023
72 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si me hubiera dejado guiar por mi hype inicial, hubiera valorado la serie con un 9. De hecho creo que después de ver los 6 primeros, seguí manteniendo la serie en un notable alto pero el capítulo 7 (y último) me ha parecido tan decepcionante que ha devaluado el conjunto. Eso no quita que siga pensando que es una serie que me fascinó cuando empecé a verla y me tuvo con ansias de un nuevo episodio cada Jueves.

A mí Los Javis se me hacen unos creadores interesantes. Mucha gente les critica y les tiene cierta manía, uno no sabe bien si es por la pretenciosidad que tienen a la hora de expresarse o porque generan envidia por el exceso de atención que reciben, pero sinceramente creo que se han ganado a pulso su hueco dentro del panorama español como unos de los creadores más interesantes que hay y a los que sin duda seguiré la pista con interés.

Ya me habían dejado con buen sabor de boca con la serie de La Veneno. Pero al igual que en La mesías... los cierres de las series de Los Javis... dejan que un poco que desear. En la Veneno el último capítulo también se me hizo bastante flojo y por momentos ridículo, devaluando así el conjunto de algo que apuntaba a notable.

En el caso de La mesías, el concepto es super original y fascina, de como han descontextualizado el fenómeno viral de las Flos Mariae y lo han convertido en una idea original que te atrapa y te mantiene en vilo queriendo ver más y más. Los primeros 2 capítulos me parecieron de tal maestría que sólo el sexto pudo estar a la misma altura pero iba manteniendo el nivel hasta llegar al capítulo final.

El problema son las expectativas que crea con el "in crescendo" argumental, hace que el final se quede a medio gas, un cierre agrio que subraya el abuso sexual que sufrió el protagonista y su complejo de Edipo con la madre (algo que ya se había sugerido en el primer capítulo) y sigo en el spoiler porque el último capítulo es de traca.

A mí lo que más me fascina de La Mesías, es esa familia bizarre que vive sometida bajo la locura de una madre lisérgica, su progresiva locura y toxicidad y la incursión en el pop electrónico religioso... eso es para mí "La Mesías". En cambio en el séptimo capítulo de esto no hay casi nada y para mí era el punto fuerte de la serie.

Creo que son numerosas las cualidades que tiene la serie pero lo que creo que peor llevo es el error de casting con el protagonista (Roger Casamajor). Si bien es cierto que se me hace muy complicado creerme que Carmen Machi, Lola Dueñas y Ana Rujas compartan el mismo personaje, el nivel interpretativo es tan bueno que ni reparas en las evidentes diferencias físicas. También puede ser hasta apropiado ya que así se marca su descenso a la monstrificación. Con el protagonista no me pasa lo mismo, me carga y no consigo creerme la versión adulta del personaje. Mientras el que hace de niño y el adolescente se me hace una transición creíble y buena, cuando llega a su época adulta me saca de la magia del conjunto y vuelvo a ver la intención de crear una historia más que vivirla.
Mención especial para Macarena García, en el caso de ella sí que hubo un acierto a nivel de casting y se me hace mucho más creíble las tres transiciones de su personaje. En términos generales todos los actores que participan son buenos.
Incluso Albert Pla que normalmente me tenía acostumbrado a papeles cómicos, en esta serie consigue transmitirme muchísimo mal rollo desde el primer minuto que sale en la pantalla. Ese plano en la discoteca mirando fijamente al personaje de Ana Rujas, me ha dejado impronta, crea una tremenda inquietud su presencia. También siento que ese personaje podría haber sido explotado más y se queda un poco en la superficie.


Es una serie que generó una necesidad tremenda de seguir viendo, me sentía un yonqui con ansias de más y más y a pesar de todas esta pegas me ha gustado mucho. Quizás con unas expectativas altas viene una necesidad mayor de calidad con la conclusión y creo que el final fue apresurado y mediocre.

De todas formas se agradece un contenido original y una intención de hacer algo diferente, seguiré pendiente de lo próximo que hagan Los Javis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En el capítulo final. El protagonista (Roger Casamajor) se obsesiona con encontrarse a la vieja Alien Lover que había conocido en el primer capítulo y con la que había tenido un lamentable coito en el coche. Supongo que con el escalón de edad que hay con ella (una Cecilia Roth ya mayorceta) quieren subrayar una vez más su necesidad de mami y esa búsqueda constante de una figura maternal. Para que el guión avance, meten con calzador una agresión al grupito de Alien lovers por unos niñatos canis, el protagonista una vez más se luce actuando muy por los pelos y consigue que a cambio de haber ayudado diciendo unos cuantos "Eh EH EH" sobreactuadísimos... consigue la simpatía de una de las alien lovers, la cual acaba diciéndole donde encontrar a su MILF favorita. Su mami 2 y así acabamos encontrando la ridícula "mini secta" los cuales para fliparlo los domingos... beben pócimas alucinógenas para darte la excusa del cierre final con la imagen de la madre "ascendiendo".
No me jodas con lo bien que iba la serie esto a mí me dejó super frío.


Hay una cosa que no entiendo del final. Porque cuando está todo ciego el protagonista con la bebida esa alucinógena que le brinda la secta y besa al final a la madre... solo besa la versión de Lola Dueñas y Carmen Machi. No debería haberse dado el lote con las 3 (inclusive Ana Rujas). Si el complejo de Edipo nace de pequeño y es realmente más evidente y creible que es cuando realmente observaba a la madre con ojos curiosos. No entendí porque no hicieron eso con las tres generaciones.

Hubiera tenido más sentido y el final hubiera sido ligeramente mejor.
6
16 de noviembre de 2023
43 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminada 'La Mesías'. El "no se bien que opinar de ella, al acabarla me pronuncio" que decía tras ver los primeros capítulos, se mantiene.

Me gusta el tema que trata, sus interpretaciones y en general todo lo técnico y más "objetivo". Como nos traslada al menos en intención, el hablar de traumas, de dolor, de como la infancia afecta a cuando eres adulto y más cuando sufres vivencias extremas. Personalmente y conociendo de primera mano lo de criarse en una secta, encuentro afinidad en muchos puntos y en como hay diferente abanico de reacciones, con algunos momentos puntuales, secuencias, realmente potentes. El último tercio de su último episodio me parecen bastante inspirados.

Pero luego no sé. Ya me rechina de inicio todo lo de "ahora si, Los Javis serios, maduros, complejos, un salto...". Que no han generado ellos seguramente aunque escuchándolos en entrevistas lo alimentan. Pues a mi me flipan Los Javis de Paquita Salas o La Veneno y la segunda es ya bastante oscura y madura sin hacer falta llevar un letrero todo el rato. Incluso la ligera pero fresca 'La llamada'. En esos trabajos se ve mucha naturalidad. En 'La Mesías' no se si decir pretenciosidad pero se ve mucho intentar algo que no se si no soy o no me acaba de salir. La historia va y viene, navega por aquí y por allá pero más allá de inputs sentimentales, como historia, divaga sin ir a casi ningún puerto.

Luego podríamos entrar en cosas como que con el salto temporal descubrimos a Amaia actriz pero no asociamos en ningún momento quien era cada niña y para ser tan importantes para todos les da un poco igual. O la necesidad de tres actrices para la madre y el riesgo corrido que te saque del relato aunque al final hay que reconocer que no supone un gran problema.

No es tan críptica o enigmática como se cree o quiere hacernos creer. Intenta tener la atmósfera de la primera temporada de 'True Detective' mezclado con muchas otras cosas, renunciando a otras que les funcionaban y acaba siendo no tengo claro bien qué. Pero bueno, las reacciones son muy positivas, por lo que igual estoy yo equivocado e incluso puede que un segundo visionado sin pretensiones de nada me haga cambiar de opinión. Pero veo también mucho adulador, mucho "ahora sí, que obra maestra", denostando sus obras anteriores. Y espero que eso no cale y aunque siempre es agradecido que los creadores exploren nuevos mundos, nos sigan dando de los que tan bien se le dan y tanto nos hacen gozar.
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