Satán mon amour
5,6
303
Terror
Myles Clarkson (Alan Alda), joven periodista y pianista clásico en alza, está encantado de poder combinar sus dos pasiones en una entrevista excepcional con el legendario y enfermo pianista Duncan Ely (Curd Jürgens). Pero a Clarkson le espera una desagradable sorpresa. Ely, un adorador secreto de Satán, lleva a cabo un ritual que le permite transferir su alma al cuerpo de Myles en el momento de su muerte, para recuperar la juventud y ... [+]
20 de octubre de 2016
20 de octubre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que se mira con interés, con algunos elementos especialmente interesantes. Por supuesto Alan Alda y Jacqueline Bisset suman puntos. La presencia de la música, muy buena música, es un elemento importante. Curd Jurgens aporta personalidad y magnetismo. Las escenas de los sueños creo que están muy bien resueltas. La historia se desarrolla manteniendo el interés con un buen guión en general. El final, un tanto forzado a mi parecer le resta algunos puntos. Pero en conjunto es una película digna que se disfruta.
29 de julio de 2017
29 de julio de 2017
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Simpática muestra de la moda satánica que hubo en el cine de finales de los sesenta principios de los setenta. El referente obvio es rosemary's baby pero a mi juicio esta funciona con personalidad propia, tratando el tema fáustico con cierta ambigüedad moral. Lo mejor sin duda es un Alan Alda estupendo en un papel algo insólito en su carrera posterior y una Bisset muy guapa y carnal.
18 de septiembre de 2023
18 de septiembre de 2023
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El pacto con el Maligno lo debió de hacer Jacqueline Bisset para alcanzar tal grado de belleza. Guapísima. Y el sacrificio que ofreció a cambio fue el del don de la interpretación. La actriz no cambia de semblante en ningún momento, es increíble, es tal la ausencia de expresiones que en parte se carga la película. Supongo que no se puede tenerlo todo.
La historia en sí no está mal. Suspense y terror psicológico con un ambiente inquietante de pesadillas, pentagramas y magia negra. El meollo del asunto lo tenemos muy visto, pero en 1971 resultaba novedoso. Es retorcida y macabra.
Ahora bien, me repito pero es que la actuación de Bisset es horrorosa y te expulsa del escenario, incluso da la sensación de que a la historia le falta algo. Da igual lo que le echen, tragedias insuperables, descubrimientos espeluznantes, enfermedades, perros enrabietados, cadáveres, placer, obsesión… Siempre tiene la misma cara. Queda muy raro.
El final también resulta extraño, narrado de forma un poco torpe, pero la idea es perversa, me ha gustado. Aceptable título menor del cine diabólico de los 70.
La historia en sí no está mal. Suspense y terror psicológico con un ambiente inquietante de pesadillas, pentagramas y magia negra. El meollo del asunto lo tenemos muy visto, pero en 1971 resultaba novedoso. Es retorcida y macabra.
Ahora bien, me repito pero es que la actuación de Bisset es horrorosa y te expulsa del escenario, incluso da la sensación de que a la historia le falta algo. Da igual lo que le echen, tragedias insuperables, descubrimientos espeluznantes, enfermedades, perros enrabietados, cadáveres, placer, obsesión… Siempre tiene la misma cara. Queda muy raro.
El final también resulta extraño, narrado de forma un poco torpe, pero la idea es perversa, me ha gustado. Aceptable título menor del cine diabólico de los 70.
27 de noviembre de 2024
27 de noviembre de 2024
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Inspirados en el, “Fausto” de Nikolaus Lenau, “Los Valses de Mefisto” (Mephisto-Walzer), son cuatro temas para piano que, Franz Liszt, compuso entre 1859 y 1885, habiendo quedado el cuarto inconcluso a causa de la muerte de Liszt, el 31 de julio de 1886. El Mephisto-Walz n.º 1, Der Tanz in der Dorfschenke" (El Baile en la Taberna del Pueblo) es el más aclamado y conocido de los cuatro, y es el que, por su significado, fue elegido como parte de la temática que se desarrolla en esta película que dirigiera, Paul Wendkos. Liszt, había dedicado esta composición a, Carl Tausig, su alumno favorito que falleciera, en 1870, a la corta edad de 29 años, y aquí ya puede advertirse la asociación con el argumento que, en principio, fuera una novela escrita por, Fred Mustard Steward, con el título, “The Mephisto Waltz” (1969).
Ignoro cuán aproximado sea a esta novela el guion escrito por el talentoso, Ben Maddow, pero, es bien seguro que su impronta personal aparece en algunas escenas. Se trata de un periodista quien había estudiado 4 años en Julliard, pero, frustrado con la acogida que tuvo su primer concierto, Myles Clarkson, decidió dedicarse al periodismo musical, ocupándose de reseñar las creaciones de otros.
Interesado en uno de sus artículos, Clarkson es citado -para conocerlo- por el célebre pianista Duncan Ely, quien, al darle la oportunidad de tocar el piano, queda impactado con sus manos y su interpretación, y decide entonces convertirlo en su protegido.
Lo que se aviene involucrará a la hija de Duncan, Roxanne; y también a Paula, la preciosa esposa de Myles… Entrarán en juego, entonces, las artes demoníacas cuando los ilusos pretendan la inmortalidad aunque sea a costa de dañar a otros y perder su alma .
No obstante que la trama funciona como una suerte de thriller terrorífico, la siento sobretodo como una historia de amor de tal intensidad que, alguien puede incluso jugar a trampear al diablo (Mefistófeles) para salirse con la suya. Implica masticar bien lo que sucede, porque puede dar la impresión de ser un filme que reivindica los pactos con el diablo debido a la forma en que se cierra la historia, pero lo que, en definitiva se pretende, es mostrar como el amor puede salir triunfante, aplicando las mismas armas de los enemigos.
Wendkos, se la ha jugado con un efectivo reparto que encabezan: Alan Alda, como el periodista-músico; Jacqueline Bisset, la enamorada esposa; Barbara Parkins, la hija incestuosa y, Curd Jurgens, el hombre que insistirá en preservarse vivo, aún después de muerto.
Después de haber sido una de las 5 más importantes productoras de cine en Hollywood, la Twentieh Century Fox comenzó un serio declive desde que produjo, “Cleopatra” (1963), película que se presupuestó en 10 millones de dólares y terminó costando 40 ¡que nunca se recuperaron! “Something’s got to give”, había sido otro revés ya que, Marilyn Monroe, fue “suicidada” a mitad del rodaje, así que, en 1971, y con la esperanza de imitar el gran éxito que fuera, “Rosemary’s baby” (Roman Polanski, 1968), la única película que hizo la Century Fox, fue esta interesante producción… que tampoco consiguió romper en las taquillas.
Título para Latinoamérica: BAILE CON EL DIABLO
Ignoro cuán aproximado sea a esta novela el guion escrito por el talentoso, Ben Maddow, pero, es bien seguro que su impronta personal aparece en algunas escenas. Se trata de un periodista quien había estudiado 4 años en Julliard, pero, frustrado con la acogida que tuvo su primer concierto, Myles Clarkson, decidió dedicarse al periodismo musical, ocupándose de reseñar las creaciones de otros.
Interesado en uno de sus artículos, Clarkson es citado -para conocerlo- por el célebre pianista Duncan Ely, quien, al darle la oportunidad de tocar el piano, queda impactado con sus manos y su interpretación, y decide entonces convertirlo en su protegido.
Lo que se aviene involucrará a la hija de Duncan, Roxanne; y también a Paula, la preciosa esposa de Myles… Entrarán en juego, entonces, las artes demoníacas cuando los ilusos pretendan la inmortalidad aunque sea a costa de dañar a otros y perder su alma .
No obstante que la trama funciona como una suerte de thriller terrorífico, la siento sobretodo como una historia de amor de tal intensidad que, alguien puede incluso jugar a trampear al diablo (Mefistófeles) para salirse con la suya. Implica masticar bien lo que sucede, porque puede dar la impresión de ser un filme que reivindica los pactos con el diablo debido a la forma en que se cierra la historia, pero lo que, en definitiva se pretende, es mostrar como el amor puede salir triunfante, aplicando las mismas armas de los enemigos.
Wendkos, se la ha jugado con un efectivo reparto que encabezan: Alan Alda, como el periodista-músico; Jacqueline Bisset, la enamorada esposa; Barbara Parkins, la hija incestuosa y, Curd Jurgens, el hombre que insistirá en preservarse vivo, aún después de muerto.
Después de haber sido una de las 5 más importantes productoras de cine en Hollywood, la Twentieh Century Fox comenzó un serio declive desde que produjo, “Cleopatra” (1963), película que se presupuestó en 10 millones de dólares y terminó costando 40 ¡que nunca se recuperaron! “Something’s got to give”, había sido otro revés ya que, Marilyn Monroe, fue “suicidada” a mitad del rodaje, así que, en 1971, y con la esperanza de imitar el gran éxito que fuera, “Rosemary’s baby” (Roman Polanski, 1968), la única película que hizo la Century Fox, fue esta interesante producción… que tampoco consiguió romper en las taquillas.
Título para Latinoamérica: BAILE CON EL DIABLO
12 de septiembre de 2014
12 de septiembre de 2014
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película muy influenciada tanto argumental como estéticamente por la época en la que fue filmada.
Trata la historia de un periodista y escritor, pianista frustrado, qué va a entrevistar a un famoso y talentoso pianista, y con el cuál entabla una particular y peligrosa amistad.
Historia que le debe y bastante a El bebe de Rosemary, por su tono lúgubre, el satanismo, etc, aunque en la primera, todo es mucho más sutil, y en ésta obvio, y alargado, la película dura mucho más de lo necesario para lo que cuenta.
Interesante el giro del final, pero no ha pasado bien los años, al contrario, es una película caduca por donde se la mire.
Trata la historia de un periodista y escritor, pianista frustrado, qué va a entrevistar a un famoso y talentoso pianista, y con el cuál entabla una particular y peligrosa amistad.
Historia que le debe y bastante a El bebe de Rosemary, por su tono lúgubre, el satanismo, etc, aunque en la primera, todo es mucho más sutil, y en ésta obvio, y alargado, la película dura mucho más de lo necesario para lo que cuenta.
Interesante el giro del final, pero no ha pasado bien los años, al contrario, es una película caduca por donde se la mire.
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